martes, 24 de enero de 2017

LUIS ALBERTO MACHADO, SI DIOS NO EXISTE....

“DIOS MÍO, SI EXISTES, SALVA MI ALMA, SI ES QUE LA TENGO”.


1- Hay que tener presente que, si se quiere admitir la libertad de pensar que dos y dos no son cuatro, se deben aceptar todas las consecuencias que se derivan de ese cálculo subjetivo, aun las que sean contrarias a nuestros propios intereses (este primer párrafo fue tomado Singrid Unsset, escritora noruega, Premio Nobel 1928. Véase: Rossi, G., Hombres que encontraron a Cristo. Studium, Madrid 1954, p.144).
Y, si Dios no existe, tan honrado es el hombre veraz, como el estafador; tan honrada es la esposa fiel, como la adúltera; tan digno de mérito el que se expone por salvar la vida de otro, como el que asesina; tan digno de mérito el soldado que va a morir por su patria, como el que la vende. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? Todos actúan según su parecer. Y, si Dios no existe, no hay persona que pueda decidir, ni argumento que pueda probar que unos hacen bien y que otros hacen mal.
Si Dios no existe, la única vida es esta. Después de la muerte, nada. Entonces, lo lógico es que aprovechar los años de esta vida de la mejor manera posible. A costa de lo que sea.
Si Dios no existe, todas las cosas deben concebirse como simples instrumentos de placer. Es lógico, por tanto, utilizarlas en cuanto lo produzcan y rechazarlas en cuanto no lo produzcan.
Si Dios no existe y una persona considera que un robo constituye un medio para la consecución de algún placer, lo lógico es que robe; y si es una mentira, lo lógico es que mienta; y si es una muerte, lo lógico es que mate…
Por tanto, si Dios no existe, ¿con qué argumentos se puede demostrar que robar, deshonrar, mentir, calumniar, torturar, matar… es malo? Con ninguno.
2- Si Dios no existe, el único valor que tienen todas las leyes es la fuerza. Dentro de los diversos pareceres, no hay manera posible de saber cuál es el acertado y se impone el grupo que por la fuerza pueda someter a los demás. Pero la fuerza solo puede obligar por la fuerza y, si una persona o un grupo pueden, en una u otra forma, evadir esa fuerza, ¿por qué motivo van a dejar de actuar contra las leyes, si ello les conviene? Si Dios no existe, no encontrarán un solo motivo.
Si Dios no existe, tampoco hay ninguna razón para poder decir que los que gobiernan no deben utilizar todos los medios a su alcance para mantenerse en el poder, aun aniquilando totalmente a cuantos se opongan a ello; así como tampoco, para condenar a aquellos otros, que, no detentando el poder, utilizan todos los medios, legales e ilegales, para derrocar a los que gobiernan.
Si Dios no existe, ¿en qué se diferencian las normas emanadas del poder legislativo de un estado de las emanadas de una guarida de bandoleros? En nada. Simplemente unos tienen más fuerza.
Concluyendo: si Dios no existe, no tiene sentido hablar de la virtud y del vicio, de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto.
3-Como consecuencia de la negación de la existencia de Dios, el materialismo niega igualmente la existencia del alma.
Por consiguiente, para el materialismo el hombre es una ”cosa” más entre las muchas que se conocen, y, a la postre, una rueda más en el organismo multiforme y mecánico de la sociedad.
Por eso mismo, necesariamente dentro, dentro de una concepción materialista, la sociedad cada vez adquiere más preeminencia sobre las personas que la constituyen; y sus poderes van aumentando paulatinamente en extensión y profundidad. Los organismos internacionales abarcan la dirección de múltiples campos de la actividad humana; y el hombre, con la disminución progresiva de la libertad, va perdiendo también la conciencia de sus convicciones y de sus responsabilidades.
Dentro de esa misma concepción materialista de la vida, el hombre no posee un alma espiritual; y, por tanto, ha de ser considerado como un objeto, como un instrumento más o menos perfeccionado, al cual se la da más o menos importancia según sea su utilidad en el proceso técnico, económico o político. En algunos momentos, servirá para trabajar, y en otros, para votar. A veces, también para matar.
4- Si el hombre no tiene alma espiritual, la persona no tiene dignidad. Si no ase parte de la base de la existencia del espíritu, la tan repetida frase: ”Reconocimiento a la dignidad de la persona humana”, no tiene ningún sentido. El insistir tanto sobre ella pareciera más bien la expresión de una conciencia colectiva de culpabilidad.
Si el hombre no tiene alma espiritual, el hombre es un animal que no se diferencia de los demás. Y así nos encontramos con la paradoja de animales tratados como hombres y hombres tratados como animales.
Si el hombre no tiene alma espiritual, ¿por qué no se la va a poder eliminar, si su existencia simplemente no es conveniente? ¿Por qué alguien se va a inmutar si por haberle dado muerte masivamente a miles de inocentes en unas pocas horas? ¿Por qué se creó el término ”genocidio” para tipificar el delito consistente en la matanza de minorías reciales, nacionales o religiosas? Ningún ser humano pierde ni un minuto de sueño por haber exterminado durante el día cientos, miles o millones de hormigas o de moscas. Y si el hombre no tiene un alma espiritual no hay diferencia entre un hombre y una hormiga o una mosca. Para diferenciarlo, a lo más, se podrán aducir argumentaciones de orden sentimental, pero que, en aquel supuesto, no tiene ningún fundamento racional.
Una vez, el mundo vio crecer un hombre que no era un sentimental, pero que, admitido un primer principio, raciocinaba con lógica. A este hombre se le enseñó que Dios no existía y que, por tanto, el hombre no tenía un alma espiritual. Y convencido de esto, procedió en consecuencia. Se llamaba Adolfo Hitler.
5- Y quienes le ensenaron a Adolfo Hitler que el hombre no tenía un alma espiritual fueron, entre otros, unos dirigentes políticos que, con la mejor intención ciudadana, defendían el sistema democrático de gobierno. Y Adolfo Hitler precediendo con lógica, acabó el sistema democrático de gobierno.
El fundamento de la democracia es la existencia de un alma espiritual. Carlos Marx, hace más de cien años, advirtió claramente esa realidad. En 1843, afirmó que la democracia está basada en ”ilusión, el ensueño, y el postulado del cristianismo, es decir que todo hombre tiene un alma inmortal”. Por esto fue que Marx rechazó la democracia (el párrafo anterior está tomado de L. Calhoun. The Christian understanding of man. Chicago, Willet, Clarek and Company, 1938, p. 104. Sheen F., El comunismo y la conciencia occidental. Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1951, p. 88 y 89).
Si el hombre no tiene un alma espiritual, la democracia no tiene razón de ser y se convierte en una simple fórmula externa que, carente de contenido, tiende hacían su propia desintegración, al perder todo aliento de convicción en el presente y, por tanto, toda perspectiva para el futuro.          
6- Para el materialismo marxista Dios tampoco existe. Pero el materialismo marxista no se conforma con negar la existencia de Dios sino que, además, saca consecuencias de esa negación y las lleva a la práctica. Mucho antes de la aparición de Adolfo Hitler, el marxismo ya había deducido las conclusiones que se derivan de la negación de la existencia del alma ”.
Segunda parte
7- Nuestro programa-dice a su vez Lenin-radica… más que nada en la filosofía materialista. Por eso nuestra propaganda abarca necesariamente el ateísmo” (este párrafo fue citado de Sheen F., El comunismo y la Conciencia Occidental, Espasa Calpe, 1951, p.73).
Toda idea- escribe Gorki- que implique, de cerca o de lejos, la creencia de Dios, constituye una indecible infamia y la más dañina y abyecta infección (este párrafo fue citado de Correspondencia de Lenin a Máximo Gorki. Véase la revista ”Estudios sobre el comunismo”, n.15, p.32, 1957, año V).
El fundamento del marxismo es, pues, la negación de Dios.
