domingo, 13 de diciembre de 2015

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, PRUDENCIA, FIRMEZA Y UNIDAD

Estas tres palabras pudieran resumir lo que la nación espera del nuevo parlamento. Son sabias, apropiadas para el momento actual y para cualquier circunstancia por la que individualmente debamos atravesar.

Prudencia que no se confunda nunca con debilidad. Impone la meditación serena, el análisis profundo de cada situación y hasta la evaluación de la conducta ante los enormes problemas que el país confronta. Firmeza que no desemboque en atropello contra personas, ni instituciones públicas o privadas, pero que signifique coraje para luchar por nuestras convicciones y responder debidamente ante las agresiones de los adversarios. Finalmente, unidad. Puede y debe ser dinámica y diferenciada, pues resulta imposible hacer igual lo que por naturaleza es diferente. En el campo democrático hay de todo y para todos los gustos, pero lo importante es la unificación de los objetivos fundamentales para poder diseñar estrategias que puedan seguir cada grupo o liderazgo a su manera.
Por supuesto, para que el esquema funcione es indispensable una alta cuota de honradez, de honestidad integral tanto en los propósitos como en las acciones de la vida diaria. Todo lo contrario de cuanto hemos tenido en estos diecisiete años de “socialismo del siglo XXI”. En la política venezolana debemos enterrar el disimulo y la mentira. Caretas abajo y que las responsabilidades puedan ser claramente establecidas en toda circunstancia.
Estas recomendaciones elementales están inspiradas en los consejos recibidos a lo largo de muchos años, de Lorenzo Fernández, hombre ejemplar de cuyos servicios superiores se perdió Venezuela. En este tiempo sus enseñanzas y su ejemplo los tengo muy presentes.
Ahora viene lo duro, lo difícil, lo inaplazable. Construir la Venezuela del futuro que empieza. Desmontar el nefasto presidencialismo, exacerbado y despótico de los últimos quinquenios. Liquidar de una vez y para siempre la exagerada dosis de centralismo y hacer realidad el ideal de una República Federal y descentralizada, integrada por Estados y Municipios autónomos. La municipalización de la vida pública es indispensable para la verdadera participación ciudadana. Acabar con el partidismo agudo y entender que en el pluralismo y la alternancia está la clave contra el sectarismo y la exclusión. Cada una de estas metas necesita ideas, planes y proyectos. Existen. La gente para ejecutarlos también existe.
La tarea es enorme pero posible en todos los campos, incluida la seguridad, la producción, la economía y la vigencia de los derechos fundamentales de la persona natural o jurídica. El régimen tiene que entenderlo. O cambia o lo cambiamos.
Oswaldo Álvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
Desde El Puente Rafael Urdaneta
Prensa Alianza Popular

prensaalianzapopular@gmail.com

SUSANA MORFFE, DERROTADOS Y VENGADORES (ENTRE CIELO Y TIERRA)

La derrota puede tener dos caras, una es asumirla con hidalguía y la otra es aparentar debilidad pero con mayor fuerza para la  venganza. En ambos casos el aspecto emocional puede frenar y a la vez permitir el avance. No es lo mismo una victoria bien ganada que una derrota mal aceptada.

Así se encuentra la mayoría de los ejecutores y seguidores de la anacrónica revolución cubano-venezolana, frente a los resultados del 6 de diciembre. No obstante, ninguno se confíe en su derrota emocional fulminante,  ya que ellos aún se mantienen en el poder, lo que les da ventaja. La oposición venezolana apenas comenzó a dar un paso liberando del secuestro a uno de los poderes que sustenta la democracia y la participación ciudadana.
El pueblo ha sido muy inteligente al ofrecer su voto a favor de un cambio -fue lo que le vendieron-  pero ese cambio debe venir con algo más, igual cuando se acude a una operadora de teléfono celular a comprar un plan,  se espera algo a cambio como los segundos gratis, megabytes, etc., porque a la final el quien va a sostener ese plan del dueño de la operadora, es el que lo compra, así mismo debe ser con el asunto político.
El mal herido procura la venganza al sentirse traicionado y demuestra su estrategia emocional atacando con su poder para vengarse, con lo cual coloca en la palestra su estrepitoso signo de debilidad. El régimen ha sido debilitado por el peligroso combate entre el hambre y la vida.
La verdad es que el 7 de diciembre Venezuela amaneció con un pueblo orgulloso de su mayor proeza, bajó la tensión, tanto como cuando se paga el último giro del carro. Debemos estar alerta porque el otro bando sigue con poder, y  a la par, los partidos políticos deberían tener un  cambio, despojarse de la política tradicional que no ha conducido al país a buen puerto, tomando en cuenta el agotamiento que se ha producido por el hambre existente en el país.
Luce desproporcionado escuchar y observar gestos de  políticos tradicionales,  sacar a los que están ocupando cargos porque así lo hizo el régimen  o que en nombre del “cambio” digan que tal o cual cosa no sirven, sin ofrecer opciones. 
Más de 19 millones de venezolanos electores fueron movidos  con la idea de un cambio,  pero no a la luz de la venganza porque con eso no se construye. Las alianzas  tienen que hacerlas con el pueblo y para el pueblo, tanto a la ofensiva como a la defensiva. Lo demás hay que dejárselo a Dios. Vamos a quitarnos esos clichés de lo que es del cura va pa´la iglesia.
El pueblo le abrió a cada postulante en el parlamento,  una oportunidad de empleo por cinco años, se deben poner a trabajar, a pensar, a servir al pueblo. A crear para cada ciudadano un proyecto de vida que no lo tienen. Lo único que hay hasta ahora es sígueme para yo seguir en el poder y tú te arreglas con lo que alcance para ti. Pues no, la corrupción tiene que acabar, esa realidad tiene que cambiar, el pueblo es el soberano, es el que manda, es el que ostenta el poder desde el 7 de diciembre. Los políticos son los servidores del pueblo. Eso tiene que quedar grabado en la mente de cada uno.
Venezuela no debe seguir sosteniendo partidos políticos parasitarios, más bien  gente preparada que piense y actúe con inteligencia. Los representantes de partidos políticos tradicionales, incluido el prehistórico del régimen, no deben despojar de sus glorias  al pueblo, porque hay un pueblo que cobra. Un pueblo despierto es un monstruo de mil cabezas para imponer su poder.
Es tiempo de trabajar, no de celebrar y tomar venganzas, sino por lo contrario se debe tomar acción. Pensar en el pueblo primero  es acertar sobre la materia prima que tiene un país  para votar y desarrollarse. Aún el enemigo no está vencido, solo está debilitado emocionalmente en una de sus partes.
Venezuela está esperando por los hijos que pariera, para crecer y ofrecer el talento de cada uno y ser un mejor país.
Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
CNP – 4.837
Nueva Esparta - Venezuela

www.susanamorffe.blogspot.com

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, LO DIFÍCIL VIENE AHORA, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL

La Teoría de Organización establece condiciones que fundamentan instancias de planificación de políticas que responden a exigencias planteadas por realidades cuestionadas.
El devenir político-histórico ha confirmado repetidas veces, que los partidos políticos son capaces de ganar elecciones por cuanto no les resulta del todo complicado cuando sus aparatos electorales trabajan organizadamente. O sea, a instancias de métodos de planificación de campañas electorales cuyos criterios de eficacia saben responder a la voz de la calle. Los problemas vienen luego. Sobre todo, cuando comienzan a emerger factores de disociación entre el programa electoral, el plan de gobierno y la acción del gobierno. Disociación ésta que se agrava a medida que las confusiones propias de discursos ilusionistas o fundamentados en consideraciones proselitistas, se acentúan. Más, cuando deja de advertirse que los criterios de eficacia electoralmente empleados, tienden a perder fuerza en virtud de las intemperancias propias del desespero al que se llega sin mucha espera.

