viernes, 3 de febrero de 2017

JOSÉ TORO HARDY, PDVSA

SU MAYOR ACTIVO FUE EL RECURSO HUMANO

El 1 de enero de 1976 la industria petrolera venezolana amaneció nacionalizada. Pasamos a ser dueños absolutos de nuestro petróleo, de nuestras refinerías (ya obsoletas), oleoductos, pozos, edificios, instalaciones y activos en general.

La PDVSA meritocrática

La duración teórica de nuestras reservas de petróleo para el momento de la nacionalización era de apenas unos 19 años. PDVSA nacía con un futuro limitado. Adicionalmente, teníamos un problema que lucía insuperable: no teníamos como comercializar los crudos pesados y ácidos que constituían el 75% de nuestras reservas probadas. Para poder colocarlo teníamos que hacerlo a través de las transnacionales que habíamos nacionalizado.

Quizá los mayores activos de la empresa eran el personal extraordinariamente capacitado que habíamos heredado de las multinacionales petroleras y la generosidad geológica de nuestro subsuelo.

Comenzó así la maravillosa aventura de PDVSA. El crecimiento que experimentó la empresa fue vertiginoso. En menos de 25 años pasó a ser la segunda mayor empresa petrolera del mundo según Petroleum Intelligence Weekly y figuraba en la revista Fortune en el número 42 entre las mayores empresas de cualquier tipo en el mundo, como la mayor empresa de cualquier tipo de Latinoamérica y la 10ma corporación más rentable del mundo.

Se comenzó con la reconversión de nuestras refinerías para dotarlas de procesos de conversión profunda para que pudiesen procesar nuestros crudos pesados transformándolos en productos de alto valor. Se hizo un inmenso esfuerzo exploratorio que permitió aumentar las reservas probadas de petróleo convencional, que pasaron de unos 18.000 millones de barriles en 1976 a unos 80.000 millones de barriles de petróleo y 145 trillones de pies cúbicos de gas en 1998. La capacidad de producción petrolera alcanzó a 3.700.000 b/d, exportábamos 3 millones de b/d y mercadeábamos casi 4 millones. Llegamos a ser la 3ra empresa mundial en capacidad de producción y la 4ta en refinación.

Con el tiempo pasamos a ser propietarios, total o parcialmente, de unas 20 refinerías en el mundo entero y nuestra capacidad de refinación alcanzó a los 3 millones de barriles diarios.

En Venezuela contábamos con 6 refinerías. A través de CITGO (100% propiedad de PDVSA) llegamos a controlar el 10% del mercado interno de gasolina de EEUU, el mayor del mundo. En ese país disponíamos de 8 refinerías, 66 terminales, varios oleoductos y contábamos con una red de 15.270 estaciones de servicio abanderadas con la marca CITGO, siendo así capaces de llevar nuestro petróleo desde el subsuelo venezolano hasta los tanques de gasolina de los automovilistas americanos, pasando todo el tiempo por instalaciones venezolanas y agregando valor en cada eslabón de la cadena. Éramos el primer exportador de petróleo a EEUU.

En Europa, en asociación con otras empresa, contábamos con 8 refinerías: 4 en Alemania, 2 en Suecia y Bélgica y 2 en el Reino Unido.

En Saint Croix éramos dueños del 50% de una refinería que atendía lo que para PDVSA era un mercado Premium: el Caribe, al cual se destinaba el 21% de nuestra producción petrolera. También teníamos una refinería arrendada en Curazao.

Nuestra producción petroquímica creció a niveles impactantes, superando en 1998 los 4,1 millones de toneladas métricas. La producción de carbón de PDVSA alcanzó a 5,1 millones de toneladas en 1998, en tanto que la de Orimulsión (una emulsión estable de agua y petróleo extrapesado que servía para la generación de electricidad) se acercaba en 1998 a las 5 millones de toneladas. La exportábamos a Canadá, Japón, China, Singapur, Dinamarca, Italia y Lituania.

Gracias a las distintas modalidades de la Apertura Petrolera habíamos suscrito contratos que hubiesen llevado la producción petrolera por encima de los 5 millones de b/d. Firmamos 4 grandes Asociaciones Estratégicas que permitieron desarrollar la tecnología necesaria para transformar la Faja del Orinoco en una realidad económica. Aunque ya se conocía la Faja y su potencial, no se podía explotar comercialmente por falta de esa tecnología. También suscribimos una Asociación Estratégica para el Proyecto Cristóbal Colón que nos hubiese transformado en uno de los principales jugadores en el mercado mundial de gas.

Tales logros fueron alcanzados por la llamada PDVSA "meritocrática". Se le dio ese nombre porque todo su personal era sometido cada seis meses a un proceso de evaluaciones. Los que cumplían con sus metas y acumulaban méritos ascendían más rápidamente, se les facilitaba la formación y otorgaban becas de estudio. El personal de PDVSA no buscaba un cargo, buscaban una carrera. La excelencia se había establecido como meta.

La PDVSA de todos

Llegó la revolución. El término "meritocracia" comenzó a utilizarse de manera peyorativa.  Como textualmente dice el Plan de la Nación, se comenzó a utilizar el petróleo como "punta de lanza" para promover el proyecto revolucionario. Endeudaron a PDVSA, le cambiaron su misión  le despidieron a 20.000 trabajadores (50% del personal de la empresa, pero 75% de la nómina mayor) que acumulaban 300.000 años de experiencia y conocimiento. El personal de PDVSA pasó de 42.000 trabajadores a 140.000. Acabaron con la Orimulsión e hipotecaron a CITGO que es el principal brazo comercializador de nuestro petróleo. Se desprendieron de muchas refinerías. Se desconocieron contratos.

A PDVSA la politizaron y la endeudaron. Le encomendaron funciones ajenas a las que corresponden a una empresa petrolera. La pusieron a importar alimentos y a apoyar un proyecto político. La volvieron -en palabras textuales de su presidente- "roja rojita".

