jueves, 26 de marzo de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, VIERNES 27/03/2020

JEANETTE ORTEGA CARVAJAL: LO ÚNICO QUE PODRÁ SALVARNOS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 33 minutos
Cambió. La vida de todos cambió. El mundo es otro para siempre. Se unió, sí, pero en tragedia, encierro, luto, lágrimas, miedo y muerte; sin embargo, también en solidaridad, conciencia y ganas de cuidarnos porque de nuestra salud depende la de otros y de otros depende la nuestra. No es un juego de palabras. No. Es la realidad que a traición nos golpeó y hoy nos hace responsables del destino. Nadie jamás imaginó que todos tendríamos casa por cárcel y aunque en este momento es lo más prudente, duele, aturde y no terminamos de aceptarlo. Pero sí, hay que quedarse en casa y superar el ... más »

TRINO MÁRQUEZ: EL IMPACTO SOCIAL DEL COVID-19

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 41 minutos
Aún es muy temprano para determinar cuáles serán las consecuencias sociales globales del Covid-19, ese enemigo microscópico, aparentemente dotado de una inteligencia diabólica y con una vocación expansiva peor que la del mismísimo Hitler. El condenado no se detiene ante nada. Los signos más evidentes de su paso arrollador son miles, tal vez millones, de pequeñas, medianas y grandes empresas, que sólo podrán subsistir si reciben financiamiento, subsidios o exoneraciones fiscales de los gobiernos. La consecuencia inmediata se reflejará en el empleo y en las remuneraciones de los tr... más »

CARLOS BLANCO: LOS MILITARES, AUNQUE NO QUIERAN…

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 51 minutos
1.- No se trata de pasarle la mano a los militares para pedirles que actúen en esta calamidad que vive el país. Al margen de que los militares quieran o no quieran, les guste la idea o no, van a tener que intervenir para alcanzar un desenlace en el conflicto actual. Por lo tanto, no es apelar a su responsabilidad, ni a su papel histórico, ni a ninguna de esas pamplinas; sino reconocer un hecho incontestable: están atravesados en la mitad de la vía por donde está pasando la historia. Pueden ser atropellados y lanzados a la cuneta si se hacen los suecos; pueden intentar esperar al úl... más »

RONNY PADRÓN: LA SOLIDARIDAD EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 56 minutos
Nada mejor que la adversidad para certificar la fortaleza de una solidaridad. El caso de nuestra «Pequeña Venecia» es la mejor demostración de orfandad nacional que pudiera concebirse. Y esa es una realidad que no debe olvidarse. Porque resulta totalmente injustificable que más allá de nuestra mediocridad como sociedad nacional, y lo criminal de la dirigencia demócrata venezolana, este genocidio que se desarrolla en el país a partir del 11 de abril de 2002 merecía la contención adecuada por parte de la comunidad de países en América. No existe en la historia política delito o falt... más »

LEANDRO RODRIGUEZ: COVID-19 VS. SOCIALISMO-S21

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Sí algo ha dejado al descubierto el Covid-19 es que Venezuela ha estado infectada muchísimo antes de un virus más letal, de un Socialismo-S21 que gracias al boom petrolero más alto y sostenido de la historia pudo disimular por mucho tiempo sus innombrables objetivos, pero una vez destruida por corrupción/negligencia la única fuente de su financiamiento (PDVSA) y posteriores sanciones internacionales por las flagrantes violaciones a la constitución y a todo precepto democrático, quedó a la vista su obra maléfica. El coronavirus en el país no es potencialmente tan grave por sí solo... más »

FROILÁN BARRIOS- JORGE SÁNCHEZ MELEÁN: APÓSTOL DE LA DESCENTRALIZACIÓN

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
1989 fue un año decisivo en la historia venezolana de los últimos 30 años, significó el punto de quiebre para el inicio de la agonía del pacto puntofijista que sentó las bases desde 1958 del periodo democrático más extenso que haya conocido nuestra fase republicana desde 1830. Ante la crisis del Estado venezolano de dimensiones descomunales en medio de estallidos sociales, surgieron en su rescate las propuestas de Reforma del Estado y la Descentralización, planteadas y archivadas en tono de debate desde 1984 con la creación de la Comisión para la Reforma del Estado (Copre). En ese ... más »


JEANETTE ORTEGA CARVAJAL: LO ÚNICO QUE PODRÁ SALVARNOS

Cambió. La vida de todos cambió. El mundo es otro para siempre. Se unió, sí, pero en tragedia, encierro, luto, lágrimas, miedo y muerte; sin embargo, también en solidaridad, conciencia y ganas de cuidarnos porque de nuestra salud depende la de otros y de otros depende la nuestra. No es un juego de palabras. No. Es la realidad que a traición nos golpeó y hoy nos hace responsables del destino.

