lunes, 4 de marzo de 2019

ACTUALIZACIÓN, "EL REPUBLICANO LIBERAL II”, DEL MARTES 05-03-2019,

MARIO VARGAS LLOSA, LA TRAGEDIA DE UCRANIA

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 24 minutos
Anne Applebaum relata la hambruna premeditada por Stalin para someter a la población de Ucrania, frenar todo intento de nacionalismo y liquidar a las organizaciones que se resistían a integrarla a la URSS En 1928 Stalin hizo un viaje por Siberia que duró tres semanas. Había derrotado a sus adversarios dentro del Partido Comunista y era ya el amo supremo de la URSS. Comenzaban a escasear los cereales en el inmenso territorio y, luego de aquello que vio y oyó en ese recorrido, Stalin sacó las conclusiones ideológicas pertinentes. De acuerdo a la doctrina marxista, la culpa la tenían ... más »

ALBERTO BARRERA TYSZKA, LA INVASIÓN

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 33 minutos
Es un buen título para una película, como bien lo apunta Jean Maninat en su excelente artículo del pasado viernes. En el cine, las invasiones suelen ser emocionantes, épicas. No salpican a la sala las heridas. Se terminan cuando se enciende la luz y todos podemos pararnos e irnos, sabiendo que jamás tendremos que regresar a ese combate. En eso que conocemos como la vida real, las cosas son distintas. Fuera de la pantalla, las balas sí hacen daño y el humo se queda pegado en la piel. Las invasiones suelen durar muchos años. Los extras se mueren de verdad. Escribo todo esto porque,... más »

GUILLERMO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, LA IGNORADA Y ESPANTOSA AMENAZA ECOLÓGICA DEL SOCIALISMO

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 40 minutos
La solución a la catástrofe ecológica no está en el socialismo. El marxismo originalmente entendió la escasez como fenómeno social producto de la explotación capitalista, profetizando en la etapa superior del socialismo una abundancia ilimitada; asumió que los recursos serían abundantes y no escasos. En la realidad material objetiva es exactamente al revés: la escasez es un hecho económico del que únicamente nos libramos parcialmente a través de economías capitalistas de mercado y el socialismo se ha revelado como un sistema económico inviable que mientras se sostiene está signado ... más »

JORGE V. ORDENES-LAVADENZ, EL MISERERE DE MADURO CHAVISTA

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 50 minutos
Venezuela ha caído en una crisis nunca registrada en la historia de América Latina desde la llegada de Cristóbal Colón a la isla de San Salvador el 12, octubre, 1492; una crisis en que la patria de Bolívar hace de “carne cañón” de ambiciones de fuera de Venezuela. Desde el comienzo del coloniaje los americanos hemos tenido momentos intrincados por aliviar el trabajo de los nativos y el estatus de los criollos (sermón del padre A. de Montesinos, Leyes Nuevas, Fray B. de Las Casas, Leyes de Indias, rebeliones, conatos y guerras tras nuestra libertad: T. Katari, S. Bolívar, P. Hidalgo,... más »

OMAR ÁVILA, ASÍ VAMOS VENEZUELA

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 58 minutos
Vamos para año y medio en hiperinflación, el poder adquisitivo del 90% de los venezolanos se encuentra prácticamente en cero, al punto de que ya el salario de nueve de cada diez trabajadores no le alcanza ni siquiera para alimentarse un día como debe ser. Las cifras de Cáritas de Venezuela son alarmantes, la misma declara la emergencia humanitaria basada entre otras cifras en que el déficit de medicinas básicas ya está por el orden del 98%; alrededor de 4,5 millones de venezolanos comen una vez al día, la desnutrición infantil aumentó 25%, lo que coloca a unos 300 mil niños que pud... más »

PEDRO R. GARCÍA, ¿CULMINARÁ JUAN GUAIDO SU VIAJE A ÍTACA?...

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas a los lestrigones ni a los cíclopes ni al colérico Poseidón, seres tales jamás hallarás en tu camino, si tu pensar es elevado, si selecta, es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. Ni a los lestrigones ni a los cíclopes ni al salvaje Poseidón encontrarás, si no lo llevas dentro de tu alma, si no lo yergue tu alma ante ti”. (C. P. Cavafis, Antología Poética. Alianza Editorial Madrid 1999). *Una acotación necesaria...* Cuando la filosofo Hannah Arendt, en 1951 p... más »

MARIO VARGAS LLOSA, LA TRAGEDIA DE UCRANIA

Anne Applebaum relata la hambruna premeditada por Stalin para someter a la población de Ucrania, frenar todo intento de nacionalismo y liquidar a las organizaciones que se resistían a integrarla a la URSS

En 1928 Stalin hizo un viaje por Siberia que duró tres semanas. Había derrotado a sus adversarios dentro del Partido Comunista y era ya el amo supremo de la URSS. Comenzaban a escasear los cereales en el inmenso territorio y, luego de aquello que vio y oyó en ese recorrido, Stalin sacó las conclusiones ideológicas pertinentes. De acuerdo a la doctrina marxista, la culpa la tenían los campesinos retrógrados, que, gracias a la expropiación de los latifundios y la liquidación de los kulaks, habían pasado a ser pequeños propietarios y contraído las taras características de la burguesía. ¿La solución? Obligarlos a ceder sus granjas y dominios e incorporarse a las granjas colectivas que harían de ellos proletarios, la fuerza pujante y renovadora que reemplazaría su mentalidad burguesa por el fervor solidario de los bolcheviques.

Este es el origen, según Anne Applebaum, en su extraordinario libro Hambruna roja. La guerra de Stalin contra Ucrania, de la caída en picado de la agricultura en todos los dominios de la URSS, pero que golpearía sobre todo, con ferocidad inigualable, a Ucrania, causando, en los años 1932 y 1933, varios millones de muertos y escalofriantes escenas de suicidios, asesinatos de niños, saqueos y canibalismo. La investigación que la autora lleva a cabo revela al mundo, en su apocalíptica dimensión, un acontecimiento que, por lo menos en sus características reales, había sido ocultado por la censura estalinista, pese a los aislados esfuerzos de algunos historiadores como Robert Conquest, en The Harvest of Sorrow, por difundirlo. Pero sólo ahora, con la independencia de Ucrania, los documentos y testimonios relativos a aquel holocausto han podido ser consultados, y Anne Applebaum, que a todas luces domina el ruso y el ucraniano, lo ha hecho con minucia y escrupulosa objetividad.

Según ella, la hambruna fue premeditada por Stalin y su cortejo de cómplices —Mólotov, Kaganóvich, Voroshílov, Póstishev, Kosior y algunos más— para someter a Ucrania, frenar todo intento de nacionalismo en su seno y liquidar a las organizaciones que se resistían a integrarla a la URSS bajo la férula de Moscú. Y da como pruebas el que en aquellos mismos años el Politburó soviético redujo drásticamente la publicación de libros y periódicos en ucraniano, así como la enseñanza de esta lengua en las escuelas y universidades, e impuso el ruso como idioma oficial del país.

Sea como fuere, desde el año 1929 se pone en marcha la disolución de las pequeñas propiedades agrícolas a fin de incorporarlas a las granjas colectivas. Los campesinos, que habían visto con simpatía la revolución, se resisten a entregar sus tierras y ganados, y asociarse a las enormes empresas colectivas, que, dirigidas por burócratas del partido, suelen ser poco eficientes. Las instrucciones de Stalin son terminantes: aquella resistencia sólo puede provenir de los enemigos de clase que quieren acabar con el socialismo y debe ser aplastada sin misericordia por los revolucionarios. Las brigadas comunistas recorren los campos, confiscando propiedades, ganados, aperos, semillas y enviando a prisión a quienes no colaboran. Uno de los jefes del Gulag, en Siberia, envía un telegrama a Moscú diciendo que no le envíen más detenidos porque ya no tiene cómo darles de comer. Al mismo tiempo, un prisionero escribe a su familia: “¡Qué maravilla! ¡Me dan un panecillo cada día!”.

Entre 1932 y 1933 hay varios millones de muertos y escenas escalofriantes de suicidios, asesinatos de niños y saqueos

Las cosechas han comenzado a encogerse, los robos y ocultamiento de alimentos se multiplican por doquier, Stalin insiste en que el partido debe ser “implacable” en su lucha contra los saboteadores de la revolución y el hambre hace su aparición con sus terribles secuelas: robos, asesinatos, suicidios, aldeas que desaparecen porque todos sus habitantes han huido a las ciudades con la esperanza de encontrar en ellas trabajo y alimentos, y los cadáveres son ya tan numerosos que quedan tendidos en las calles y caminos porque no hay gente suficiente para enterrarlos.

Los testimonios que reúne Anne Applebaum ponen los pelos de punta: hay padres que matan a sus hijos con sus manos para que no sufran más y, los más desesperados, para alimentarse con ellos. Ya se han comido todos los perros, caballos, cerdos, gatos y hasta ratas y ratones que podían coger, y los comunicados que llegan a Ucrania de Moscú son cada día más apremiantes: negar la hambruna y, sobre todo, el canibalismo y los suicidios, y castigar sin complejos a los verdaderos causantes de esta catástrofe: los enemigos de clase, los fascistas, los kulaks, verdaderos responsables de las calamidades que se abaten sobre Ucrania.