Los resultados están a la vista:  Según "fuentes secundarias" reportadas por la OPEP nuestra producción alcanzó en el 2016 a apenas 2.021.000 b/d; y según "comunicación directa" del propio gobierno a la OPEP, la producción de Venezuela cayó en  384.000 b/d sólo durante ese año (OPEC, Monthly Oil Market Report, January 2017, pág. 55)

PDVSA es hoy una empresa enferma. Para poder seguir operando y cubrir el déficit en su flujo de caja, requiere del auxilio del BCV. Al informar sobre los Agregados Monetarios, el Banco Central señala en sus  estadísticas que al 23/12/16  el 88% de la Base Monetaria del país, o sea,  4,5 billones de bolívares,  proviene de financiamientos que le ha otorgado a la empresa petrolera. Tan descomunal cifra equivale a 42 veces el monto de la Reservas Internacionales de Venezuela.

Tales datos llevan a la triste conclusión de que PDVSA, que tanto había aportado a Venezuela, se ha transformado hoy en la principal causa de que Venezuela padezca la inflación más alta del mundo.

Jose Toro Hardy
petoha@gmail.com
@josetorohardy
Miranda - Venezuela

JOSÉ VICENTE CARRASQUERO A., #AQUÍSEHABLAMALDECHAVEZ

OLIGARQUÍA FASCISTA

Si alguna clase política ha mostrado unos altísimos niveles de disociación psicótica es el chavismo. En momentos en los que el país se hunde en el peor momento de su historia, a un militarete favorecidos por el proceso político se le ocurre imponer de manera fascista una instrucción que no se sostiene en la realidad. Pretende el individuo de marras que la gente no hable mal del responsable de que el venezolano esté sufriendo la peor calidad de vida de todo el continente americano.

La instrucción del militarcito demuestra algo muy preocupante. El espíritu golpista del 92 está vivito y coleando. Aquellos que de forma violenta intentaron derrocar a un gobierno democráticamente electo porque supuestamente coartaba la libertad de los venezolanos, pretende ahora impedir que la gente se exprese libremente y descargue su disgusto con quien al final es el responsable directo de su pésima situación.

Ya hemos visto a los compañeros de Chávez en aquellas aventuras golpistas comportarse como lo que verdaderamente son. Unos fascistas que pretenden imponer una forma de vivir, de actuar, de pensar y de obedecer. Estos primitivos que se colaron por el túnel del tiempo no tienen respeto alguno por los principios de la democracia. Ellos esperan poder seguir ejerciendo un poder omnímodo sobre la población para evitar rendir cuentas.

¿Y de qué tienen que rendir cuentas? Es sabido que el actual gobernador de un estado andino, mientras estaba recluido por los criminales intentos golpistas, escribía cartas a militares superiores pidiendo ayuda para no perder el apartamento que acababa de adquirir con un crédito hipotecario. ¿Cómo es posible que un tiempo después  y habiendo solo ejercido cargos oficiales, este militar retirado muestre unos niveles de vida que no se compadecen con los emolumentos de un funcionario público?

He ahí un ejemplo trivial de las cuentas que no quieren rendir. ¿Cómo explicarle al país que se aparece en una lista de los Estados Unidos relacionados con el tráfico de narcóticos? ¿Cómo explicarle al país que se está en la lista de los sobornados por Odebrecht? ¿De qué manera se puede justificar el despilfarro de la riqueza más grande que haya tenido Venezuela desde el descubrimiento? ¿Cómo se le explica al venezolano que muchos niños murieron por desnutrición porque no hay suficientes alimentos?

Esta clase política que nos oprime es el conjunto de políticos más corrompido de nuestra historia. La corrupción no se mide solamente en la cantidad de dinero que se han robado. Se mide también en los hospitales que no cuentan con los suministros requeridos. En los números falsos de la misión barrio adentro para justificar el saqueo que los cubanos hicieron de nuestras riquezas, etc., etc.

La corrupción está en el ADN del chavismo. Habiendo el país recibido desde 1999 hasta ahora más del doble de la sumatoria de todo lo recibido por los gobierno de 1830 a 1998, no hay manera de explicar la situación menesterosa que vive la mayoría de los venezolanos. Lo que si se sabe es de cantidad de ex funcionarios chavistas y contratistas del gobierno que viven como grandes pachás en las principales ciudades de Europa y los Estados Unidos.

Es imposible no hablar mal de Chávez cuando uno se entera que los niños en Venezuela sufren desnutrición, asisten a escuelas de calidad cuestionable, no tienen acceso a la alimentación y mucho menos a una medicina de calidad. Abundan los casos de niños con cáncer que no reciben la atención que la constitución de Chávez supuestamente le garantiza.

¿Cómo no hablar mal de Chávez cuando se está una cola rogando que la comida no se acabe antes de que le llegue el turno? La sola mención de la guerra económica como explicación de las filas y la espera prolongada le recuerda a la gente que fue Chávez el que popularizó la orden ¡Exprópiese! Y que esas expropiaciones sirvieron para que unos cuantos se enriquecieran a costas del esfuerzo de quienes habían establecido empresas productivas.

Imposible no hablar del Chávez enemigo de la iniciativa privada. El que redujo dramáticamente nuestro aparato productivo. El que hizo imposible que Venezuela produzca los vehículos que necesita y peor aún los repuestos necesarios para que el parque automotor resista la tempestad chavista que nos empobrece.

¿A alguien en su sano juicio se le ocurre exculpar a Chávez de que seamos el país más pobre de las Américas? Que el ciudadano venezolano haya sido reducido a un individuo parroquial que gasta la  mayor parte de su tiempo en lograr la supervivencia y no en el trabajo productivo y el crecimiento espiritual.
Imposible  no culpar a Chávez del presidente a quien apoyó postreramente y que no calza los puntos para manejar siquiera una alcaldía rural. Un presidente limitado que carece la visión de un estadista del siglo XIX (19), no tiene nada que ofrecer en una época caracterizada por el rápido avance de la tecnología y la educación.