Para el marxismo, todo lo que existe es materia. Y la materia evoluciona. Y evoluciona de acuerdo con un proceso de llamado dialéctico” que consta de tres elementos: tesis, antítesis y síntesis (Marx aplicó el proceso dialéctico del idealismo de Hegel). De aquí el nombre de materialismo dialéctico…
Según el marxismo, la evolución de la materia está regida por tres leyes: la ley de los contrarios, la ley de la ley de la negación y la ley de la transformación…
La oposición de los contrarios produce el movimiento. La materia-según el marxismo- es autodinámica, es decir: se mueve a sí misma.  Por tanto, no es necesario un Primer Motor del universo, o lo que es igual: Dios no existe. ”Queda borrado el último vestigio de un creador externo del mundo” (este párrafo fue citado de Engels, F, anti-Dühring. International Publishers, N.Y. 1935, p. 18. )…
La ley de los contrarios no es válida, más adelante veremos que tampoco la ley de la ley de la negación y la ley de la transformación…:
Veamos. …”todo lo que se mueve es movido por otro.  Pero si lo que mueve a otro es, a su vez movido, es necesario que se mueva un tercero, u éste a otro. Más no se puede seguir indefinidamente, porque así no habría un primer motor y, por consiguiente, no habría motor alguno, pues los motores intermedios no mueven más que en virtud de movimiento que reciben del primero, lo mismo que un bastón nada mueve si no lo impulsa la mano. Por consiguiente, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie, y a éste es al que todos entienden por Dios” (este párrafo fue citado de la Suma Teológica, de Santo Tomás de Aquino, l, q.2, a.3.).
La organización material de un ser la determina: o la casualidad, o la naturaleza de ese ser, o una ”Inteligencia Ordenadora”.
La casualidad, es, con razón rotundamente rechazada por el mismo materialista marxista. Pero son tantas, casi incalculables, aun en términos matemáticos, las casualidades que tendrían que darse para que se produzca aun simplemente la organización material de un ojo, es admitir la más imposible de las casualidades. El materialismo marxista se contradice a sí mismo.
Y no nos queda sino una solución: la existencia de una Inteligencia que dirige todas las cosas naturales a su fin: Dios.
Ante una simple máquina de fotografía, a nadie se le ocurre pensar en que ella hubiera podido existir en que ella hubiera podido existir, sin que un ser inteligente la hubiera ideado y construido. Pues bien, el ojo es una ” máquina de fotografía” incomparablemente más perfecta que cualquiera de las que pueda inventar el hombre. ”El que ha inventado el ojo-preguntaba Newton-¿podía desconocer las leyes de la óptica?”.
Pensar que la organización material de un ojo se debe a la casualidad o a la naturaleza del ojo, lo cual viene a ser lo mismo, es igual a decir que ”El Quijote” pudo no haber sido la obra de un escritor, sino de alguien que arrojó al azar sobre una superficie plana todas las letras en él contenidas, las cuales por azar cayeron en la misma forma que se lee en esta obra. Es sencillamente absurdo.
Y, si esto puede afirmarse de un ojo, ¿qué decir de la combinación de los millones y millones de moléculas que componen todos los cuerpos del universo en perfecta consideración? Una inteligencia infinita- Dios- rige el universo.
8- Luis Pasteur, uno de los más grandes sabios de todos los tiempos expresó: ”Por haber reflexionado y estudiado mucho, he conservado una fe de bretón; si hubiese reflexionado y estudiado más, hubiese llegado a tener una fe de bretona”.
Muchos testimonios de figuras de gran relieve de todos los siglos y en todas las actividades humanas, podrían presentarse en este mismo sentido. Sobre todo, hoy, el número de conversos es verdaderamente impresionante; sin precedentes, en la historia (este último párrafo está tomado de Giordani, l, Los grandes conversos, Barcelona, Edit. Casulleras, 1955).
La ciencia, a medida que avanza, va acercando al hombre más y más a Dios. Max Plank, físico alemán, Premio Nobel 1918, quien por su concepción de la energía expresada en su teoría de los ”quantas ” tiene en la física actual una importancia no superada por ningún otro hombre de ciencia de este siglo, afirmó explícitamente, recogiendo un sentir común entre los científicos de hoy: ”La religión y la ciencia no se excluyen como algunos creen o temen, en nuestros días, sino que se complementan mutuamente ”.
