lunes, 16 de septiembre de 2019

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, MARTES 17/09/2019


ISABEL PEREIRA PIZANI: CON MIS HIJOS NO TE METAS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 8 minutos
“Si logramos que una sola generación de españoles crezca libre, ya nadie podrá arrebatarnos la libertad” son las palabras del maestro en el inolvidable filme español La lengua de las mariposas. Hoy el régimen arremete contra la libertad de una generación, con todo cinismo anuncia la intención de cometer el insólito fraude de convertir en maestros a un variopinto conjunto de personas, de espaldas totalmente a la idea de enseñar, carentes en casi su totalidad de formación y orientación vocacional. Consumar este acto significa robar la oportunidad de educarse a los escolares que por d... más »

CARLOS ALBERTO MONTANER: VENEZUELA, BOLTON Y LAS ELECCIONES NORTEAMERICANAS DEL 2020

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 16 minutos
La política exterior norteamericana anda patas arriba. Padece un problema de identidad zoológica. No se sabe si el presidente es una oveja o un lobo, una paloma o un halcón. Al margen de sus rifirrafes con el FBI y su encontronazo con los jueces, Donald Trump ya lleva tres asesores del Consejo Nacional de Seguridad, y con el último, con John Bolton, la situación terminó muy mal. Anda a las greñas con los chinos comunistas, pero por las malas razones. No por las violaciones a los derechos humanos o el maltrato a hongkoneses o taiwaneses, sino porque venden productos y servicios mu... más »

REINALDO J. AGUILERA R.: DALE PARA COLOMBIA QUE VIENEN LOS MARINES

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 23 minutos
La trama o red de emisoras de radio y televisión que componen el denominado Sistema Nacional de Medios Públicos, en los últimos días no ha dejado de bombardear a la población con todo tipo de propagandas oficiales referente al gran despliegue militar efectuado hacia la frontera Colombo/Venezolana, para llevar a cabo los curiosamente denominados: “Ejercicios Militares Venezuela Soberanía y Paz 2019”, como dice mi querida Gabriela ¡Que Locoooo!. Los ejercicios son según las fuentes, para defender a “La Patria” del ataque imperialista, aunque a éstas alturas lo realmente cierto es que... más »

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: VENEZUELA, UN ABRUPTO EMBROLLO

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 30 minutos
Por donde se vea Venezuela, la crisis la cubre por cualquier lado. Quizás, la forma más inmediata de comprender la dimensión de su problema, es reconociendo la tozudez de quienes la han gobernado. No sólo en lo que va de siglo XXI. Incluso, desde que intentó independizarse del Imperio Español. O sea, desde el mismo 19 de abril de 1810. Más aún, desde el 5 de Julio de 1811. En consecuencia, la historia política venezolana no es otra que la descripción de una serie de hechos que no terminaron de imbricarse entre sí. Particularmente, por causa de la incongruencia que caracterizó la ... más »

NOEL ÁLVAREZ: GARBANZO CONTRA CAYO VERRES

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 36 minutos
Una de mis frases favoritas es: la historia no se repite, pero rima. Para demostrar este aserto, de seguidas laboraré en la historia de, Cayo Verres, quien fue un político y magistrado romano que vivió en el siglo I antes de Cristo. Desde el inicio de su actividad política dio muestras de que, el respeto a la verdad o la coherencia en sus comportamientos, no eran los más indicados para ejercer funciones públicas. Siempre actuó en connivencia con algunos funcionarios del Imperio Romano. Abusó su cargo público para enriquecerse con el apoyo del gobernador de la provincia de Asia: Publ... más »

JHONASKI RIVERA RONDÓN: LA INFLACIÓN DE LOS “DERECHOS” EN VENEZUELA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Las cifras de la hiperinflación que han experimentado los venezolanos se traducen en cifras porcentuales de escala millonaria, al punto que para finales del 2018, el Fondo Monetario Internacional sacaba un aproximado de 1.000.000% el nivel de inflación en Venezuela, y que no se detuvo, sino se agudizó en el transcurrir del 2019. Pero sin cifras oficiales, las consecuencias tangibles son difíciles de ocultar: los elevados precios de los productos hace imposible su compra por el ciudadano común, quien depende de un depreciado salario mínimo que lo sumerge en una condición peor que la... más »

ISABEL PEREIRA PIZANI: CON MIS HIJOS NO TE METAS

“Si logramos que una sola generación de españoles crezca libre, ya nadie podrá arrebatarnos la libertad” son las palabras del maestro en el inolvidable filme español La lengua de las mariposas.

Hoy el régimen arremete contra la libertad de una generación, con todo cinismo anuncia la intención de cometer el insólito fraude de convertir en maestros a un variopinto conjunto de personas, de espaldas totalmente a la idea de enseñar, carentes en casi su totalidad de formación y orientación vocacional. Consumar este acto significa robar la oportunidad de educarse a los escolares que por desgracia caigan en sus manos.

El régimen pretende graduar en 450 horas, 20 días de cursos y talleres, a sustitutos de profesionales de la docencia formados en universidades y en pedagógicos universitarios. Docentes chimbos, como denuncia el tenaz dirigente sindical Froilán Barrios. El único requisito exigido es ser militantes del Frente Francisco de Miranda, ser parte de la Chamba Juvenil, Hogares de la Patria, militar en el PSUV o ser tropa miliciana. En estos programas la exigencia es la obediencia, la subordinación ideológica e infelizmente, estar sometido a la dictadura de las necesidades básicas. En las antípodas del modelo finlandés cuya clave es: Padres, Alumnos y Estado respeten al Maestro.

Es el sentimiento que nos embarga cuando nos topamos con las brigadas de la Chamba juvenil integradas por jóvenes y adolescentes, realizando tareas que no requieren ninguna preparación, ni comportan ningún tipo de aprendizaje, sin maestros. Jóvenes que  en lugar de estar en aulas con maestros de verdad, en laboratorios, talleres, en escuelas técnicas que les provean los conocimientos y las destrezas para su futuro desempeño, se ven sometidos por hambre a tareas irrelevantes para el momento de sus vidas.

Implantar un programa como Chamba Juvenil ha sido la demostración más clara del fracaso del régimen, incapaz de brindar oportunidades a los jóvenes de lograr capacidades, aprender, fortalecer valores, desempeñar algún oficio que sea la clave de su desarrollo personal. La verdadera chamba juvenil es educarse, aprender, desarrollar habilidades básicas para escoger el buen camino de su progreso individual.

