martes, 15 de marzo de 2016

ISAAC VILLAMIZAR, VENEZUELA EN DESCUIDADOS INTENSIVOS

Venezuela se encuentra enferma. Esta desahuciada. No tiene bienestar ni material, ni espiritual. El cuerpo y la mente de los venezolanos se encuentran en colapso, convulsionados y gravemente atormentados. Si el país vive sus peores momentos económicos y está al borde de la quiebra, sus habitantes no tienen tranquilidad alguna.

Se puede comenzar por decir que el venezolano se está mal alimentando. Y algunos ni eso. Debido a la escasez y costo exorbitante de la comida, el venezolano no hace las tres comidas completas,  y el que medio come lo hace sin los nutrientes básicos. Esto lo convierte en aprehensible a enfermedades, a infecciones y a epidemias graves. Nunca los venezolanos habíamos tenido un verdadero peligro de enfermarnos con facilidad. Pero lo insano no es sólo corporal. También es mental. El venezolano vive angustiado, porque no puede cubrir sus carencias básicas. El estrés, el desespero, la irritación, la ira, por estas colas interminables, por esta pésima calidad de vida, por la campaña de mentira evidente que trata de inocular el gobierno, lo tiene al borde de la locura, de la demencia. Es que este enfrentamiento permanente entre dos posiciones, esta inacción gubernamental por atender de manera efectiva la tragedia nacional, la exposición permanente a la malas noticias y escasas buenas, ha hecho del venezolano un ser prácticamente inadaptado, que dejó de conocer hace bastantes años a una sociedad de paz, de convivencia, de sosiego, de comprensión.
Es terrible que los pacientes graves, con enfermedades terminales, con accidentes serios, no puedan ser tratados en los centros asistenciales públicos como es debido. Y ni hablar de los costos de una clínica, que también carecen de insumos medico quirúrgicos necesarios para atender tanto emergencias como intervenciones planificadas. 
Las divisas han desaparecido para este tipo de suministros. Tampoco para nadie es un  secreto el vía crucis que pasa el venezolano buscando los medicamentos, inexistentes en la mayoría de los establecimientos farmacéuticos. Ya se hizo común la petición de las medicinas por el whatsapp, el twitter, las demás redes sociales, los medios televisivos y radiales, con la esperanza que alguien en el país lo tenga y pueda enviarlo a su destino. Los tachirenses vivimos esta crisis de manera acentuada, porque con una frontera cerrada, no podemos ir ni siquiera a Colombia a comprar el remedio, al precio que ello tenga, con tal de aliviar la necesidad de nuestros enfermos.
De tal manera que eso del derecho a la salud se quedó en un mero postulado. Los venezolanos estamos desprotegidos en materia de salud. Porque el sistema público nacional de salud, si es que se le puede llamar sistema, está desconectado de la realidad y su maquinaria prácticamente se apaga. De paso los profesionales en el área también viven desesperados porque no tienen cómo atender a sus pacientes. Hacen lo humanamente a su alcance para comprender y asistir al enfermo, pero no tiene apoyo alguno.
Está demostrado, entonces, que este gobierno, junto con su intención de hacernos más pobres, nos quiere más enfermos, sin aliento alguno para reclamar algo tan esencial como es la protección de nuestra salud. Esta es una sociedad que no está en cuidados intensivos. Todo lo contrario, la tienen en el más profundo descuido de su bienestar integral, deshumanizada y padeciendo estados terminales. Tal vez a los venezolanos nos quede algún último respiro para sobreponernos a estos quebrantos y recuperemos la dignidad de ser tratados como verdaderas personas.
Isaac Villamizar
isaacvil@yahoo.com
@isaacabogado
Tachira - Venezuela                                                    

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