martes, 16 de febrero de 2016

RAFAEL GARCÍA MARVEZ, HABRÁ QUE DARLE UN EMPUJÓN A LA PUERTA.

A partir de la celebérrima fecha del 6 de diciembre pasado donde las fuerzas democráticas obtuvieron un aplastante triunfo electoral de unas dimensiones tales que llevaban implícitas un cambio de Gobierno, del sistema, y asimismo  la forma como se ha venido administrando el país hasta ahora.

Sí, bajo unas circunstancias desfavorables en recursos y poderes asimétricos, con el síndrome del desaliento repicando en todos los oídos, con tentadores obsequios y atemorizantes amenazas, con todo y eso el pueblo a lo largo y ancho de nuestro mapa salió resuelto a los centros de votación a buscar su futuro.

Igualmente a encontrarse con la civilidad, a sacudirse de los pranes del oficialismo que les hurtó el agua, la electricidad, los alimentos, las medicinas, que los rufianes lo transformaron en fortunas particulares para junto con su descendencia llevar una vida libertina, propio de nauseabundas sanguijuelas.

Gracias a este pueblo y a su dirigencia política, en ese orden de importancia, tenemos la mayoría de diputados en la Asamblea Nacional que ayer Cabello transformó en un cuartel de forajidos obedientes. Hoy por el contrario otros están allí para cumplir con los encargos de los venezolanos y las responsabilidades que les concede la Constitución Nacional. Así lo han hecho y no podrán las artimañas, ni los pavores desquiciantes de los pícaros impedir la orden que les dio el soberano.

Todos sabemos que esta situación de ruindad, de miseria vejatoria, no tendrá preaviso, que el cambio del régimen se debe producir lo antes posible.

Sin dilación tendrán que apurar el paso y tomar la decisión sobre si el mecanismo será a través del revocatorio, de una enmienda o la constituyente, pero todo sobre la marcha. Obstáculos, enfrentamientos, dificultades, tramoyas, van a darse sea cual sea la providencia que finalmente se elija.

Es de suprema importancia echar hacia adelante la propuesta de la salida de Maduro del Gobierno. En la actualidad tenemos el apoyo popular que ayer no teníamos. Si el CNE, que por cierto este año se le vence el plazo a dos de sus cincos rectores, o el TSJ, por ejemplo, trata de entrabar el avance del proceso electoral, el pueblo debe dirigirse a sus puertas para impedir la arbitrariedad, es decir, la presencia pacífica pero firme en las calles será fundamental, decisiva para la victoria.

Para concluir, el escritor, Gustavo Tovar Arroyo, asentaba que: “a pesar de lo que considere el imaginario colectivo, la calle no es la calle a secas, la calle es la movilización social y política organizada y bien dirigida. Eso es el verdadero quehacer de un buen político, organizar y dirigir al pueblo hacia su bienestar”

Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo - Venezuela 

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