Ahora se pretende extender el fracaso, no solo negar oportunidades para el desarrollo personal representada en esta cruel burla de la Chamba Juvenil, sino además cometer un crimen aun peor, convertirlos en falsos maestros, imponer la obligación de educar a quienes están urgidos de ella. Puedo imaginar los resultados de cualquier evaluación de estos candidatos a maestros, su manejo del idioma, las habilidades matemáticas, la capacidad de análisis de estos futuros docentes, sus valores, obligados a desempeñar una responsabilidad alejada totalmente de sus posibilidades.

Preguntemos: ¿cuál puede ser el resultado de esta innoble iniciativa de empujar al abismo las oportunidades de educación de miles de niños y adolescentes? y ¿cuáles serían las consecuencias morales para aquellos que se vean obligados a engañar y mentir participando en este miserable tarea? 

A un gobierno que destruye la posibilidad de alimentarse, el acceso a la salud y la educación no le queda más que aceptar su derrota total. Los 200.000 docentes que han emigrado lo han hecho por hambre, imposible vivir con 3 dólares al mes. Nadie, ningún régimen  ha podido mantenerse gobernando indefinidamente sobre cadáveres, masas famélicas e ignorantes, por muchas armas que los respalden

Con el programa Chamba Juvenil y la pretendida conversión de estos jóvenes en sustitutos de maestros, se están metiendo con nuestros hijos, con los que han sido engañados con falsas promesas laborales y con los niños y adolescentes que serán expuestos a una formación deficiente e ideologizada  por parte de jóvenes que requieren estar inmersos en procesos educativos.

Esta intención de convertir en maestros a personas sin ninguna formación se constituye en un doble robo a la sociedad, a las familias por el engaño que significa entregar la invalorable batuta de maestro a personas sin ninguna capacidad y por la pérdida de oportunidad de ser guiados por verdaderos docentes que sufrirían los alumnos-víctimas de este tramposo proceso.

Hasta ahora nos ha sido muy difícil unirnos para encontrar el camino que permita terminar la usurpación del régimen criminal, pero ante la intención de pervertir la educación de nuestros niños y jóvenes estamos en la obligación de reaccionar. Cuando se meten con un niño, cualquiera sea, se están metiendo con todos nuestros niños y están además envileciendo y desmoralizando aquellos que se presten a participar en tal vil engaño.

Como decía Andrés Eloy: “Cuando se tiene un hijo, se tienen todos los hijos de la tierra, al hijo de la casa y al de la calle entera…”.

Hoy vale más que nunca nuestra lucha: Con mis hijos no te metas, se trata de todos los niños y jóvenes de Venezuela.

Isabel Pereira
@isapereirap

CARLOS ALBERTO MONTANER: VENEZUELA, BOLTON Y LAS ELECCIONES NORTEAMERICANAS DEL 2020

La política exterior norteamericana anda patas arriba. Padece un problema de identidad zoológica. No se sabe si el presidente es una oveja o un lobo, una paloma o un halcón. Al margen de sus rifirrafes con el FBI y su encontronazo con los jueces, Donald Trump ya lleva tres asesores del Consejo Nacional de Seguridad, y con el último, con John Bolton, la situación terminó muy mal.  

Anda a las greñas con los chinos comunistas, pero por las malas razones. No por las violaciones a los derechos humanos o el maltrato a hongkoneses o taiwaneses, sino porque venden productos y servicios muy baratos y compran papeles de la deuda americana. Como Trump no ha leído a Milton Friedman, no entiende las infinitas ventajas de tener un gigante industrial y comercial como China al objetivo servicio económico de su país. 

A veces parece que oye los consejos de Marco Rubio, especialmente en las cuestiones venezolanas y cubanas, en las que el senador por Florida es un verdadero experto, pero en otras reulta que está bajo la influencia aislacionista del senador Rand Paul, un convencido pacifista persuadido de que Estados Unidos no tiene responsabilidades morales especiales. (Algo que sostenían los neocons transidos de idealismo a lo Reagan, o los demócratas aún bajo el ejemplo de Roosevelt, Truman y Kennedy). 

Dick Morris, un estratega político muy cercano a Trump y muy alejado de los Clinton, sostiene una hipótesis electoral para explicar esa posición ambigua y la salida de John Bolton del entorno de la Casa Blanca.  

Trump, Morris supone, intenta remontar el consistente nivel de rechazo de la sociedad norteamericana. Mes tras mes suele estar más cerca del 40% de aprobación que del 50%, según las encuestas más solventes. Trump anda a la búsqueda de éxitos fáciles retratándose con talibanes y ayatolás que transmitan la imagen de una persona que intenta salir del embrollo del Medio Oriente. 

Puede ser. Trump surgió como un fenómeno mediático y debe ser proclive a esos argumentos. Quien practica incesantemente el Twiter debe creer también en las virtudes teologales de Instagram. Trump nunca fue acusado de tener una posición principista o de atarse hasta la muerte a los valores, como proponía Kant. Trump lo mismo se ufanaba de agarrar a las señoras por la entrepierna que rompía con el señor Jeffrey Epstein cuando dejaba de ser una relación conveniente. (Epstein fue el financiero libertino, suicidado recientemente en una cárcel de-no-tan-máxima seguridad). 

No obstante, si Donald Trump desea ganar las elecciones de noviembre del 2020 con un gran triunfo en política exterior, el señor John Bolton le dejó el camino trillado. El miércoles 11 de septiembre, mientras Bolton era políticamente decapitado, se aprobaba en el seno de la OEA la activación del Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) contra la Venezuela de Nicolás Maduro. La moción, incitada por el presidente interino Juan Guaidó, fue apoyada por una mayoría encabezada por Colombia, Brasil y Estados Unidos.  

Hay que salir de esos narcoterroristas para proteger a Estados Unidos del tráfico de drogas y de las redes islamistas regentadas por el abominable fanático Tareck El Aissami, vicepresidente de Venezuela designado por Nicolás Maduro. Y se puede solucionar sin la necesidad de desembarcar tropas en ese avispero. Ésas, junto a los demócratas venezolanos, las pondrían Brasil, Colombia y otros países latinoamericanos de los que han firmado el TIAR. Todo lo que tendrían que hacer los estadounidenses es barrer con un ataque aéreo fulminante el aparato militar venezolano. 

La matemática electoral es clarísima y funciona como un silogismo. Sin el voto de Florida es muy difícil ganar las elecciones generales del 2020. Sin el voto hispano es muy difícil ganar la Florida. Y sin una Venezuela liberada es muy difícil ganar el voto hispano. Ergo, ya sabe Donald Trump lo que debe hacer para intentar ganar las elecciones generales.  