Lo escoltan militares golpistas responsables de las asonadas que en 1992 dejaron cientos de muertes en las calles. Personas que no tienen empacho en aplicar los métodos primitivos que buscaban imponer cuando quisieron acceder violentamente al poder.

El responsable de la desgracia que hunde a los venezolanos en la miseria es Hugo Rafael Chávez Frías. No puede esperar el tenientico que se benefició de la pasantía del comediante eterno por el poder, pedir a quienes salieron perjudicados que no ejerzan su natural derecho de despotricar del responsable de nuestros males.

Desde el terror que le produce tener que rendir cuentas, el tenientico barrunta tonterías insostenibles. Las encuestas hablan y lo muestran como lo que es. Un político que llegó al poder parasitando la imagen de Chávez. Quizás eso explique el que no quiera que hablen mal de  él. De lo que estoy seguro es que los venezolanos no te vamos a complacer y seguiremos hablando mal de tu comediante eterno.

La mala noticia para el tenientico golpista es que el tiempo de rendir cuentas está llegando. Esperamos que el anaranjado te siente bien.


Jose Vicente Carrasquero A.
botellazo@gmail.com
@botellazo
Caracas - Venezuela

EDDIE A. RAMÍREZ S., VENEZUELA: LA NUEVA FRONTERA

DIÁSPORA VENEZOLANA

La torpe política exterior del régimen ha puesto en peligro nuestros derechos sobre el Esequibo  pero, por otra parte, el aproximadamente millón y medio de venezolanos que fueron obligados a exiliarse  ampliaron nuestras fronteras en cuanto a presencia humana en otros países.  La Venezuela del exilio es una realidad que debemos confrontar para aprovechar ese talento que se está enriqueciendo  con  experiencias de otros lares.

Durante nuestra vida republicana numerosos compatriotas fueron obligados a permanecer en el exterior. Bolívar fue quizá el primero.  Posteriormente, casi todos los gobiernos   se consideraron con derecho a expulsar a quienes les venía en gana. A veces, conmutaban la pena de cárcel por la no menos dura del exilio. Numerosos fueron los desterrados en tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez y más numerosos aun cuando el dictador Pérez Jiménez. También hubo  un muy reducido número de exiliados  en el período democrático previo a la llegada  al poder  de    la barbarie.

Con los rojos  se produjo un fenómeno nuevo. Al  tradicional auto exilio de políticos debido a las arbitrariedades del gobierno avaladas por fiscales y jueces, se sumó una nueva especie de exiliados. 

Son ciudadanos que no son activistas políticos. Unos emigraron porque  firmaron  la solicitud de referendo revocatorio presidencial, lo cual les limita las posibilidades de   trabajo. Otros, son venezolanos acosados por el hampa propiciada por el régimen o que tienen pocas oportunidades de trabajo debido a los robos de la propiedad privada por el régimen , a las políticas económicas que ocasionaron cierre de negocios y elevada inflación o sencillamente porque se cansaron de las peroratas de quienes han usurpado el poder estos últimos tres lustros.  

Quienes están en el exterior emigraron obligados y siguen espiritualmente en Venezuela. Incluso algunos realizan campañas con sus propios recursos para contribuir a desnudar al régimen ante ciudadanos de otros países.   A veces apoyan las decisiones de la MUD y otras veces las critican. Tienen el mismo derecho de quienes se quedaron.  Todos ellos pasaron por dificultades iniciales, pero gradualmente progresaron  y están integrados al país que los acogió. El principal consejo que dan a los recién llegados es que deben dejar de lado conductas arrogantes y no tener a menos empezar desde abajo.

 ¿Regresarán a Venezuela cuando caiga la dictadura? Lo dudamos, pero son nuestros  mejores embajadores. Confieso que era de los que pensaba que este exilio de talento era una tragedia para el país. Sin embargo, después de leer el excelente trabajo coordinado por Tomás Páez, recogido en el libro  ¨ La voz de la diáspora venezolana¨, el cual puede conseguirse en Amazon, me siento optimista. Páez descarta lo de ¨robo de talento¨ utilizado por los rojos y  también lo de fuga de cerebros, adoptando más bien   la ¨circulación de cerebros¨  y postula que los venezolanos de la diáspora crearon una nueva geografía nacional. Sin desconocer el efecto negativo que tiene para el país la pérdida de tanto talento, ve también una oportunidad.

En su investigación encontró que la diáspora venezolana está integrada por personal no solo capacitado académicamente, sino también con mucha experiencia.  Un 12% tiene nivel de doctorado, 46% de maestría, 36% de licenciatura, 4% son  técnicos superiores.   Más del 92% no regresaría a corto plazo aun con un nuevo gobierno, pero un 47%  dice estar dispuesto a regresar cuando cambien las condiciones, reconociendo que ello llevará mucho tiempo. Un 85% está dispuesto a colaborar en la reconstrucción del país, desde su lugar  de residencia.  Para Páez la  pregunta no es si Venezuela perdió  o no, sino ¨cómo aprovechar el capital humano que ha ensanchado las fronteras del país para que  la ciencia, la empresa, la innovación, el desarrollo tecnológico y la calidad de vida resulten vencedores¨.

 Recordemos la iniciativa del doctor Francisco Kerdel Vegas con el proyecto Talven, cuya experiencia debe aprovecharse. Páez propone la creación de un Observatorio como un paso en la dirección de identificar el capital humano y la forma en que puede contribuir a la reconstrucción de Venezuela.  Una Plataforma ¨ para mantener una relación bidireccional de y con los venezolanos en el exterior, identificar obstáculos, problemas, aspiraciones y expectativas y ofrecer servicios y respuestas¨, proponiendo agendas en lo  económico, social, educativo, cultural y política, así como la necesidad de que embajadas y consulados se adecuen a esta nueva realidad. Este valioso aporte de Páez y sus colaboradores  contiene mucha información y testimonios. La misma debe ser leída y discutida por los interesados en la reconstrucción de Venezuela.

