domingo, 6 de marzo de 2016

MONS. OVIDIO PÉREZ MORALES, CAMBIO DE GOBIERNO: IMPERATIVO MORAL

El enfermo (nuestro país) no puede  estar todavía en sala de espera para consulta, o bajo tratamiento con analgésicos. Debe entrar ya al quirófano para  operación de emergencia. El barco no soporta más al capitán que lo conduce al naufragio, ni arreglos superficiales que prolonguen el hundimiento; reclama un relevo de conductor y de rumbo. Hay problemas que permiten esperas, pero se dan otros, como el presente venezolano, en los  cuales  la demora simplemente agrava.

No es del caso entrar aquí en un detallado inventario de los males, que por su cantidad y seriedad constituyen un conjunto desastroso. Pero no podría menos de recordar algunos factores, agrupándolos por ámbitos. Comencemos por el socioeconómico: desabastecimiento e inflación, que obligan a colas degradantes y pauperización galopante; crisis de la salud, generadora de angustia, penalidades y muertes; destrucción del aparato productivo privado y desmantelamiento de las empresas del Estado; incalculable endeudamiento y oscura alienación depredadora de recursos naturales, puenteshacia una vergonzosa neocolonización.
En ámbito político: línea totalitaria del régimen, que lleva a la negación del pluralismo democrático y la criminalización de toda disidencia; abierta y reiterada violación de los Derechos Humanos; desencadenamiento de la delincuencia, que junto a la amenazas y represión oficiales conducen a una sociedad insegura y amedrentada; desconocimiento exhibicionista de la división de poderes y de la soberanía popular (por ej. ante el 6D); voluntad de convertir la Fuerza Armada en soporte cómplice y brazo punitivo del régimen.
En el campo ético-cultural: imposición de un pensamiento único; hegemonía comunicacional y manejo de la educación como vehículo de adoctrinamiento sectario;  difusión de una anticultura de muerte alimentando odio, violencia y exclusión; culto de la personalidad y endiosamiento de un caudillo difunto; entronización de la mentira como política de estado; escandalosa corrupción administrativa, tanto admitida como propiciada.
¿Visión pesimista de la situación? No. Realista, sí, pero, en todo caso, esperanzada. Porque lo negativo no agota, felizmente, todo el ser-quehacer nacional.Nuestra Venezuela registra hoy, en efecto, una mayoritaria voluntad de cambio, también en sectores afectos al régimen. El soberano se ha dado una Asamblea Nacionalpara abrir nuevos caminos. Hay grandes reservas humanas que, liberadas y estimuladas, pueden reconstruir y llevar ulteriormente al país a un progreso consistente de-y-para todos los venezolanos.
Venezuela tiene futuro positivo, pero con un cambio de gobierno.Este cambio constituye un imperativo moral para gobernantes y gobernados. El deterioro general del país es manifiesto y se profundizará de manera insoportable, si continúan el mismo Presidente, el mismo equipo de gobierno, la misma línea dominante ideológico-partidista.
Empecinarse en seguir gobernando así es poner al pueblo venezolano contra la pared. Exponiéndolo a una explosión social indeseable, a una ingobernabilidad suicida, a  enfrentamientos fratricidas de consecuencias imponderables.
El soberano señaló el 6D un rumbo obligante, distinto del SSXXI inviable y destructor. La Asamblea Nacional debe propiciar, como protagonista principal, un nuevo gobierno, de encuentro-acuerdo-transición nacional, que abra el paso a una solución de largo aliento y constitucionalmente fundada de la gravísima crisis nacional.
El cambio de gobierno es un imperativo moral.No pretendamos, sin embargo, un nuevo gobierno perfecto, ideal. Pero tenemos que exigirlo, sí,suficientemente democrático, sensato, honesto, capaz  eficiente.Contribuyendo todos para ello. También con sincera oración a Dios.

Mons Ovidio Pérez Morales
coroconcert@hotmail.com
@OvidioPerezM
Obispo Emérito de Los Teques
Miranda - Venezuela

1 comentario:

  1. Monseñor Dr. Ovidio, quiera Dios escuchar su petición, a fin de que mejor nos oriente en al responsabilidad de cuando tenemos que hacer, pero bien ayuda que nos seque el mar rojo!
    Pero anhelo, perdone usted que lo escuche Satán y persuada a sus cómplices de que se vayan con hidalguía como cuando lo venció Florentino.
    Aparecerá un poeta que emule a Arvelo Torrealba y un maestro que emula a Antonio Estevez y tengamos una cantata nueva que le hanle a la libertad de Venezuela

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