miércoles, 13 de abril de 2016

LUIS BELTRÁN GUERRA G., LA TEORÍA CONSTITUYENTE

El dilema de los países latinoamericanos es su transformación a sociedades estables con pactos constitucionales. Se han escrito conforme al modelo de naciones que lo han logrado, por lo que en el continente la tendencia prosigue pero  sin eficacia.

En repúblicas con pactos constitucionales plausibles la Teoría Constituyente es racional y los preceptos con vocación a permanencia. La volatilidad de la Ley Fundamental es por lo contrario la pauta en aquellas bajo una constitucionalidad imaginaria y transitoria.

La Teoría es en rigor una tendencia a fin de alcanzar estabilidad y progreso, por lo que no puede ser retórica. La seriedad, prudencia y sabiduría determinan propósitos claros, reglas y vocación a cumplirlas por ciudadanos y autoridades legítimas. Un esquema así de claro, no obstante, genera contradicciones en el subdesarrollo (Venezuela, una crisis, Piñera, Tw.21mar. Rousseff confrontará impeachment, El País, mar 31).

No es que la Teoría deje de ser tendencia en las estables. Más bien es dinámica para estimular la maximización nacional. Por supuesto, sin apartarse de ideales con respecto a los cuales la ciudadanía se acordó. Una mixtura de objetividad se requiere tanto en lo convenido, como en lo formalmente pautado y lógicamente con la sensatez de lo qué se pensó como saludable. Lo paradójico en las cleptocracias populistas formalmente legitimadas más para el engaño electorero que el progreso de los desposeídos. Se imponen ante las clases medias y bajas con promesas irrealizables. Para Montaner, demagogos, proteccionistas, intervencionistas, burócratas, clientelistas, inflacionarios, devaluacioncitas, perpetradores del poder, corruptos, debilitadores de la justicia, nacionalistas y antiamericanos. Características del populismo (Diario de Cuba. April).

Las últimas décadas evidencian un episodio que además de producir internamente calamidades agrede a EEUU (Ibídem), país con una tendencia racional a la Teoría y de interpretaciones cónsonas para convertirlo en la 1ra. Potencia. La han precedido jefes de Estado decisivos, articulados y que con clara visión han hecho “The best of my abilities to preserve, protect and defend the Constitution (American Presidents; The Greatest… and the Worst!, B. Harris, 2016)”. Allí no hay dudas que la tendencia a la constitucionalidad sustancial prosigue con éxitos.

Los venezolanos experimentamos  un uso desarticulado de la Teoría acompañado de diversos acontecimientos, uno opuesto al otro, pero con sujeción  al proyecto de turno y de aquel que lo lidere con una terrible experiencia: 1) Gobierno con origen en un golpe de Estado, 2) Socialismo como el definido por Montaner (Ibídem), 3) Constitución del caudillo a quien poco importó que el texto prohibía (Art. 2) como nos mandó, 4) Destruye al país y se le honra en mausoleo, 5) Lo sustituye a quien escoge, no dispuesto a rectificar por el compromiso con el legado y 6) Se le derrota eligiéndose un Parlamento de oposición. Pero, adicionalmente a la crisis humanitaria el Gobierno desconoce las providencias de la AN. Por lo que las leyes y acuerdos no producen sus efectos, quedando en el vacío y los votantes inquietos.

A una amnistía (olvido de penas como medida excepcional para presos políticos) el Primer Magistrado niega el Ejecútese constitucional (Art. 214), excluyéndose un mecanismo exitoso como lo fue con Reagan la ley que permitió a millones de indocumentados hacerle residentes (ZGS, 2016), en la transición democrática española que suprimió efectos jurídicos que pudieran peligrarla y hasta en Colombia con el proceso de paz y el acercamiento EEUU/Cuba. El régimen no admite ni humanitariamente la aquiescencia al convivir democrático. La Teoría Constituyente pasa, por tanto, por su peor momento. Y a Venezuela no queda otra opción que cambiar al Gobierno.

Las alternativas que la Teoría ofrece están supeditadas a la voluntad de los poderes delegados que han hecho nugatorias las que se han intentado, a pesar de su pertinencia constitucional. Pensando en lo impensable, ¿será posible rechazar la consulta al pueblo para la revocatoria (Art. 72) del mandato presidencial? Claudio Fermín, testigo de excepción como asambleísta del 99, la percibe como oferta engañosa, entre otras razones por estar supeditada a la providencia del árbitro electoral, cuya pluralidad democrática dada sus ejecutorias cuesta admitir (www.notiminuto.com).

Largos años de incertidumbre han pasado y al horizonte no se le ve cercano, circunstancia que ha llevado a meditar con respecto a la genética de los pueblos. En El País (España. Abril 2016) Nuño Domínguez comenta que la investigación publicada por Science Advances apunta a que hubo una extinción de linajes tras la conquista de América. Por lo que tal vez cabría plantearse la racionalidad de la Huella Perenne de Herrera Luque. Atrevida aproximación que justifica la angustia.

Tema complejo, por lo que preguntas y respuestas en el vacío, pero prosiguen.

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Luis Beltrán Guerra
luisbeltranguerra@gmail.com
@LuisBGuerra
Caracas - Venezuela

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