Como (había) en botica: 

Hoy las voces más equilibradas de esa inmensa mayoría que son los independientes critican con espíritu constructivo  las actuaciones de la MUD, pero esta   no cumple con su oferta de reestructurarse y depurarse.  

Eulogio Del Pino declaró que el gas debe llegar sin especulación a las comunidades ¿ Y Pdvsa-Gas Comunal? 

Los cambios en directiva de Pdvsa son como el nombramiento del nuevo presidente del Banco Central: la misma ineptitud. 

Trump  ocasionará un gran daño  a los Estados Unidos y al mundo 

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!


Eddie A. Ramírez S.
eddiearamirez@hotmail.com
@eddieAramirez
Miranda - Venezuela

GIOCONDA SAN BLAS,¿DÉFICIT DE DEMOCRACIA?

AL COMPÁS DE LA CIENCIA

Dice Piedad Bonnett que los usos “políticamente correctos” se han convertido en “un movimiento tiránico que bordea el absurdo y da pie a burlas, en aras de un lenguaje impersonal y desinfectado que carece de fuerza comunicativa y capacidad de singularizar”.

Recuerdo este comentario de la destacada escritora colombiana cuando escucho a políticos y opinadores de la oposición decir que Venezuela sufre de “déficit de democracia”. ¡Vaya eufemismo! Es como si nuestra realidad cambiara por llamar “privados de libertad” a los presos políticos, como si las libertades de expresión, prensa o pensamiento pudiesen ser mutilados a criterio del régimen, o se suprimiera a capricho el derecho al voto, o desde el poder ejecutivo se contravinieran las ejecutorias de algún otro poder, todas ellas acciones violatorias de la Constitución, sin que hubiese consecuencias. Y aún así persistiéramos en llamar “déficit de democracia” al producto de un gobierno así, que no es otra cosa que una dictadura de nuevo cuño siglo XXI, según cualquier definición que queramos aplicar.

Viene en nuestro auxilio el reciente informe 2017 de Freedom House (La Casa de la Libertad), una organización independiente, creada hace más de 70 años con el objetivo de registrar la expansión de la libertad y la democracia en el mundo, mientras aboga por el fortalecimiento de los derechos civiles y humanos y promueve el cambio democrático. En su edición 2017, el mapamundi que cubre la portada muestra a los países del planeta en tres diferentes colores, según la característica del país, derivada del análisis de diversos parámetros: libre, parcialmente libre y no libre. Es entonces cuando vemos destacado en el mapa un solitario manchón morado en nuestro continente: Venezuela, señalando a nuestra tierra como único país de América en la categoría de “no libre”, junto con Cuba.

Un capítulo especial, titulado “La falsa promesa del hombre fuerte”, nos presenta tres ejemplos: Egipto, Etiopía… y Venezuela. De este último no dice nada que no sepamos los dolientes de esta tragedia que vivimos a diario.  Pero la apreciación externa de un organismo independiente nos resulta dolorosa. En sus páginas desfila el colapso económico y político en manos de una combinación de hombre fuerte (el término incluye grupos de poder) y pésima gestión administrativa: la corrupción, la inflación más alta del mundo, la escasez crónica, la desnutrición. Y el control del régimen sobre los tribunales, con el cual despojó de todo poder significativo a la Asamblea Nacional y bloqueó un referendo revocatorio, “que hubiera podido conducir a un cambio ordenado de liderazgo”.

¿Cambio ordenado de liderazgo? Ya todos sabemos lo que pasó en los meses finales de 2016. Los dirigentes de una oposición abrumadoramente mayoritaria (en octubre pasado más de 80% y ahora en 95,1% según la encuestadora Datanálisis), entregaron ese inmenso capital político a cambio de nada, con la única visible consecuencia de la radicalización del régimen, del hombre fuerte, y el desencanto en las filas opositoras.

Mucho hemos hablado desde entonces de los errores de nuestra dirigencia en la conducción de ese proceso, por lo que quiero creer que hay en curso un proceso de revisión y revaloración de la MUD para hacer frente a los nuevos desafíos, cada vez mayores. Nunca olvidemos que el adversario está enfrente, no a los lados. No basta con vociferar la necesidad imperiosa e ineludible de una sólida unidad interna; de hecho, hay que marginar cualquier aspiración diferente a la de conseguir en unión la victoria por vía pacífica y democrática.

Es indispensable que una recompuesta unidad política de la MUD se abra a recibir las contribuciones de la sociedad civil, de los expertos en temas vitales para la nación con quienes se puede y debe plantear un proyecto de país, del cual ya hay mucho escrito en estos años; un movimiento con visión de futuro que exalte los valores de la civilidad en la construcción de un país decente, de trabajo honesto, de esfuerzo digno y meritorio.


Decía Winston Churchill que el político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. ¿Será mucho pedir que nuestros líderes o algunos de ellos crezcan como estadistas para reforzar a la MUD en un frente común que nos renueve el entusiasmo que hace pocos meses nos hizo soñar con un mundo mejor para todos los venezolanos?

Gioconda San Blas
gsanblas@gmail.com
@daVinci1412
Miranda - Venezuela

JOSÉ LUÍS MÉNDEZ LA FUENTE, TRUMP, EL MURO Y LOS AUTOMOVILES EUROPEOS

UN PROBLEMA DE CALIDAD

Ya siendo candidato, Donald Trump celebró la separación del Reino unido de Europa, o los gastos excesivos de su país en defensa, a través de organismos internacionales. Ahora que es presidente su talante y expresiones no han cambiado. Declaraciones tales como la  OTAN  es obsoleta; EEUU está lleno de Mercedes pero en Alemania no hay ningún Chevrolet o México se ha aprovechado de Estados Unidos durante demasiado tiempo, no solo han dejado estupefactos a propios y extraños sino que han destapado nuevas fragancias en el florido campo de las relaciones internacionales.