Para el estalinismo, la resistencia procedía de los enemigos de clase y debía ser aplastada

¿Cuántos murieron? Unos cinco millones de ucranianos, por lo menos. Pero no hay manera de saberlo con exactitud, porque las estadísticas estaban fraguadas por la disciplina partidaria que lo exigía o por el miedo de los burócratas del partido a ser castigados como responsables de la hambruna. El Kremlin impuso, además, una versión oficial de los sucesos que no sólo la prensa comunista obedecía; también la capitalista lo hacía a través de periodistas venales o cobardes, como el repelente Walter Duranty, corresponsal aquellos años de The New York Times, quien, comprado con casas y banquetes por Stalin, se las arreglaba para, en artículos que parecían redactados por un moderno Poncio Pilato, presentar un panorama de normalidad y desmentir las exageraciones de ciertos testimonios que lograban filtrarse al exterior de lo que de veras ocurría en la URSS y, sobre todo, en Ucrania. Una de las excepciones fue el británico Gareth Jones, quien consiguió recorrer a pie el corazón mismo de la hambruna durante varias semanas y contar a los lectores ingleses de The Evening Standard los horrores que en Ucrania se vivían.

Leer un libro como el que ha escrito Anne Applebaum no es un placer, sino un sacrificio. Eso sí, obligatorio, si uno quiere conocer a los extremos a que puede conducir el fanatismo ideológico, la ceguera y la imbecilidad que lo acompañan, y la irremediable violencia que es, a la corta o a la larga, su consecuencia. La hambruna y las muertes en Ucrania ayudan a entender mejor el terrorismo yihadista y la bestialidad irracional que consiste en convertirse en una bomba humana y hacerse volar en un supermercado o en una sala de baile, pulverizando a decenas de inocentes. “¡Nadie es inocente!” era uno de los gritos del terror anarquista según Joseph Conrad, que describió mejor que nadie esa mentalidad en El agente secreto.

Si leer este libro provoca escalofríos, ¿cómo habrá sido pasarse los años que tomaron a su autora el escribirlo? Me la imagino muy bien, inclinada horas y horas, en polvorientos archivos, leyendo informes, cartas de suicidas, sermones, y descubriendo de pronto que tiene la cara empapada por las lágrimas o que está temblando de pies a cabeza, como una hoja de papel, transubstanciada con aquel apocalipsis. Debió de sentir una y mil veces la tentación de abandonar esa tarea terrible. Y sin embargo continuó hasta el final y allí está ahora ese testimonio atroz, al alcance de todos. Ocurrió hace casi un siglo allá en Ucrania, pero no nos engañemos: no es cosa del pasado, sigue ocurriendo, está a nuestro alrededor. Basta tener el coraje de Anne Applebaum para verlo y enfrentarlo.

Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2019. © Mario Vargas Llosa, 2019.

Mario Vargas Llosa
vargas_llosa@gmail.com
@Mariovargasllo

ALBERTO BARRERA TYSZKA, LA INVASIÓN


Es un buen título para una película, como bien lo apunta Jean Maninat en su excelente artículo del pasado viernes. En el cine, las invasiones suelen ser emocionantes, épicas. No salpican a la sala las heridas. Se terminan cuando se enciende la luz y todos podemos pararnos e irnos, sabiendo que jamás tendremos que regresar a ese combate. En eso que conocemos como la vida real, las cosas son distintas. Fuera de la pantalla, las balas sí hacen daño y el humo se queda pegado en la piel. Las invasiones suelen durar muchos años. Los extras se mueren de verdad.



Escribo todo esto porque, a veces, no deja de asombrarme la facilidad con que, de pronto, se ha instalado entre nosotros la fantasía de una intervención armada.  Leo y escucho a gente que jamás ha tomado un arma en sus manos, y que tampoco ahora está dispuesta a hacerlo, promoviendo con beligerante entusiasmo una invasión militar a Venezuela. Creo que todos podemos comprender cabalmente los motivos de esta actitud: legítima indignación, legítimo desespero, legítima impotencia…Todos sentimos lo mismo.  Pero no se trata de un problema de pasiones. Eso no es lo que define la honestidad ante la tragedia del país y el dolor de los otros.  La política no es un relato sentimental.

La idea de una invasión es tentadora porque parece mágica.  Apaga la luz un segundo que vienen los marines. ¡Shhh!. Escucha en silencio los ruidos, los gritos, las aspas de los helicópteros moviendo las nubes en el cielo. Enciende de nuevo la luz: ¡Ya no están! ¡Cóño, por fin! ¡Se acabó todo!  Visto así, un asalto extranjero pareciera tan atractivo como ganarse la lotería ¿Y quién no quiere ganarse la lotería? Pero, sin embargo, la historia demuestra que no es así. Jamás. Las guerras no son nunca un milagro instantáneo.

Y no olvido que llevamos años en cruentas batallas. No olvido que, gracias a la complicidad del chavismo, ya fuimos ocupados por los cubanos. No olvido que no vivimos en paz, que entre nosotros hay balas, hay muertos, hay prisioneros y torturas. Pero, aun así, esto es distinto a una situación bélica declarada y a gran escala. Los que han vivido eso más de cerca son, en todo caso, los habitantes de los sectores populares: llevan años padeciendo invasiones armadas de los agentes de los OLP, de la policía, de los grupos paramilitares al servicio del gobierno …Y probablemente, además, sería ahí donde ser refugiarían y se atrincherarían los militantes del oficialismo en caso de que ocurriera una intervención militar. Es fácil decidir por ellos sin arriesgarse. Es más sencillo hablar de la guerra que padecerla.

Me temo, más bien, que el sueño de la invasión, a la larga, quizás le convenga más al oficialismo que a la oposición. En la práctica, los mantiene viviendo en el límite de la violencia, donde saben moverse con menos escrúpulos y con más eficacia que cualquiera de sus adversarios. Ya lo demostraron el sábado 23 de febrero. Es cierto que la invasión funciona como una presión importante, que los mantiene bajo el temor de lo inesperado. Pero también es cierto que ése es el territorio donde mejor se desenvuelven. El chavismo ha demostrado que solo es eficiente a la hora de destruir. El hecho de tener, además, una amenaza foránea los sitúa de nuevo en el espacio narrativo en el que han desarrollado toda su gran campaña de desinformación y lobby internacional.

En ese contexto, la participación de Donald Trump en un acto a favor de Venezuela en Miami resultó conveniente para Nicolás Maduro.  En su alocución, Trump le quitó institucionalidad al conflicto y volvió a poner el debate en el centro del relato que maneja el chavismo: izquierda y derecha, capitalismo vs socialismo. Fue un movimiento que contaminó el foco de la lucha que la dirigencia de oposición había mantenido de forma clara y coherente. Juan Guaidó no asumió la responsabilidad de ser presidente interino de Venezuela porque Nicolás Maduro es socialista sino porque es un usurpador. Porque se ha apropiado del Estado y de las instituciones del país; porque Maduro se robó unas elecciones, porque está en el poder por la fuerza, de manera anti democrática.

Al oficialismo le conviene minimizar el nuevo liderazgo de la oposición. Una de sus prioridades es diluir a Juan Guaidó, dividir el apoyo que tiene, restarle la legitimidad popular que se ha ganado.  Necesitan recuperar a Donald Trump como único y enorme enemigo. La idea de la invasión funciona como un argumento ideal en esta estrategia. Al menos para problematizar la imagen del conflicto a nivel internacional y operar desmovilizando a la población dentro del país.

 “Ir bien no es necesariamente andar sin dolor y sin incertidumbres”, escribió el politólogo Ángel Álvarez (@polscitoall ) en uno de sus luminosos tuits.

Quizás conviene que observemos con más frecuencia hacia atrás. No hay que ir demasiado lejos. Basta con mirar a principios de enero, tan solo, para ponderar que teníamos entonces y qué tenemos ahora.  Como país y como posibilidad de futuro.  El camino no es fácil ni sencillo, pero, sin duda, hemos avanzado. Hay que seguir presionando, cada quien desde su espacio. Retomar los problemas concretos de la gente. y seguir arrinconando a la casta desde afuera y desde adentro. La invasión es un espejismo que, al menos hasta ahora y públicamente, ni siquiera aceptan aquellos que podrían llevarla a cabo. Más que a los gringos, hay que prepararse para recibir a Guaidó.  Él, y todos nosotros, representamos el fin de la usurpación. La batalla continúa.

Alberto Barrera Tyszka
@Barreratyszka

GUILLERMO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, LA IGNORADA Y ESPANTOSA AMENAZA ECOLÓGICA DEL SOCIALISMO


La solución a la catástrofe ecológica no está en el socialismo.

El marxismo originalmente entendió la escasez como fenómeno social producto de la explotación capitalista, profetizando en la etapa superior del socialismo una abundancia ilimitada; asumió que los recursos serían abundantes y no escasos. En la realidad material objetiva es exactamente al revés: la escasez es un hecho económico del que únicamente nos libramos parcialmente a través de economías capitalistas de mercado y el socialismo se ha revelado como un sistema económico inviable que mientras se sostiene está signado por la escasez, improductividad, explotación y miseria.