Tan apretadas realidades, animan desaliento y desconfianza que finalmente terminan agravando problemas que se suponían encaminados a ser solventados. Sin embargo, surgen restricciones impuestas al voleo que desatan relaciones de fuerza que le restan eficacia a procesos políticos iniciados en nombre de la justicia y de la paz. En el curso de estos acontecimientos, se dan las condiciones necesarias para que buena parte de las promesas electoralmente adquiridas se vean incumplidas lo que provoca que el ambiente político se colme de la misma indolencia a la que la rutina somete dichas promesas. O también, de la misma indignación que aviva el rechazo que, a su vez, estimula la aplicación del voto-castigo.

Esta breve síntesis evidencia la dinámica que caracteriza toda situación que, políticamente, recorre los escabrosos parajes del tránsito que se da por espacios dominados por la demagogia, la ineptitud, la indolencia, la intolerancia y el resentimiento. Causales éstas, adoptadas como criterios de gobierno para enturbiar los aires que requiere respirar la democracia. Precisamente, sortear las complicaciones de momentos abruptos como éstos, obliga a razonar lo que más adelante las circunstancias pueden asomar de no actuarse con la previsión y el cuidado que dichas situaciones comprometen.  Particularmente, en el ejercicio de la política.

Lo que tiene por delante ese importante equipo de hombres y mujeres que, en representación de los partidos políticos: Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, se la jugaron de cara a los embates preparados por afectos de la revolución a la orden del gobierno central, no es nada fácil. Más, en medio de la controversia que la propia crisis de Estado ha venido estimulando como razón para justificar el desparpajo de decisiones gubernamentales que no reconocen las realidades económicas en que se debaten sus consecuencias. A este respecto, se hace necesario considerar dos apreciaciones. Una primera que debe evaluar los entuertos a enfrentar en lo interno, como unidad. Y otra segunda, que también debe tantear el entorno estructurado en el plano controlado por agentes gubernamentales bajo el enfoque de la administración de conflictos. Cada una, atendiendo contextos diferentes pero mancomunadas por las causas que provocaron tanto una crisis del tipo de acumulación, como una crisis del tipo de dominación vigente.

Lo resumido de esta disertación, sólo da espacio para analizar la primera de las visuales aludidas. En este orden de ideas, es fundamental que el equipo político integrado por los diputados representantes de la Unidad Democrática, actúen como uno sólo. Para ello, la decisiones deben elaborarse tamizando las alternativas y reacciones posibles cuales escenarios en formulación. Así, podrán confeccionarse las respuestas que de este digno equipo espera un país anhelante de soluciones a problemas que vinieron acumulándose como “basura en contenedores sin fondo”. La Teoría de Organización establece condiciones que, a los fines de identificar variables de análisis de suma pertinencia y aquiescencia o anuencia, sirven para fundamentar instancias de planificación de políticas que responden debida e inmediatamente a las exigencias que plantean las realidades en cuestión. Por supuesto, esta necesidad de actuación a lo interno, debe acompañarse con mecanismos de motivación al logro que inciten disposiciones que, en medio de la incertidumbre reinante, exhorten posturas de creatividad e integración. Porque sin duda, lo difícil viene ahora.

VENTANA DE PAPEL

¿CÓMO INTERNET CONDICIONA ACTITUDES POLÍTICAS?

Las ventajas de la Internet, son indiscutibles. Sobre todo, al momento de prestarse para soportar la información que motiva actitudes políticas y de todos los géneros posibles que sirven al hombre para justificar decisiones de vida. La investigación de la periodista Eliana Balestrini Rojas, arroja la data necesaria para inferir sobre cómo las tecnologías de la información y comunicación tienen la fuerza procesal necesaria para influir en el comportamiento del ser humano.

El trabajo referido, aunque supeditado al ámbito del Municipio Libertador del Estado Mérida, es demostrativo del uso y aprovechamiento de las susodichas tecnologías por sus habitantes. Más aún, destaca que dicho municipio “está por encima del estándar de penetración de Internet en Latinoamérica y los mayores usos que se le da al Internet son para trabajo, recreación, investigación y noticias”. Sin embargo, no todo es halagador.
El análisis sorprende toda vez que algunas de sus observaciones poco o nada destacan el mito que llevan a pensar que la ciudad de Mérida, por tratarse de ser “una Universidad con una ciudad por dentro”, es cuna de una intelectualidad que arropa a casi todos los grupos sociales que determinan su vida sociopolítica y socioeconómica. Nada de eso. Tal mito se cae al demostrarse que escasamente una mitad de esa población consultada por el interés de averiguar su talante político determinado por el influjo de las tecnologías de la información y comunicación, y que inicialmente se pensó que podían ser egresados universitarios, no es tal. De modo que la población merideña de la que se ha dicho ser de las más cultas del país, más de su mitad no cumple con la condición de ser formada universitariamente.

 Otra de las inferencias que del aludido análisis igualmente sorprenden, tiene que ver con la cultura política. El caso es que no por tratarse de un universo consultado de raigambre merideño, su formación política está a la altura de lo que representa vivir en el seno de una ciudad universitaria. Hay razones demostradas para dar cuenta de la precaria cultura política de buena parte de dicha población. En el fondo de todo ello se advierte una brecha entre lo que significa actuar influido por valores de una cultura política afianzada, y lo que representa la actitud de un habitante que, sus insipiencias, aunque informado del devenir político nacional y regional, no le permiten formalizar ideas propias que le beneficien como sujeto político e individualidad sociocultural.

A fin de cuentas, el trabajo de Balestrini, cuya exposición le valió el más alto reconocimiento académico del jurado de profesores del Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina, de la Universidad de Los Andes, rebasa las expectativas de quien puede atreverse a levantar una idea de lo que el problema de cómo las tecnologías de la información y comunicación, pueden marcar la actitud y pensamiento de una persona asediada por el interés o necesidad de mantenerse informada sobre la cotidianidad de la política. El trabajo de Eliana Balestrini sabe responder a ¿cómo la Internet condiciona actitudes políticas?

“Las dificultades son el cauce que abren el camino a la política. Pensar en la ausencia de conflictos en política, es imaginar el mundo en contrario. Cada problema aviva razones para seguir desafiando más problemas”

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

Merida - Venezuela

ALBERTO BARRERA TYSZKA, BIENVENIDOS A LA DEMOCRACIA


Antes del domingo pasado, el chavismo juró que respetaría los resultados electorales y aseguró que la voluntad del pueblo era sagrada. Después del domingo pasado, su actitud y su discurso han cambiado. Ahora los resultados electorales no son tan bolivarianamente legítimos, la voluntad del pueblo no les parece tan voluntad ni tan popular. Quizás todavía no podemos ponderarlo en toda su dimensión, pero el 6 de diciembre ocurrió una hecatombe, una verdadera revolución: el sentido 

Desde su triunfo en 1998, Chávez clausuró la idea de la variación política en el imaginario de la sociedad. Decretó que él no había sido elegido para gobernar por un periodo sino para cambiar la historia. Instaló la palabra “revolución” entre nosotros y comenzó a pensarse y a hablar desde la eternidad. Así pasaron casi 17 años. La hipótesis de la alternancia solo era un trámite que había que seguir para mantener cierta legitimidad internacional. Pero mientras, hicieron lo que quisieron. Sin rendir cuentas. Se acostumbraron y terminaron creyendo que el poder era algo natural y para siempre. Este 6 de diciembre una mayoría contundente de venezolanos los bajó de la nube y les dijo: ¡Bienvenidos a la democracia!

Pero la democracia no les gusta. No la toleran. En muy pocos días, han demostrado una soberbia ciega: no logran digerir la derrota y se revuelven sobre sí mismos, rabiosos e impotentes, resistiéndose a escuchar y a entender el mensaje que les ha dado el pueblo: el PSUV es pasajero. También la revolución es provisional.

Lo que hemos visto esta semana es una muestra puntual de los procedimientos del chavismo: ¿se puede decir que están irrespetando el resultado electoral? Pareciera que no. Porque asumen el informe del CNE y se someten a su decisión. Pero, de manera inmediata, mueven toda su maquinaria mediática y comienzan a distribuir sus matrices: que la oposición compró votos, que la población estaba confundida por la guerra económica, que los votantes fueron engañados… para tratar de imponer la tesis de que “no ganó la oposición sino la contrarrevolución”. Volvamos a la pregunta: ¿irrespetan el resultado electoral? No. En realidad, irrespetan la elección en sí misma. Le roban al 6-D su significado. Pretenden despojar a la democracia de su sentido. En realidad, deslegitiman a los votantes. Irrespetan profundamente al pueblo.

“Ganaron los malos”, dicen. Y comienzan a pregonar que tendremos un parlamento “golpista”. Insisten en re-polarizar a un país que está buscando salir de la polarización. Tratan de provocar, buscan que la oposición repita sus errores y refuerce la narrativa chavista. Es una dinámica que permanece en el territorio del delirio: en nombre del pueblo, atacan a los representantes elegidos por el pueblo. En nombre del pueblo, pretenden desconocer la voluntad del pueblo. Su arrogancia no les permite leer lo que ocurre. Todavía no entienden qué pasó el 6-D. Y por eso mismo vuelven a amenazar. Y por eso mismo chantajean, insultan. Repiten el discurso que los llevó al fracaso. Después de lo que han dicho esta semana, si hoy tuviéramos de nuevo elecciones, el oficialismo sacaría todavía menos votos.

El domingo pasado, el pueblo venezolano expropió la Asamblea Nacional. Le quitó ese espacio a la corporación que ha privatizado el Estado y las instituciones del país. La oligarquía roja patalea porque no quiere perder sus privilegios. Porque no quiere entender que el pueblo no solo reaccionó frente a la escasez y la inflación, sino también frente a la corrupción y el abuso, la falta de transparencia y el ventajismo. Y eso también es un mensaje para la oposición. No se trata de sustituir modelos, de intercambiar sistemas de exclusión. La mayoría del país desea un cambio profundo. 

El 6-D terminó la fantasía de la revolución perpetua, pero no se inició una vuelta a la fantasía de un supuesto pasado idílico. Ya ninguna de esas dos posibilidades existe. El futuro no le pertenece a nadie. El futuro aún está por inventarse.

Alberto Barrera Tyszka
abarrera60@gmail.com
@Barreratyszka

Miranda - Venezuela

JUAN RAMON RALLO, ¿QUE ES EL LIBERALISMO? DESDE ESPAÑA, VIDEO



Juan Ramón Rallo es doctor en Economía por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia. Actualmente es profesor en el centro de estudios OMMA, en el centro de estudios ISEAD y en la Universidad Católica de Ávila. Es director del Instituto Juan de Mariana y analista económico de esRadio, La Sexta Noche, Al Rojo Vivo y El Programa de Ana Rosa. Colabora habitualmente en prensa con Libertad Digital, El Economista, Vozpópuli y La Razón.


Juan Ramón Rallo
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España

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MALÚ KIKUCHI, AHORA,¡¡JUNTOS!!, DESDE ARGENTINA

Nada se puede asegurar cuando recién han pasado escasas 48 horas del cambio de gobierno. Pero  los indicios del cambio parecen ser más que auspiciosos. Por supuesto que habrá que esperar por lo menos hasta marzo, para empezar a opinar.

Hasta el momento, lo visto, escuchado y actuado por el gobierno de Macri, da la sensación de una Argentina distinta. Una Argentina que intenta desterrar el enojo, las antinomias, el odio, la crispación, el miedo, el pensamiento único, la corrupción institucionalizada, porque se desconocieron las instituciones.


El tono de los discursos, el llamado a la unidad, la intención de trabajar en equipo, el reconocimiento de la falibilidad, la virtud del diálogo, la inclusión del “otro”, el maravilloso descubrimiento que el “otro”, existe, ya que todos somos el “otro” del “otro”.

El gabinete aparenta ser un seleccionado ganador. Esperemos que lo prueben, pero dan la sensación de que son idóneos, algo que exige la Constitución y que el gobierno anterior había ignorado por completo. Le bastaba con la obediencia absoluta, debida a Cristina.

Este nuevo gobierno no se queja por lo menos públicamente “de la pesada herencia recibida”. De la Rúa, en la puertas del Colón, (función de gala del 10/12), ante los movileros, reconoció que la herencia actual es mucho peor que la que recibió él.

El gobierno de Macri recuperó la tradición de los granaderos, las banderas, la marcha de San Lorenzo, el Te Deum, las juras ortodoxas, la entrega de los símbolos de mando en la Rosada, la gala en Colón, y las buenas maneras, todo ello totalmente olvidados en la era K.

Trabajan desde el primer minuto, contestan todas las preguntas de los periodistas, convocan a la oposición, la que no es FPV, que se supone ya se sumará. Es cuestión de tiempo. La consigna de la Argentina hoy, es sumar. Algo muy difícil para los argentinos.

Además del individualismo que nos caracteriza, hay que tener en cuenta los difíciles 12 años y medio K, donde aquel que osaba pensar distinto pasaba a ser un leproso medieval. De ahí la grieta, los familiares y los amigos que quedaron en el camino, porque la bronca hizo que se dejaran de hablar. O se era K, o no se era K.

Eso no lo puede arreglar ningún gobierno, por buena voluntad que ponga y de el mejor de los ejemplos. Eso es un arduo trabajo, inspirado por la actitud amable y pluralista de la nueva política, que debemos asumir nosotros, los ciudadanos. Si nosotros no cambiamos, no hay cambio de gobierno que alcance.

La historia de nuestro país nos enseña algunas cosas que pueden servirnos en este momento. Se aprende de los aciertos y de los errores. Dos momentos clave de nuestro pasado, uno muy exitoso, el otro terriblemente equivocado. Ambos válidos hasta hoy.

Después de la batalla de Caseros, 3/2/1852, Urquiza, el vencedor, pretendió darle una Constitución a la Confederación Argentina, la gran deuda de Rosas con el país. Se invitó a las 14 provincias a que cada una de ellas enviara a la constituyente, 2 diputados. Sin preguntar filiaciónes.

No se exigió que los constituyentes no hubiesen sido rosistas. Lo que enviaban las provincias estaba bien. Se los necesitaba lúcidos, patriotas y dispuestos a trabajar por algo que todavía no tenía forma definitiva, y que a través de sus decisiones, iban a dársela.

Así fue que el 1/5/1853, la Confederación Argentina se dio a sí misma una extraordinaria Constitución, el pacto social que todavía nos rige y cuando se la cumple (esperemos que este gobierno lo haga), hace que la vida de los argentinos tenga la posibilidad de un futuro mejor que el presente.

La Revolución Libertadora del 16/9/1955, que derrocó el 2° gobierno de Perón, en vez de mirar a largo plazo, en vez de levantar vuelo como el cóndor, tuvo el vuelo cortito de la perdiz. Con una grieta fenomenal en la sociedad, no se permitió que los medios nombraran a Perón y prohibieron al partido justicialista.

El PJ era el partido mayoritario del país y, aún prohibido, ganaba elecciones hasta votando en blanco. La Libertadora fue la madre, quizás la abuela de los 70. Mientras la generosidad pluralista de 1852/3, dio nacimiento a una república, el cortoplacismo de la Libertadora nos propició a futuro, una bestial guerra civil, cuyos resabios todavía sufrimos.

Hoy, la propuesta es sumar. Aceptar a todo el que quiera sumarse al proyecto de reconstrucción de la república. Sin preguntar de donde viene, ni cómo piensa. Con que quiera trabajar por la recuperación de la nación, la amistad entre sus ciudadanos, cada cual con sus propias ideas, bienvenidos sean. El único límite son los corruptos.

Corruptos no se aceptan. De esos que se ocupe el poder judicial, a través del debido proceso, ateniéndose a la ley y haciendo justicia, sin  ejercer venganza. Los demás, todos los demás, a partir de ahora, sin preguntas, a trabajar juntos. Argentina nos espera. Y de nosotros depende.

¡Se puede!

Malu Kikuchi
maluki@fibertel.com.ar
@malukikuchi

Argentina

GABRIEL S. BORAGINA, LOS PASOS DE LA RECONSTRUCCIÓN, DESDE ARGENTINA

El flamante presidente de todos los argentinos, Mauricio Macri, tiene una tarea titánica por delante, como ya hemos esbozado antes ([1]).

Es tanto lo que hay que hacer (y rehacer), que parece difícil decidir por dónde empezar el trabajo. En lo que sigue, intentaremos bosquejar lo que -a nuestro juicio- deberían ser los primeros pasos a dar, que no implica, desde luego, que deban dejarse de lado otros, también igualmente necesarios como creemos que son los que describiremos a continuación.
Después de la debacle dejada por el FpV ([2]) opinamos que el primer objetivo a encarar por el presidente Macri ha de ser la depuración del muy viciado aparato estatal que recibe del ex-gobierno del FpV. En realidad, para ser más precisos, habría que hablar de *desinfección* porque, literalmente, el estado-nación se encuentra en una situación análoga a la de un organismo casi completamente infectado por un ejército de letales *bacterias K*. Pero, a los fines de conservar un cierto estilo, nos referiremos en lo que sigue a un proceso depurativo.
Este proceso depurativo debería comenzar con un intenso plan de desburocratización del total de los organismos del *estado*. Ya que el sector que se halla más contaminado por el virus sembrado por el FpV se localiza justamente en la burocracia estatal.
Entendemos en tal sentido- que se deberían dar los siguientes pasos:
1.   Una Revisión exhaustiva y profunda de los legajos de cada empleado público para :
a.         Determinar su continuidad, en caso de verificarse que se trata de personal de carrera en la rama de que se trate.
b.        Y en contrapartida : eliminación del personal efectivizado durante los tres gobiernos del FpV. Excepción (en este último caso) de aquellos que :
                                                                       i.                    Cuentan con una comprobada y confirmada idoneidad y capacidad de trabajo, la que deberá surgir de exhaustivos y periódicos exámenes para constatar esos extremos.
                                                                      ii.                    Carecen por completo de afiliación política y de antecedentes (propios o familiares) que los vinculen con el régimen depuesto por las urnas.
Estas primeras medidas nos parecen prioritarias, por cuanto -como ya expusimos en tantas otras ocasiones- estamos convencidos que la burocracia estatal es el peor obstáculo del nuevo gobierno. Máxime en que esta gestión que se inicia, ha puesto como eje central de su campaña su vocación de cambio.
No cabe ninguna duda que, por su misma definición, la burocracia (en todos sus niveles) es lo contrario a cualquier cambio o, incluso, al mero intento de cambio.
La burocracia (en rigor toda burocracia, no sólo la nuestra) es una verdadera clase social en el más estricto significado de la palabra, es decir una auténtica casta enquistada en el seno de todo gobierno, como un estamento sólidamente estratificado.
¿Qué efectos pensamos que se conseguirían con esto? Estas iniciales disposiciones permitirían:
a.         Contar con un gobierno más liviano y al mismo tiempo más eficiente.
b.        Quedará el personal de carrera administrativa. O sea, con más experiencia.
c.         Se libera fuerza de trabajo para la actividad privada.
d.        Se lograría una aceleración y simplificación de trámites administrativos.
En realidad, los efectos b, c, y d, están concatenados y se derivan directamente de a).
2.   Un segundo paso a dar -a nuestro entender- seria (luego del anterior) mantener los dependencias estatales estrictamente necesarios, suprimiendo los superfluos y tendiendo a que -en su conjunto- sean los mínimos posibles. Para el cumplimiento de este objetivo juzgamos forzoso :
a.         Eliminar secretarias y subsecretarías sobrantes y dispendiosas.
b.        Evitar crear nuevas reparticiones del tipo de las que se suprimen o de cualquier otra clase.
c.         Desmonopolizar funciones estatales, para lo cual será imprescindible delegar (o mejor dicho descentralizar) en la actividad privada -de manera NO monopólica- la mayor cantidad de funciones burocráticas que hasta la actualidad ha venido desempeñando el gobierno nacional.

El último punto anterior se conseguirá mediante estos mecanismos:
d.        Privatizaciones no monopólicas.
e.        A través de concursos y licitaciones públicas realmente transparentes.
e.        La instrumentación de concesiones, pero sujetas a metas cuantificables y verificables, renovables en la proporción del concreto cumplimento de los objetivos. Con lo que se obtendrá -a la vez- una reactivación del sector privado del mercado laboral, que es el único y verdadero mercado de trabajo.

Hemos trazado, apenas en pocas líneas, lo que nos parece el primer bastión que el nuevo gobierno debería atacar. En otras palabras, lo que llamáramos antes un plan de depuración del organismo estatal, para liberarlo de las graves infecciones ocasionadas por el régimen dictatorial del FpV.
Por supuesto, estos habrían de ser los primeros pasos de un completo programa, comprensivo de una política económica racional, que incluyera total apertura de los mercados nacionales e internacionales, disciplina fiscal, bajo gasto público, mínimos impuestos y emisión monetaria, libertad cambiaria, respeto a la propiedad privada, a los contratos en general sin más limitaciones que las que las leyes impongan, etc.
En lo institucional, son ineludibles reformas de mas volumen y entidad, tales como formular las denuncias a que de lugar el art. 36 de la Constitución de la Nación Argentina respecto del régimen depuesto por las urnas; lograr una segura independencia del poder judicial; imponer la estricta obligación de los jueces a cumplir con la ley; etc.. En otras palabras, la instauración de un auténtico Estado de Derecho. Las que naturalmente llevarán algo más de tiempo.
Somos conscientes -como decíamos al comienzo- que las reformas a emprender por el nuevo gobierno son muchas, vastas y de gran calado. Y como el mismo presidente lo anticipó repetidamente, no habrá soluciones mágicas ni rápidas, ni en el corto ni en el mediano plazo. Pero estamos convencidos que empezar con la reforma del sector estatal (mal llamado "público") aunque no en forma excluyente, es -a no dudarlo- de una prelación de primer nivel.
[1] Ver: La reconstrucción.
[2] FpV. Siglas del Frente para la Victoria. Secta política del peronismo, conformada por el nefasto matrimonio Kirchner.

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Acción Humana

Buenos Aires- Argentina

ELENA VALERO NARVÁEZ, MAURICIO MACRI Y EL CAMBIO CULTURAL, DESDE ARGENTINA

“Ante el mas encumbrado gobernante, el país es siempre el soberano”(J: B: ALBERDI)
Mauricio Macri ya es presidente de los argentinos. No es casualidad. En 1983,  la vuelta a la democracia  y el triunfo del presidente Alfonsín, -quien  derrota a su rival peronista Italo Luder - mostró un cambio en la cultura política de no pocos argentinos, que había sido tantos años, casi medio siglo, de corte netamente populista. Hubo signos de cambio: durante su presidencia se hablo de privatizar Aerolíneas Argentinas, empresa que hacía perder al Estado cifras millonarias. Eso, hubiera sido imposible años atrás, cuando la sola mención a capitales extranjeros era mala palabra y. sobre todo, si provenían de países “imperialistas”.
Carlos Menem, no importa si por convencimiento o pragmatismo, dio un giro de 180 grados a la política peronista ortodoxa. Se animó al cambio, tal vez alentado por hechos de enorme trascendencia, como la caída del Muro de Berlín y el fracaso de políticas socialistas, no solo en la URSS, sino también, en los países del Tercer Mundo. Sumaba -tal como sucedía en España- el abandono de esas ideas en gobiernos que se decían socialistas pero que implementaban medidas de suave matiz liberal. Lo cierto es que le dio con su política un golpe demoledor al peronismo histórico. Éste se había colado, también, en el Ejército, la Iglesia, la UCR, el Socialismo y sus variantes, el sindicalismo, la Universidad, y el periodismo, entre otros sectores. Los Kirchner intentaron durante 12 años resucitarlo estatizando, provocando conflictos con los países democráticos capitalistas, volviendo a una relación directa entre el Ejecutivo y la masa popular, y otra vez, con un modelo económico autárquico-populista que agrandó el Estado con un costo social insoportable.
Desde la crisis del 2001 2002 la Argentina que deseaba Alberdi republicana, representativa, y federal, dejo de ser una aspiración. Diputados y senadores no respondieron a quienes los votaron en las provincias, fueron empleados del kirchnerismo. Así fue como Cristina Kirchner entregó el Gobierno con el doble de pobres que había cuando asumió.
El flamante presidente de Centro, como se define Macri, es resultado de que una buena parte de la sociedad  ha aprendido y por ello se resiste a los gobiernos autoritarios, dirigistas y populistas. La mayoría de los líderes políticos radicales y peronistas, incluso sindicalistas ya no son los de antes.
El Presidente dijo que necesitaba saber cómo había dejado a la Argentina el anterior gobierno, para poder explicar como se iba a mover. Tiene razón, nadie sabe adónde va si no sabe de donde viene.  Luego vendrá el tiempo de buscar las soluciones a los problemas y los  medios con los cuales se intentará alcanzar el éxito. Esperemos que pueda tener una respuesta favorable de buena parte de la sociedad, ya que el poder político tanto más puede hacer, cuanta más adhesión voluntaria recibe.
Tenemos el marco normativo adecuado, la Constitución. Falta imponer respetarla y lograr estabilidad institucional e infraestructura para un nuevo despegue. Disminuir, con docencia, las ideas nacionalistas, autárquicas y autoritarias que ha predicado durante 12 años el Gobierno saliente. El intervencionismo económico colocó a la economía bajo la dirección de la política y del Estado.
Si los medios de producción regresaran a los empresarios privados, no ligados al Estado, habría un círculo virtuoso: menos ingerencia estatal, menos crecimiento de fuerzas arbitrarias,  más democracia.
Cuando Macri  propicie el desarrollo y diversificación de los mercados, notaremos que se incrementará la participación de la gente en los bienes que producirá la propia sociedad.
También aumentarán los grados de libertad, eso es bienhechor. En democracia se pueden cometer errores pero es posible corregirlos gracias a la crítica racional y sobre todo porque no se le teme a quienes gobiernan. Como bien dijo Juan Bautista Alberdi: “Respetar la libertad del que aplaude al Gobierno, es un respeto que florece hasta en los gobiernos mas tiránicos del Asia, respetar la libertad del que ataca es un respeto que solo conocen (…) los gobiernos libres.”
 Es cierto: la oposición después del Gobierno es la condición más elemental de la paz,  impide el abuso. Nunca terminamos de aprender, la vida es un proceso de aprendizaje, por ello necesitamos defender la democracia. Si se equivoca el Gobierno, habrá quienes puedan mostrarle los errores y proponerle soluciones alternativas dentro del Estado de Derecho que permite la existencia de un sistema de partidos y opinión publica institucionalizada.
El gran desafío que tiene Mauricio Macri es convencer con  sus propuestas innovadoras a quienes aún responden a componentes ideacionales estatistas, distribucionistas, de autarquía económica y de aislamiento internacional.
Soy optimista, porque tanto gobernadores como intendentes y sindicalistas, están viviendo en carne propia las consecuencias de las políticas kirchneristas. Es muy posible que acompañen el cambio, sobre todo si viene, como parece, dentro de un clima de diálogo permanente. Las declaraciones del Presidente, luego de la campaña, son auspiciosas. Su política va dirigida hacia el respeto por la comunidad internacional, la desregulación económica, la reinserción del  país en la estructura mundial de intercambios de bienes y capitales, y en el mejoramiento de la infraestructura y la seguridad jurídica. Tal como el mundo civilizado.¡Que los dioses lo acompañen!
Elena Valero Narváez
evaleronarvaez@hotmail.com
@evaleronarvaez
Vicepresidente 1ª UCEDE (Unión de Centro Democrático)
Argentina

RICARDO VALENZUELA, INDIVIDUO CORPORATISADO, REFLEXIONES LIBERTARIAS, DESDE MEXICO

Cuando Vicente Fox se convirtiera en presidente de México iniciaba su jornada de forma interesante; pretendía definir los verdaderos problemas del país. Problemas económicos, sociales, de seguridad etc., pero uno en particular era la llave para abrir el candado de las soluciones de infinidad de ellos; el que el autor americano Lawrence Harrison ha definido como, “las estructuras mentales de los mexicanos.” La nueva Secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez, lo definía muy claro en la famosa presentación de Televisa; “ya no vamos hablar del combate a la pobreza, ahora vamos a vigorizar a los mexicanos para que ellos mismos fabriquen sus oportunidades sin depender ya del Estado.”--- Ahí estaba y sigue estando la clave del futuro de nuestro país.

Siendo yo estudiante en el Tecnológico de Monterrey, el jefe del departamento de economía, Dr. Giorgio Berni, me solicitó una investigación por demás interesante: Descubrir las raíces de las abismales diferencias entre el desarrollo de nuestro país y el de los EU, cuando sólo nos separa una valla, pero años luz en cuanto a prosperidad, progreso, bienestar y oportunidades para nuestros ciudadanos. Tuve gran ayuda en mi exploración de parte de un gran sonorense, el Ing. Armando Hopkins , y al final de mi investigación le presenté al Dr. Berni mis conclusiones: Los EU debían su envidiable desarrollo al sistema político parido por la consciencia libertaria de sus fundadores y las estructuras mentales de libertad y responsabilidad individual que a sus habitantes les había formado el calvinismo protestante.

En México, sin embargo, el sistema político heredado de la autocracia de la corona de España y las estructuras mentales herencia del catolicismo, nos habían hecho perder prácticamente 500 años condenándonos a la pobreza, el subdesarrollo y, sobre todo, a la organización política del rentismo y rapiña que nos manejó especialmente durante los últimos más de 100 años. La interminable matra de nuestros “intelectuales” en el sentido de que los mercados libres sólo sirven para hacer al rico más rico y al pobre más pobre, ha sido el estandarte con el que nos han enterrado en la miseria y la desesperación. ¿La estrategia para lograrlo.? Castrar la voluntad individual del ser humano para llevarlo al redil del estatismo colectivista a través del corporativismo; perderlos en la inmensidad del rebaño.

El término corporativismo se refiere a la prescripción de la doctrina política muy de moda en la primera parte del siglo XX. De acuerdo con estas ideas, la sociedad se debería de configurar, no de individuos aislados, sino de corporaciones, cuerpos organizados verticalmente que deberían de estructurar el orden social con base a las funciones económicas y sociales. Cada organización debe de representar a un grupo con una función común en la división social del trabajo, y los individuos deberán actuar y relacionarse con los demás, a través de las organizaciones a las que pertenecen.

A nivel político el estado debe estar organizado en base a una representación de ciudadanos considerados, no como electores individuales, sino piezas a través de las corporaciones. Esas corporaciones deberán también ejercer funciones de regulación y control además de las representaciones ya tocadas. El corporativismo siempre ha sido hostil hacia el capitalismo liberal por su excesivo individualismo. En aspectos económicos, los corporativistas promueven un sistema que combina la propiedad privada con el rechazo de las fuerzas del mercado---. Su alternativa es lo que ellos elegantemente han llamado “la tercera vía.”

En México, desde la formulación del Pacto de Calles de 1929, se inició también el desarrollo del plan para controlar a la ciudadanía a través de la formación de entes corporativos como el mismo partido y sus componentes: Organizaciones obreras, sindicales, campesinas, sociales etc., evitando así la estructuración de una sociedad civil sana y vigorosa. A través de ese corporativismo se ha matado la identidad del individuo soberano. Los ejidatarios son los hijos de Zapata y la CNC, los obreros son los retoños de Lombardo Toledano y la CTM, los maestros son hijos de Jongitud Barrios y de su famoso sindicato, los empresarios estatistas solo peones de este gran ajedrez. Los mexicanos han perdido su identidad y su soberanía.

Es debido a esta realidad corporativista el que en nuestro país tengamos actitudes como la de pensar que el gobierno tiene la responsabilidad de crear los empleos, de hacer llegar la prosperidad a los hogares, o como decía Bastiat; proporcionar capital para todos los proyectos, consuelo para los tristes, diversión para los aburridos, leche para los niños, vino para los ancianos. Depender de ese gran ente que llamamos el Estado para que nos proteja y nos evite la desagradable tarea de planear nuestro futuro, desarrollar sentido de responsabilidad, prudencia, respeto, orden, frugalidad y responsabilidad ciudadana. Es debido a este realidad corporativista el que tengamos una economía ineficiente y actores económicos pidiendo la protección del estado en un mundo globalizado.

Mientras el ciudadano no encabece una cruzada para desterrar el corporativismo y sus herencias trágicas, México no podrá progresar. Mientras no hagamos causa común con su con lo que expresara, josefina Vázquez, Secretaria de Desarrollo Social, en el año 2000, no vamos a combatir la pobreza, sino que vamos a motivar a todos los mexicanos a depender de sus habilidades, de su trabajo—en un entorno económico saludable --sus buenos deseos permanecerán en esa dimensión, la de los buenos deseos. Mientras los mexicanos no tengamos claro conceptos como los de Hayek, Friedman que pregonaban la superioridad del orden económico individual para la generación de prosperidad, sobre los sistemas de planeación gubernamental---México no podrá progresar.