En su primera semana de gobierno, las expectativas de muchos norteamericanos tampoco quedaron insatisfechas, al ver como se  empezaban a cumplir  algunas de las promesas efectuadas durante la campaña electoral, al firmar Trump algunas órdenes ejecutivas que afectan a tratados comerciales como el TPP o el NAFTA, con el objetivo en general, de renegociar las condiciones existentes o de  obtener  unas mejores por medio de  acuerdos bilaterales, a la vez que proteger la mano de obra estadounidense. Aunque lo que realmente causó furor entre sus seguidores  a la vez que decepción entre sus opositores, tanto dentro como fuera de los Estados Unidos, fue la decisión de emprender la construcción del ya famoso muro en la frontera con su vecino  del sur, asegurando que será México quien lo pague.

 No cabe duda alguna de que el nacionalismo, traducido en medidas proteccionistas a la producción interna  y la clase trabajadora norteamericana, junto al  lenguaje crudo del nuevo hombre fuerte de la Casa Blanca, atípico en los EEUU, recuerda, cada vez más, a algunos líderes populistas de América Latina. Pero si a esto le añadimos, las medidas ya tomadas en materia migratoria prohibiendo, durante  tres meses, por ahora,  la entrada a los ciudadanos de siete países árabes, así como las amenazas de expulsar a los emigrantes en situación ilegal dentro de los Estados Unidos, en su mayoría latinoamericanos, la cara del señor Trump se empieza a parecer más, en su conjunto, a la del fascismo.

Para quienes creen que Trump  tiene una agenda  secreta neo-nazi, en la cual el hombre rubio de ojos claros representa a la perfección  humana y que los anglosajones, ingleses y norteamericanos-no mejicanos, deben ser los dueños del mundo, las posiciones adoptadas hasta ahora por el  mandatario, parecieran comprobarlo. El que la señora Theresa May, se haya convertido en la primera autoridad extranjera en ser recibida en la Casa Blanca, envía un mensaje en este sentido. Para quienes no compartimos aquella hipótesis, lo que queda muy claro es que los anglosajones refuerzan sus nexos históricos, así como su alianza político-comercial, con carácter prioritario. Pero hasta allí, porque sacar conclusiones inusitadas de las actuaciones de Trump hasta ahora, nos parece erróneo.

En efecto, si analizamos con objetividad lo hecho por Trump hasta ahora, solo vemos medidas que muchos ciudadanos esperarían de sus gobiernos en un mundo globalizado como el actual, esto es, que protejan sus puestos de trabajo y que el terrorismo no los afecte. Si la manera en que lo ha hecho, o si las acciones tomadas van a ser efectivas a largo plazo, es algo que está por verse, a la espera de sus posibles consecuencias; así, como si el Muro, convertido en el símbolo del gobierno de Donald Trump, no es más que una barrera mental, en lugar de una pared de concreto o acero.

Por lo pronto, las reacciones en contra, tanto de países como México, uno de los más directamente afectados, así como de la Unión Europea, que además de enfrentarse al  reto que supone el Brexit, deberá  lidiar con el otro “brexit”, el de Trump, en asuntos como la OTAN, donde el gobierno norteamericano es el mayor financista, pudieran tener un giro favorable a sus intereses, si ven en las políticas nacionalistas del incipiente gobierno norteamericano, una oportunidad de oro para mirar a otro lado, buscando nuevos socios y coaliciones. 

Algo de ésto ya está sucediendo ahora mismo en México, donde opositores políticos, medios y opinión pública en general, se han unido alrededor de su presidente Peña Nieto, después de su decisión de cancelar su visita a Washington.  Trump, en cierto modo, está haciendo que lo que parecía imposible se dé.

También  Alemania y Francia países que lideran la UE, están conscientes de la necesidad de reaccionar frente al eje anglosajón, fortaleciendo aún más la unidad europea mediante políticas económicas y militares que aún estarían por definirse.

Pero quizás, la clave para entender toda esta locura desatada por el presidente norteamericano, se encuentre en la respuesta que el vicecanciller alemán Sigmar Gabriel le dio a la  deslavazada inquietud de Trump quien se quejaba insólitamente, como si se tratase de una especie de  discriminación o de injusticia, en contra de su país, que en los EEUU hubiese muchos autos alemanes y en Alemania no hubiese ningún Chevrolet: Si Estados Unidos quiere  ver sus marcas  en las calles europeas, solo hace falta que fabrique mejores automóviles.


Jose Luis Mendez
Xlmlf1@gmail.com
@Xlmlf
Miranda - Venezuela   

AMERICO GOLLO CHÁVEZ, DEL DESPELOTE AL LOGOS. (I)

TODA DICTADURA ES INTOLERANTE

Todo régimen dictatorial, sin importar sus determinaciones, vale decir, teocráticas, socialistas, “comunistas”, absolutistas, personlistas, civiles, militares, mixtas… etc., y   en toda partes, lugares y tiempos,  tienen en común su dogmatismo o fundamentalismo, si su hegemonía se sustenta en determinados dogmas o fundamentos “infalibles”; sean dos ejemplos,  las hegemonías medievales ejecutadas y sustentadas por la iglesia de Roma, la filosofía esclava de la teología, y el poder esclavo del Vaticano, durante casi toda la Edad Media y, en el siglo pasado,  

Franco,   cuya dogmática ha sido el tradicional espíritu inquisidor de la iglesia española, totalmente ajena a la moral cristiana,  la decisión y acción política amamantada por los factores del poder más reaccionario de Europa;  y las fundamentalistas de hoy, sustentadas por el islamismo, unas más obtusas  que otras, pero nada que medianamente   cuestione o dude del Corán o  ironía que toque a Mahoma se tolera. 

