La aparición en el
mundo político de Herman Escarrá, el mismo que
en el 2008 dijo, copio: “Vamos a formalizar la acusación penal contra el
régimen por la violación grave del derecho internacional de los DDHH. Vamos a
defender a los presos de antojo, presos políticos, exiliados, secuestrados. El
más grave daño que se le ha hecho a la nación en materia de DDHH lo ha hecho
Hugo Chávez Frías”. Sí, eso dijo quien repta su gorda humanidad en la excreta
de los sátrapas.
Pero más allá del
comportamiento de este venezolano que debe abochornar amigos y familiares, hay
unos elementos de fondo que son los que verdaderamente nos interesan.
Por ejemplo: ¿Por qué
Maduro echa mano del discurso de este malmirado abogado? ¿Llega a tanto su
soledad, su orfandad, el peligro de su definitivo derrumbe para alquilar la voz
de quien pocos años atrás despotricara públicamente de Hugo Chávez? ¿Tan grave
es el asunto dentro de casa? ¿Tan desamparado de apoyo popular y de dirigentes
de prestigio en el Psuv para que den la cara y expliquen lo que van a hacer o
no hacer?
Pues, sí, además, el
Gobierno no tiene ninguna posibilidad, ni siquiera remota de preservar el mando
por mucho tiempo ni por mucho poder que aún manosee. Ni por mucho Tribunal
Supremo de Justicia besando las suelas de sus zapatos. Ni por mucho alto mando
militar postrado ante el anciano comunista del desgraciado país isleño.
Es decir, que por
ahora todas estas tretas tan solo le sirven para prolongar su caciquismo quizás
unos meses más y tapar algunas que otras trapisondas y terminar de recoger
ciertas cosas que se mueven aún por allí y echarlos en sus bolsillos. Pero no
existe fuerza humana que haga retroceder a un pueblo que decidió ser libre. Ni
de nada valdrán las vilezas de las bolsas de comidas que reparten cuasi
delincuentes mercenarios para aprovecharse del hambre de los más necesitados.
Mientras todo esto
ocurre la Asamblea Nacional hoy en manos de los demócratas y sus diputados
hacen su trabajo para lo que fueron votados. Las fuerzas políticas de la
oposición con unos que otros traspiés se empecina en buscar la unión para mayor
efectividad. Sus luchas se vuelcan hacia las profundidades sociales donde viven
los más humildes, los engañados por esta jefatura sin principios ni doctrinas.
Hay disconformidad en
la oposición porque no se está de acuerdo con algunas decisiones, porque se
quiere salir ya, ahora mismo de esta depravación. Pero jamás piensan que la solución de sus problemas está
en una hipotética rectificación del Gobierno.
Finalmente, coexiste
una sociedad civil preparada, activa, muy activa, que decidió más nunca ser
indiferente, sí razonablemente protestaría. Sus luchas son solo por la
libertad, por la democracia, por el rescate de la civilidad. Creen que las
calles están ahí no solo para andar por ellas sino también para la insurrección
cívica, para dejar oír sus gritos de reproches contra una revolución agónica
Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Carabobo - Venezuela
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