viernes, 4 de marzo de 2016

JOSUE ARTURO MOLINA SUAREZ, ES SIMPLE PANCHO, LLEGO EL DESMADRE

La maltratada economía venezolana, decadencia social y confrontación política, deben concluir con una salida saludable para la sociedad.

El oficialismo ha jugado al desconocimiento de lo establecido en la Constitución Nacional, y amparados en los nombramientos fraudulentos de Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), torpedea competencias de la Asamblea Nacional (AN), para evitar las investigaciones correspondientes.

Los miles de millones de dólares robados del erario público; los involucrados en compras con sobre precio; el acaparamiento de medicinas y los miles de medicamentos vencidos, (porque los tienen escondidos el oficialismo para el negocio especulativo); las cuentas mil millonarias en dólares de altos funcionarios; las miles de toneladas de comida que han dejado podrir; los acuerdos con otros países para regalar petróleo, y las actuaciones de los funcionarios que se encuentran al frente de las instituciones que tienen que velar por el fiel cumplimiento del deber, no pueden ser revisados, ni interpelados, por diputados de la AN, porque así lo decide el TSJ.

El resentimiento y odio presente en los jerarcas del régimen contra la disidencia lo patentizan con impuestos, devaluación de la moneda, y los controles ruines para la producción y comercialización de bienes y servicios, porque siempre están pensando en la matraca, el saqueo, la destrucción.

Las colas se incrementan diariamente, la escasez hace lo propio, y el oficialismo se encarama en el podio del endeudamiento y la entrega para la explotación y comercialización de los yacimientos de oro y diamante, (propiedad de los venezolanos) a empresas extranjeras. ¿Cuánto les quedará del guiso a cambio de traicionar la patria? Los acuerdos los hacen sin aprobación de la AN, pero se valen de sus testaferros del TSJ.

Las empresas expropiadas ahora en manos del oficialismo (o de quién sabe quién), están quebradas, mientras Tribunales Internacionales dictan fallos para que el régimen venezolano cancele sumas millonarias en dólares a los demandantes por las impulsivas, populistas y arrogantes acciones ejecutadas.

Las calles son nichos para la delincuencia, lugar permanente para el acecho de la muerte y la desgracia. La tranquilidad y la sana convivencia ciudadana pasaron a formar parte del recuerdo.

Las autoridades colombianas cansados de ver como el régimen venezolano violenta acuerdos internacionales, cierra la frontera y además les acusa de su desastre, decidieron aplicar medidas para el libre tránsito de venezolanos en territorio colombiano. Es el legado a lo interno de Venezuela. Ahora exportado a países hermanos.

En repetidas oportunidades el oficialismo en tono de burla, ha invitado a los ciudadanos a prepararse para bailar joropo, sin percatarse que le daban el toque final a su “revolución”. Es simple Pancho, llego el desmadre.

Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1                                                                           
Tachira - Venezuela

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