9- Y esos mismos hechos que el materialismo marxista constata, nos hacen ver la necesidad de la existencia de Dios.
La semilla, que, al negarse- según la Ley de la Negación-, reproduce la vida, tiene que contener vida. Y contiene vida por la mata o el árbol que la produce. Y así sucesivamente. La vida la ha recibido de otro. No tiene la vida por sí misma. Y si no existiera un Ser, que Él mismo fuera la Vida, que no tuviera necesidad de recibir la vida de ningún otro ser, la vida no existiría. Es así que la vida existe, luego tiene que existir ese Ser. Y a ese Ser lo llamamos Dios.
Y la misma argumentación se aplica a los procesos a que refiere la Ley de Transformación. Estos no se realizan por sí mismos, sino por la actividad de agentes que tampoco explican su propia actividad. Y ellos no podrían tener la actividad, si no existiera un Ser que por sí mismo tuviera actividad, y a ese Ser lo llamamos Dios.
10- Por otra parte, los mismos hechos comprendidos en las leyes de Negación y Transformación hacen imprescindible la existencia de una inteligencia ordenadora. Una semilla de maíz produce siempre una semilla de maíz produce siempre una mata de maíz; el agua al calentarse hasta cierta temperatura, se convierte siempre en vapor. ¿Por qué? ¿Por casualidad? Ya vimos que el materialismo marxista no lo admite. ¿Por naturaleza de esos seres? Ya vimos que es esta la más imposible forma de casualidad. Solo hay una respuesta: Dios.
Dios existe. La inteligencia humana puede, por sí sola, demostrar su existencia a través del mundo visible, remontándose a los efectos de la causa. Y todo aquel que no tenga la vista nublada por otros afanes que le impidan buscar la verdad con el propósito verdadero de encontrarla, podrá ver con claridad la obra de Dios en las criaturas.
Aquellos materialistas, marxistas y no marxistas, que niegan la existencia de Dios, desean que Dios no exista. Al menos, comenzaron por desearlo.
La ley de la gravedad no afecta la vida de persona alguna. Pero si así fuere, algunos la negarían.
Aquel para cual la existencia de Dios no representa ningún motivo de turbación interna, ni tiene ningún motivo de turbación interna, no tiene razón para poder pensar que se sentiría más a gusto si Dios no existiera, ése ni siquiera dudará de la existencia de Dios. Es cierto lo que afirma San Agustín: ”Nadie niega a Dios sino tiene interés en que no exista”.

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Tercera parte
11-Todo lo anterior, fue copiado del libro Afirmación Frente al Marxismo. Libro de Luis Alberto Machado, mi papá.
El primer capítulo que aparece en la primera parte, fue copiado totalmente del primer capítulo, cuyo título es ”SI DIOS NO EXISTE…”
El segundo capítulo que aparece en la segunda parte, fue copiado casi en su totalidad del mismo libro, cuyo título es ”SIN DIOS”. Este segundo capítulo se ha podido haber llamado ”DIOS EXISTE”.  Sin embargo, me pareció que ”SI DIOS NO EXISTE…” sirve como título para todo este trabajo. De la primera parte, primer capítulo, ”SI DIOS NO EXISTE…”, me parece que le aplica muy bien la frase de Fiódor Dostoyevski:
Si Dios no existe… todo está permitido y si todo está permitido la vida es imposible”
De la segunda parte, segundo capítulo, ”SIN DIOS”, mi papá sigue la teología de Santo Tomás de Aquino y también de alguna manera, del enfoque religioso que tuvo Cicerón. Veamos:
Santo Tomás de Aquino dijo que no hay contradicción entre la fe y la inteligencia, que por la inteligencia, se llega al convencimiento de que Dios existe. De este raciocinio, partió Santo Tomas de Aquino, para formular las cinco vías para probar la existencia de Dios. En dichas 5 vías, Santo Tomás de Aquino se basa en la filosofía de Aristóteles, y también en Cicerón. Éste existió después de Aristóteles y antes Santo Tomás de Aquino.

Aristóteles vivió del 384 antes de Cristo, al 322 antes de Cristo. Cicerón vivió del 3 de enero del 106 antes de Cristo, al 43 antes de Cristo. Santo Tomás de Aquino nació a finales de 1224 o principios de 1225 y murió el siete de marzo de 1274. En consecuencia, Cicerón conoció el pensamiento de Aristóteles pero no conoció el cristianismo y además le era imposible saber que muchos años después iba a nacer Santo Tomás de Aquino. Sin embargo y sin saberlo, Cicerón dijo en el momento antes de morir una frase que está basada en lo que después fue una las 5 vías de Santo Tomás de Aquino:
Causa causorummiserere mei“: “Causa de las causas ten compasión de mí”.
Esto último, basado en Santo Tomás de Aquino y Cicerón, lo cita mi papá, cuando en Afirmación Frente al Marxismo, dice que ”Dios existe. La inteligencia humana puede, por sí sola, demostrar su existencia a través del mundo visible, remontándose a los efectos de la causa” (fin de la cita).
No olvidemos ”Las Catilinarias”, que fueron 4 discursos de Marco Tulio Cicerón, pronunciadas por su oratoria magistral contra Catilina, luego de haber sido descubierta y reprimida, una conjura encabezada por Lucio Sergio Catilina para dar un golpe de estado. La más famosa es la siguiente:
Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
”¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?”
12- Afirmación Frente al Marxismo es un libro que ataca frontal y claramente, al marxismo, en un momento en que al decir de dicho libro, el marxismo estaba en un gran apogeo mundial en que la tercera parte de la humanidad habitaba en zonas dominadas y controladas por marxistas, y en el que había plena actividad de las guerrillas en Venezuela, que estaban dirigidas, financiadas y estimuladas y apoyadas por marxistas dentro y fuera de Venezuela, sobre todo afuera.
Hubo un hecho muy sorpresivo y curioso:
A uno de los guerrilleros venezolanos, que capturó las Fuerzas Armadas Venezolanas, le encontraron en su morral, granadas y todo tipo de armas que cupieran dentro del mismo y además de todo eso, el libro Afirmación Frente al Marxismo (las Fuerzas Armadas Venezolanas de entonces, lucharon, combatieron y con el tiempo derrotaron al movimiento insurreccional guerrillero venezolano, que como antes dijimos, estaba marxistamente ideologizado).

13-Afirmación Frente al Marxismo le hace frente a lo que propugna Carlos Marx, quien dice que Dios no existe, que el ser humano no tiene alma inmortal, que “la religión es el opio de los pueblos”. Por lo tanto, Marx nunca habló de la muerte. Fue algo que nunca logró resolver. Se puede desprender del pensamiento de Marx, lo siguiente:
“Luego de la muerte, la nada”.
Si luego de la muerte está la nada, ¿qué sentido tiene esta vida? 

¿Qué esperanza tenemos?
La desesperanza del marxismo, ha producido “un sacrificio sin amor, de ahí que el comunismo haya producido una sociedad autoritaria, cruel, opresora de la libertad humana, llena de campos de concentración, pelotones de fusilamiento y lavados de cerebro” (El anterior texto está citado en Afirmación Frente al Marxismo y a su vez fue citado de Fulton Sheen, “Vida de Cristo”).
Con el debido respeto y aprecio a los practicantes de las demás religiones y a todos los que buscan sincera y honestamente a Dios, podemos decir que a diferencia de marxismo, el cristianismo representa un sacrificio con amor, que trajo a la humanidad, la posibilidad de poder ir al cielo, luego de nuestra muerte. Además, trajo al mundo, la reconciliación, la misericordia y la justicia. A diferencia de la desesperanza del marxismo, la esperanza del cristianismo, está muy bien definida por Jesucristo:
«Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás” (Juan 11: 25-26).
Luis Buñuel dijo una frase que se hizo famosa: “soy ateo, gracias a Dios”.
En nuestra opinión, es la frase de un creyente.
14- Afirmación Frente al Marxismo está dedicado “A mis hijos. Algo que debo decir para la posteridad y es que una vez me dijo mi papá, que para él, su mejor libro, el más importante y más influyente, no fue el más vendido y más conocido, como lo es “La Revolución de la Inteligencia” sino Afirmación Frente al Marxismo.