Las clasificadas dictaduras comunistas, in extenso, fueron y son, si quedan, dogmáticas, sus “evangelios”, el materialismo histórico y dialéctico, que las convertía  en una suerte de  religión atea y una práctica de la violencia como las más aberrantes expresiones inquisitoriales y, dictaduras de organizado refinamiento como el nacional socialismo, con un corpus ideológico bien argüido, la estructura del estado y la acción del régimen en identidad absoluta y un proyecto utópico bien orquestado;  mientras  las dictaduras sin mediano fundamento  concentran su hegemonía en el supremo líder, normalmente un ser narciso, megalómano, mitómano, cesarista.  El estado  soy yo, exclamaba  Luis XIV;  yo soy el pueblo, el pueblo soy yo, vociferaba Chávez; soy el pueblo, presidente obrero,  grazna Maduro.

  En  consecuencia,  toda dictadura es necesariamente  intolerante. Vale decir, crea su propia moral, conforma sus propios valores, dicta sus propias leyes,  de modo que todo cuanto se haga por el mantenimiento,  defensa y permanencia de régimen es legal y bueno para el “pueblo”. Todo cuanto disiente, oponga, critica, es repudiado, rechazado, negado, perseguido.  Y para ello no hay límites en sus formas y medios de ejecutar ese proceso.  La cárcel, la muerte, el silencio, la fuerza, la tortura, la corrupción, la perversión, control de los medios,  la mentira…son legitimados como necesarios y los delitos quedan   legalizados por su  utilidad.  Todo régimen dictatorial crea, pues, sus códigos  para dejar impune sus delitos  que favorezcan al proceso e impidan toda forma de  libertad de acción, de expresión, de pensamiento.

  Como su propia tragedia, todo régimen dictatorial es necrofílico. Y por ello inevitablemente  sádico. La muerte al enemigo, cuya definición se establece a priori, enemigo es  quien no se somete a la voluntad, deseos, “valores” del dictador; quien  discrepe es  hereje, quien no lo siga es apátrida, etc. y su ejecución por muerte, exilio, ostracismo, cárcel, tortura deviene en lección terrorífica  que obnubila, anula la voluntad para la acción crítica y práctica  liberadora.  Pero todo dictador padece, en grado sumo, de miedo. Miedo a la verdad, miedo  a la libertad, desconfianza extrema en el otro. Y este pánico lo obliga a la creación de un aparataje militar, de extorsión,  de investigación, espionaje,  para el control del individuo y de la sociedad, y el ejercicio del  terrorismo de estado y, ese modo de acción, generalmente bien diseñado, tiene como su propósito crear  miedo, terror que genera  abulia y finalmente  ataraxia o sencillamente  la “conformidad” e “indiferencia” de vivir con la muerte, de vivir muerto.

  Sin ser completa esta caracterización, ayuda; pero debo incluir una “sofisticada”. Las dictaduras, los dictadores, sean de gobiernos civiles, miliares,  narcotraficantes, de iglesias,   que de una u otra manera   quieren   adquirir trascendencia  y afirmar su permanencia en el tiempo recurren a la construcción de grandes obras de ingeniería, arquitectura, esculturas,  y,  en general, al empleo y dominio de las ciencias fácticas  pero secuestrada de ellas toda epistemología, toda criticidad y, desde luego, se rechaza, bajo grandes máscaras, a la filosofía, a las ciencias sociales, humanas. Ejemplifiquemos, la dictadura nepotista  de Corea del Norte ha hecho de la física y las “ciencias militares” un buen desarrollo, temible,  incluso.  La URSS fue (la República Federativa Rusa hoy) un ejemplar modelo y con matices lo es  actual China.  Pérez Jiménez es un ejemplo nacional, cuya obra básica permanece, a pesar de los esfuerzos de Betancourt por destruirla. Los dictadores sin  sentido de permanencia  reducen  su actuación a su propia deificación,  el culto a su persona, el mesianismo y a algunos trazos ideológicos  de gran tradición y arraigo en las masas, como diversas formas de brujería, cultos populares, santería,  vudú…y un denodado esfuerzo por dividir al conjunto social entre buenos/malos; patriotas/apátridas.  Revolucionarios/contrarrevolucionarios. 
 
  Las dictaduras como las de Pinochet, Videla, merecen una nota especial, porque son expresión de la confrontación artificiosa pero eficaz de la dicotomía democracia/comunismo, de modo que su justificación  consistía en la argucia contra  el fantasma del comunismo, cuyos riesgos eran la destrucción de los valores occidentales, democracia y cristianismo. Artificio que favoreció a países demócratas para justificar su propia negación, la felonía de condicionar la libertad y negar toda confrontación de ideas, y, en el devenir, esconder, manipular, sus propias deficiencias, fallas, injusticias.

  Finalmente, en este marco ha de incluirse la tendencia, en todas y sin excepción alguna de las dictaduras, de crear un responsable  a quien culpar para esconder y justificar  sus fracasos. Los comunistas y los judíos para Hitler. El bloqueo económico, arguyen los cubanos. La guerra económica, el imperialismo, la derecha… dice el presidente y el coro del PSUV.  Este es un hecho que arrastra la humanidad desde siempre,  lo inicia Adán, quien culpa a Eva, ésta a la Culebra, en fin… A estas caracterizaciones y  constantes universales, es imprescindible  observar que toda dictadura, todo dictador,  sean buenos/malos, según son las relaciones de poder y las  visiones que desde allí se generan,  concluyen siendo mitómanos y esquizofrénicos. 

¿QUE TENEMOS EN LA RPV?