Mientras los mexicanos no tengamos claro conceptos como los de Kant que hablaba de la inmoralidad del uso de individuos como medio para avanzar y lograr los objetivos de grupos de poder, puesto que al hacerlo se viola su autonomía y su integridad. Mientras a los mexicanos no se les regrese su soberanía individual, su libertad para actuar, pensar, llorar o reír fuera de las corporaciones, no podremos lograr el progreso que todos soñamos. Mientras no muera el corporativismo priista, perredista, panista etc. México no tiene futuro.

Ineptocracia :

“Un sistema de gobierno en el que los menos aptos para ejercer el poder, son elegidos por esa mayoría de los que no producen nada, en el que los miembros de la sociedad incapaces para sostenerse a sí mismos y no tratan mas, se les recompensa con bienes y servicios expropiados de la riqueza creada por un número cada vez menor de gente responsable y productiva“.

Ricardo Valenzuela
chero@reflexioneslibertarias.com
chero13704@gmail.com
@elchero

Mexico

ARIEL PEÑA, LOS TRABAJADORES Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA, DESDE COLOMBIA


La Navidad también nos recuerda que con la aparición del  hijo de Dios  en el mundo,   su doctrina durante 2000 años ha estado acompañando   las reivindicaciones en  favor de los necesitados, y  Jesucristo en varias oportunidades  dio  muestras de  privilegiar a los humildes por encima de la opulencia de los acaudalados de aquel tiempo, continuando sus apóstoles con las   enseñanzas, en donde el cristianismo primitivo tenía un gran fervor por el servicio  a  la comunidad, recordando que en el libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra  la forma como tenían todas las cosas en común, ya que vendían  sus propiedades y sus bienes repartiéndolos  según la necesidad de cada uno; esa costumbre se practico durante al menos  3 siglos de   cristianismo en el imperio romano, en donde se destaca a San Lorenzo   mártir y diacono, quien fue sacrificado en el año 258 d.c, pues administraba los bienes de la Iglesia y cuidaba de los pobres, a los que consideraba  el mayor tesoro, situación que no permitieron las autoridades romanas quienes  lo quemaron vivo.

También  se destaca  que el 15 de mayo de 1891, fue promulgada  la encíclica  Rerum  Novarum del  papa Leon Xlll. En ella se muestra el carácter social de la Iglesia, al apoyar a los sindicatos, condenando la avaricia  hacia el capital como causante de la pobreza y degradación del trabajo.

La aparición de este documento se enmarco dentro de la lucha ideológica al interior de los trabajadores en aquel entonces, pues existía la  segunda internacional, en donde se enfrentaban  comunistas totalitarios basados en el marxismo, con los libertarios y las corrientes social demócratas, así que la Iglesia supo percibir  el momento histórico y propuso esa  encíclica social, que tiene vigencia hasta nuestros días.

La Iglesia vivía  momentos difíciles a  finales del siglo  XlX, por la descristianización de los sectores proletarios, impulsada  principalmente por el marxismo cuyo fundador planteó que la religión era el opio del pueblo, pero no lo acompaño en esa postura el dirigente libertario Bakunin, contradictor de Marx en la primera internacional  de ese mismo Siglo XlX, quien manifestaba  su catolicismo, por no tener elementos  científicos validos para volverse ateo, ello lo esbozo en su libro La Libertad: así que la Iglesia con la encíclica Rerum novarum, discernió el signo de los tiempos, siendo una actitud fundamental para contrarrestar a los adversarios de la Iglesia  y proyectar la doctrina social, que es base  indispensable  para la construcción del Reino de Dios entre nosotros.

Los  sindicatos le deben mucho a las iniciativas de la Iglesia con la doctrina social, no solo en el ámbito mundial sino desde luego en nuestro  país, recordando las obras del padre José María  Campoamor y monseñor  Jorge Murcia Riaño en el siglo XX, además  la Iglesia impulso la creación de  la juventud obrera  católica (JOC) la SETRAC(selección de trabajadores católicos) el secretariado económico y social(SESAC).  Ayudo a la creación de la UTC(unión de trabajadores de Colombia) en 1946, y colaboro con la fundación de la JTC(juventud trabajadora colombiana) a lo cual hay que agregar que  en  el movimiento cooperativo  que ha sido cercano al sindicalismo, tuvo mucha  influencia en su desarrollo el cristianismo católico, todo lo anterior demuestra lo trascendental que ha sido la encíclica Rerum Novarum en estos  124 años.

Cabe destacar  que la Iglesia pudo contrarrestar con el documento del papa Leon Xlll en su aplicación práctica, la influencia de  ideas absolutistas que buscaba que el materialismo fuera asumido  íntegramente por los trabajadores, por ello se resalta que en la búsqueda de la dignidad de los trabajadores, la Iglesia  promulgado atraves de los años otras encíclicas de contenido social como: Quadragesimo Anno de Pío Xl en 1931; Mater et magistra en 1961 de Juan XXlll;  Centesimus Annus de Juan Pablo ll; Populorum progressio de  Pablo Vl en 1967,Laborem exercens del papa Juan  Pablo ll;  todas estas encíclicas exaltan el trabajo humano  y  rechazan las doctrinas totalitarias, el mercantilismo y el desempleo, recalcando que en el trabajo se imita a Dios, siendo Jesucristo hombre de trabajo; además Benedicto  XVl durante su pontificado promulgo la encíclica  Caritas  in Viriatate, en donde se reconoce grandemente la labor de los trabajadores.

La Iglesia cristiana católica que es una   institución histórica, toma  el trabajo como condición necesaria para el progreso, en donde este no se puede deshumanizar como lo hace  el neoliberalismo y la globalización, de ahí que la opción preferencial por los pobres es una premisa para  el desarrollo eclesiástico siguiendo las enseñanzas de la palabra de Dios, respetando la tradición y fortaleciendo el magisterio; así que la acción pastoral a favor de los trabajadores reconforta  para lograr la dignidad social, sin olvidar  que hay que trabajar defendiendo la creación,  que corre peligro por la el afán excesivo de poseer y acumular riquezas, como  lo  expone nítidamente el papa  Francisco en la encíclica Laudato Si,  difundida este año y que es sobre el medio ambiente; por ello el desarrollo de las organizaciones sindicales debe de  ir de la mano con  la defensa de los nobles intereses, que mueven a las mujeres y los hombres de buena voluntad en la  Navidad.