La primera edición de Afirmación Frente al Marxismo, fue publicada por Editorial SÍGUEME, Salamanca, España, 1963. Es muy importante saber el contexto religioso y político, que tenía mi papá para ese momento:
Para esa época, el Presidente de la República, era Rómulo Betancourt. Era su segundo gobierno (1959-1964). En este gobierno, mi papá fue vice Ministro de Agricultura y Cría, siendo Víctor Giménez Landinez el ministro. En 1961, Víctor Giménez Landinez, como Ministro y en el Campo de Carabobo, firma la Reforma Agraria. Varias veces mi papá quedó como ministro encargado de dicho ministerio.
Ahora bien,

Rómulo Betancourt había sido marxista y auto declarado “ateo”. En tiempos de López Contreras, fue expulsado del país por marxista y se fue a Costa Rica en el que fue cofundador del partido comunista de dicho país. Cuando vuelve al país, preside su primer gobierno, en lo que algunos llamaron “el trienio adeco” (1945-1948). En dicho gobierno hubo una posición muy anti clerical y muy anti Iglesia Católica, manifestándose esto, entre otras cosas, por el llamado Decreto 321. Eso fue el recordado decreto contra la educación privada que trajo como consecuencia que los curas y monjas, sacaran a la calle a protestar, tanto a los muchachitos de pantaloncitos cortos, como a los más grandes. Se armó una conmoción política tan grande que dicho gobierno tuvo rápidamente que derogar dicho decreto y destituir al ministro.
Además, este primer gobierno de Rómulo Betancourt, hizo otros actos de hostilidad hacia la Iglesia Católica, tales como pretender crear una iglesia paralela, creada por un falso cura.
Luego de Rómulo Betancourt, en diciembre de 1947, se realizaron en Venezuela, las primeras elecciones directas, secretas y universales. Ganó Rómulo Gallegos, por un margen superior a 70%. En segundo lugar, quedó Gustavo Machado y en tercero, Rafael Caldera.
Pero el 24 de noviembre de 1948, los militares tumban a Rómulo Gallegos. En consecuencia, Rómulo Betancourt se tiene que ir nuevamente al exilio y esa vez se fue a Nueva York.
En dicha cuidad se encontró con otro exiliado, con el Padre Alfonso Alfonzo Vaz. Un día almuerzan juntos y el Padre Alfonzo le pregunta qué cuál había sido el problema más fuerte que había tenido en su primer gobierno (1945-1948). Rómulo Betancourt contestó:
El decreto 321
Eso le hizo ver a Betancourt, que era políticamente torpe, el pelear con la Iglesia. Dice el dicho que es de humanos errar pero de sabios rectificar. Y es el caso que Rómulo Betancourt, en su segundo gobierno, tiene las mejores relaciones posibles con la jerarquía de la Iglesia Católica, a tal punto que firmó la ley del “Modus Vivendi”, que fue el convenio que todavía hoy, rige las relaciones entre el estado Venezolano y La Santa Sede.
Es de notar que si bien no fue un concordato, atendió a una petición de las autoridades eclesiásticas venezolanas para que se derogara El Patronato Eclesiástico, que regía las relaciones entre La Santa Sede y Venezuela desde la época de la Colonia y que obviamente ya no era más aplicable.
Esta ley fue ratificada posteriormente por el Congreso Nacional, durante el período del presidente Raúl Leoni
(1964-1969), siendo mi papá diputado por el Estado Mérida e intervino para que dicha ley fuera ratificada.
Además, Rómulo Betancourt zanjó una pugna política que hubo en Venezuela, para que el José Humberto Quintero, que venía de ser obispo auxiliar de Mérida, fuera arzobispo de Caracas, como había sido nombrado por San juan XXIII.
“¿Qué tienen contra ese curita que es tan bueno? No quiero líos con El Vaticano”.
Y le terminó de dar el plácet para que José Humberto Quintero fuera arzobispo de Caracas.
Es también el caso que Betancourt se hace amigo del Cardenal Quintero.
Una vez sucedió el siguiente diálogo entre ambos:
-“Presidente, ¿usted práctica la religión? ”
“-No creo en Dios, Su Eminencia”
-” Tengo la oración para los ateos, ¿me promete rezarla todos los días?”