  Si aplicamos las constantes que hemos visto arriba,  el régimen es una dictadura terrorista pero muy primitiva.  Chávez y Maduro son dictadores. Pero la organización y control del estado por los militares y con  la sumisión y complicidad de  civiles, bajo el ideolema  de la unión cívico—militar la hacen una dictadura militar y militarista. El militarismo es toda conducta que reconoce el poder militar sobre el poder  civil. El soldado sobre el ciudadano.  La disciplina, la fuerza, la capacidad de mando y dirección garantiza su eficiencia. El respeto, la sumisión,  la obediencia como normas de cohabitación. La fuerza sobre la razón. El proteccionismo y la seguridad y defensa de la patria en oposición al desorden y deshonestidad del civil.  El militarismo convierte al civil, incluido el presidente de la república en una marioneta  o en un cómplice cobarde, con el agravante de que el civil que reconoce el comandante supremo sobre él se desconoce  a sí mismo como ser,

  La segunda falacia, la unión cívico-militar  no es menos tragicómica. Obérvese, primero, que esta tal unión es falsa, tanto en su  historia como en su  intento de justificarla  en la “doctrina bolivariana”  sobre la función de los militares en la conducción política y de gobierno, del dominio  del Estado  sobre la sociedad y, segunda,  la identidad ejercito-pueblo-soberanía, de ésta  garantes, del pueblo protectores y salvadores es igualmente falsa, inconsistente. Es de sencilla demostración que Bolívar tenía absolutamente claro cuál era el papel de los militares subordinados al poder civil,  y la historia, en su totalidad y en todas partes,  ha probado que un excelente militar es un buen político, con rigurosa formación académica y visión abierta  de la historia. Y nada es más verdadera que la vieja y clásica sentencia, "La guerra es un asunto demasiado serio para dejarla en manos de los militares”. “Debo más a Aristóteles, mi maestro, que a Filipo, mi padre: éste me dio un reino y aquél me enseñó a gobernarlo". Alejandro Magno.  Y desde luego, Bolívar debe más a Simón Rodríguez,  a la Ilustración, a los griegos, el pensamiento francés,  en fin…


Notas… próximo texto  se introduce con la demostración del papel que Bolívar  da a los militares y…

Americo Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
Zulia - Venezuela

SIXTO MEDINA, LA DECADENCIA DE LA LEY

UNA REPÚBLICA PERDIDA

Existe una finalidad eminente de la política: atenuar la brecha entre las imperfecciones y distorsiones en las que suele incurrir toda gestión pública y lo que la Constitución establece como deberes ineludibles de quienes llevan a cabo esa gestión. Cuando tal cosa no sucede la política se convierte en síntoma de los mismos males que tendría que combatir. Muy lejos de entenderlo así, está Nicolás Maduro, reacio a infundir al Estado su función equilibradora, encerrado como vive en la hostilidad y en  odio a quienes le hacen oposición a su desastrosa gestión de gobierno, impide todo acercamiento. Como si gobernar fuera posible sin cooperación y control mutuo entre los poderes públicos y las fuerzas representativas.

Dada la gravedad de la situación en que nos encontramos, la disyuntiva es tan clara como drástica: o nos proponemos a recuperar cuanto antes la política para la causa constitucional o el efecto disolvente generado por esa deformación resultará largamente irremontable.

La ley, en Venezuela, se ha convertido en un mandamiento desoído. A fuerza de verse vulnerada, su palabra ha perdido función rectora. En ello, qué duda cabe, radica en una de las causas- acaso la esencial- de que los venezolanos tengamos tan mal desempeño en todas aquellas actividades que se realizan en función de la República y del bien común.

Repasemos: al cabo de 17 años, la autocracia y militarismo, indisolublemente unido, ha logrado quebrar el fundamento del Estado de derecho y profundizado el proceso de decadencia constitucional. Absorbió las facultades de la Asamblea Nacional, negando así, el derecho de voto de todos los ciudadanos y las formas democráticas de gestión de la sociedad y del Estado, y ha subordinado, en altísima medida, la independencia de la justicia a sus necesidades operativas. Colmó de ese modo las arcas de sus propios intereses y redujo el alcance de las normas de la República al conjunto de sus demandas hegemónicas. Ello ha  conducido entre otros aspectos graves, al desmantelamiento de la autonomía e independencia del poder judicial, y en particular, al aseguramiento del control político por parte del ejecutivo nacional del Tribunal Supremo y su Sala Constitucional, los cuales han sido puestos al servicio del autoritarismo, afectando su rol de garantes de la Constitución y de los derechos humanos

Hoy llevamos en Venezuela una vida paraconstitucional. Ello implica, que en el país, se han extinguido los controles capaces de impedir y castigar los abusos del poder político. La impunidad con que opera el desenfreno nos advierte sobre la empresa restauradora, por no decir ciclópea, que aguarda a la próxima administración, si se atreve a emprender lo que resulta constitucionalmente indispensable.

Desbaratar de raíz semejante monto de transgresiones será, pues, la tarea básica de la oposición, si triunfara en las próximas elecciones regionales y locales y, las presidenciales en 2018. 

Pero esa tarea no será corta, difícilmente la terminarán quienes la inicien. No hay que subestimar la magnitud del desastre. Alguien nos habló hace mucho de una República perdida. Si esa pérdida no se ha consumado, muy cerca se está de que ello ocurra. Hay que impedir que Venezuela se convierta en una República perdida.


La disyuntiva venezolana es clara: o ahonda el programa populista o promueve un modelo democrático resuelto a dejar atrás la fragmentación y el encono sistemático que alienta el oficialismo. Sin transformación política nada valdrá seguir hablando de economía. 

Sixto Medina
sxmed@hotmail.com
@medinasixto 
Miranda - Venezuela

JOSUE ARTURO MOLINA SUAREZ, RECONQUISTAR EL DERECHO AL VOTO, EL DERECHO A LA LIBERTAD

EL AGUIJÓN

El régimen en su afán de conquistar la rendición de los ciudadanos sigue aplicando la arbitrariedad. La libertad de expresión ha recibido fuertes dosis de represión por los revolucionarios de pacotilla siglo XXI.

El atropello implantado por el oficialismo en contra de comunicadores sociales, radio, televisión, prensa, dirigentes políticos, también lo han intentado en las redes sociales y pinchando teléfonos contra los ciudadanos en general, privándose de libertad a algunas personas por escribir o expresar su opinión en contra de la gestión gubernamental. 

El alboroto exhibido por los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ante la pérdida de apoyo popular, refleja en sus decisiones el carácter totalitario del régimen para frenar la protesta social. 