Nadie jamás imaginó que todos tendríamos casa por cárcel y aunque en este momento es lo más prudente, duele, aturde y no terminamos de aceptarlo. Pero sí, hay que quedarse en casa y superar el proceso de negación porque lo que la humanidad hoy padece no es ficción, está ocurriendo.

Miramos hacia afuera y vemos dolor, angustia e impotencia. Nos ponemos en su lugar porque podemos llegar a estarlo si no acatamos a tiempo los protocolos de seguridad ya establecidos. Eso es una gran verdad. Qué peligro tan grande corre quién no piense igual. Estamos tan indefensos como un cristo a la intemperie, como aquellos abuelos que ya nunca volverán a leer cuentos, como aquellos jóvenes que por débiles, dejaron de respirar.

La vida y la muerte están en manos de nuestra sensatez y los problemas de Venezuela se acrecientan. Vuelvo a hablar de ellos porque la dimensión de la tragedia que a nivel mundial se vive es tan grave, que su emergencia realza el sufrimiento y las carencias que ya teníamos. Nuestros problemas siguen sin resolverse y crecen de manera descomunal ante la desdicha mundial que hoy nos arropa.

Por nuestros hermanos del mundo sentimos miedo y compasión, pero al volver la mirada hacia nuestro país, ese miedo y esa compasión también la sentimos por nosotros… la vida se complicó aún más. Se nos enredó el papagayo y por eso debemos tener cuidado.

Dicen que el coronavirus mutó, Venezuela también lo hizo. Ese virus, infierno innegable en vida, logró que perdiéramos la vista temporalmente y que desenfocáramos nuestros problemas. Dejamos de ver que los niños del J. M. de los Ríos y los pacientes de muchos otros hospitales siguen desasistidos y continuarán muriendo. Dejamos de ver que el agua no llega y la electricidad se va. Dejamos de ver al país petrolero al cual se le está terminando la gasolina. Dejamos de ver a los niños de la calle que sin zapatos, aunque yo sí los he visto, cubren su rostro con un trapo sucio jugando a que son vaqueros ante un peligro que no pueden calcular.

¡Pobre primer mundo! La muerte por asfixia deteriora sus pulmones y nos enseña que no existe enemigo pequeño. Que la prevención puede salvarnos del contagio y que en este caso, el miedo es un aliado.

Dicen, como si fuera sencillo en Venezuela, que hay que jabonar nuestras manos durante 20 segundos pero… ¿con qué las enjuagamos? ¿Con qué agua lavamos la ropa al regresar a casa después de comprar alimentos o medicamentos? En nuestro país, la recomendación más simple se hace difícil. Aquí, desde hace más de veinte años, lo sencillo es complejo.

¡Pobre tercer mundo! En las calles nos topamos de frente con el miedo. Ojos sobre máscaras, manos con guantes, pieles ocultas por protección. En las calles, a un metro de distancia ya no nos reconocemos, y si por descuido nos acercamos, un llamado severo de atención de un tercero nos hace avergonzar y retroceder hacia la lejanía mientras las cifras de infectados suben y la de nuestros muertos, porque son nuestros aunque no los conozcamos, también lo hacen y ¡Dios!… cómo duele.

Pero esto pasará y cuando eso ocurra, recogeremos los pedazos y reconstruiremos el mundo que, estoy segura, será completamente diferente y espero que mejor. Hoy, lo importante es tratar de salvarnos y así salvar a otros para algún día tocarnos otra vez, amarnos de nuevo y dejar de sentir miedo.

Aún no lo creo. Quiero despertar. Esto es una pesadilla. No es real. Pero al abrir los ojos me doy cuenta de que no estoy dormida. Vivir o morir depende de nosotros. Quedarnos en casa y rezar es lo apropiado porque Dios no nos va a desamparar y eso, en este momento, es lo único que podrá salvarnos.

Jeanette Ortega Carvajal 
@Jortegac15
@ElNacionalWeb

TRINO MÁRQUEZ: EL IMPACTO SOCIAL DEL COVID-19

Aún es muy temprano para determinar cuáles serán las consecuencias sociales globales del Covid-19, ese enemigo microscópico, aparentemente dotado de una inteligencia diabólica y con una vocación expansiva peor que la del mismísimo Hitler. El condenado no se detiene ante nada.

Los signos más evidentes de su paso arrollador son miles, tal vez millones, de pequeñas, medianas y grandes empresas, que sólo podrán subsistir si reciben financiamiento, subsidios o exoneraciones fiscales de los gobiernos. 

La consecuencia inmediata se reflejará en el empleo y en las remuneraciones de los trabajadores. Ya en algunos países, por ejemplo Inglaterra, las empresas pequeñas han reducido un tercio el salario de sus trabajadores. Adoptaron estas medidas para no tener que bajar la santamaría. El ingreso de los trabajadores disminuirá y las posibilidades de cambiar de empleo serán remotas. Los trabajadores tratarán de preservar su oficio, aunque el salario disminuya. 

En numerosas naciones afectadas por la pandemia, el trabajo por internet se ha incrementado de forma apreciable. Esta tendencia venía despuntando ya desde hace bastante tiempo, sobre todo entre los trabajadores por cuenta propia. Ahora, con el Covi-19, se ha exponenciado. 

En Alemania, el canal de televisión Deutsche Welle habla de un crecimiento superior a 15% desde que el virus se universalizó. Si la propensión se mantiene, es muy probable que las relaciones de trabajo se modifiquen a partir de ahora, y cada vez mayor cantidad de actividades se realicen desde las habitaciones privadas o en lugares públicos donde los trabajadores compartan un espacio común.

En ambos casos  me refiero a lo que sucede en países con altos niveles de desarrollo, como Inglaterra y Alemania, dos de las principales economías del planeta. La situación  es distinta cuando nos trasladamos a Venezuela. En el plano de las remuneraciones y la dinámica laboral, lo que puede esperarse no resulta tan benigno como lo que está pasando en las naciones europeas. En el caso de Venezuela, el cabezal atómico del Covid-19 está impactando sobre una economía maltrecha, con siete años de deterioro continuo. 

Aquí ya no se trata de que las Pymi van a verse obligadas a disminuir los salarios o que los trabajadores van a tener que cumplir sus labores por la red. La cuestión resulta mucho peor. Durante toda la década actual, y con especial agresividad desde que Nicolás Maduro llega a Miraflores, las empresas se han descapitalizado, han perdido mercados, no consiguen materias primas y han sido víctimas de la voraz hiperinflación que las ha llevado al borde de la quiebra. Si la parálisis se prolonga, las pequeñas y medianas empresas se verán forzadas a cerrar sus puertas porque no poseen el músculo suficiente para afrontar el pago de la nómina. La capacidad de ahorro de esas unidades es nula o cercana a cero. Su tasa de letalidad será muy elevada.

Las posibilidades de reconvertir o reorientar la dinámica laboral para trabajar en los hogares utilizando la red, también son muy reducidas. Venezuela cuenta con uno de los peores servicios de internet de la región latinoamericana, luego de haber sido pionera en este campo durante la primera fase de la revolución informática, cuando podíamos compararnos con los países más desarrollados. 
Las opciones que ofrecen los gobiernos de Europa, los Estados Unidos y otros países con economías más sólidas, no son viables en Venezuela. Aquí el Estado carece de la fortaleza financiera para auxiliar a las empresas y los trabajadores. La hecatombe del corona virus coincide con el colapso de la industria petrolera, el cierre de la refinerías, la paralización de numerosos taladros y el desplome de los precios del crudo. La situación del gobierno de Maduro es tan desesperada que se vio obligado, rompiendo con todas sus promesas anteriores, a pedirle al FMI cinco mil millones de dólares. En vista de que le negaron el préstamo, ahora dice que se conformaría con apenas mil millones. El venezolano, o mejor dicho el madurista, es un Estado tírame algo. Quebrado y leproso con el cual ningún organismo internacional o país serio quiere mantener contacto. 

Al lado de ese Estado fallido, tenemos una clase trabajadora y unos sectores populares sin la potencialidad para ahorrar. La hiperinflación pulverizó sus salarios y las pocas provisiones que pudieron haber acumulado a lo largo de los años. Las capas humildes están enfrentando al maligno virus, en situación de pobreza extrema, sin agua, sin luz, desnutridos, sin medicinas, con hospitales miserables y con una red sanitaria destartalada. 

