domingo, 21 de julio de 2019

ELIDES J. ROJAS L.: LA VERDADERA NEGOCIACIÓN

El asunto del otro mantra triple: diálogo, negociación y acuerdos, lleva varios años moviendo a los políticos y apagándole las esperanzas a la gente, especialmente en estos tiempos de chavismo pobre y sin chance de conseguir real. Cuando la cúpula de Chávez, y el comandante vivía, estaba forrada en dólares todo era una maravilla. De hecho no necesitaban mentir tanto. Solo soltar dólares para todo y el pueblo feliz: pasajes aéreos subsidiados, cuotas Cadivi para viajar, para empresarios, para transnacionales, para estudiantes. 

Dólares robados por un lado, pero también compartidos con el populacho, fuera o no chavista. Eso garantizó varios años de amor del bueno.  
  
Y todo el mundo viajó a cuenta de Cadivi y el comandante fallecido. Todo el mundo compró apartamentos subsidiados, sacó a los muchachos a estudiar a cuenta de dólares baratos. Y, cosa rara, nadie se quejó. Nadie fue tildado de indigno por aprovechar esa manguangua chavista. Ni siquiera los medios impresos que se pegaron a Cadivi para comprar el papel por varios años mientras le echaban plomo al comandante castrista, sin ningún rubor y ninguna pena. Al contrario, cuando empezó la sequía de divisas todos los sectores comenzaron a chillar reclamando lo que asumían era un derecho adquirido y eterno. La cosa era muy sencilla: no había dólares. El régimen había vaciado la botija y apenas alcanzaba para armas, robarse algo, mantener a los cubanos y los panas de la solidaridad comprada o darle de comer a sicarios y colectivos al servicio del régimen. Desde 2013 comenzó esta limpieza que, agravada por Maduro, puso a todo el mundo a pasar hambre y a dormir temprano.  
  
Todo ese sufrimiento inherente a la mamazón socialista está sujeto a que termine por dos vías en las que el chavismo tendrá que salir corriendo rumbo al exilio dorado o a quién sabe a qué lugar más oscuro. O es una salida violenta, que no quiere nadie. O es la negociada, con elecciones libres y demás frases hechas para alimentar esperanzas. La verdad es que si Maduro arregla este asunto coyuntural o estructural, se quedará eternamente hasta que Chávez lo llame a gabinete de sombra. Pero como no arreglará nada, sino al contrario, deberá irse para que otros hagan lo que todo gobierno normal y capaz debe hacer para alcanzar la trillada felicidad del pueblo.  
  
Mientras se discute en Cabudare, Chejendé, Oslo o Barbados temas duros y de alta política en la que una parte puja para que la otra se vaya, y la otra parte puja por quedarse hasta que reaparezca Zamora con sus lanzas; el país pasa la amargura general. Veamos qué negociaría alguien alpargata en mano y sobrero de paja arriba.  
  
1. Que el régimen deje la habladera de paja y asuma de una vez por todas un trabajo serio y responsable para superar la crisis de energía que azota a todo el país que, por cierto, generó el mismo chavismo. Un poquito de luz constante y segura. Nomás.  
  
2. Que el régimen pare las cadenas casi diarias de Maduro en las que dedica horas a la pajística, las embustes, los chistes malos y al peor bailar, para apuntar de verdad a liquidar de una vez por todas la quiebra de Pdvsa y que se produzca gasolina suficiente para abandonar las colas socialistas y dedicarse a trabajar como Dios manda por más petróleo.  
  
3. Que los programitas de los segundones del chavismo, civiles y militares, dejen la jaladera y la amenazadera, para que Maduro trabaje de una vez en algo. En este caso pudiera ejecutar un plan eficiente para que la gente cuente con agua potable todo el año y no cuando la miseria socialista lo permite.  
  
4. Que Maduro trabaje aunque sea una hora diaria. Para eso debe abandonar la radio y televisión por un tiempo. Esa hora puede dedicarla a recuperar la economía. Tal vez en un mes haya acumulado 30 horas de trabajo y algo positivo se verá. Lo cierto es que mientras no haga nada, como en efecto ocurre, todo seguirá de igual hacia peor.  
  
5. Que dejen la perseguidera, la tortura y los juicios amañados, cambiando ese supremo esfuerzo de tinte cubano por un trabajo productivo y muy responsable con el objetivo de reactivar la industria y la producción. Para eso deben trabajar de verdad y dejar el manoseo con la isla castrista y los comunistas del Foro de Sao Paulo, que pronto vienen a Caracas, único lugar donde es posible reunirse en Venezuela, a ratificar su condición de vividores.  
  
6. Que la cúpula chavista deje de estar inventando planes y dedicando muchísimo tiempo a desmentir verdades, como en el caso del informe Bachelet, y diseñen y ejecuten un plan que devuelva la tranquilidad y seguridad a los súbditos. Para eso colectivos y demás pandillas deben retirarse a sembrar y los militares a trabajar algo de verdad. Basta un poquito de trabajo y veremos los resultados.  
  
Seis puntos en la agenda del nuevo diálogo. Hay que aprovechar que Maduro dice que es gente de negociación y sobre todo de paz. Ahí tiene esta mantequilla.  

Elides J. Rojas L. 

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