Pretenden con órdenes militaristas y a través de carteles en oficinas públicas cerrar la libertad de expresión de los ciudadanos. No aceptan la crítica y el despertar de las personas. Nadan en aguas oscuras, pantanosas, y ensayan que los ciudadanos sigan en silencio sus caprichos. Practican la fantasía en película real. 

La alternativa democrática requiere adelantar estrategias serias, para avanzar en el cambio de régimen. Personalidades como Claudio Fermín, Eduardo Fernández y Felipe Mujica, entre otros, han venido planteando la necesidad del ACUERDO NACIONAL, con diversos sectores sociales (del oficialismo y oposición), y contar para ello con nuevos interlocutores y unidad de propósito, indicando algunas ideas para canalizarlo y tener éxito en el mismo. 

En repetidas ocasiones han subrayado que la base del cambio real del régimen se encuentra en las elecciones regionales, aupando la descentralización para fortalecer las regiones en la administración y toma de decisiones en la cosa pública, sin abandonar el tema presidencial. Esa debe ser la premisa en la Unidad de Propósito a alcanzar en corto tiempo. 

Las rectoras del Consejo Nacional Electoral (CNE), no van a convocar ese proceso si no hay la presión política y social para lograrlo, y ello es posible a lo interno de Venezuela, lo externo son apoyos importantes, pero no decisorios. 

La convocatoria a la presión política-social no puede seguir siendo producto del capricho en la alternativa democrática. Llego la hora de hablarle claro al país, ganar los espacios regionales, y continuar avanzando en el reclamo social, para lograr el adelanto de las elecciones presidenciales. 

La situación de pobreza, hambre, muerte y desolación, está rebasando la resistencia ciudadana. Hay que dejar a un lado la majadería y lograr reconquistar el derecho al voto, el derecho a la libertad. 

Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1                                                                            
Tachira - Venezuela

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿CRISIS DE HEGEMONÍA EN EL PAÍS?

LA POLÍTICA ES ASÍ

¿Es posible diseñar un futuro alternativo a la tortuosa realidad del  presente que vivimos? Amigos lectores, responder esta interrogante es vital. Su trascendencia se deriva del marco político, económico y social que enfrentan los ciudadanos de este país. 

En un cierto sentido,  la población comienza a percibir el presente como irremediable. Son cortas, por así decirlo,  las zancadas que pudieran empujar hacia un futuro distinto que oblitere las actuales penurias. Los actores a cargo de tan delicada misión se encuentran sumidos en una pasividad intelectual y práctica. De ahí la modestia de sus iniciativas. Por otro lado las instituciones, por ejemplo las universidades, están neutralizadas organizativamente. No pueden asumir a cabalidad su misión tradicional de ser “las casas que vencen las sombras”.

Disculpen esta dosis de pesimismo. En realidad, en  mi persona como en el resto de los venezolanos, reinaba un optimismo esperanzador al inicio del año 2016. Percibíamos signos de cambio. El triunfo electoral en las elecciones parlamentarias alentaba este sentimiento. Sin embargo, la ofensiva gubernamental (suspensión del referéndum revocatorio, ruptura de la mesa de negociación, entre otras circunstancias) logró neutralizar las pulsiones de cambio que anidaban en la mayoría de la población. Los estudios de opinión revelan que un cierto escepticismo y pasividad caracterizan la conducta actual de la ciudadanía.

Parece importante, después de esta descripción, intentar hacer una caracterización del momento actual. Punto de partida para el esbozo de una estrategia que apunte hacia el diseño de un futuro posible. ¿Cómo definir, entonces,  esta coyuntura? El dilema que se enfrenta pudiera ser sintetizado en estas dos opciones: ¿continuidad o ruptura con lo existente? Esta suerte de indeterminación  ha sido conceptualizada con la palabra interregno.

Antonio Gramsci, intelectual y político italiano, con este vocablo caracterizaba una situación histórica donde lo viejo está muriendo y lo nuevo no termina de nacer. Intentaba describir “situaciones extraordinarias en las que el marco legal existente del orden social pierde fuerza y ya no puede mantenerse, mientras que un marco nuevo, a la medida de las nuevas condiciones que hicieron inútil el marco anterior, está aún en una etapa de creación, no se lo terminó de estructurar o no tiene la fuerza suficiente para que se lo instale”.

El párrafo anterior, a mi juicio, describe a plenitud la situación actual del país. Los venezolanos nos encontramos ubicados en un escenario político donde se encuentran en pugna la opción de continuidad y de transformación. La primera, estimulada con fuerza por el aparato institucional del gobierno, luce segura bajo una aparente solidez. La segunda, hasta el momento no ha podido expresarse con firmeza y, en consecuencia, carece del consentimiento activo de la ciudadanía. Cuidado. No se mal interprete esta última afirmación. La población, de acuerdo a diversos estudios de opinión, mayoritariamente rechaza las políticas del gobierno y a sus personeros. Sin embargo, esta actitud no es traducible en su totalidad hacia las agrupaciones políticas que conforman el universo opositor.

Este desbalance lo  podemos describir con el término interregno. En otras palabras,  las opciones políticas (IV y V república) y sus respectivos relatos están agonizando. Sin embargo, los demócratas no han podido, aún, elaborar una narrativa distinta a las que prevalecieron en el pasado y que proporcione direccionalidad política al hastió y desencanto presente en la ciudadanía.

Los actos de calle el pasado 23 de enero, a mi juicio, demostraron la ausencia de una vanguardia política con una clara visión de la actualidad y de alternativas de cara al futuro. Carecía de  una narrativa,  de una consigna que denunciara el presente y anunciara el porvenir. Sin estos dos ingredientes el significado político de la calle se pierde.

En fin, en estos momentos el país demanda un liderazgo que este a la altura de las actuales circunstancias. Lo electoral es importante, pero debería subordinarse a la apuesta fundamental y, esta no es otra, que derrotar política y electoralmente al gobierno. En ese orden. Para ello sería necesaria la elaboración de una propuesta y su traducción en un relato que llegue y entusiasme a la ciudadanía.

No hay alternativa, la política es así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela