martes, 12 de abril de 2016

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, HASTA DONDE LLEGARÁ EL HAMBRE POR LA INEFICIENCIA CHAVISTA,

La economía como ciencia, estudia la administración de los recursos escasos para satisfacer necesidades múltiples, y en la práctica busca el bienestar general, es decir, que se logre satisfacer las necesidades individuales y sociales mediante la instrumentación de las actividades de producción, circulación, distribución, consumo e inversión, sustentadas en el conocimiento que emana de la economía política (estudio del comportamiento del individuo y de la sociedad) a efectos de ser aplicados en una correcta política económica en aras de modificar los comportamientos; a la luz de un definido proyecto de país (modelo social) cuya consecución se procura por intermedio de un plan de desarrollo (herramienta de gestión para promover la elevación de la calidad de vida de los ciudadanos).

El movimiento chavista (mch), se propuso a partir de 1999 un modelo de “desarrollo endógeno” como una política de sustitución de importaciones en el área agroalimentaria donde el gobierno decide qué y cuánto se produce; intención que ha tenido nefastos resultados tal como que la superficie sembrada disminuyó en el lapso 2002-2012 en un ¡17,8%! al variar de 838.353 hectáreas  hasta 689.251, siendo que en 2015 se situó en unas 500.000 hectáreas para una diminución 2002-2015 de ¡40,4%!; por su parte la producción de rubros vegetales disminuyó en el periodo 2000-2011 en un ¡20,3%! al caer desde 17,7 millones de toneladas hasta 14,4 T mientras que en 2015 fue de 4,2 millones de T para una disminución del ¡76,3%! en el lapso 2000-2015; al tiempo que ese anormal desenvolvimiento propició un violento crecimiento en la importación de productos agrícolas y alimentos de un ¡341,2%! entre 1999-.2012 hasta alcanzar unos $7.500 millones en 2012 y $4.399 millones en 2014 para una disminución del ¡41,3%!. Tal contexto emergió, luego que el gobierno intervino más de ¡tres millones de hectáreas! e igualmente expropió gran número de plantas de producción convirtiéndose en el primer empresario agroalimentario del país (pero el menos eficiente), al tiempo de perfilar a Venezuela como el primer importador de alimentos en América Latina (hoy de forma “potencial” ya que no se cuenta con las divisas para ello) a costa del desmembrado aparato productivo nacional.
Venezuela se encuentra en la actualidad sumergida en una profunda crisis de progreso y bienestar, en un marco de economía de escasez donde se destaca un ambiente de “terror alimentario” que está afectando la estabilidad emocional de la familia al punto de  experimentar una explosiva mezcla de rabia y desesperanza (y de neurosis). Es de acotar, que al llegar el movimiento chavista (mch) al poder en 1998 se acogieron a los principios ortodoxos de la ciencia económica, al extremo de consagrarlos en distinto documentos como el Programa Económico de Transición 1999/2000 donde señalaron que “las acciones específicas de la estabilidad monetaria, financiera y cambiaria tiene su pivote central en una prudente política fiscal”; al igual que en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001/2007 donde plantearon la construcción de un modelo vinculado con un sistema productivo diversificado, competitivo abierto hacia los mercados internacionales, basado en la iniciativa privada. Lamentablemente para los venezolanos, en algún lugar del camino extraviaron la cordura económica y soltaron las amarras a una gran ambición de poder (como un fin en sí mismo) cuya ubicación puede localizarse en la aprobación de la Ley de Tierras en el año 2005 (¿inicio de la hambruna del presente?); al igual que con el control del sector agroindustrial  al crearse en 2005 la Corporación Venezolana Agraria y con la comercialización de alimentos por parte del sector público luego de crear Mercal Y Casa en 2003. Esa estructuración se enfocaba en alcanzar un Estado empresario, que es apalancado con la promulgación en 2008 de la Ley Contra el Acaparamiento, la usura y el Boicot y con la Ley de Precios Justos en 2011; siendo que ambos instrumentos jurídicos condicionan la disposición de bienes y el manejo de inventario en aras de reducir las posibilidades de reinversión de la empresa privada (¡con ánimo de pulverizarlas lentamente!); siendo que el 18/07/09 el gobierno anunció que asumiría la importación de alimentos esenciales para, entre otras cosas, “evitar que las empresas privadas sigan negociando con dólares USA al cambio oficial” (¡!), y luego un 10/06/10 Chávez declara la “guerra económica” a la “burguesía apátrida”.
El mch, presentó el 29/03/12 el Plan Nacional Simón Bolívar 2013-2019 señalando que contenía un modelo pro-socialista para propiciar el establecimiento de un modelo post-capitalista, y el 12/06/12 hicieron público su Programa de Gobierno que posteriormente denominaron Propuesta del Comandante Hugo Chávez para la Gestión Bolivariana 2013-2019, en aras de “darle rostro y sentido a la Patria Socialista” lo cual pasaba, indicaron, por pulverizar el modelo socioeconómico burgués para abrir paso a un modelo económico productivo socialista que enfatiza en el manejo centralizado del ingreso nacional para emplearlo en los objetivos socialistas, para “construir” un nuevo tejido productivo sustentado en la propiedad pública, social y colectiva de los medios de producción fortaleciendo el sistema de distribución directa de los insumos y productos de consumo intermedio y final a través de cadenas comunales . ¡¡4 años después!! (Abril 2016), instrumentaron como una ¡gran innovación! (¿?) una Bolsa de Comida que a un costo de Bs 1.135 es distribuida por los Consejos Comunales (¿proselitismo electoral con subyacencia anti AN?) contentiva de 4K de harina de arroz, 4K de harina de maíz, 2K de arroz, 1K de leche, 1 mantequilla y 1 aceite; con implícito manejo discriminatorio ya que la “burocracia comunal “ejerce a voluntad la selección chavista de los beneficiarios, en irracional improvisación para sustituir el sistema de mercado como ente socializador de la distribución que solo exige un salario digno y suficiente y un volumen de oferta cuantioso y diversificado.
La postergación, por necedad (terquedad) del totalitarismo chavista, de un plan para restablecer el equilibrio macroeconómico en cooperación con organismos multilaterales (con o sin el FMI) y la banca internacional, para procurar unos $ 60.000 millones  y el asesoramiento en materia de política económica; que constituye en la práctica  una clara e inmediata acción para enfrentar el actual desastre económico muy especialmente en lo referente al equilibrio del sector externo (entrada de divisas y retorno de la importación de alimentos, medicinas y materia prima), se nos puede convertir en una hambruna que desborde la paciencia hasta aglutinar el clamor nacional en torno a cualquier vía esperanzadora.
Jesús Alexis González     
jagp611@gmail.com      
@jesusalexis2020
Economista

Miranda - Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario