ADULTOS MAYORES
Son muchas las cosas de las que podemos hablar de este importante sector
de la población, que en estos dos últimos años ha estado más activo que
cualquier otro sector de la sociedad, exigiendo que se cumplan sus derechos
consagrados en la Constitución y las leyes, por demás violentados por el actual
régimen. Pero más allá de que el Estado cumpla o no, también es importante
tomar en cuenta el trato que el anciano recibe de la sociedad como un todo.
Sería motivo de un tratado describir la deuda social del Estado para con
este sector, no sólo con el incumplimiento de las leyes o por la falta de
promulgación de algunas, sino que los adultos mayores han pasado al olvido, los
gobernantes de ayer y hoy deberían sentir pena al ver morir ancianos por no
conseguir alimentos y medicinas, eso no tiene ninguna justificación.
Se incumplen las leyes y las desvirtúan para justificar la manipulación
y el control social sobre la gente, ejemplo, el régimen inventó la Misión Amor
Mayor para pensionar a quienes no habían cotizado al Seguro Social, cosa que no
era necesaria, porque la Ley de Seguridad Social promulgada en el 2002 ya lo
contemplaba. Algo parecido sucede con el resto de las misiones, creadas no para
resolver los problemas de fondo, sino para cumplir una misión estrictamente
electoral. Pues si aquí se cumpliera cabalmente la Constitución nacional, no
tendría sentido la perversa manipulación que ejercen sobre la gente a través de
ese y otros instrumentos como el denigrante carnet de la patria.
En medio de la profunda crisis de hoy, no existen paliativos, mucho
menos soluciones de fondo a tan delicado asunto. Los abuelos merecen el respeto
y consideración de toda la sociedad, ellos deben gozar de condiciones para una
vida digna, disfrutar de un ambiente sano donde pueda desarrollar sus
capacidades creativas, participar de las decisiones que envuelven la vida en
comunidad, en los planes de formación, recreación, salud, esparcimiento entre
otros.
Del encuentro deben surgir grandes ideas y sueños por concretar, para
que la vida pueda dignificarse desde que está en el vientre materno hasta la
ancianidad; se debe realizar una campaña permanente para sensibilizar a toda la
sociedad en cuanto al trato que merece el adulto mayor, esa sería una noble
tarea, en medio de situaciones trágicas como la actual, se debe elevar el
espíritu de solidaridad y de ayuda al más vulnerable, esto engrandece a una
nación y coadyuva en la paz interior de los ciudadanos. Hay que reforzar la
lucha en la calle por el cumplimiento de la Ley de Seguridad Social y la Ley
del Bono de Salud y Alimentación para Jubilados y Pensionados; la dirigencia
sindical, por ejemplo, debe lograr contratos colectivos que reivindiquen no
sólo los derechos de los trabajadores activos, sino integrar cláusulas que
mejoren las condiciones de vida y salud de los jubilados y pensionados.
Al mismo tenor se debe concienciar que el Estado es el principal garante
de los derechos sociales del adulto mayor, es infame el Estado que impide a los
ancianos gozar de una vida digna y pobre de aquella sociedad que abandone a sus
abuelos. Requerimos con urgencia un Estado que asuma su obligación para con
quienes contribuyeron al desarrollo del país, una sociedad que anhele conseguir
la felicidad de sus adultos mayores y una ancianidad que viva y sueñe por un
futuro mejor para sus nietos, bisnietos y tataranietos.
Golfredo Davila
golfredodavila@gmail.com
@golfredodavila
Vanguardia Popular
Zulia - Venezuela
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