Una posibilidad ante el choque con la realidad era una síntesis marxista maltusiana que se desdijese de alguna manera de la promesa de abundancia socialista, pero manteniendo por otras vía la profecía de inevitabilidad del triunfo socialista.

“Marx creía (…) que las clases trabajadoras se verían cada vez más empobrecidas y el creciente conflicto entre capitalista y trabajador llevaría a las situaciones de cambio revolucionario (…) una explicación de por qué ha fallado en materializarse —hasta ahora— la predicción de Marx, aparece a partir del mejor conocimiento de los procesos económicos como consecuencia de la reciente preocupación por el medio ambiente. Como apunté en The Closing Circle, ‘Una empresa que contamina el medio ambiente está por tanto viéndose subsidiada por la sociedad; en esta medida, la llamada libre empresa no es completamente privada’. También he apuntado que esta situación lleva a ‘un efecto colchón temporal de ‘deuda con la naturaleza’ representado por la degradación de medio ambiente en el conflicto entre el empresario y el asalariado, que al llegar ahora a sus límites puede revelarse en toda su crudeza…’ En este sentido la aparición de una inmensa crisis en el ecosistema puede considerarse, a su vez, como la señal de una crisis emergente en el sistema económico”, afirmó el neomarxista británico Barry Commoner.

La clave de esa síntesis es que el socialismo renuncia a prometer una capacidad de producción superior a la del capitalismo, y construye una teoría ecologista de la reducción del consumo mediante la planificación central de la distribución. Lo paradójico de eso es que equivale a justificar la apropiación estatal de los medios de producción y la planificación central de la economía como mecanismo, no de la justicia redistributiva o la supuesta superioridad racional de la planificación, sino de la imposición de un racionamiento que garantice la drástica reducción del consumo, en función de la dudosa reducción del impacto ecológico.

Es algo que hoy se predica y adelanta tanto en función del control directo como del indirecto del Estado sobre la producción. Y en una curiosa versión, en función control del indirecto de las burocracias transnacionales de organismos multilaterales, sobre los medios de producción a través del control de estados nacionales cada vez menos soberanos. Estamos ante dos problemas distintos, aunque interdependientes, de una parte están los potenciales riesgos que el impacto ambiental de una civilización pueda llegar a representar para su supervivencia. En el propio proceso civilizatorio hay factores que tienden a reducir tal impacto por debajo de un punto de quiebre y desviaciones que pueden neutralizar los anteriores y empujar a una civilización al desastre.

La gran paradoja actual en la confluencia global de civilizaciones, es que se proponga el socialismo en sentido amplio como solución global a los impactos ambientales de la propia civilización, ya que tal planificación no tiene la capacidad de solucionar problemas de tal complejidad porque lo que se propone es un sistema económico inviable en sí mismo, e incapaz de la eficiencia económica sin la que la reducción de cualquier impacto ambiental es simplemente imposible. Más allá de los diagnósticos sesgados y las predicciones falsas del ecologismo politizado, el mayor y menos discutido problema es las costosísimas políticas de planificación central a escala global están sometidas a la bien conocida inviabilidad a largo plazo del socialismo, por lo que colapsarán inevitablemente por sus propias, e irresolubles contradicciones internas.

El gran dilema es que, en la medida que sea una variante del socialismo en sentido amplio la solución propugnada por los llamados expertos y propagandistas de problemas ecológicos —independientemente del que sean problemas reales o inventados, exactos o exagerados— producto del impacto ambiental de la civilización industrial sobre el entorno, terminarán ocasionando mediante efectos no intencionados mayor daño ambiental que el que intentaban evitar o corregir.

En la medida en que el socialismo en sentido amplio como política ambiental garantiza su propio fracaso catastrófico a largo plazo, y es únicamente dentro de los mecanismos del orden espontáneo evolutivo de la civilización que pueden emerger soluciones viables a los problemas ambientales reales, el peligro del intervencionismo creciente al debilitar la capacidad adaptativa del descubrimiento en el mercado, las soluciones surgidas de mercados severamente interferidos y debilitados no alcanzaran a corregir a tiempo efectos en cascada de ciertos impactos, con lo que la humanidad se habría encerrado en un callejón sin salida.

Otra posibilidad cada vez más amenazante es que sumemos los riesgos convergentes de colapso económico, político, cultural y ecológico en un mismo tiempo y lugar —y nada menos que alguna de las grandes economías del planeta— por la voluntariosa insistencia en aplicar pseudosoluciones inviables a los problemas emergentes en cada una de dichas áreas. La escala del colapso sería tal que sus efectos alcanzarían a toda la humanidad restante. O lo que es peor, de aplicar las pseudosoluciones socialistas a escala global —lo que propugnan los socialistas de hoy y sus tontos útiles de siempre— dejaremos las ruinas de toda civilización y los cadáveres de toda la humanidad como la evidencia definitiva del que el socialismo es perfectamente capaz de generar un colapso civilizatorio de la magnitud necesaria para la extinción de la especie. Y a nadie capaz de entenderlo.

Guillermo Rodríguez
@grgdesdevzla

JORGE V. ORDENES-LAVADENZ, EL MISERERE DE MADURO CHAVISTA


Venezuela ha caído en una crisis nunca registrada en la historia de América Latina desde la llegada de Cristóbal Colón a la isla de San Salvador el 12, octubre, 1492; una crisis en que la patria de Bolívar hace de “carne cañón” de ambiciones de fuera de Venezuela. Desde el comienzo del coloniaje los americanos hemos tenido momentos intrincados por aliviar el trabajo de los nativos y el estatus de los criollos (sermón del padre A. de Montesinos, Leyes Nuevas, Fray B. de Las Casas, Leyes de Indias, rebeliones, conatos y guerras tras nuestra libertad: T. Katari, S. Bolívar, P. Hidalgo, A. J. de Sucre, J. de San Martín, B. O’Higgins, G. Washington, el marqués de Lafayette, los Farragut y cientos de otros).



En 1841 se descubre oro en la Guyana Inglesa que tensiona las relaciones entre Venezuela e Inglaterra que ya tenían disputas de frontera. En 1887 Venezuela acusa a Inglaterra de colonizar territorios en disputa y rompe relaciones. En 1895 Inglaterra rechaza la mediación de EEUU lo que causa molestia al presidente G. Cleveland. En julio de ese año, éste alude a la Doctrina Monroe y arguye que cualquier conflicto del Hemisferio Occidental tenía que contar con EEUU como mediador. El Primer Ministro inglés, Marqués de Salisbury, reacciona molesto y pronto se habla de guerra en ambos lados del Atlántico. Pero Inglaterra enfrenta problemas en Europa y en África del Sur lo que la sosiega y hace que acepte la mediación norteamericana que en 1899 sanja la disputa.

Hoy nuestra América enfrenta a sedientos de petróleo de fuera del continente americano, más Cuba y algo del Caribe, por desgracia aliados con equivocados doctrinarios venezolanos seguidores de ideas adictas al marxismo-leninismo dictatorial fracasado en la URSS y en otras partes. Lo que necesitamos ahora es un acuerdo de acción sobre todo americana, Norte, Centro y Sur, que ejecute la fórmula apta, mancomunada y definitiva de modo que esta pesadilla pase, aún cuando sea a empujones, a la historia de la vergüenza americana. El Grupo de Lima se muestra cauto ante los desplantes, incluso bailados y televisados, del dictador “de los pajaritos.” Es de no creerlo… cuanto millones de venezolanos sufren lo indecible, el “Supremo” actúa contablemente al punto de que desplaza la oficina de PDVSA de Lisboa a Rusia, y amenaza al presidente Guaidó. La situación sugiere una nueva Boyacá y Ayacucho juntos en la forma de sanciones contundentes y crecientes. La Unión Europea apoya a Guaidó.

Desde 2014, 3 millones de personas, de 32 millones, han dejado Venezuela y, de los que quedan, más de la mitad carecen de alimentos. Recurrir a la basura como sustento viene siendo terriblemente común como lo mostró Univisión en una entrevista a Maduro… y éste se enardeció interrumpiéndola bruscamente. No pudo con la verdad mostrando su enagenación en pos de manicomio, en tanto que mucha gente viene muriendo por falta de atención médica y medicamentos. La hiperinflación es del 10.000.000 % este año, y la tasa de asesinatos ha convertido al país en el más peligroso del mundo. El FT dice que encuestas venezolanas recientes muestran que el 80% rechaza a Maduro, pero que el apoyo de los militares, controlados por la inteligencia cubana, encandila a éstos. Los rusos y chinos se inmiscuyen cada vez más lo que hace imprescindible la unión de todas las Américas ya que cada día de “negociación” cuesta la vida a venezolanos que son tan nuestros como cualquier otro americano.

Jorge V. Ordenes-Lavadenz
@JvordenesV

OMAR ÁVILA, ASÍ VAMOS VENEZUELA


Vamos para año y medio en hiperinflación, el poder adquisitivo del 90% de los venezolanos se encuentra prácticamente en cero, al punto de que ya el salario de nueve de cada diez trabajadores no le alcanza ni siquiera para alimentarse un día como debe ser.

