martes, 21 de enero de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, MIÉRCOLES 22/01/2020

GLADYS SOCORRO: DESESPERO EN EL CHAVISMO POR ADUEÑARSE DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 8 minutos
La estrategia chavista avanza. Cada pieza del tablero de ajedrez cuenta. Esta vez los movimientos apuntan a darle jaque mate a la autonomía universitaria. Las 8 casas de estudios superiores públicas del país están en la mira. Después de 8 años con los procesos electorales suspendidos por orden del Tribunal Supremo de Justicia bajo la sentencia número 134, en diciembre pasado les dieron chance hasta el próximo 28 de febrero para renovar sus autoridades por la vía del voto. Acatar la orden o no en cada recinto universitario es el dilema. Este capítulo es el reflejo del entrampamiento... más »

ENRIQUE CONTRERAS RAMÍREZ: ANTE LA CRISIS SE AGRAVA LA SALUD MENTAL DEL VENEZOLANO

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 10 minutos
La carestía de alimentos, medicinas y servicios básicos ha hecho que gran cantidad de venezolanos sean víctimas de ataques de pánico, depresión y estrés postraumático e incluso muchas de ellas han llegado al suicidio. Las declaraciones y los informes de muchos psiquiatras y psicólogos venezolanos son preocupantes, al señalar que debido a la crisis social y económica que vive el país, las enfermedades mentales en nuestra población muestran un crecimiento que para el gobierno del llamado socialismo del siglo XXI, es invisible e inexistente. Frente a este escenario, la psiquia... más »

RONNY PADRÓN: ¿QUÉ SE GANÓ EL 5 DE ENERO?

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 14 minutos
La pregunta adquiere relevancia una vez evidenciada la inutilidad de la actual Asamblea Nacional para quienes entendemos la inmediata liberación nacional como una cuestión existencial. Así entonces podemos elucubrar con base fundada en torno a ciertas conclusiones. En primer término, el ascenso y permanencia del Estado Criminal Socialista en el poder ha sido posible gracias a una dirigencia demócrata que llamada a confrontarle decidió servirle como el cómplice necesario, a cambio de garantizarse ¨cuotas¨ de poder, verbigracia: Gobernaciones, alcaldías, concejalías y por supuesto di... más »

LEANDRO AREA PEREIRA: LA NOSTALGIA COMO UTOPÍA.

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 16 minutos
Uno de los abismos más profundos que ha dejado el socialismo del siglo XXI en el planeta de los venezolanos es el de la pérdida del sentido de pertenencia y por ende de identidad orientadora en su gente. Las raíces que fraguan los pueblos con y en su historia son los pilares con lo que se soportan las sociedades frente a los avatares del tiempo y permiten enfrentar, distraer o evitar, las fuerzas que surgen contra la estabilidad y funcionamiento de una nación. En el caso venezolano, a pesar del esfuerzo institucional y cultural realizado en el pasado, pero posiblemente en razón de ... más »

HÉCTOR SCHAMIS: YO TAMBIÉN AMANECÍ CONVERTIDO EN UN FACHA (FASCISTA)

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 18 minutos
Sin el liberalismo, con la discrecionalidad del jefe del Ejecutivo, la redistribución no construye más que clientes de una estrategia de dominación Cuando escribimos, buscamos hacer viajar nuestro argumento en el tiempo y el espacio. El poder analítico de un texto se mide por su validez en un contexto diferente. Alguien lo usará como lente interpretativa, eso deseamos. Si ocurre, el texto regresará a su origen, casi siempre con ajustes y enmiendas. El conocimiento se construye así de manera colectiva por la vía de la comparación. Todo esto, que sabía, volví a corroborarlo leyendo “... más »

JHONASKI J. RIVERA R.: LA IDEOLOGÍA DEL “CONTRATO SOCIAL”: EL MIEDO COMO PRINCIPIO CONTRACTUAL DE LAS UTOPÍAS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 20 minutos
La idea del “contrato social” ha servido a lo largo de toda la historia del pensamiento político de Occidente para la fundamentación de lo político, en donde los hombres pueden interactuar bajo la garantía de una entidad que trasciende la individualidad, por ello el filósofo Jean Jacques Rousseau decía que: “… como los hombres no pueden generar nuevas fuerzas, sino unir y dirigir las que existen, no tiene otro medio de conservarse que formar por agregación una suma de fuerzas que pueda exceder a la resistencia, ponerlas en juego por un solo móvil y hacerlas obrar en armonía.”[1] ... más »


GLADYS SOCORRO: DESESPERO EN EL CHAVISMO POR ADUEÑARSE DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS

La estrategia chavista avanza. Cada pieza del tablero de ajedrez cuenta. Esta vez los movimientos apuntan a darle jaque mate a la autonomía universitaria.

