Hace
apenas seis meses que los presidentes de las dos naciones más grandes del mundo
en lo económico habían dado un primer paso de acercamiento al anunciar en
Washington que el nuevo modelo que intentan implantar entre ellos está basado más en el entendimiento que en la
sospecha. El primero de los retos que está aflorando para materializar sus
buenas intenciones tiene que ver con el espinoso tema de la política nuclear,
un tópico que está atrayendo fuertemente la atención y la intención de ambos
mandatarios.
En materia de política exterior, dos temas le
quitan el sueño al lider norteamericano: las rivalidades en el Mar del Sur de China entre el gobierno de Xi y el gobierno de Corea del Norte que
generan fuertes turbulencias en la zona, además de la amenaza de un catastrófico ataque nuclear
de parte de quienes Obama llamó los
“lunáticos” yihadistas del grupo Estado Islámico. Una vez más China se
encuentra en el centro de los asuntos estratégicos norteamericano y esta vez
puede convertirse en un importantísimo aliado para armar un plan conjunto para evitar un avance de
Pyongyang en armarse de todo un arsenal nuclear altamente peligroso, peligroso
para el mundo en su conjunto.
Sin
duda que una activa colaboración de la gran potencia asiática podría aportar el
músculo y ejercer la influencia
necesaria para moderar o detener las ansias de poder del régimen comunista y
poner orden en la región
De
parte de Kim Jong-un no solo hay una retórica bélica. A lo largo de los años
recientes sus amenazas a los Estados Unidos han venido acompañadas de
ejercicios nucleares frecuentes, y el líder de la nación se ha retratado cerca
de un modelo en miniatura de una ojiva nuclear, lo que no solo inquieta a los americanos, sino que
se han constituido en motivo suficiente para que China prepare un plan de
protección propia y de los vecinos. Ir de la mano con norteamérica le otorgaría
un peso mayor al programa chino de protección regional.
Esta
semana pasada Barack Obama hizo un aparte en Washington con el presidente Chino Xi Jinping en medio de un foro multinacional de mas de 50 naciones dedicado a lo nuclear, y fueron los dos, al
unísono, quienes exigieron a Norcorea
detener sus ejercicios nucleares. China fue más lejos, en un gesto solidario
sin precedentes, al anunciar que
implementará las ultimas restricciones económicas impuestas por el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas en contra Pyonyiang
Obama
y Xi Jinping, igualmente convocaron a la
presidenta de Corea, Park Geun-Hye y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe a
hacer causa común en el propósito de la desnuclearización de la península
coreana y el cumplimiento completo de las sanciones de la ONU contra Pyongyang.
Quienes están enterados de los históricos enfrentamientos que han existido
entre estos países no pueden creer lo que están viendo sus ojos: el peligro
atómico allanando monumentales diferencias.
Así
pues es el tema del desarme nuclear, uno de los temas menos trajinados en la
agenda cotidiana de la relación bilateral chino-americana, el que terminará constituyéndose en el pivote
sobre el cual gire la colaboración entre los titanes en los meses y años a
venir.
Beatriz
De Majo
bdemajo@gmail.com
@beatrizdemajo
Miranda - Venezuela
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