Este cuadro social, en sí mismo grave y sombrío, será todavía más deprimente si Maduro no lo enfrenta desde una perspectiva global. Si no une al país para encararlo. Si quiere actuar como Presidente de los venezolanos, lo primero que debería hacer es buscar un acuerdo con la oposición liderada por Juan Guaidó. Se abrirían las puertas para un entendimiento nacional y una masiva ayuda internacional.

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc

CARLOS BLANCO: LOS MILITARES, AUNQUE NO QUIERAN…

1.- No se trata de pasarle la mano a los militares para pedirles que actúen en esta calamidad que vive el país. Al margen de que los militares quieran o no quieran, les guste la idea o no, van a tener que intervenir para alcanzar un desenlace en el conflicto actual. Por lo tanto, no es apelar a su responsabilidad, ni a su papel histórico, ni a ninguna de esas pamplinas; sino reconocer un hecho incontestable: están atravesados en la mitad de la vía por donde está pasando la historia. Pueden ser atropellados y lanzados a la cuneta si se hacen los suecos; pueden intentar esperar al último minuto cuando la gandola los vaya a atropellar, también pueden ponerse creativos y ver cómo apuntalan a Maduro o, si es el caso, ver cómo lo sacan. Pero algo inevitablemente tendrán que hacer en esta coyuntura.

2.- La tormenta brutal que asuela el país está compuesta por la pandemia, la destrucción de la economía (no hay comida ni medicinas para los ciudadanos) y no hay gasolina en el país con las mayores reservas petroleras del mundo. Maduro puede usar policías, colectivos, guardias nacionales y el Ejército para tratar de contener la desesperación; pero no va a poder contenerla. Allí los militares tendrán que decidir hacia dónde disparan o, en todo caso, a quién obedecen y a quién no.

3.- Ya no es solo la legítima lucha por un sistema político democrático sino la legítima e irrenunciable lucha por la comida y la salud. Si se llega a este punto en el cual la necesidad se torna desesperación, los militares estarán con el poder en sus manos para tocar la puerta del búnker y con moderación o sin ella decirle a Maduro y a la cúpula de la corporación criminal: estimados, hasta aquí nos trajo el río.

4.- No es inevitable que los militares desalojen a Maduro, pero sí es inevitable que la decisión esté en sus manos. Los jefes militares no van a poder seguir como hasta ahora, haciéndose los majaderos. Van a tener que tomar una decisión: si apoyan a Maduro, este se quedará por un rato más; si le sacan el taburete no dura 10 minutos en el búnker.

5.- Este es el dilema militar, porque esta crisis no es controlable con arreglos domésticos. Por allí andan unos tontones proponiendo una tregua para que Maduro maneje una crisis que no puede manejar porque la ha creado y no la puede revertir, ni que quisiera. Lo que están haciendo las buenas almas que claman por la “unidad nacional” es pedirle a los militares que, llegada la hora, se decidan por Maduro.

6.- La única forma de afrontar la pentacrisis (covid-19, alimentos, medicinas, gasolina y seguridad pública) es que los militares desobedezcan las órdenes ilegales que sostienen a Maduro en el poder.

7.- La tesis de la “unidad nacional” con Maduro en Miraflores será asumida como un mandato a los militares (que tal vez no acaten) para que el poder siga en manos de la corporación criminal. Caso en el cual la crisis seguirá imparable.

Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog

RONNY PADRÓN: LA SOLIDARIDAD EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Nada mejor que la adversidad para certificar la fortaleza de una solidaridad. El caso de nuestra «Pequeña Venecia» es la mejor demostración de orfandad nacional que pudiera concebirse. Y esa es una realidad que no debe olvidarse.

Porque resulta totalmente injustificable que más allá de nuestra mediocridad como sociedad nacional, y lo criminal de la dirigencia demócrata venezolana, este genocidio que se desarrolla en el país a partir del 11 de abril de 2002 merecía la contención adecuada por parte de la comunidad de países en América.

No existe en la historia política delito o falta que haya dejado de cometer el Estado Criminal Socialista en el poder en contra de la población venezolana. De hecho tales fechorías tienden a incrementarse.

Si lo anterior resultara insuficiente, estamos a las puertas de una verdadera hecatombe representada en los estragos que está llamado a causar el «virus de China», pandemia que en Venezuela podría tener efecto letal incalculable habida cuenta el colapso de la salud pública a nivel nacional.

