miércoles, 6 de abril de 2016

DOMINGO ALBERTO RANGEL, SE TIENE QUE IR; PERO ¿QUIEN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?

A finales de los años setenta, del siglo pasado, época que cada vez más se define con aquello de “cuando éramos felices y no lo sabíamos”, aunque no era Semana Santa, un profeta visito Venezuela y como se acostumbra en países donde el estado ahoga a la sociedad civil, el gobierno de turno lo acaparó, llevándolo a conocer lo mejor del momento.

El visitante al que me refiero fue Marshall McLuhan, ciudadano canadiense que ha pasado a la posteridad como el visionario que entendió el papel de los medios y de la sociedad de la información, cual motores de lo que hoy día es el capitalismo global, basado en el comercio internacional, en la libertad y las comunicaciones.
Después de haber visitado las empresas de Guayana, que para aquel entonces no estaban paralizadas, luego de haber visto la represa del Guri en pleno apogeo y sin sufrir los embates del Niño y la desidia gubernamental, a McLuhan lo pasearon por la sede de PDVSA recién nacionalizada, esperando que el ilustre extranjero quedara bien impresionado.
Para horror de quienes lo invitaron, casi al pie del avión que lo llevaría de vuelta a su país, McLuhan contestó la pregunta de rigor “cómo ve usted a Venezuela”, pregunta que se suponía iba a ser respondida con frases elogiosas para el gobierno y llenas de esperanza para la sociedad: ¡Nada que ver!
“El país se está atrasando” dijo tajante el gran profeta de la globalización y las comunicaciones para sorpresa de la prensa reunida en aquella ocasión.
Y ante la siguiente pregunta del periodista interesado en aclarar el ¿por qué? de tanto pesimismo en una Venezuela que se suponía era el faro de la América mestiza, Mc Luhan siguió sorprendiendo a la mayoría acostumbrada a respuestas convencionales para las preguntas bobaliconas que generalmente hacen los periodistas.
Mire, dijo Mc Luhan… “Ayer, desde la ciudad de Maracaibo intenté comunicarme, durante 5 horas con mi hotel en Caracas y fue imposible; y desde que llegué no me he podido comunicar con California, vía telefónica, y en el mundo que viene eso es sinónimo de atraso”. Con esto terminó la corta intervención de McLuhan.
Ahora corren otros tiempos, muchas cosas no han cambiado, salvo por los actores, y los invitados del bolivarianismo son otros: Por ejemplo Ignacio Ramonet, un ícono de la izquierda internacional, a la que muchos califican de “caviar”, por sus gustos esquicitos, que pasa el año viajando por todo el planeta, invitado por gobiernos afines a su ideología.
Ramonet a cada rato nos visita y da su opinión sobre lo que ocurre en Venezuela.
Ya Ramonet era un habitué de nuestras televisoras controladas por el estado, en tiempos de Hugo Chávez y no ha perdido la costumbre ahora que gobierna Maduro y aun cuando McLuhan solo vino una vez al país, es posible comparar ambas visitas.
Aclaro para tener en cuenta que cuando McLuhan pisó estas tierras nuestras no existían los“bachaqueros”, no se necesitaba enseñar la cédula en los supermercados para comprar productos de primera necesidad y el visitante en sus exposiciones habló de avances en el uso de las tecnologías de telecomunicaciones como vía para enriquecer la sociedad.
A pesar de esto McLuhan dijo lo que realmente pensaba y a pesar de Guri y las empresas de Guayana, hoy en la carraplana, insistió en que nuestra sociedad se estaba quedando atrasada porque no andaba el país al ritmo de los cambios que iban a revolucionar el mundo.
A Ramonet, de tanto recalar en Venezuela, ya no lo llevan a conocer Guri o las empresas de Guayana, ni falta que hace, sino que más bien lo pasean por la Universidad Bolivariana o la UNEFA, donde lo escuchan estudiantes más o menos politizados, le enseñan comunas, como si las hubiera por todo el territorio nacional, o como si al menos algunas de ellas funcionaran sin el apoyo eterno del presupuesto, y, siempre termina anunciando que la revolución bolivariana es una especie de esperanza y camino universal.
Ramonet en realidad no es original: Repite lo mismo que decían Pablo Iglesias y los dirigentes del PODEMOS español cuando venían a cobrar sus asesorías.
Casi 40 años después el alerta de McLuhan se ha materializado y ahora la tenemos la menor velocidad de conexión a internet de la América mestiza, salvo Cuba que ya está saliendo de eso, y, Haití donde sin embargo es más fácil acceder a la red.
Si nos atenemos al periplo de Obama, que como ya escribí hace más de un año en Notiminuto, responde a la necesidad estratégica que tienen los estadounidenses en el sentido de frenar la influencia china y rusa en América, Venezuela es el país más aislado del hemisferio. También es el más empobrecido y no a causa de la llamada “guerra económica”.
Pero, olvidando a Ramonet que es un actor de poca monta y a sus opiniones evidentemente tarifadas, digamos que si volviese a visitarnos McLuhan, seguramente afirmaría que Venezuela sigue atenida a las políticas que han impedido a nuestra sociedad integrarse al mundo del desarrollo y que esa tendencia ha ido en ascenso.
La puja está clara: Por un lado los mellizos de la polarización insistiendo en mantener el estatismo centralista y socialista que nos ha aislado del mundo y empobrecido hasta límites impensables para los venezolanos… o si una fuerza nueva se gana la población para acometer en nombre del progreso la tarea titánica de cortar las amarras con el pasado.
¡O con McLuhan o con Ramonet, pero quién le pone el cascabel al gato!


Marshall McLuhan profeta de la globalización alertó que íbamos por mal camino, Ignacio Ramonet, a pesar de las evidencias, dice lo contrario

Mientras tanto el alcalde Ramón Muchacho mediante publicidad engañosa ofrece milagros en Chacao... le quedán 500 días...
Domingo Alberto Rangel
doalra@yahoo.com
@DomingoAlbertoR
Miranda - Venezuela

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