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG

Colombia

GABRIELA MONTERO, ¡UN CANTO A LA LIBERTAD! “RENACER”, NUEVA INTERPRETACIÓN PARA LOS VENEZOLANOS

ENRIQUE VILORIA VERA, DOÑA BÁRBARA Y EL 6D EN VENEZUELA

Algún día será verdad. El progreso penetrará en la llanura  y la barbarie retrocederá vencida. Tal vez nosotros no alcanzaremos a verlo; pero sangre nuestra palpitará en la emoción de quien lo vea. Rómulo Gallegos
Rómulo Gallegos se definía a sí mismo como “un intelectual prestado a la política”. Paradójicamente ese préstamo fue de lo más fructuoso; el escritor  desempeñó cargos y posiciones relevantes en el ámbito político, antes de ser elegido Primer Mandatario Nacional.  La carrera política del escritor es tributaria de su escritura. Recordemos que  fue su novela Doña Bárbara, la génesis de su ingreso a la política nacional. Después de haberla leído, fue tanto el beneplácito de Juan Vicente Gómez que decidió nombrar a Gallegos senador por el Estado Apure - territorio de las andanzas y correrías de Doña Bárbara, la Cacica del Arauca - que muy bien conocía el novelista. Con innato olfato político, Gallegos se sale del entuerto, huyendo al exterior para alejarse de “una comunidad rudimentaria que no puede vivir sino a la sombra del jefe”.
Doña Bárbara ha sido con toda razón vista como una novela costumbrista donde la civilización y la barbarie están en permanente conflicto y el llano es el escenario ideal para los personajes que encarnan una, Santos Luzardo y otra, Doña Bárbara. En esta oportunidad, empero, queremos poner el énfasis en el carácter idiosincrásico de esta obra en la que se hace palmariamente presente una manera de entender al país – el de principios del siglo XX y el del XXI, hélas - a sus usanzas políticas, a sus prácticas sociales. Excelente es el ojo analítico del novelista para transmitir la triste realidad de pueblos y gentes de la Venezuela recóndita.
En lo concerniente a los olvidados pueblones que ensombrecen el paisaje venezolano, Gallegos describe: “Escombros entre matorrales, vestigios de una antigua población próspera; ranchos de palma y barro esparcidos por la sabana; otros; más allá, alineados a orillas de una calle sin aceras y sembrada de baches; una plaza, campo de yerbajos rastreros a la sombra de tiñosos samanes centenarios; a un costado de ella, la fábrica inconclusa – que más parecía ruina – de un templo que habría sido demasiado grande para la población actual, y finalmente algunas casas de antigua y sólida construcción, las más de las ellas deshabitadas, algunas sin dueño conocido; una población cuyas principales familias habían desaparecido o emigrado (…) esto era el pueblo cabecera del Distrito”. No menos dramática es la situación de los pobladores que van quedando: “…estos del pueblo llanero eran tristes, melancólicos, aniquilados por la leucemia palúdica. Mujiquita, especialmente, era una verdadera lástima: los bigotes, el cabello, las pupilas, la piel, todo parecía tenerlo empolvado, con aquel polvo amarillo que alfombraba las calles del pueblo (…) No era desaseo, propiamente; era pátina, marchitez palúdica y soflama del alcohol”.
El escritor se adentra en la realidad del latifundio, esa abominable institución que ha caracterizado a Venezuela desde sus inicios como nación. Latifundio y terrofagia desvelan un país de terratenientes inmorales que no desperdician ningún artilugio jurídico para incrementar los límites de sus interminables haciendas. Los linderos en el llano se mueven de acuerdo con la voluntad del latifundista, El Miedo de Doña Bárbara crece y crece a expensas de los hatos aledaños, en especial, con las tierras de Altamira, la cada vez más reducida hacienda de Luzardo. Doña Bárbara ironiza: “pero si yo no soy tan ambiciosa como me pintan. Yo me conformo con un pedacito de tierra nada más: el necesario para estar siempre en el centro de mis posesiones, donde quiera que me encuentre”.
Porque es que en el llano impera sólo la “Ley de doña Bárbara”, hecha a su medida de acuerdo con sus pasiones e intereses. Para hacerla cumplir están los matones a sueldo, los sicarios oportunos, los círculos armados que acompañan al poder, los Mondragones, Melquíades El Brujeador. Gallegos recoge esa violenta realidad de sangre y balas, de machetazos y cicatrices, donde los derechos se defienden con la fiera ley de la barbarie: la bravura armada.
Comarcas sin justicia – “porque reclamar derechos no es tan fácil como aparece en los libros” -  en las que además, por si no fuera poco, se confunde el poder civil con el militar. Ño Pernalete, es el vivo retrato de esa manera de gobernar que aún debemos soportar los venezolanos, esta perniciosa alianza cívico - militar: “Se parecía a casi todos los de su oficio, como un toro a otro del mismo pelo, pues no poseía ni más ni menos que lo necesario para ser Jefe Civil de pueblos como aquél: una ignorancia absoluta, un temperamento despótico y un grado adquirido de correrías militares”, lo que llevó a Ño Pernalete, el Coronel de utilería, a estallar en cólera:
“¡Esto no se queda así! Alguno va a pagar la altanería del doctorcito ese. ¿Venir a hablarme a mí de leyes!”
Gallegos denuncia el maridaje perpetuo existente en Venezuela entre el poder político y el económico, entre los enchufados. Doña Bárbara es intocable, a su casa no llegan  circulares gubernamentales, ni citaciones judiciales, ni avisos oficiales de ningún cuño. De ser el caso, todo será amañado, negociado, cambiado según el interés de la Doña, a fuerza de dinero, regalos y agasajos, porque ninguna ley es más poderosa que la voluntad del potentado.
El novelista subraya también la ausencia de iniciativa económica del venezolano, la enfermedad holandesa que lo carcome, el rentismo que se anidó para siempre en la conciencia ciudadana: “Duro es decirlo, pero el llanero no ha hecho nada para mejorar su industria. Su ideal es convertir en oro todo el dinero que le caiga en las manos, meterlo en una múcura y esconderlo bajo tierra: Así hicieron mis antepasados y así haré yo también, porque esta tierra es un mollejón que le embota el filo a la voluntad más templada”.
Sin embargo, el gran tema que plantea Gallegos en Doña Bárbara es el del caciquismo, el del caudillaje permanentemente anclado en nuestra idiosincrasia, en nuestro imaginario: esa imperiosa necesidad de contar con seres indispensables que todo lo saben y todo lo pueden. Santos Luzardo tiene plena conciencia de que su lucha civilizadora es contra las aspiraciones del Hegemón, contra el HíperLíder del llano, contra el Caudillo de turno, contra el Cacique sacrosanto.
El 6D, las elecciones parlamentarias venezolanas, le acaban de conferir razón y justicia al Maestro Gallegos; el pueblo mayoritariamente votó para que los  caudillos, los Comandares Eternos no sigan viviendo y sean un triste recuerdo de una revolución hablachenta e ineficiente.
Enrique Viloria Vera
viloria.enrique@gmail.com
@EViloriaV

Santiago de Compostela – España