Las cifras de Cáritas de Venezuela son alarmantes, la misma declara la emergencia humanitaria basada entre otras cifras en que el déficit de medicinas básicas ya está por el orden del 98%; alrededor de 4,5 millones de venezolanos comen una vez al día, la desnutrición infantil aumentó 25%, lo que coloca a unos 300 mil niños que pudieran morir de hambre.

Todo esto refleja, sin lugar a dudas, que la ayuda humanitaria sigue siendo prioridad, para la mayoría de los venezolanos.

Por ahora son más de 700 toneladas de medicinas, insumos médicos y suplementos nutricionales, que esperan en Colombia, Brasil y Curazao para ser traídas y distribuidas entre los sectores más críticos de la población.

Ayuda que Nicolás y su combo han impedido, solo porque este apoyo ha sido iniciativa de los factores democráticos, de no reconocer y con ello darnos la razón a los que hemos pedido apoyo en ese sentido. Lamentablemente, mientras todo esto ocurre, día a día son más las personas que fallecen debido a la grave situación que están viviendo.

El gobierno sigue jugando al desgaste, a la desesperanza y desmovilización. De nuestro lado hemos puesto la ayuda como prioridad, entendiendo que quien sufre cada vez más es nuestro pueblo en medio de esta diatriba, por ello es que desde Unidad Visión Venezuela hacemos un llamado a revisar la estrategia, y por ende a evaluar lo que se ha venido haciendo y hacer los ajustes que sean necesarios, para poder lograr el cambio, de lo contrario corremos el riesgo de que la misma sea condenada al fracaso.

Mientras todo esto avanza a paso de vencedores, tenemos a la mayoría de los gobiernos que nos apoyan pidiendo elecciones: Grupo de Lima, Grupo de Contacto, Mike Pence y hasta el propio Almagro; claro que dichos comicios serían con nuevo Consejo Nacional Electoral y Observación Internacional; pero, además, casi la totalidad de los países, rechazan una posible intervención militar por parte de EEUU. El propio Elliot Abrams, ha afirmado que Maduro si puede salir del poder sin intervención. No es que la crisis se vaya a solucionar con elecciones, pero si es una herramienta para continuar arrinconando al régimen.

Sé que muchos no estarán de acuerdo, sin embargo, antes de atacarme vean que es la propia Comunidad Internacional quien hace el planteamiento en cuestión, por lo que los ataques no tienen ningún sentido e incluso a veces resultan hasta sospechosas estas posiciones “radicales” de ciertos “opositores”. Sin embargo, prefiero pensar que la pasión, la emoción y las vísceras le nublan el entendimiento a este grupito.

Coincido con la doctora Adriana Morán (@NuevaTec47), en que la propuesta de una salida pacífica y democrática con apoyo internacional es una apuesta ganar-ganar para la oposición, ya que desmontaría la única narrativa del régimen que es la de una ofensiva violenta en su contra y lo coloca en la posición de tener que dar una respuesta política.

A esto hay que sumarle que Donald Trump lleva más de un año diciendo que “todas las opciones están sobre la mesa”. Sin embargo, la realidad es que, en esta etapa, la Comunidad Internacional apuesta al aislamiento diplomático y al embargo económico para derribar al régimen de Nicolás Maduro.

Por ahora el gobierno tiene una papa caliente, ya que Guaidó regresará, y cualquier cosa que decidan hacer juega en su contra. Si lo detienen van a alborotar más el avispero nacional e internacional. Si no lo detienen darán una nueva prueba, de que no cumplen lo que ofrecen.

Finalizo diciéndoles a la mayoría de los venezolanos, que vamos bien. Son unos 60 países que nos apoyan, más del 80% de los venezolanos, pero además nos asiste la razón, con lo que no hay el menor motivo para ser pesimista o caer en la desesperanza. Vamos muy bien Venezuela. El cambio es irreversible.      

Omar A. Ávila H.
dip.omaravila@gmail.com
@OmarAvilaVzla

PEDRO R. GARCÍA, ¿CULMINARÁ JUAN GUAIDO SU VIAJE A ÍTACA?...


“Cuando emprendas tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. No temas a los lestrigones ni a los cíclopes ni al colérico Poseidón, seres tales jamás hallarás en tu camino, si tu pensar es elevado, si selecta, es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. Ni a los lestrigones ni a los cíclopes ni al salvaje Poseidón encontrarás, si no lo llevas dentro de tu alma, si no lo yergue tu alma ante ti”.
(C. P. Cavafis, Antología Poética. Alianza Editorial Madrid 1999).

Una acotación necesaria...

Cuando la filosofo Hannah Arendt, en 1951 público una de sus más importantes obras (Los Orígenes del totalitarismo), enfrentó con contundencia la acusación de que, en lo referente  al antisemitismo, su carga emocional restaba  al estudio fuerza, seriedad y profundidad. Dijo entonces algo que, salvando las considerables distancias, se podría recurrir, hoy  a ese constructo,  para   rebatir   algunos   juicios sobre  la situación venezolana: “Describir los campos de concentración alemanes sin ira no resulta  ser  ‘objetivo’,  sino   que equivale a indultarlos”.

Hablar de los despropósitos del régimen venezolano  en una larga ya etapa sin ira es igual a exonerar. La hipocresía sólo sirve para mostrar su anemia. Por la supervivencia de nuestro ser nacional es necesario rechazar con fuerza la degeneración que la violencia dirigida desde el poder, se ha convertido en auténtico terrorismo de Estado, que cínicamente pretenden franquear como fenómeno “normal”. Para confrontar esta dinámica precisamos asumir esta tarea, un pueblo y una dirección para ella, la grandeza y vitalidad de la nación estriba en la capacidad de todos organizados, unidos y con conciencia colectiva, y en la dirección un comando coherente, claro y decidido que coordine y unifique las aspiraciones y las urgencias para imprimir a la nación un rumbo y un destino es lo que ha venido revelando Juan Guaidó para alegría de los corazones del grueso de los venezolanos. Inevitable es entender que el aumento descomunal de la inflación, precios desmedidos, escalada de una delincuencia siniestra y criminal, alarmante desabastecimiento, encases de medicinas, y en especial los rublos de primera necesidad, para citar solo algunos de una interminable lista, de los más acuciantes problemas vividos, sentidos y sufridos en nuestro toxico entorno,  cuadro  que ya es inaguantable en  el  corto tiempo,  a   este contexto   amenazante  pareciera  respondérsele   con  el plan país   que describe un conjunto de políticas  y acciones compartidas  e internalizadas por la mayoría de quienes estamos comprometidos con el país, hay que apostar para el cambio y transformación pero con la vista puesta en los objetivos estratégicos que debe plantearse en el ahora.

Ubicando algunas pistas…

Sé que desde el principio, Juan te has topado con muchas borrascas donde las emociones coligieron con tus pensamientos, en   tu deseo   de  viaje a menudo  se  interponen impulsos  naturales, instintivos, que en algunos intervalos te han descentrado del camino, en mi opinión, eran acciones que sin  saberlo   trazaban  tu  ruta   igual  que  los interminables misterios acerca de la incontestable situación. Sospecho que muchas de las tempestades que has enfrentado eran por esa incesante tensión entre el plano   de   la   razón   y   el   de   tu   visión, que por algunos momentos te desorientaban, concurriendo un   encadenamiento de acontecimientos e insondables misterios alrededor del árido ambiente. Pareciera que ese duro oleaje produjo algunas perplejidades, en tus impaciencias y en tus  emociones las cuales no van para nada separadas, su combinación es la que fuerza tu interpelación de ¿Cómo vivir? surgiendo en ti tu propia borrasca, todos anhelamos llegar con rapidez al gran desenlace, el cual para todos el infinitamente variable, el deseado por todos el que encarna la felicidad, la del mundo, de la Republica, del Estado, la comunidad, de tu familia afortunadamente hoy a tu lado, tus afectos, tus amigos, tus compañeros de recorrido y muchos que tratan  con arrojo  de   recorrer   con la máxima  urgencia  posible su trayecto y arribar  al   ambicionado  último  por el cual luchamos. Seguro que  tienes la intuición suficiente para  saber  que   tu viaje no tiene por qué concluir para alcanzar tu fin, el continuarlo te ayudará a descubrir que todo está en él, en ese duro camino, y no necesariamente en eso   espacios de confort  que   nos   trazamos  como  nuestro paradigma de "felicidad", que  está confrontada  con  las "verdades esenciales” reveladas que nos intiman que te circundan, en tus ímpetus, en el trato con los demás arrebatados navegantes y con tus propios torbellinos.

No sé en qué determinado tiempo llegues a puerto, y al hacerlo sientas que  tocas la tierra aspirada de desafíos, y respuestas, quizás sin saberlo llevas años por estos océanos desde siempre, sin  dejar de descubrir nuevas revueltas, sentimientos como sueños ocultos, mezquindades, bondad, belleza, rincones ignorados por quienes tratan de no naufragar y entender que mientras no encuentres el encadenamiento que responda tus preguntas, está será tu verdad, la de la vida que como mar procelosa que en ella navegas, y el hecho de que te inquiete no encontrar todavía la ansiada tierra firme, ello no te impedirá jamás dejar de navegar.

“La   inmortalidad   solo   abre   media   hoja   de   su   puerta   estrecha   y deslumbrante”.

Pedro R. Garcia M.
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