martes, 16 de febrero de 2016

CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN, BAJAR IMPUESTOS, SÍ, SE PUEDE

Un argumento que los políticos del PP repitieron en 2015, y con especial insistencia en tiempo de elecciones, es que como los ingresos tributarios han subido, ahora sí se puede bajar los impuestos. Antes, en cambio, no se podía. Y el ministro Montoro añadió:

Si todos pagásemos los impuestos que tenemos que pagar, se podrían bajar más rápidamente.

Esto es absurdo, porque bajar los impuestos, independientemente de que se deba hacer o no, lo que dependerá del liberalismo de las autoridades, es algo que siempre se puede hacer, y más aún si el partido en el Gobierno cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.

Es decir, cuando los políticos del PP subieron los impuestos, lo hicieron porque les pareció que a ellos mismos les convenía más hacerlo que no hacerlo, porque no hacerlo, dada la situación del déficit público por la caída de la recaudación, les habría obligado a reducir realmente de manera muy apreciable el gasto público. Y eso, de lo que les acusan sus enemigos sin razón alguna, es algo a lo que no estaban dispuestos: querían mantener el gasto, y por tanto se lanzaron al saqueo del contribuyente, en ese momento y para el futuro, puesto que irresponsablemente hipertrofiaron la deuda pública llevándola hasta el 100% del PIB.

Esa política fue un desastre, no sólo por la violación de la libertad de los ciudadanos, sino porque profundizó la recesión, castigó todavía más a los españoles y dificultó los esfuerzos de éstos para reajustarse y preparar a la economía para la recuperación. Pero incluso los partidarios del PP, incluso los que creen que su política fue buena, incluso ellos deberán reconocer que cuando el PP subió los impuestos no fue porque no podía hacer otra cosa, sino porque eligió esa alternativa.

Lo mismo sucedió cuando Rajoy anunció que iba a bajar los impuestos: no fue porque no podía hacer otra cosa, sino porque le convenía políticamente, porque la recuperación aumentaba la recaudación y le permitía mantener o incluso aumentar el gasto público. Otra vez, fue una opción, y la escogió pensando en sus intereses políticos.

Lo del ministro Montoro es la típica maniobra antiliberal de desvincular al poder de cualquier responsabilidad y trasladarla a sus víctimas, asumiendo que si no bajan más los impuestos no es porque el poder no lo desee sino por culpa de unos indeseables cuyos bienes el poder aún no ha podido usurpar en grado suficiente.

Carlos Rodguez Braun
carlosrbraun@gmail.com
@rodriguezbraun

España y Argentina

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