Carlos Alberto Montaner 
montaner.ca@gmail.com
@CarlosAMontaner 

REINALDO J. AGUILERA R.: DALE PARA COLOMBIA QUE VIENEN LOS MARINES

La trama o red de emisoras de radio y televisión que componen el denominado Sistema Nacional de Medios Públicos, en los últimos días no ha dejado de bombardear a la población con todo tipo de propagandas oficiales referente al gran despliegue militar efectuado hacia la frontera Colombo/Venezolana, para llevar a cabo los curiosamente denominados: “Ejercicios Militares Venezuela Soberanía y Paz 2019”, como dice mi querida Gabriela ¡Que Locoooo!.

Los ejercicios son según las fuentes, para defender a “La Patria” del ataque imperialista, aunque a éstas alturas lo realmente cierto es que el ambiente bélico está presente en todo momento en la cabeza de quienes dirigen y muy mal por cierto, los destinos del país en estos momentos y que no permiten que exista ningún tipo de relevo o cambio que ayude a mejorar las circunstancias gravísimas en las que se encuentra el país.

Expresiones como la siguiente, dicha por el señor Maduro, dejan mucho que pensar para no entrar en detalles cito: “El despliegue de nuestra FANB en los Ejercicios Militares “Venezuela Soberanía y Paz 2019”, demuestra al mundo nuestra capacidad operativa y humana para defender la Paz de la Patria con coraje y valentía”; definitivamente hay que carecer de sentido común para dejarse arrastrar por este tipo de consignas, pero esa es la realidad que “Ellos” viven mientras otros andan tratando de sobrevivir.

Para algunos es difícil de entender pero la historia así lo corrobora, nuestro país en los últimos 72 años aproximadamente no ha incurrido en ninguna guerra de alta magnitud con ningún país, quizás la última vez que ocurrió fue durante la Segunda Guerra Mundial, conflicto bélico en el cual murieron unas 60 millones de personas y en el cual Venezuela no intervino directamente, ya que se mantuvo neutral hasta el 15 de febrero de 1944, cuando se decide que el país se incorpore y participe indirectamente exportando petróleo para las fuerzas aliadas, lo cual causo que submarinos alemanes asediaran las costas venezolanas en varias oportunidades.

Un poco más cerca sería el incidente con la Corbeta “Caldas” hecho ocurrido en el Golfo de Venezuela el 9 de agosto de 1987, que causó una real alerta que duró varios días y generó movimientos de fragatas misilísticas de la Armada Venezolana como la ARV General Salóm y la ARV Independencia entre otras, en ése momento la cosa sí era de verdad y no juegos de guerra.

Es entonces estimados lectores, estando el mundo en alerta, habiendo una crisis en medio oriente con Arabia Saudita, por otro lado el gobierno de Noruega percatándose de las sinvergüenzuras y dando por cancelado el fulano diálogo,  llama poderosamente la atención la constante actitud de este mal gobierno, de mantener sobre el tapete el tema de la “Guerra”, que constituye el termino preferido y a la vez contradictorio de quienes lo mencionan a diario el término “Paz”, que conjuntamente con el de “Guerra” es definitivamente una mezcla que solo ellos entienden en la mezcla que constituye su “Proceso Revolucionario del Siglo XXI”. 

Por otra parte resulta altamente ridículo y hasta preocupante, los trajes casi disfraces que utilizan para distintas ocasiones los militares de altos mandos sobre todo, para lucir no sé cuántas medallas y condecoraciones que contrastan con los de militares de otros países que sí han vivido guerras de verdad, algo realmente que deja a muchos con la boca abierta y me refiero a los demócratas que vemos otros caminos aunque se consideren difíciles pero más seguros, para lograr dirimir las controversias sin llegar a un conflicto armado.

Para quienes no se han dado cuenta aún, estamos definitivamente ante un gobierno autoritario que solo tiene como objetivo principal el de permanecer en el poder a costa de lo que sea y como sea; muestra de es el retiro sin ninguna preocupación de las distintas mesas de discusión, léase República Dominicana en su momento y ahora Barbados o Noruega, para iniciar una escalada vinculada a tratar de llegar a acuerdos con un sector de la aposición que les es conveniente y así arribar al 2020, mientras la gente se muere de hambre, sí de HAMBRE. 

En dichas maniobras se vio de todo, el espectáculo fue de terror para muchos quienes observamos como a cualquier persona con muy poco o con ningún tipo de entrenamiento se le entrego un arma, suponemos que descargada porque hasta al revés la tenía más de uno. 

A propósito de las maniobras, cabe recordar por cierto, algo que hace algunos años fue noticia, me refiero a lo ocurrido con la Guardia Republicana, que fue el cuerpo central del Ejército Iraquí durante el gobierno de Saddam Husein en Irak, todos los eventos se presentaron durante la Guerra del Golfo y la operación ¨Tormenta del Desierto¨, este grupo élite, de soldados y oficiales altamente preparados para defender contra cualquier invasión al estado Iraquí y sobre todo a su Presidente; al iniciarse los avances por parte de los Marines Norteamericanos conjuntamente con las fuerzas británicas y de la coalición, ocurrió lo impensable para muchos, resulta que muchísimos de estos militares de la Guardia Republicana inmediatamente se rindieron, en algunos casos se arrodillaban, se despojaban de sus uniformes, pisoteándolos y quemándolos como muestra de repudio al régimen y hasta abrazaban a los Marines, no es cuento así lo reseño la cadena de noticias CNN en su momento y todo el mundo lo observó.

En cuanto a Sadam Husein ya sabemos cómo fueron sus últimos días, encontrado finalmente en un hueco bajo tierra por efectivos de las Fuerzas Especiales del U.S Army, para luego ser enfrentado por muchos de sus víctimas durante un juicio en su propio país, finalmente obtuvo como sentencia la horca, así sucedió

No quiero decir de ninguna manera que nuestros militares sean cobardes o que no enfrentarían a un invasor si fuera necesario, lo que quiero ilustrar es que ante el bochornoso gasto efectuado en unas prácticas, además del nivel de los participantes que no fue del todo profesional, simplemente abre la imaginación a cualquier cosa y por lo menos yo me pregunto ¿Estamos realmente en capacidad de caerle a palos a los Marines del Imperio?, respóndanse ustedes la pregunta.