“-Se lo prometo si no me compromete”.
El cardenal Quintero se la copia.
-“No me compromete, se lo prometo, la rezaré todos los días”.
La oración decía:
-“Dios mío, si existes, salva mi alma, si es que la tengo”.
Por razones que ahorita no vienen al caso, tenemos pleno conocimiento que el presidente Rómulo Betancourt dejó de ser ateo y terminó siendo creyente.
15- Santo Tomás de Aquino dice que todo lo que sucede es porque Dios lo quiere o lo permite. Dios es el bien infinito. De Dios no puede salir mal alguno. Ahora bien, el mal existe. El mal no viene de Dios. El mal viene de nosotros mismos. Santo Tomás de Aquino dice que la causa primera del bien, es Dios y nosotros somos la causa segunda. En cambio, la causa primera del mal somos nosotros mismos. El mal no es querido por Dios sino permitido por Dios y del mal que permite, saca bienes mayores.
De acuerdo a nuestro recto y sano criterio teológicoDios no permitió que el ex presidente de República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo, alias “Chapita”, pudiera haber asesinado al presidente Rómulo Betancourt. Chapita era un militar muy folclórico. Le decían “Chapita” porque le fascinaban las condecoraciones y por lo tanto, tenía el uniforme lleno de “chapitas”. En consecuencia, no parecía vestido de militar sino de “martes de carnaval” y en los “tanques de guerra” que en algún momento se montó, no parecían tanques de guerra sino “carrozas de un desfile de carnaval”.
El tal “Chapita” fue el cabecilla y el que financió el atentado de magnicidio, del 24 de junio de 1.960, día de fiesta nacional que nos recuerda la Batalla de Carabobo. En el camino al desfile Militar en Los Próceres, es volado un carro a control remoto que tenía una carga de explosivos con el objetivo de asesinar al presidente Betancourt (el tal Chapita fue un presidente de lo que pudiéremos llamar “la extrema derecha”).
Rómulo Betancourt se salvó milagrosamente (no lo permitió Dios). El presidente Betancourt al salir del carro, se quemó las manos y luego que le pusieran unas vendas y unas curas, en vez de ir al hospital, pidió que lo llevaran a Miraflores, donde con las manos vendadas, dio un discurso al país para tranquilizarlo para también para denunciar semejante acto que hoy en día llamaríamos como “atentado terrorista y magnicida”.
Tampoco permitió Dios, que el movimiento subversivo guerrillero, lo derrocara (lo que pudiéremos llamar “la extrema izquierda”).
Ni la extrema izquierda, ni la extrema derecha, pudieron con Rómulo Betancourt y obviamente que Dios, que existe, lo ayudó a que no fuera ni asesinado por la extrema derecha de Chapita, ni derrocado por la extrema izquierda de las guerrillas venezolanas del momento. Bien está expresado que nada sucede sin que Dios lo quiera o lo permita:
“¿Acaso un par de pajaritos no se venden por unos centavos? Pero ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a ustedes, hasta sus cabellos están todos contados. ¿No valen ustedes más que muchos pajaritos? Por lo tanto no tengan miedo”. Mateo: 10. 29-31.
Santo Tomás Moro, poco antes de su martirio, consuela a su hija:
“Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que Él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor” (Carta de prisión; cf. Liturgia de las Horas, III, Oficio de lectura 22 junio).
16- Este trabajo lleva el título “Si Dios existe”. Y vemos como la oración del cardenal Quintero para los ateos, comienza diciendo “Dios mío, si existes…”.
El final del libro Afirmación frente al Marxismo, es este:
“La humanidad está entrando en una nueva era.
Y una vez más, Cristo afirma: No temáis. Yo he vencido al mundo”. Mateo, 28, 10. Juan 16, 33.
17-Este es el sexto capítulo de una serie de envíos sobre Luis Alberto Machado Martínez, mi papá, de quien me siento muy orgullo de ser su hijo.
Luis Alberto Machado Sanz
machadosanz@gmail.com 
@caballitonoble
Caracas - Venezuela

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