miércoles, 9 de diciembre de 2015

JOSÉ JOAQUÍN URDANETA CASTRO, MADURO EL ENTERRADOR ENTERRADO

En el mes de Marzo del 2.014 escribimos un artículo titulado “Maduro no es Chávez”, dónde describíamos su falta de liderazgo, preparación intelectual, carisma y sentido de la oportunidad que tenía indiscutiblemente el ex presidente Chávez, que “por ahora” con los resultados electorales del 6 de Diciembre es doble difunto. Decíamos en ese momento que Maduro no calzaba los zapatos del extinto o que era mucho camisón pa´Petra trayendo a colación el refranero popular.

Así resultó, las protestas del 2.014 causaron al gobierno una profunda herida en  el desempeño institucional produciéndole una derrota política y mediática tanto nacional como internacionalmente, con estos lastres en sus entrañas iniciaron el declive de la revolución Bolivariana y por ende del chavismo. Faltaba solo el acto electoral para terminar la ofensiva.
Maduro no supo asumir como Jefe de Estado la situación social y política de esos meses, nunca tuvo la visión de estado, menos la astucia y la inteligencia para pacificar la nación, usó la fuerza sin control, el poder judicial para domar el clima de descontento, por supuesto como respuesta despertó al monstruo civil, las protestas lo arroparon, la violencia y abuso de poder lo colocaron al margen de la legitimidad democrática de desempeño. Cometió tantos errores que se dedicó a buscar enemigos invisibles antípodas de la célebre frase de Arturo Uslar Pietri con la que iniciaba su programa denominado valores humanos, el futuro ex presidente se obsesionó hasta el cansancio con una fulana inexistente “Guerra Económica”.
La revolución clientelar populista declinó producto de la caída de los precios del petróleo en la misma proporción en que las sombras del apocalipsis económico se apoderaba de Venezuela, estallaron los precios, desaparecieron los productos de primera necesidad, explotaron las colas como consecuencia de la incertidumbre y la escasez, los jinetes del apocalipsis cabalgaron cargando sobre sus hombros, la inflación, el desabastecimiento, una grave crisis eléctrica, la inseguridad y la pérdida de la confianza en el valor del Bolívar como resguardo financiero y monetario de las familias venezolanas. Mejor dicho Maduró arruinó al país, en menos de dos años cayó el PIB a cerca del 60% del año 2.013. La miseria se impuso en todo el territorio nacional y cómo decía mi difunto compadre Rubén Darío Barboza Carroz, presidente de Fedenaga, “lo que está abundando en Venezuela es el hambre”, pero no estábamos solos, Dios estaba esperando su justo momento para despertar a los venezolanos.
Con claridad y fe el 6D los venezolanos despertamos y esgrimimos el voto como arma para rescatar la democracia, no nos importó el nombre del candidato, lo importante era derrotar la Revolución Bolivariana, a Maduro y sus acólitos atorrantes. Son el actual presidente de la Asamblea “Odiado Cabello” al igual que el presidente de Venezuela los grandes derrotados, con sus viles acciones y su soberbia destruyeron casi hasta las cenizas el legado de su extinto creador, como consecuencia de sus errores terminaron enterrados y enterrando hasta los afectos que Chávez alguna vez tuvo. Todos los jerarcas del régimen sin excepción tienen fecha de salida y ticket de viaje sin retorno, “no más”, dijo con contundencia la población civil, ya basta de aventureros, de corruptos, ya basta de tanto odio y violencia.
Los partidos opositores reunidos en la Mesa de La Unidad Democrática deben saber  interpretar el deseo de cambio que se convirtió en el torrente de votos expresados el 6 de Diciembre, el principal objetivo fue desplazar al Chavismo del poder, ahora hay que transformar esa fuerza indetenible en un proceso que termine rescatando las libertades, la propiedad privada, el sistema productivo nacional y el Estado Constitucional de Derecho.
El paraíso que Dios regaló a los venezolanos fué para disfrutarlo en cada amanecer con la tranquilidad que brinda la paz y la confianza en el futuro, nuestra querida población civil supo rescatar al borde del abismo a la bienamada República de Venezuela. La libertad y la esperanza de la llegada de  mejores tiempos plena hoy nuestra hermosa nación.
Jose Joaquin Urdaneta Castro
josejoaquinurdanetacastro@yahoo.es
@josejurdaneta

Zulia - Venezuela

1 comentario:

  1. La pertinencia de su escrito, amigo José Joaquín, le viene “de perla” al momento actual. En tan corto espacio, no sacrificó cuestionamiento alguno que bien dejó ver ante quienes han de leerlo.
    Supo combinar bastante bien la profundidad de la disertación, con los casos aludidos. De manera que su escrito, plantea sin medias tintas las realidades que acusa el país. Abrazos, AJMonagas

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