Resulta hasta penoso ponernos a describir la cantidad de recursos que puede tener un país como los Estados Unidos para acudir a una confrontación bélica, por ejemplo, solo pensar lo que puede llegar a hacer un misil BGM-109 Tomahawk de largo alcance, subsónico, con alcance máximo de 1600 Km y cuya capacidad de ataque puede albergar cualquier tipo de explosivo, incluyendo cabezas nucleares, créanme amigos, es para preocuparse; para ilustrarlos un poco lo que significa el alcance de 1600 Km, les cuento que la distancia entre Caracas y Puerto Ordaz es de 670 Km aproximadamente, lo que quiere decir que no tienen que estar muy cerca para lanzarlos, hipotéticamente hablando por supuesto; sin duda es muy preocupante, lo digo por los daños que pueden ocurrir, las vidas de civiles incluso que se podrían perder.

Finalmente y a propósito de lo relatado, recuerdo una anécdota contada por mi Papá en una agradable tarde en la casa de la Isla de Margarita que quisiera compartir con ustedes; según él, una mañana se armó un gran alboroto en la playa de la bahía de Juan Griego, uno de sus pobladores había gritado “¡Allí vienen los Marines!”, inmediatamente se activaron todas las alarmas, las señoras y señores de la “Milicia Bolivariana” corrían de un lado a otro en cholas o descalzos y con los fusiles al revés, la policía sin luz en la Comandancia a causa del racionamiento enviaba señales de humo para que en un cuartel cercano supieran de la invasión, todo el mundo se apertrechó en la playa a esperar a los gringos invasores de la patria soberana y al final, Don Filemón Espinoza (el que gritó) preguntó: “¿Cuál era la urgencia?” y ante la respuesta del colectivo sobre la invasión aclaró: “Dejen el escándalo”, que en efecto, allí venían “Los Marines”, pero eran: Chuíto Marín, Carlitos Marín, el “Ñero” Medardo Marín y el resto de los primos Marines en el peñero de la familia full, que llegaban con la pesca del amanecer.
Así de simple y sencillo!!!

Reinaldo J. Aguilera R.
@raguilera68/@AnalisisPE

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: VENEZUELA, UN ABRUPTO EMBROLLO

Por donde se vea Venezuela, la crisis la cubre por cualquier lado. Quizás, la forma más inmediata de comprender la dimensión de su problema, es reconociendo la tozudez de quienes la han gobernado. No sólo en lo que va de siglo XXI. Incluso, desde que intentó independizarse del Imperio Español. O sea, desde el mismo 19 de abril de 1810. Más aún, desde el 5 de Julio de 1811. 

En consecuencia, la historia política venezolana no es otra que la descripción de una serie de hechos que no terminaron de imbricarse entre sí. Particularmente, por causa de la incongruencia que caracterizó la degradación y contracción que vino afectando su dinámica política. Siempre confundiéndose con determinaciones que no encontraban forma ni sentido pues no encajaban con el concepto de República que requería utilizarse al momento de constituirse en “Estado” bajo el influjo de la autonomía institucional. Y ésta, implicaba asumir dicha categoría, apoyada en la consabida y debida soberanía política. Asimismo, en la separación de poderes públicos. 

Tan serio problema, afectó el discurrir político venezolano. Al extremo que por todo ello, careció de la hilaridad que demandaba la construcción de una nación comprometida con conceptos tan solemnes como los que implicaban su crecimiento, desarrollo, democratización e institucionalización. Por eso, la retahíla de Constituciones que conocieron vida política desde 1811 hasta 1999, no pudieron cimentar los valores y principios que sus preceptos referían cada vez que se sancionaba una Constitución Nacional. 

Tales vacíos, hicieron que emergieran graves incoherencias que, en el tiempo, fueron acumulándose. De esa manera, agudos y sustanciales problemas que lejos de evitarse, agrandaban más el tamaño de las numerosas crisis que se venían encima. Crisis tanto del tipo de acumulación, como del tipo de dominación. Pero también, crisis de organización, producción, planificación, administración y de evaluación de lo alcanzado. 

La concentración social y territorial de la riqueza y del poder, distorsionaron y consumieron oportunidades que nunca más pudieron resarcirse. Fue así como a todo ello se agregó una crisis de identidad que desalentó capacidades y absorbió recursos que finalmente, terminaron creando un estado de confusión, descomposición y resignación que, históricamente, vino insumiendo al país en un marasmo del cual no ha sido posible escapar. 

Por lo contrario, cada cierto tiempo, la crisis de valores y principios que viene arrastrando desde el siglo decimonónico, ha hundido más a Venezuela. Tanto que ahora, al término de la segunda década del siglo XXI, le ha resultado imposible encarar la falta de conciencia histórica que le impide fraguar un proyecto histórico del tipo socio-político y socioeconómico que articule su razón de ser. Fundamentalmente, como Estado democrático y social de Justicia y de Derecho, a la esencia de lo que exige el sentido y sentimiento de nacionalidad y ciudadanía. 

Como resultado de tan abrupto, desordenado y desproporcionado crecimiento geopolítico, Venezuela se estancó. Su relativo o escaso desarrollo fue tan traumático, que nunca superó los objetivos que, cada discurso político, pregonaba. Ahora, cuando el país se halla sumergido en un mundo cambiante determinado por verdaderas revoluciones que en su entorno se han dado, sus limitaciones han empeorado su devenir. 

El desespero de la cúpula política por vincularse a una élite internacional que no atiende su alaridos, es tan escandaloso y desvergonzado, que terminó pervirtiendo la moral pública al exponer una serie de criterios que no se ajustan a los requerimientos de lo que traza un modelo de desarrollo económico y político realmente democrático. 

A fuerza de represión, el régimen actual, ha pretendido hacer que el país se degrade para así justificar sus equivocaciones con pretextos infundados. Sin importar que hayan conducido a que, ante los ojos del mundo y propios, sea Venezuela: un abrupto embrollo.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Merida - Venezuela

NOEL ÁLVAREZ: GARBANZO CONTRA CAYO VERRES

Una de mis frases favoritas es: la historia no se repite, pero rima. Para demostrar este aserto, de seguidas laboraré en la historia de, Cayo Verres, quien fue un político y magistrado romano que vivió en el siglo I antes de Cristo. Desde el inicio de su actividad política dio muestras de que, el respeto a la verdad o la coherencia en sus comportamientos, no eran los más indicados para ejercer funciones públicas. Siempre actuó en connivencia con algunos funcionarios del Imperio Romano. Abusó su cargo público para enriquecerse con el apoyo del gobernador de la provincia de Asia: Publio Cornelio Dolabela.  Ambos personajes saquearon el erario público, hasta que, dos años más tarde, Dolabela fue condenado por haberse comprobado sus tropelías.  

Por un procedimiento que se ha puesto de moda, últimamente, ligado al derrotero de nuestro país, a Cayo Verres, le fueron suspendidas las sanciones porque se comprometió a declarar y aportó pruebas en contra de su cómplice Dolabela. Como individuo hábil en el hurto, en la comunicación y en la manipulación de juicios, Verres consiguió salir ileso de este proceso, dejando a su camarada en la estacada. Esa táctica era muy utilizada por algunos funcionarios públicos, corruptos, o contratistas del Estado Romano, para ocultar sus fechorías. Pasa el tiempo, cambian las naciones, se modifican los actores, pero las practicas hamponiles siguen siendo iguales. Un refrán criollo retrata fielmente esta cuestión, al señalar: el zorro pierde el pelo, pero nunca la costumbre.   

A través de artimañas, Verres consiguió alcanzar el gobierno propretorio de la isla de Sicilia, provincia muy rica y una de las productoras de trigo más importantes para Roma. Una vez en el cargo, castigó a los habitantes con abusivos impuestos, implementó persecuciones políticas, confiscó propiedades, revocó contratos ilegalmente y sus agentes de gobierno saquearon los templos y casas privadas. A consecuencia de estas medidas implementadas por el gobierno, los productores de trigo y los comerciantes quedaron arruinados. Durante el gobierno de Verres, Sicilia devino, de una región prospera, en un territorio de miseria y desolación, donde las migraciones se contaron por miles. Salvando distancias, pero estableciendo similitudes con la tragedia que vive nuestro país, no puedo dejar de pensar en que, los precursores del socialismo del Siglo XXI, solo son una copia perversa y dañina de algunos “tiranuelos” que azotaron naciones en el pasado. 

Cuando Verres dejó el cargo y regresó a Roma, los sicilianos acordaron llevarlo a juicio, en su afán de obtener reparación y justicia. Para tal fin contrataron los servicios del brillante orador y jurisconsulto, Marco Tulio Cicerón, también conocido como Garbanzo. Verres, por su parte, se hizo con los servicios del dictador Quinto Hortensio Hortalo, otro de los letrados de la época. Personaje con un pensamiento abierto para recibir clientes que hubieran estado enchufados y contaran con suficiente moneda verde. En el jurado había un grupo de pillos que apoyaba al magistrado acusado, pero Manio Acilio Glabrión, otro juez de dudosa reputación, a la sazón, presidente del tribunal, estaba decidido a recuperar prestigio, llevando adelante el juicio. 
  
Ante las expectativas de que el nuevo presidente del jurado fuera el general y gobernador Quinto Cecilio Metelo Pio, amigo del acusado, éste y su abogado defensor, intentaron retrasar unos meses el proceso, sin embargo, no lograron su propósito. En este juicio, Cicerón asumió muchos riesgos porque los resultados del juicio eran impredecibles, ya que, el procesado pertenecía a la nobleza romana, y tenía amigos poderosos que dominaban la vida del Imperio. Cuentan algunos escribidores que, hasta alguna fracción parlamentaria cabildeaba a su favor. No obstante, la brillantez con que Cicerón llevó el caso, no dejaba lugar a dudas de cuál podría ser su resultado. Tanto que hasta los cohabitadores más notorios, recomendaron a Verres que se exiliara antes de la culminación del juicio, como una forma de preservar sus riquezas mal habidas. Con el triunfo en este juicio, apegado a la ley, Cicerón se convirtió en el abogado más reputado de la Roma de su época.   

Pareciera que nosotros, teóricamente, estamos cerca de llegar al camino de los sicilianos, en tal caso, debemos sentar en el banquillo a quienes secuestraron y desvalijaron a nuestro país. Con responsabilidad y compromiso debemos intentar recuperar lo que nos han robado. Mención aparte merece el hecho de, si los timadores han sido del gobierno o de la oposición. Para este fin es necesario que nos hagamos algunas preguntas ¿contamos con un Manio Acilio Glabrión para que presida el tribunal? ¿Cuántos Garbanzos necesitaremos, para que nos representen y acusen a los timadores? Porque de lo que si no tengo duda alguna es que, en nuestro país, los Cayo Verres brotan y crecen como la verdolaga. 

Noel Alvarez 
Noelalvarez10@gmail.com 
@alvareznv
Coordinador Nacional del Movimiento político GENTE 

JHONASKI RIVERA RONDÓN: LA INFLACIÓN DE LOS “DERECHOS” EN VENEZUELA

Las cifras de la hiperinflación que han experimentado los venezolanos se traducen en cifras porcentuales de escala millonaria, al punto que para finales del 2018, el Fondo Monetario Internacional sacaba un aproximado de 1.000.000% el nivel de inflación en Venezuela, y que no se detuvo, sino se agudizó en el transcurrir del 2019. Pero sin cifras oficiales, las consecuencias tangibles son difíciles de ocultar: los elevados precios de los productos hace imposible su compra por el ciudadano común, quien depende de un depreciado salario mínimo que lo sumerge en una condición peor que la esclavitud (por lo menos en la Colonia, la vestimenta y comida del esclavo estaba asegurada por el patrón), pérdida de la capacidad de ahorro, todo ello ante una débil moneda que perdió incluso su función como medio de cambio, dado que la inflación machaca el tiempo de vida de los billetes. Otros tantos aspectos se pueden destacar en el ámbito económico, pero ese no es el tema que he traído en este momento. 

El problema que traigo para reflexionar es una distorsión política que ocurre cuando se hacen desplazamientos forzosos al ámbito económico, y de manera amplia y general es eso a lo que refiere la inflación de los “derechos”, un tipo de inflación que ocurre solo en el plano político, cuya distorsión llega incluso a plegarse a la esfera moral del individuo, y por tanto afecta a sus libertades. Remitir a este asunto resulta pertinente porque da cuenta de un proceso político, económico, social e incluso cultural, que ha desplegado el chavismo en Venezuela desde el momento que llegó al poder, brindándole así la posibilidad de instaurar un sistema de gobierno totalitario que suprimiera todo rasgo de autonomía e individualidad. 