Esto es una realidad conocida a todos los niveles políticos regionales, continentales y mundiales. Y la presente inacción da a entender que se mantendrá esa actitud de meros espectadores, testigos mudos de una tragedia humana, cuando es bien sabido que han sido cubiertos todos y cada uno de los supuestos jurídico-políticos necesarios para que la comunidad democrática internacional con base en la propia Carta Magna venezolana, salve a un país, secuestrado, esclavizado, y en proceso de exterminio

¡Prohibido olvidar! Ora y labora

Ronny Padrón
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci

LEANDRO RODRIGUEZ: COVID-19 VS. SOCIALISMO-S21

Sí algo ha dejado al descubierto el Covid-19 es que Venezuela ha estado infectada muchísimo antes de un virus más letal, de un Socialismo-S21 que gracias al boom petrolero más alto y sostenido de la historia pudo disimular por mucho tiempo sus innombrables objetivos, pero una vez destruida por corrupción/negligencia la única fuente de su financiamiento (PDVSA) y posteriores sanciones internacionales por las flagrantes violaciones a la constitución y a todo precepto democrático, quedó a la vista su obra maléfica.  

El coronavirus en el país no es potencialmente tan grave por sí solo, nuestra nación es eminentemente joven y goza de un clima cálido, dos aspectos fundamentales entendiendo el virus es especialmente peligroso en la tercera edad y es resistente al frio. Sin embargo, esas defensas naturales poco valen cuando no se cuenta con un sistema público de salud, ni medicinas, ni agua, electricidad, ni siquiera gasolina para los traslados de emergencia, amén de los elevados niveles de desnutrición que padecen los venezolanos. Todas estas debilidades son consecuencia del chavismo y su socialismo del siglo XXI, denominado por los expertos en la materia como “La gran corrupción”, en todo el planeta no ha existido corrupción tan descomunal luego de la segunda guerra mundial… y todavía no se poseen cifras totales.  

Mientras en las demás naciones son los especialistas epidemiólogos, ministros altamente capacitados en sus respectivas áreas, quienes dan las informaciones pertinentes a fin de generar confianza en la población, en Venezuela el factor ideológico y culto al presidencialismo no cesa, es Maduro quien ofrece las informaciones, así como se coloca una bata médica o un uniforme militar, también usurpa los roles que en este momento deberían asumir profesionales competentes.  

Ciertamente, la cuarentena es fundamental, pero ¿Cómo puede una población empobrecida, presa de hiperinflación, abandonada al sustento diario, acatar semejante medida? Es imposible, todo se agrava cuando el racionamiento de gasolina limita el traslado de las personas a buscar alimentos, medicinas o agua, pues tampoco el vital líquido escapó del desmadre rojo rojito, las estaciones de bombeo son hoy chatarras, no se realizaron las inversiones requeridas en represas y demás sistemas que favorecen la distribución de este vital servicio ¡ah! pero si tenemos miles de sedes Psuv pagando millonarios alquileres, equipadas con computadoras, con demás equipos de vanguardia, esa sí es la prioridad para el régimen.  

El coronavirus es una advertencia para los venezolanos, por haber sido extremadamente permisivos con una casta gubernamental sobredimensionadamente corrupta e inepta. Hoy estamos a las puertas de una mortandad sin parangón a consecuencia de sus trágicas secuelas, esperemos no sea así, que las características de nuestra población /clima nos dé una mano.  

¿Más chavismo o está bien así? ¿Qué más debemos esperar para cambiar de rumbo? Los venezolanos hemos hecho de la política un vulgar entretenimiento, muchos han sido engañados a través de un populismo que hace rato dejó de ser útil. Venezuela está arruinada, destruida, amerita reconstrucción inmediata para que la tragedia deje de ser algo normal, peor.  

Quienes han destruido la nación, que en décadas atrás era la más visitada, la más envidiada del planeta, no pueden ser quienes la reconstruyan, pues hasta en estos momentos de emergencia continúan con su lúgubre agenda cubanizadora. Estimado lector, es imposible apartar la política en estos momentos, al revés, es cuando más atentos debemos estar porque el régimen aprovecha esta coyuntura distractora para profundizar en sus pérfidos fines ¡Venezolanos, llegó la hora de cambiar... en serio! 

Leandro Rodríguez Linárez 
leandrotango@gmail.com
@leandrotango   

FROILÁN BARRIOS- JORGE SÁNCHEZ MELEÁN: APÓSTOL DE LA DESCENTRALIZACIÓN

1989 fue un año decisivo en la historia venezolana de los últimos 30 años, significó el punto de quiebre para el inicio de la agonía del pacto puntofijista que sentó las bases desde 1958 del periodo democrático más extenso que haya conocido nuestra fase republicana desde 1830.

