viernes, 25 de diciembre de 2015

ANGELICA MORA, LA VENGANZA DEL CHAVISMO HA COMENZADO, DESDE NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS

La victoria de la oposición habría desatado una ola de despidos en el sector público


Maduro habría comenzado a despedir a empleados públicos (foto tomada de Internet)

Los miembros del gobierno de Venezuela no han entonado el mea culpa, como habría sido lo natural luego de lo que aconteció el 6 de diciembre en las parlamentarias, sino que han dirigido su frustración hacia el pueblo venezolano, culpándolo directamente por haber perdido las elecciones.
La situación es igual al viejo cuento del marido, que cuando le contaron que su esposa lo engañaba en el salón de su casa, fue enfurecido y vendió el sofá donde se llevaba a cabo el adulterio.
Empleando igual criterio, Nicolás Maduro habría dirigido, según varias denuncias que han comenzado a salir a la luz, su venganza contra los empleados públicos, ordenando el despido de miles que votaron por la oposición.
La persecución y despidos masivos se habrían centrado contra los trabajadores que apoyaron a la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las elecciones legislativas a través de los votos. El Gobierno estaría también buscando identificar a beneficiarios de sus programas de vivienda que votaron por la oposición, para despojarlos de sus inmuebles.
Asimismo, tras la derrota, Maduro y otros miembros de su gobierno han tratado de asustar a la población afirmando en apariciones en la televisión que la oposición intentará privatizar empresas y recortar garantías a la clase trabajadora.
Estas situaciones de carácter kafkiano no son mera coincidencia.
Todo comenzó en 2003
El abogado opositor José Graterol ha calificado los despidos como venidos de una nueva lista parecida a la de Tascón, que se hizo pública durante el gobierno de Hugo Chávez.
Tal lista, recopilada por el diputado Luis Tascón, quien falleció en 2010, registraba a personas que habían firmado una planilla para poder activar el referendo revocatorio contra del gobierno de Chávez, realizado en agosto del 2004.
El disgusto por la derrota provocó que el mandatario ordenara despedir a todo el que había votado por el SÍ en el plebiscito.
Carta de Hugo Chávez a Francisco Carrasquero, presidente del CNE en 2004 (foto facilitada por la autora)
Carta de Hugo Chávez a Francisco Carrasquero, presidente del CNE en 2004 (imagen facilitada por la autora)
Si bien Tascón declaró que la lista había sido comprada a un alto jefe de la asociación civil “Súmate”, declaraciones previas suyas indicaban que había fotocopiado las firmas con permiso del Consejo Nacional Electoral durante cuatro días.
El CNE habría facilitado estas firmas por solicitud directa del Presidente Hugo Chávez, justificando las acciones de Tascón como medio de demostrar el “intento de fraude” de la oposición.
En aquel entonces sindicalistas, directores de organismos y gerentes de empresas del Estado aplicaron los criterios de discriminación laboral de la lista.
“El fantasma de estar entre esos nombres siempre nos ha acompañado, y por eso nos dedicábamos a ir a trabajar, sin hablar de política, porque nunca se sabía quién nos podía escuchar”, cuenta Luisa, una empleada caraqueña que trabajaba en uno de los ministerios públicos.
Marcos explica que él no se metía en política, pese a trabajar en el gobierno. “Nos dan franelas (pulóveres) y nos dicen que si somos leales nos premiarán el esfuerzo… y te invitan a inscribirte en el partido, porque dicen que debes agradecer a la revolución porque tienes trabajo con posibilidades de ascenso, si eres leal al proceso. Pero yo no participo ni en firmas  ni marchas”.
Origen de la franela  o pulóver “Roja Rojita”
En 2006, en un acto en el estado Anzoátegui, el entonces ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, afirmó que la  petrolera era “roja rojita” y debía usarse por todos los trabajadores, como una forma de compartir el modelo socialista del presidente Hugo Chávez.
El mandatario, muy complacido, dijo que Ramírez se merecía el Premio Nobel por la frase, y el rojo político se extendió por toda la administración pública, empresas del Estado, gobernaciones y alcaldías en manos del oficialismo.
Elecciones del 2012
Las elecciones presidenciales de Venezuela para el período 2013-2019, llevadas a cabo el 7 de octubre de 2012, reeligieron a Hugo Chávez para un cuarto mandato consecutivo.
Las principales coaliciones que disputaron la elección fueron el Gran Polo Patriótico (GPP), que respaldaba la reelección de Hugo Chávez, y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que estuvo representada por Henrique Capriles Radonski, candidato electo en elecciones primarias, celebradas el 12 de febrero de 2012.
El hecho de apoyar a la oposición en aquella oportunidad le costó caro a miles de trabajadores, quienes fueron castigados con la remoción de los cargos o traslado a empleos lejos de sus hogares. Se alegó que se les despedía “porque eran empleados de confianza y habían fallado en la lealtad”. En Maracaibo fueron trasladados decenas de funcionarios a seis horas de la capital zuliana.
Elecciones Parlamentarias
Y se llegó  al 6 de diciembre del 2015 con las elecciones parlamentarias donde el pueblo volcó su frustración contra el gobierno de Nicolás Maduro a través del voto en contra, incluso muchos sabiendo que podrían perder sus empleos.
El abogado venezolano Alberto Jiménez Ure razona desde Mérida. “Votamos en contra porque la nación ha sido sometida a penurias vejatorias y extremas jamás vistas, que parecen propias de un ‘Fatídico Experimento Contra-Contracultural’ y optamos por no temer más. Los enfrentamos mediante ‘sufragio’ que es la forma más civilizada que teníamos a mano, para anunciarle a quienes alguna vez recibieron ‘mandatos’ que estaban ellos fuera de la Ley.
Pero el gobierno de Nicolás Maduro no se ha dado por vencido y como castigo habría iniciado los despidos masivos de los empleados públicos.
Ramiro Valdés junto a Nicolás Maduro (foto tomada de Internet)
El origen de la nueva lista
Muchos se preguntan cómo es que el gobierno de  Nicolás Maduro sabe quién votó por quien en las pasadas elecciones.
La respuesta está en el Departamento de Comunicaciones de Venezuela, activado y puesto al día por el gobierno cubano a través del máximo técnico en la materia, el general Ramiro Valdés, exministro de Informática y Comunicaciones en la Isla, quien viaja frecuentemente a Caracas, en vuelos que llegan a aeropuertos militares, donde sus llegadas no son registradas.
Cuando Hugo Chávez tomó posesión del gobierno en 1999, el Comandante Ramírez viajó a Caracas como “asesor”, para arreglar los problemas de “falta de energía” de la nueva nación socialista.
El 4 de febrero de 2010, por cadena de radio y televisión,  Hugo Chávez anunciaba que Valdés estaba al frente de una comisión técnica que abordaría todos los problemas eléctricos del país.
Varios chistes corrieron entre los venezolanos indicando que el visitante sí sabía de electricidad porque la había aplicado por años a los disidentes cubanos.
El dirigente caraqueño, Américo Martín, alertaba que Valdés era fundador del G2, los servicios de inteligencia de Cuba, fue ministro del Interior y toda su experiencia era en seguridad. Señalaba que por el contrario, la Isla tenía un retraso muy grande en la materia, en relación con Venezuela, y los especialistas cubanos no tenían nada que ofrecerle a los venezolanos.
Pero parece ser que Ramiro Valdés, aunque no arregló el problema eléctrico de Venezuela, tuvo la habilidad de dejar instalados los circuitos que permiten al gobierno de Nicolás Maduro saber quién votó por quien, leer lo que se escribe en las redes sociales y escuchar las conversaciones telefónicas.
Con razón el abogado José Graterol ha protestado que con los despidos ordenados por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, se están violando los derechos del pueblo a la libertad de expresión, al trabajo y el uso de las redes sociales e Internet, por órdenes directas de La Habana.
Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com
@copihueblanco

Nueva York - Estado Unidos

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