Pero ante todo una precisión para poder entender la transversalidad dimensional de la inflación de los “derechos”, trasversal porque como hemos dicho, atraviesa tanto el plano político, económico, social, cultural y especialmente el moral, ello por lo que explica la escritora liberal, Ayn Rand: 

“Los “derechos” son un concepto moral: el concepto que provee una transición lógica de los principios que rigen las acciones de un individuo a aquellos que guían sus relaciones con los demás; el concepto que preserva y protege la moralidad individual en un contexto social; el vínculo entre el código moral de un hombre y el código legal de una sociedad, entre la ética y la política. Los derechos del individuo son el medio para subordinar la sociedad a la ley moral.”[1] 

Por tanto, los derechos permiten entender al individuo no como una entidad atomizada, sino como un agente que co-pertenece a otro conglomerado de individualidades, cuyas relaciones se desarrollan en un espacio social, y por ello que los derechos garantice la armonía de las interacciones interpersonales en el marco de un código legal, y ante cualquier rompimiento de las reglas, los “derechos” entran en garantía de la individualidad. 

El marco institucional en el que se desenvuelven los individuos varía de lugar en lugar y de momento en momento, existiendo condiciones propicias para la preservación de los “derechos”. Pero parece que la referida escritora liberal sostiene una tendencia negativa en contra de los “derechos” (individuales), ya que afirma que: “la mayoría de los sistemas políticos fueron variaciones de la misma tiranía estatista y sólo se diferenciaron en el grado, no en el principio básico”[2], el respeto por la vida y la libertad del individuo. Y precisamente ello hace a Estados Unidos un caso atípico, porque permitió pensar históricamente que el individuo no era vulnerable y dependiente de una entidad supranatural que normativiza la vida. 

Estudiar las constituciones resulta sumamente revelador porque es el código legal que permite diseccionar a toda una sociedad, tal como lo validó Aristóteles en su contexto, conociendo así la fisonomía social, política y cultural de un Estado-nación. De allí que la palabra constitución tenga una riqueza semántica tan amplia para nosotros, porque así como puede aludir a la carta normativa que rige los deberes y derechos de un país, ello también remite al aspecto esencialmente constitutivo que rige las reglas del juego entre los individuos pertenecientes a un Estado. 

Tal como aludíamos con anterioridad, Estados Unidos es un caso paradigmático en la historia, porque su Constitución, bien sea por su precisión y sencillez, brindó un marco jurídico y legislativo que pretendía asegurar lo más posible la preservación de los “derechos”, por lo que el gobierno se convertía en un servidor de los individuos, y por tanto, el Estado no sería su amo absoluto. Ello se entiende en la importancia que tuvo para esta nación la libertad, porque tal como entendieron desde el momento de luchar por su independencia, que con “[h]onor, justicia y decoro humano nos prohíben renunciar sin lucha por la libertad.”[3], y de allí que debían asegurar esa herencia, y preservarla para las generaciones futuras, por lo que el compromiso por la libertad implica un apego a estatutos morales, por ello que Ayn Rand diga que el logro histórico de Estados “…fue la subordinación de la sociedad a la ley moral.”[4] 

Pero para el caso venezolano el paisaje resulta distinto, el ecosistema político de nuestra independencia a comienzo del siglo XIX no permitió que fructificara el mismo concepto de libertad estadounidense, por lo que le planteó un serio problema histórico al historiador, Luis Castro Leiva, quién al observar el triunfo de la libertad sentimental (rousseauniana) sobre la libertad utilitaria después de la caída de la Primera República, el tenue eco del pasado todavía resuena en nuestros días, tal como Castro Leiva sostuvo: 

“No cabe duda entonces que el ejercicio de la política en un estado democrático-representativo va indisolublemente ligado —si hemos de querer creer en el modelo republicano fundacional— a una teoría de las derechos individuales y a la consecuente lógica de la práctica virtuosa. Afirmar lo contrario, sin proponer una alternativa, es equivalente a introducir entre otras las siguientes posibilidades: retornar a las condiciones de una “teoría de la dictadura moral” o buscar erradicar el liberalismo republicano como credo fundamentador de nuestro sistema democrático representativo.”[5] 

Y parece que el difunto Presidente Hugo Chávez encontró un sustituto a los valores democráticos representativos al instituir un imaginario socialista-bolivariano, la perfecta “teoría de dictadura moral” que ya había inaugurado en su campaña presidencial del 98 al explotar el mito del “salvador nacional” sirvió como aliciente a su proyecto político, pero eso solo era el primera paso para invocar una comunidad moral que asegurara su futuro revolucionario. Esa esperanzadora “democracia bolivariana”, la cual sería más participativa y protagónica, fueron meras falacia populista de un militar golpista que quería asestar el segundo y más decisivo paso para consolidar un sistema tiránico para preservar su poder. 

El inmediato paso emprendido por Chávez fue precisamente llevar a cabo una inflación de los “derechos” a partir de una reforma constitucional que hizo al primer año de haber asumido el poder, garantizando así el marco jurídico y legislativo para imponer el imaginario instituyente socialista-bolivariano, de tal modo comenzaría la distorsión de los valores morales democráticos de los venezolanos, que habían sido sedimentados por la labor histórica de líderes políticos como Rómulo Betancourt. Ahora bien, para entender lo que le permitía al emergente gobierno chavista con la inflación de los “derechos” lo explica nuevamente Ayn Rand: 

“Una tiranía colectivista no se atreve a esclavizar a un país a través de la confiscación directa de sus valores, materiales o morales. Debe hacerlo mediante un proceso de corrupción interna. Tal como en el área de lo material el saqueo de la riqueza de una nación se lleva a cabo por medio de la inflación de su moneda, así, hoy en día, puede observarse el proceso de la inflación aplicado al área de los derechos. El proceso involucra algo así como el crecimiento de “derechos” promulgados tan recientemente que la gente no se da cuenta de que se invierte el significado del concepto. Así como el dinero malo desaloja al bueno, estos “derechos impresos” (de índole proselitista) niegan los derechos auténticos.”[6] 

Y eso fue lo que significó la “Quinta República”, el inicio de la corrupción interna de los valores democráticos en Venezuela al dar pie a una Constitución que de algún modo se negaba a sí misma, porque a pesar de que esa constitución sostuviera que preservara los derechos “personales” (artículo 44) y de “propiedad” (artículo 47 y 55[7]) (Capítulo III “De los derechos civiles”), el carácter estatista y se lenguaje colectivista de esta constitución servían de base para la posible instauración de un sistema totalitaria que detentara contra el individuo en nombre del pueblo, tal como supone el Estado comunal. Si bien en la actualidad, hoy 2019, en el plano material somos testigos de los alcances del deterioro económico que ha llegado a alcanzar el país tras la espiral hiperinflacionario, la inflación de los derechos tampoco deja saldos muy alentadores, porque sirvió para emprender el proceso de corrupción interna que implica la instauración de un nuevo imaginario, permitiendo así conformar toda una comunidad moral de fanáticos chavistas que detentaran contra los sectores democráticos y civiles que aún pervivían, debilitándolos de tal modo que la proliferación de fanáticos chavistas hizo más creciente el redil de revolucionarios, los cuales no tienen que ser medidos por su cantidad, sino por su intensidad política. 

En consecuencia la inflación de los “derechos” logra articularse con otros recursos simbólicos que sirvieron (y aún sirven) a la distorsión de valores, tales como los mitos políticos que hemos venido trabajando (tales como el mito de la izquierda, el mito de el “salvador nacional” y, posteriormente trabajaremos el mito de la revolución). Así también, los anteriores mecanismo simbólicos se refuerzan con las distorsiones producidas por la forma institucionalizada del enemigo, engranaje discursivo que ha servido para la intensificación política del chavismo, solidificando un posicionamiento político que distribuye los deberes y derechos conforme a un Estado justiciero, más que a un Estado de derecho. Y en estos criterios es donde reside el “truco” de la inflación de los derechos, el cual “consistió en desviar el concepto de los derechos del terreno político al económico.” [8] Por tanto, analicemos este procedimiento a partir de la Constitución venezolana del 99. 

En primer lugar podemos considerar el artículo 55, artículo que hace referencia a la garantía del Estado en preservar la integridad personal, pero en artículos conexos, tales como el 52 (derecho de asociación) y el 57 (derecho a la libertad de expresión) la presencia del Estado es prominente, llegando a limitar y distorsionar tales derechos políticos cuando tácitamente se imponen sobre otros “derechos” económicamente reivindicativos, en donde el bienestar colectivo se superpone, por no decir que aplasta al bienestar individual. 

La distorsión más notable se puede apreciar en el artículo 82, en donde refiere el “derecho a la vivienda”, siendo este derecho una “obligación compartida entre los ciudadanos y ciudadanas y el Estado en todos sus ámbitos.”[9] Lo que implica que no solo el Estado se atribuye una carga que no le corresponde, sino la deposita en sus ciudadanos sin alguna consideración de sus implicaciones. Pero además, ello entra en profunda contradicción con artículos anteriores de la Constitución cuando se sancionaron leyes como: la Ley del Instituto Nacional de Vivienda, así como también la Ley de Reestructuración del Instituto Nacional de Vivienda, cuya lectura detallada manifiestan una vulneración sustancial a la propiedad privada[10], convirtiéndose así en una normativa que se adecua a los intereses de un Estado comunal. 

La distorsión persiste en el siguiente artículo, el 84, cuando el Estado se atribuye la obligación de un “derecho” de la vida, y vale la pena extraer un fragmento de tal artículo, el cual dice que: “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios.”[11] Dos aspectos a resaltar: la expresión de “derecho a la vida” es una falacia, dado que la vida no es un derecho, sino valor y fundamento de los derechos, el que cual sustacializa éticamente su razón de ser. Por otro lado, es de notar el énfasis a lo colectivo, el cual es más claro en el preámbulo de la Constitución, un rasgo que no solo favorece para regímenes autoritarios, sino totalitarios. Además, un trasfondo que oculta este artículo es que sirve como condición jurídica para iniciar un proceso de esclavización de los médicos, porque las consideraciones de su sustentabilidad en el caso que el Estado no pueda asistirla deja mucho que desear, y aquí se abre otro tema el cual valdría la pena considerar, las Misiones chavistas como un proceso de esclavización forzoso del Estado. 

Esta lista prosigue cuando el Estado, en el artículo 87 se atribuye la obligación de garantizar trabajo, asumiendo una competencia que no necesariamente le corresponde, dado que si el Estado se convierte en el principal generador de empleo, suponiendo el aplacamiento del sector privado, ello haría más dependiente a las personas del Estado, aumentando su capacidad de chantaje, y además insultando la vida misma, porque niega la capacidad humana del hombre de asumir las riendas de sus propios destinos mediante el trabajo y el esfuerzo (a pesar de que en otra parte de la constitución lo reafirme). 

Bien podría ampliarse la lista, pero en este punto podemos cerrar para no hacer atenuante la lectura, con el artículo 102, artículo donde el Estado venezolana asume la gran carga de la educación, garantizando incluso la educación universitaria. Cuestión que es bastante susceptible dado que es un arma de doble filo, a razón de que por un lado la educación puede ser un mecanismo para dinamizar el ascenso social y el crecimiento de una clase media, por otro lado ello puede derivar en un abierto mecanismo de ideologización de Estado, ya que puede regir sobre el contenido educativo (tal como lo hizo con la Colección Bicentenario), cuando el Estado asume la rienda absoluta de este ámbito, sin restricción alguna, la educación se convierte en propaganda política y en formación de fanáticos, en donde el Estado llega a penetrar en la esfera del individuo desde la niñez hasta acompañarlo en todo su proceso de formación, la que garantizaría la formación moral del “hombre nuevo”, y precisamente este punto guarda relación con el post anterior (El llamado al redil revolucionario) y con el mito del “salvador” nacional, porque aquí el chavismo operativizó esa “teoría de la dictadura moral”, en donde el Estado comunal alcanza su mayor grado de transgresión al convertirse en un “Estado docente”, tal como lo expresó la Comisión de los Derechos Humanos el 2010. 

Haciendo un seguimiento amplio y exhaustivo sobre la intensificación de la penetración que tuvo el Estado chavista en el transcurso del 2008-2013 (incluso desde el 2007), podría identificarse la tercera etapa de sedimentación del imaginario instituyente (camino a convertirse en instiudo) socialista-bolivariano, orquestando las condiciones para la materialización del Estado total, el Estado comunal, y precisamente la Constitución del 99 da cuenta del piso moral que favoreció este código legal para hacer pensar la política como la muerte, todo ello mediante la intensificación de su imaginario y lenguaje colectivista, porque tal como identifica el filósofo italiano Roberto Sposito al leer a Hobbes: “…la communitas lleva dentro de sí un don de  muerte.”[12] Lo que implica que al colocar lo colectiva dentro de la mayor jerarquía de la escala de valores políticos, toda individualidad de facto requiere su disolución, y ese fue el mayor logro del Estado comunal. 

El cuestionamiento a tal inflación de los “derechos” en ningún momento pormenoriza la importancia del bienestar social, porque tal como advierte el historiador y filósofo, Isaiah Berlín, el bienestar material es un aspecto importante para pensar la libertad, tal como él mismo dice: 

“Es verdad que ofrecer derechos políticos y salvaguardias contra la intervención del Estado a hombres que están medio desnudos, mal alimentados, enfermos, y que son analfabetos, es reírse de su condición; necesitan ayudan médica y educación antes de que puedan entender qué significa un aumento de su libertad o que puedan hacer uso de ella ¿Qué es la libertad para aquellos que no pueden usarla? Sin las condiciones adecuadas para el uso de la libertad ¿cuál es el valor de esta?”[13] 

La cuestión aquí es que precisamente en Venezuela el chavismo jugo con la necesidad de un sector social vulnerable para hacerlos más dependientes del Estado, sin nunca pretender mejorar su situación. Ello le permitió al difunto presidente acentuar la deformación de toda una serie de valores y conceptos proveniente de la democracia representativa, y siendo posible mediante la instauración de un nuevo imaginario, y un mecanismo para ello fue el desplazamiento de los derechos políticos como “derechos económicos”, lo que significó la inflación de los “derechos” en Venezuela. 

Por consiguiente, la cuestión de la erradicación de la desigualdad y la pobreza, la garantía de una educación y vivienda digna a toda la población son promesas políticas que pueden encantar a más de uno, especialmente en esos intelectuales que sucumben al opio de la “justicia social”, la interrogante crucial de estos “derechos económicos” lo plantea acertadamente la liberal, Ayn Rand al preguntarse ¿A costa de quién se pueden garantizar esos derechos? Al final siempre tiene que haber alguien quien paga la cuenta, y eso parece que no fue una preocupación para muchos que en su momento exaltaron los logros sociales de la revolución bolivariana de Chávez, pero cuando comenzaron a bajar los precios del petróleo esa pregunta anterior comenzó a retumbar con mas fuerza en los bolsillos de los venezolanos. 

Lo que parece que nunca se discutió en las sesiones para aprobar los artículos de la Constitución del 99 (aunque sería válida la pregunta sí de verdad hubo alguna discusión) fue el problema central que plantea esta inflación de los “derechos” respecto a las libertades individuales, así tal como señala nuevamente Ayn Rand, quien asevera que: “Ningún hombre puede tener el derecho de imponer a otro una obligación no elegida, un deber no recompensado o una servidumbre involuntaria. No existe “el derecho a esclavizar”.”[14] Y fue precisamente eso lo que significó la Constitución de 1999, la cristalización de unos “derechos” a la esclavitud involuntaria, porque ¿a costa de qué derechos se debía hacer obligatorio los “derechos” a la vivienda, el trabajo y especialmente a la educación? Especialmente en esto último, al tener en cuenta que es una educación que me obliga a ser un mero fanático, que desde mi nacimiento me lleva como oveja al matadero al pertenecer al redil de los revolucionarios chavistas. 

Y pues sí, esa es la Constitución que ha permitido una serie distorsiones morales que sirvió de base jurídica y legislativa para seguir promoviendo y legitimando un imaginario instituyente socialista-bolivariano, que personificó posteriormente al sistema totalitario del Estado comunal. El grado de perversión moral que inició el chavismo a partir de un mecanismo constitucional invita a retomar la antigua tarea olvidada por los primeros historiadores venezolanos del siglo XX, por consiguiente los retos reflexivos que supone el chavismo abren la posibilidad de emprender una nueva Historia Constitucional de Venezuela. 

En ello se reitera nuevamente la importancia de seguir reflexionando sobre el Estado, los intelectuales y las universidades en Venezuela, cuestiones que como podrán notar los lectores, forma parte de mi agenda intelectual, pero no por ello los problemas sociales de la pobreza y la marginalidad tienen que ser dejados de lado, no, son cuestiones que también exigen su atención, pero desde un prisma liberal tal como sugiere el libro de Adela Cortina, Aporofobia[15]. Pero el tema no deja de ser tan amplio y tener tantas aristas, tanto que estas páginas resultan insuficiente para abordar en su cabalidad la cuestión de la inflación de los “derechos” en Venezuela, por ello invito a la discusión con sus comentarios. 

Referencias 

[1] Ayn Rand: La virtud del egoísmo. S/L: Ecuación, ¿1963?. p. 133.
[2] Ibídem. p. 134.
[3] “Necesidad de recurrir a las armas” [1775]. En Gabriel Franco (Comp.): Historia de la economía por los grandes mestros. Madrid: Aguirla 1965. pp. 573-578. p. 576
[4] Ibídem. p. 135.
[5] Luis Castro Leiva: De la patria boba a la teología bolivariana. Caracas: Monte Ávila Editores, C.A. 1991. p. 74.
[6] Ayn Rand: Ob. Cit. p. 138.
[7] No obstante la Constitución venezolana no deja de ser ambigua en este tema.
[8] Ibídem. p. 139.
[9] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. [Versión digital] consultada en: http://www.defiendete.org/docs/de_interes/Leyes/CONSTITUCION% HYPERLINK "http://www.defiendete.org/docs/de_interes/Leyes/CONSTITUCION%20DE%20LA%20"20 HYPERLINK "http://www.defiendete.org/docs/de_interes/Leyes/CONSTITUCION%20DE%20LA%20"DE% HYPERLINK "http://www.defiendete.org/docs/de_interes/Leyes/CONSTITUCION%20DE%20LA%20"20 HYPERLINK "http://www.defiendete.org/docs/de_interes/Leyes/CONSTITUCION%20DE%20LA%20"LA% HYPERLINK "http://www.defiendete.org/docs/de_interes/Leyes/CONSTITUCION%20DE%20LA%20"20.
[10] Esto fue una preocupación manifiesta por la Comisión de Derechos Humanos en 2010 en su informe El informe Democracia y Derechos Humanos en Venezuela.
[11] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Ob. Cit.
[12] Roberto Esposito: Communitas: Origen y destino de la comunidad.  Buenos Aires: Amorrortu, 2012. p. 41.
[13] BERLIN, Isaiah: Libertad y Necesidad en la Historia. Madrid: Revista Occidente, 1974. p. 139.
[14] Ayn Rand: Ob.Cit. p. 140.
[15] Adela Cortina: Aporofobia, el rechazo al pobre. Un desafío para la democracia. Barcelona-España, Paidos, 2017.

Jhonaski Rivera Rondón
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