Ante la crisis del Estado venezolano de dimensiones descomunales en medio de estallidos sociales, surgieron en su rescate las propuestas de Reforma del Estado y la Descentralización, planteadas y archivadas en tono de debate desde 1984 con la creación de la Comisión para la Reforma del Estado (Copre). En ese contexto es que emerge la figura de Jorge Sánchez Meleán, economista fallecido recientemente en México -el pasado 19 de marzo- que entonces impulsó su visión de una Venezuela distinta, profundamente democrática y descentralizada, basado en la vasta experiencia que tenía en defensa de las regiones y en particular del estado Zulia,

Para lograrlo recurrió, junto con un brillante grupo de intelectuales, a la Constitución de 1961, específicamente al Artículo 137, que estipulaba: “El Congreso, por el voto de las dos terceras partes de los miembros de cada Cámara, podrá atribuir a los Estados o a los municipios determinadas materias de la competencia nacional, a fin de promover la descentralización administrativa”.

Pues bien, a pesar de la Copre impulsar una política para la descentralización territorial en Venezuela, el gobierno de Lusinchi rechazó el documento junto con líderes de su partido Acción Democrática, quienes lo considerarlo radical y decidieron retardar en el Congreso los mecanismos de elección para los estados y municipios. En aquel momento el argumento de un jerarca gobernante para desestimarla era que “los venezolanos no somos suizos”, para luego superarse las resistencias y sustos ante los sacudones sociales y políticos de 1989, y aprobar en el Parlamento las reformas propuestas.

Pronto la realidad demostró lo contrario, con la elección de alcaldes y gobernadores, se generó un espacio propicio para que el economista Sánchez Meleán multiplicara su lucha por la descentralización territorial, administrativa y financiera, en toda la amplitud del término. De su iniciativa se diseñó la transferencia de competencias concurrentes, exclusivas y residuales del poder central al estado Zulia, la Ley de Asignaciones Especiales, la Constitución del estado Zulia, la Escuela de Gobierno Izepes, el plan de formación de recursos humanos para la función pública, entre otras propuestas de modernización del Estado.

Hizo de la Copre Zulia, constituida durante la gestión de Oswaldo Álvarez Paz en 1990, la vanguardia de las Copres regionales, de ellas florecieron múltiples eventos que brindaron en la última década del siglo XX, un aire fresco a la política venezolana, bajo la presencia de nuevos líderes locales y regionales, quienes incluso llegaron a eclipsar al alicaído liderazgo nacional de los partidos tradicionales.

Jorge Sánchez Meleán promovió en la Copre Zulia un ágora del pensamiento zuliano, donde intercambiaban sin cortapisas ilustres representantes del ideario político regional, por ser un hombre ajeno al sectarismo, enfermedad infantil de la contracultura política venezolana de todos los tiempos, a tal punto de que su autonomía de criterios le conllevó a ser apartado de la otrora Asamblea Legislativa por las cúpulas partidistas.

Amaba al Zulia como a nadie, sin asumir falsas poses de zulianidad, al hacer propio aquel pronunciamiento de Rafael Caldera emitido en Maracaibo en 1958: “No se puede tener cabal idea de lo que Venezuela constituye como estructura nacional y de sus potencialidades futuras, sin apreciar lo que es el Zulia y lo que significa en la vida venezolana”.

La solidez y profundidad de su pensamiento le permitió conducir la Copre durante diferentes gestiones de gobernadores, desde 1990 hasta 2013, convirtiéndola en la última mohicana, pues el odio del centralismo autoritario contra la descentralización, desde el año 2000 conllevó a la clausura de la Copre nacional presidida por el doctor Ricardo Combellas, de las Copres regionales, como también la obra realizada desde el Ministerio para la Descentralización por el doctor Allan Brewer Carías.

Para mí fue un honor disfrutar de su presencia y amistad, conjuntamente con el personal que le apoyó en su gestión, como profesor y presidente de la Copre Zulia, finalmente le acompañé como secretario ejecutivo, su bonhomía, sencillez y don de gentes, excelso orador, de fina ironía en el debate, cualidades cada día poco visibles en el actual desierto político de nuestro país.

El  ideario político de Jorge Sánchez Meleán persistirá por siempre, señala la senda de la nueva Venezuela que debemos reconstruir, esperando que la clase política relevo de esta tiranía lo asuma como eje fundamental en la reconquista del sistema democrático.

Froilan Alejandro Barrios Nieves
fbarriosnieves@gmail.com
@froilanbarrios