Las 8 casas de estudios superiores públicas del país están en la mira. Después de 8 años con los procesos electorales suspendidos por orden del Tribunal Supremo de Justicia bajo la sentencia número 134, en diciembre pasado les dieron chance hasta el próximo 28 de febrero para renovar sus autoridades por la vía del voto. Acatar la orden o no en cada recinto universitario es el dilema. Este capítulo es el reflejo del entrampamiento en el que está inmerso el país entre legalismos y pragmatismo político.

Solo hay dos opciones: o se participa en la elección pese a la ilegitimidad del convocante para resguardar de las garras chavistas los cargos de rectores, vicerrectores académicos, vicerrectores administrativos y secretarías, o se decide desacatar la decisión del TSJ con el riesgo inminente de que todas las autoridades universitarias sean designadas a dedo por el gobierno de Maduro a través del Consejo Nacional de Universidades, encabezado por el ministro de Educación Superior.

La autonomía universitaria establecida explícitamente en el artículo 109 de la Constitución Nacional está muy comprometida. El chavismo quiere penetrar las universidades como sea y la del Zulia es un claro ejemplo de ello. Violando las atribuciones que la Ley de Universidades le confiere al Consejo Universitario integrado por 23 puestos con voz y voto en igualdad de condiciones, el CNU designó el pasado 10 de diciembre como vicerrector administrativo a Clotilde Navarro, a la vez que destituyó a quien ha venido desempeñando el cargo durante los últimos 2 años, María Artigas. Esta fue designada en su momento por el Consejo Universitario siguiendo lo que señala la Ley de Universidades, en sustitución de Jesús Salom, quien a su vez cubría la vacante absoluta por la muerte de la vicerrectora administrativa electa, María Guadalupe Núñez.

Y es que por ley en el claustro universitario la cosa funciona así: las autoridades son electas por la propia comunidad universitaria constituida por profesores y alumnos. Cada sector elige a quienes los representarán en lo que se denomina cogobierno. En caso de vacante absoluta por muerte o renuncia del rector, alguno de los vicerrectores o del secretario (a), es competencia directa del Consejo Universitario designar a su sustituto y convocar a elecciones en los 30 días siguientes, cosa que se ha hecho imposible por orden expresa del TSJ desde el año 2011. Solo en caso de vacante absoluta de 3 autoridades universitarias, el Consejo Nacional de Universidades, es decir, el gobierno, tendría la potestad de designar nuevas autoridades, pero no es el caso de ninguna universidad pública del país.

Ayer lunes 20 de enero se retomaron las actividades en LUZ y con ellas las acciones decisivas del chavismo para adueñarse de esta máxima casa de estudios. El vicerrector administrativo designado a dedo por el ministro llegó para tomar posesión de su cargo. La pugna con el Consejo Universitario está en pleno apogeo por cuanto las autoridades ratificaron en Consejo Extraordinario a María Artigas en dicho cargo. Lo más probable es que el caso sea judicializado.

Mientras tanto, nuestra alma máter muere de mengua con una matrícula de apenas 10.000 estudiantes, lo que representa una deserción de 80%;  una plantilla de 4.255 profesores activos y jubilados, es decir, 58% menos; sueldos de titulares que no llegan, en el mejor de los casos, a los 900.000 bolívares al mes, y un seguro médico y funerario inexistentes. Pese a estas fuertes tempestades ¿logrará el chavismo acabar con el libre pensamiento universitario? Lo dudo. Nuestra universidad siempre nos ha enseñado que después de las nubes, el sol.

Gladys Socorro
Blog: gsocorro.wordpress.com 
@gladyssocorro

ENRIQUE CONTRERAS RAMÍREZ: ANTE LA CRISIS SE AGRAVA LA SALUD MENTAL DEL VENEZOLANO


       La carestía de alimentos, medicinas y servicios básicos ha hecho que gran cantidad de venezolanos sean víctimas de ataques de pánico, depresión y estrés postraumático e incluso muchas de ellas han llegado al suicidio.

Las declaraciones y los informes de muchos psiquiatras y psicólogos venezolanos son preocupantes, al señalar que debido a la crisis social y económica que vive el país, las enfermedades mentales  en nuestra población muestran un crecimiento que para el gobierno del llamado socialismo del siglo XXI, es invisible e inexistente.

Frente a este escenario, la psiquiatría en el marco de sus investigaciones, han venido marcando que  esta situación que se vive es una de las principales variables  que afecta la salud mental de los venezolanos.

A todo esto, hay que agregarles la ausencia notoria medico-asistencial pública que afecta y agrava indudablemente a los estratos sociales más bajos, donde se diagnostican enfermedades como la ansiedad, tristeza, miedo, trastornos del sueño, síntomas cognitivos (dificultad para pensar), conductas agresivas, estrés e incluso hay quienes llegan al suicidio.

EL INFORME DE LA OVV

El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) en la investigación realizada  por varias universidades del país entre las cuales se encuentran la UCAT del Táchira, la ULA de Mérida, La UCV de Caracas, La UDO de Cumana, la LUZ de Maracaibo –entre otras-  dio a conocer en noviembre del 2019 el presente informe: “En el año 2019 Venezuela ha vivido la mayor crisis social de la historia por la destrucción de la economía, la pérdida de capital humano por la emigración, el deterioro del estado de derecho y el incremento de la desigualdad social. En ese contexto de destrucción institucional, la violencia y la criminalidad han sufrido cambios importantes, pues la criminalidad acompaña los cambios en las sociedades, y procura adaptarse a las oportunidades que le ofrecen el mejoramiento o empeoramiento de las condiciones de vida en esa sociedad (…) En el año 2019, Venezuela se mantiene como uno de los países con mayor número de muertes violentas en la región y en el mundo. Este año cierra con un estimado de al menos 16.506 fallecidos y una tasa de 60,3 muertes violentas por cada cien mil habitantes, muy por encima de cualquiera de los otros países considerados violentos en América Latina”.

El sociólogo Roberto Briceño León, en entrevista concedida a Ludmila Vinogradoff  sostiene que en 20 años de gobierno socialista  suman un total de 330.000 víctimas fatales.

En su conversación con ABC, alertó sobre la escalada de los suicidios que ha llevado a Venezuela a ocupar el primer lugar en las estadísticas del continente americano.

El sociólogo, quien es Director de la OVV, en la mencionada entrevista sostiene que  “antes del chavismo, el suicidio representaba entre 4 y 5 personas por cada 100.000 habitantes. Pese a la bonanza petrolera aumentó entre 8 y 9 suicidios pero a partir del 2015 los suicidios se dispararon a una media de 19 personas. Es decir la tasa se cuadriplicó en los últimos 15 años convirtiéndose en un fenómeno social. /…) En América Latina hay muy pocos suicidios pero Venezuela ocupa el primer lugar de suicidios en el continente americano. Estamos en el nivel de Asia donde hay países que llegan hasta 28 suicidios por cada 100.000 habitantes como Sri Lanka.

Al ser interrogado por la periodista, sobre las causas de esta situación respondió: “En general por depresión. La severa crisis ha empujado a los venezolanos a suicidarse. Unos deciden que se van del país y otros deciden que se van a quitar la vida.

La falta de psicofármacos aumenta la desesperación de los pacientes. Racionan las pastillas a la mitad y cuando se les acaba pierden el tratamiento y quieren quitarse la vida.

Hubo 23.500 homicidios igual a una tasa de 81 por cada 100.000 habitantes. Venezuela también ocupa el primer lugar de homicidios en el mundo.
El régimen censura las cifras y estadísticas sobre la violencia desde el 2003 porque no quiere que se sepa la verdad de la cara fea de la supuesta «revolución bonita», como vende la propaganda chavista a la izquierda latinoamericana.” (https://www.abc.es/internacional/abci-venezuela-esta-tope-suicidios-continente-americano-.)

LA SALUD MENTAL DEL VENEZOLANO

El informe de la OVV, donde se plasma una parte de la realidad acerca de la crisis que se vive en Venezuela, es lo que para muchos psiquiatras venezolanos  ha promovido a gran escala las enfermedades mentales, pues el clima de inestabilidad política, social y económica ha conducido a que muchos venezolanos alteren su conducta y donde se nota claramente la crisis  e incluso llegan a perder el polo perceptivo, es decir el contacto con la realidad.

Tales apreciaciones, que son producto de investigaciones serias, el gobierno venezolano las trata de ignorar y algunos funcionarios del mismo, afirman  que se está tratando de ideologizar la psiquiatría, ignorando e invisibilizando de esta manera una realidad que es inocultable.

Al respecto el médico psiquiatra Luis Madrid, en declaraciones dadas a la colega periodista Adriana Nuñez Rabascall señalaba que el venezolano promedio está experimentando sentimientos de desesperanza, ante las carencias económicas.

“La primera causa es el desempleo y la situación económica del país. Eso produce situación de incertidumbre, desesperanza, ansiedad. La gente deja de dormir. Ver tus hijos llorar porque no tienen qué comer. Ver tus hijos mal vestidos. No puedes enviarlos al colegio (…) Que tu familia se fragmentó”, expone Madrid.

El especialista alerta que la población con trastornos mentales es la más propensa a tomar la decisión de quitarse la vida, pues los tratamientos antisicóticos y antidepresivos escasean en Venezuela. De 12 fármacos comúnmente recetados para atender esta condición, sólo tres están disponibles.

“Comienzan a bajar las dosis y a estirar la cajita de pastillas, y los fármacos no funcionan de esa manera. Al bajar las dosis, es una de las causas por las que la gente empieza a pensar ideas de suicidio”, explica el doctor.
El psiquiatra también puso el resaltador en las personas mayores de 65 años que, a su juicio, experimentan sensación de abandono, por la emigración de sus parientes”.

EL DAÑO ANTROPOLOGICO 

Esa misma crisis social, económica y política causa lo que se ha denominado  por algunos investigadores sociales daño antropológico.

En un artículo de opinión publicado en la página de internet que lleva por título “ECOS” escrito por Nora indica lo siguiente: “Se habla de daño antropológico cuando la persona deja de sentir aprecio por su propia vida, cuando pierde la conciencia de sí misma obrera de su destino y se abandona a los dictámenes con que la someten fuerzas de dominación obligándola a hacer y pensar de una manera dirigida. Más aún, cuando se la obliga a dejar de pensar. Un individuo acostumbrado a concebir su vida de esta manera poco margen tiene para discernir acerca de dónde está la línea divisoria entre lo que él es (o desearía ser) y lo que es obligado a ser. No es consciente de su poder de decisión, de su poder de resistencia, o más aún de su potencial como agente de cambio”. (https://www.elpais.com.uy/opinion/ecos/dano-antropologico.html).

A esta conceptualización de lo que es el daño antropológico producto de la crisis que vivimos, hay que  agregarle el proceso migratorio que se está dando en Venezuela, producto  de una conducta que es fruto de la desesperación  donde se mezcla en la persona  que emigra, la ansiedad  con la esperanza  perdiendo incluso la pertenencia de patria, la pertenencia de familia y su proyecto de vida, para tratar de “mejorar” las condiciones materiales de existencia social y económica.

LAS ESTADÍSTICAS DEL CENDAS

La situación económica del país se torna cada vez más preocupante. El CENDAS (Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores) acerca de esta realidad indico que un trabajador necesita 10.16 dólares diarios para cubrir la cesta alimentaria familiar, pero gana 3 dólares mensuales. Esto significa un desequilibrio económico, que trastoca las ya menguadas condiciones de vida.

La cesta alimentaria por el mes el mes de diciembre la desastrosa cifra de 15.252.586,08 bolívares, sufriendo un aumento de 4.864.952,70 bolívares, equivalentes a 305,05 dólares; es decir, que un trabajador necesitó de 101.7 salarios mínimos (150 mil), para  adquirir la canasta familiar para 5 miembros.
Para  la inmensa mayoría de venezolanos se están viviendo situaciones muy duras, momentos que realmente son dolorosos e inquietan, porque un padre de familia que gane en bolívares lo equivalente a 3 dólares mensuales, no está en condiciones de responder a las demandas de su entorno familiar.
LA CLASE POLÍTICA VENEZOLANA

          Es indudable que ante semejante cuadro, en la mayoría de los venezolanos hay  dolor, rabia, frustraciones y hasta odios, que  por el momento se guarda en el silencio, ante una clase política  -sin excepción- que se encuentra en una lucha por el poder y que sólo le importa  las cuotas que en el mismo se reparten en los festines electoreros y donde se utiliza a la población llenándola de esperanzas y sueños, esperanzas y sueños  que la llamada democracia nunca las ha plasmado.

Esa democracia, que se ha definido como una forma de organización del Estado, en la cual las medidas colectivas son acogidas por el pueblo mediante mecanismos de cooperación directa o indirecta, para concederle legitimidad a sus representantes y que además es una forma de convivencia social,  en la que los ciudadanos son libres e iguales y las relaciones sociales de existencia se establecen conforme a mecanismos contractuales, ni en el ayer ni en el presente se han manifestado en éste país llamado Venezuela.

Nuestra “democracia” en el ayer y en el presente es como la definía Fabricio Ojeda, quien fuera Presidente de la Junta Patriótica que dio al traste con la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, en ese 23 de enero de 1958. “ya el pueblo venezolano está  decepcionado de una democracia que no llega, pero  a nombre de la cual se le maltrata, se le persigue y se le engaña.”

Enrique Contreras Ramírez
unasimpleopinion7@gmail.com 
@enriqcontrerasr

RONNY PADRÓN: ¿QUÉ SE GANÓ EL 5 DE ENERO?

La pregunta adquiere relevancia una vez evidenciada la inutilidad de la actual Asamblea Nacional para quienes entendemos la inmediata liberación nacional como una cuestión existencial. Así entonces podemos elucubrar con base fundada en torno a ciertas conclusiones. En primer término, el ascenso y permanencia del Estado Criminal Socialista en el poder ha sido posible gracias a una dirigencia demócrata que llamada a confrontarle decidió servirle como el cómplice necesario, a cambio de garantizarse ¨cuotas¨ de poder, verbigracia: Gobernaciones, alcaldías, concejalías y por supuesto diputaciones.

En segundo lugar, resultó nuevamente comprobado el agotamiento de la vía institucional como alternativa para alcanzar el restablecimiento pleno del orden constitucional. La capacidad demostrada por el Estado Criminal Socialista en el poder para neutralizar a este Parlamento Nacional – el de más apoyo popular en la historia de la República- no deja lugar a dudas. Es necesario abrazar a lo inmediato otras vías constitucionales, eficientes sí para el logro del objetivo libertario. Porque siendo sinceros, tanto la Independencia de Venezuela respecto al Imperio Español, como la instauración de la democracia representativa a partir de 1958, no fueron logros que se alcanzaren gracias a un Parlamento Nacional.

Para finalizar, verificado como está todo aquello que jamás servirá al interés nacional, revisemos entonces la que podría resultar una lección superior. El restablecimiento pleno del orden constitucional requiere como condición sine qua non el que nuestra sociedad imponga a lo inmediato el surgimiento y consolidación de un liderazgo patriota destacado por su virtud y no por sus vicios, en capacidad y disposición al logro del objetivo libertario, empleando para ello todas las herramientas que brinda la Carta Magna en concordancia con las presentes circunstancias ¡Viva la República de Venezuela! Ora y labora.

Ronny Padrón
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci

LEANDRO AREA PEREIRA: LA NOSTALGIA COMO UTOPÍA.

Uno de los abismos más profundos que ha dejado el socialismo del siglo XXI en el planeta de los venezolanos es el de la pérdida del sentido de pertenencia y por ende de identidad orientadora en su gente.

Las raíces que fraguan los pueblos con y en su historia son los pilares con lo que se soportan las sociedades frente a los avatares del tiempo y permiten enfrentar, distraer o evitar, las fuerzas que surgen contra la estabilidad y funcionamiento de una nación.

En el caso venezolano, a pesar del esfuerzo institucional y cultural realizado en el pasado, pero posiblemente en razón de nuestro volandero peregrinar, juegue más en contra que a favor, y su narración y asimilación ha sido más un ancla para el atascamiento y hundimiento que para el asentamiento y la seguridad.

Ahora bien, ningún proyecto nacional coherente y productivo de ciudadanía y progreso, puede ser pensado sin una idea de continuidad histórica hilvanada desde el pasado que se convierte en presente y nos refiere a un futuro posible.

En una especie de tortuosa vaguedad hemos ido construyendo la idea de Venezuela. Imprecisión ésta de país manejada además por hacedores y administradores de nuestra mitología. Nostalgias y utopía, glorias y derrotas, utilizadas o inutilizadas, trastocadas, invadidas y manipuladas en razón del poder, desde el poder y para el poder.

De allí que vivamos en una natural y eterna obsesión melancólica por rescatar nuestra memoria y explicarnos invariablemente a nosotros mismos. 

Pero si la historia nacional se ha ido desdibujando en el aula, el libro, en el maestro, en ese territorio más allá que llamamos de la cultura nacional, conciencia colectiva, cómo no va a ser posible cualquier devastación de país que sin raíces se deja secuestrar por cualquier charlatán advenedizo disfrazado de prócer, de supuesta gloria, de quizás.

Las experiencias históricas podrían indicar que personal y colectivamente todo duelo ocasionado por una pérdida de país, invasión, destrucción o desastre natural o no, viene acompañado de un mecanismo de defensa de ese "yo" que es la memoria, el rescate de los recuerdos, la narración de vivencias familiares o grupales o más allá, que den salida, escape, al inestable y ponzoñoso presente.

Pienso que en Venezuela en estos tiempos estamos acompañando este velorio de país con una gran dosis de necesaria nostalgia, ¿excesiva, paralizante?

La desilusión del presente obliga a recurrir a nuestro pasado colectivo, familiar y personal. Las redes y reuniones sociales están llenas de estos ejemplos:  nuestras fotos, nuestras vivencias, nuestra geografía, lo que fuimos y no queremos dejar de ser, que no puede desaparecer, a pesar de los esfuerzos de los que mandan que vienen haciendo día día con lo que nos queda tratando de poner a funcionar una especie de Alzheimer colectivo y borrar así memoria y símbolos. Ellos y nada más.

Esa nostalgia como utopía puede sernos de gran utilidad, arma de batalla, comparación de realidades, para no bajar los brazos, la guardia y la esperanza. 

No aspiro a la nostalgia del caracol aunque sí deseo la utopía del que añora constructivo.

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea

HÉCTOR SCHAMIS: YO TAMBIÉN AMANECÍ CONVERTIDO EN UN FACHA (FASCISTA)

Sin el liberalismo, con la discrecionalidad del jefe del Ejecutivo, la redistribución no construye más que clientes de una estrategia de dominación

Cuando escribimos, buscamos hacer viajar nuestro argumento en el tiempo y el espacio. El poder analítico de un texto se mide por su validez en un contexto diferente. Alguien lo usará como lente interpretativa, eso deseamos. Si ocurre, el texto regresará a su origen, casi siempre con ajustes y enmiendas. El conocimiento se construye así de manera colectiva por la vía de la comparación.

Todo esto, que sabía, volví a corroborarlo leyendo “Y al amanecer… me convertí en un facha”, columna de Rubén Amón publicada en el medio español El Confidencial. El texto me resultó inspirador desde el propio título, lo cual el lector ya habrá notado. Ergo, puse a viajar dicho artículo a este lado del Atlántico y me puse a viajar con él en el tiempo.

Amón se ve como el Gregor Samsa de La metamorfosis, aquel convertido en insecto gigante, él a su vez transformado en derechista, un facha. Naturalmente socialdemócrata, así se define, se mortifica por los recelos que le provoca la izquierda contemporánea. Se indigna por la deriva actual del PSOE, pactando con el populismo y el nacionalismo cavernario —es decir, con Podemos y el secesionismo catalán— poniendo en riesgo la base institucional de la democracia española: la unidad del Estado y la Constitución de 1978.

Amón se inquieta cuando se ve en coincidencia con la derecha, se refiere a la misma como “el pensamiento reaccionario”, y se sitúa al otro lado del progresismo. Es facha porque la izquierda oficialista convierte en ultraderechista —estigmatiza con su discurso ad hominem, agrego yo— a todo aquel que elabore una crítica. Es repudiable, por ello, la línea que han trazado entre el bien y el mal, entre el progresismo y “los fachas”.

Me sentí identificado con el texto. Hace años yo también desperté convertido en facha una mañana —es decir, derechista, gorila, neoliberal y esclavo del imperialismo, entre otras descalificaciones— por criticar los nuevos autoritarismos de América Latina.

Desde tiempo atrás me atormentaron las nociones de democracia popular, directa, radical, participativa, plebiscitaria, y demás términos manipulados por el socialismo del siglo XXI. Siempre los vi como el camuflaje retórico de quienes han usado el método democrático para llegar al poder, pero que una vez allí lo ejercen de manera autoritaria, incluyendo su intención de perpetuarse en él.

Recorra mentalmente el lector el mapa de la región y rápidamente sabrá donde están los ejemplos. Es que tantas zonas conceptuales grises solo sirvieron para desdibujar la imprescindible línea que separa la democracia de la autocracia.

Fui facha al criticar la falacia del mayoritarismo, tan inherente al populismo. Ello porque la democracia constitucional funciona sobre la base de normas relativamente permanentes diseñadas para proteger a las minorías. La democracia es tal en tanto es liberal.

Más aún, si la izquierda es verdaderamente progresista debería ser liberal, pues la separación de poderes y el debido proceso están del lado de los que menos tienen. Pues los pobres no tienen recursos materiales, ni influencia política, ni apellido, solo tienen la norma jurídica que los protege.

Hacer redistribución con el liberalismo es ampliar derechos sociales, es construir ciudadanía. Sin el liberalismo, con la discrecionalidad del jefe del Ejecutivo, la redistribución no construye más que clientes de una estrategia de dominación.

El liberalismo convirtió a los súbditos en ciudadanos, individuos autónomos con derechos garantizados por la norma constitucional. Las izquierdas bolivarianas y sus parientes cercanos transformaron a estos ciudadanos en sujetos dependientes de una máquina paternalista que busca perpetuarse. Reducen las esferas de derechos en lugar de ampliarlas. Por ello son un autoritarismo regresivo.

Esta izquierda persigue la recreación perpetua y la exaltación romántica del momento plebiscitario original del populismo, según Laclau y sus seguidores. Ello solo puede terminar en la tiranía de la mayoría. Con estas premisas, el rasgo fundamental de cualquier sistema político mínimamente complejo —que las mayorías son por definición transitorias— permanece oculto. Con Laclau como dogma, Milosevic podría haber hecho exactamente lo que hizo, la expresión de la pura voluntad de la mayoría en un excelso ritual plebiscitario.

Maduro va camino a lo mismo: un genocidio sin guerra pero con hambre, enfermedad y éxodo. Es que, además, la tradición populista fue capturada por el stalinismo vernáculo, léase, el castrismo. Es curioso, antes se despreciaban mutuamente. Para el marxismo, el populismo era un fenómeno esencialmente burgués, una suerte de bonapartismo tardío y periférico. Para los populistas, el idealismo vanguardista de la izquierda los desconectaba de las masas.

Hoy aparecen fusionados, sin embargo, anclados en su común anti-liberalismo. Insumo intelectual del Foro de São Paulo, la expresión más sofisticada de esta fusión es Podemos en España. Leerlos y escucharlos sirve como mapa exploratorio, como hipótesis de trayectoria futura. Claro que es más que teoría, es petróleo, inteligencia, recursos, y crimen organizado. Las platas mal habidas, los ilícitos, por cierto que resolvieron aquel enigma teórico.

Pero los que criticamos esto somos fachas. Algunos pensamos que no es de izquierda apoyar a Evo Morales y a Maduro, al tiempo que se acata lo que dice Trump al pie de la letra y se capitula ante el Cartel de Sinaloa. Algunos pensamos que un gobierno de seis décadas sin alternancia solo puede ser una dictadura, la cubana.

Alguno creemos que no es progresista un plan de paz que consagra la impunidad de una organización narco-terrorista que victimiza campesinos, las FARC, al tiempo que permite expandir cultivos. Algunos fachas también sostenemos que perseguir la reelección indefinida violando la constitución, y además instrumentando un fraude, es autoritarismo y punto.

Algunos no entendemos el anti-americanismo adolescente, salvo como script que llega desde La Habana. Fue positiva la inspiración de la Revolución Americana para los Libertadores del resto de América, importando incluso el diseño constitucional. Ergo, las relaciones de América Latina y Estados Unidos deberían funcionar sobre estos legados históricos. Claro que ya sabemos que el castrismo es la enfermedad infantil del izquierdismo latinoamericano.

Y ahora también del español. Algunos tal vez nos hayamos convertido en facha por descarte. Si bien yo también me veo al otro lado del progresismo, como Amón, a diferencia suya no me preocupa verme en coincidencia con la derecha. Es que hace mucho tiempo que concibo la política en términos de normas jurídicas—es decir, derechos—y en base a principios éticos—la política sin los corruptos—y cada vez menos en términos geométricos.

Ocurre que estos progres de hoy no son tal cosa. Son progresistas sin progreso, meros comisarios políticos. Rechazan la libertad y la autonomía del ciudadano, al votar tanto como en el mercado. Por ello son reaccionarios, opresores que persiguen la restauración de un orden viejo.

Héctor Schamis
@hectorschamis
@infobae
Universidad de Georgetown.

JHONASKI J. RIVERA R.: LA IDEOLOGÍA DEL “CONTRATO SOCIAL”: EL MIEDO COMO PRINCIPIO CONTRACTUAL DE LAS UTOPÍAS

La idea del “contrato social” ha servido a lo largo de toda la historia del pensamiento político de Occidente para la fundamentación de lo político, en donde los hombres pueden interactuar bajo la garantía de una entidad que trasciende la individualidad, por ello el filósofo Jean Jacques Rousseau decía que: 

“… como los hombres no pueden generar nuevas fuerzas, sino unir y dirigir las que existen, no tiene otro medio de conservarse que formar por agregación una suma de fuerzas que pueda exceder a la resistencia, ponerlas en juego por un solo móvil y hacerlas obrar en armonía.”[1] 

Y de este modo es posible el “contrato social” para superar la vulnerabilidad inherente de esa “libertad natural” para adoptar una “libertad convencional”, sin importar mucho las implicaciones que implica ceder un poco de la individualidad a costa de la seguridad que brinda la “voluntad general”, siempre y cuando la avasalladora de esta no sea quien te aplaste, y ante ello no existen garantías para el individuo. 

Ciertamente esta tradición no comenzó con Rousseau, sino con anterioridad la cuestión del “contrato social” puso a cavilar a más de uno en la Grecia Antigua, téngase en cuenta nombres como Hipias de Elis Alkidamas, Lykophron, en este esfuerzo de reflexión también estuvieron los cínicos y los estoicos, y estos últimos contó con la representación de Zenón de Kittion, y estas tenues voces de los antiguos llegó hasta los humanistas del Renacimiento que les permitió retomar concepciones “perdidas”. Entonces, el “contrato social” daba cuenta de la necesidad de encontrar un principio de fundamentación al orden social y político en el que se relacionan los hombres, lo que aunado a ello conlleva plantear cuestiones de índole ontológico-existencial tales como la naturaleza humana, la inherente desigualdad entre los hombres, y en ello existió la posibilidad de pensar utópicamente, bien sea para criticar el estado de cosas actuales o para transformarlas, y el medio para ello comprendió la sátira hasta la construcción de modelos ideales de gobierno. 

En tiempos modernos la idea del “contrato social” sirvió de argumento para redimensionar el principio del derecho divino de los reyes, lo cual los dotaba de un poder absoluto, este papel histórico no es de subestimar. Pero dentro de esta larga tradición del “contrato social” se forjaron presupuestos que detentaban contra la noción de individualidad y las libertades que envolvía. No obstante históricamente sería forzado encasillar la idea de “contrato social” a una única expresión, ya que pensadores como David Hume y John Locke dieron nutritivos aportes a la comprensión de las actividades y relacionamiento de los hombres. Pero habían otros que sacaron los componentes más oscuros que subyacían en ese “contrato social”, sin muchas veces poder presenciar los terribles resultados de las acciones generativas que surgen de uan “inocente” lectura –por ello no se debe subestimar este impredecible mundo de la historia de las “ideas”–. En este caso específico estamos refiriendo a Thomas Hobbes y Jean Jacques Rousseau, cuyos supuestos filosóficos dieron formas ideologizadas del “contrato social”, los cuales se emparenta con el pensamiento que posteriormente adoptó la izquierda.

Dado al alcance histórico de nuestra reflexión es preciso redimensionar la propia noción de ideología para que se acople a nuestra perspectiva estructural. En tal sentido, siguiendo al filósofo canadiense David Gauthier, entendemos por ideología como: “[la] parte de la estructura profunda de autoconsciencia.”[2] Tal definición depura un poco ideología de su carácter valorativa que indica la alusión a “falsa conciencia”, tal como peyorativamente refería K. Marx, sino que la ideología conformaría parte de esos supuestos irreflexivos ubicados en un plano inconsciente, los cuales definen la propia representación del hombre y su relación con los demás, definiendo el modo en que se dan y las acciones que derivan de ello. No obstante esto no niega que la ideología pueda degenerar en falsa conciencia, opio del pensamiento y la cultura. 

Entonces, las formas ideológicamente más radicalizadas del “contrato social” la encontramos en Hobbes, ya que en sus planteamientos resguardan dos apreciaciones nocivas para la libertad y la individualidad: su percepción negativa de la naturaleza humana, la cual hace que el miedo sea constitutiva a la experiencia política del hombre, dado que el sometimiento al soberano radica en el temor a la constante asechanza del miedo a la muerte violenta que está implícito en su estado de naturaleza. Y desde el miedo emerge una fuente del pensamiento utópico, la esperanza, y esto lo explica con mayor detalle la lectura de Hobbes que hizo el filósofo italiano, Roberto Esposito, el cual dijo que: 

“Aunque en la vida cotidiana el miedo nunca está solo, lo acompaña siempre la esperanza, que el hombre contrapone al miedo, con la ilusión de que es su opuesto, cuando en cambio es solo su fiel compañera. ¿No es negar la esperanza una especie de miedo de cabeza abajo? Hobbes lo da a entender cuando en el De homine explica que la esperanza nace de concebir un mal junto con el modo de evitarlo, mientras que el miedo, que se cierne sobre un bien, consiste en imaginar un modo de perderlo”[3] 

Y precisamente al poner el miedo “cabeza abajo” ocurre esa síntesis entre la vida y la muerte en el hombre, pero ¿Hasta qué punto la esperanza sustentada en el miedo no deforma en una falsa conciencia a diferencia inspirada en la confianza en sí mismo? En esta preguna resguarda un aspecto problemáico del contrato social, lo que permite explicar como ideologías (aquí si entendidos como falsa conciencia) socialistas o comunistas se valen del mesianismo y la redención revolucionaria, un sustrato que nutre los mitos políticos.

En este recorrido es inevitable no mencionar a Rousseau, que a pesar de sus diferencias con Hobbes, especialmente a lo que respecta a su concepción optimista del estado de naturaleza del hombre, pero a costa de un prejucio hacia la sociedad y las instituciones,, cuya convencionalidad pareció corromper las virtudes “innatas” del hombre. Sin embargo para Rousseau el contrato social resulta necesario dado que el hombre al abandonar su libertad natural por una libertad convencional, con ello se pudo “Encontrar una forma de asociación que defienda y proteja de toda fuerza común a la persona y a los bienes de cada asociado, y por virtud de la cual cada uno, uniendoe a todos, no obedezca sino a sí mismo y quede tan libre como antes.”[4]

De allí lo novedoso de Rousseau, parte de conceptos distintos de libertad y autoridad[5], y de allí que esa libertad convencional ajustada al hombre haciendo vida en sociedad implica que “dandose cada cual a todos, no se da a nadie”[6], de ello se desprende un optimismo a la fuerza expansiva de la “voluntad general”, la cual puede devorar sin ningún problema la individualidad, porque entre más me disuelvo en el colectivo, más libre soy, produciéndose así “la unión […]más perfecta posible.”[7] De este modo, la libertad no refrena el poder coercitivo de la comunidad y el Estado, fue así que la libertad pudo ser una principio de autoridad.

Tales presupuesto ideológicos del “contrato social” imposibilitan concebir otras formas de relacionamentos del hombres que pueden desarrollarse en el campo político. Por consiguiente al concebir la sociedad como un instrumento en el cual salvaguardarme y aplacar el miedo, se niega la actividad apropiativa del hombre, lo que consiste simplemente en construir lo propio, ya sea material o espiritualmente. Ciertamente este problema de la propiedad privada en el marco del contrato social lo abordó Locke, pero siguiendo los presupuestos de Rousseau y Hobbes neutraliza tal actividad del hombre que puede ser satisfecha en el mercado, especialmente en un mercado libre que tenga la posibilidad de satisfacer la necesidad de apropiación del hombre, de hacer con su trabajo y esfuerzo algo propio, sin entrar en conflicto con los otros, ya que se sumerge en el agonístico mundo de la oferta y la demanda, y con ello evita la posibilidad abierta que deja Rousseau, de que aquel quien represente la voluntad general suprima toda individualidad que se anteponga al colectivo. A esta cuestión agrega el historiador Pierre Rosanvallon lo siguiente:

“Entonces la idea de mercado constituye más bien una suerte de modelo político alternativo. A las figuras formales y jerárquicas de la autoridad y del mando, el mercado opone la posibilidad de un tipo de organización y de toma de decisión ampliamente disociado de toda forma de autoridad: realiza ajustes automáticos, procede a transferencias y a redistribuciones sin que la voluntad de los individuos en general y de las “elites” en particular desempeñe ningún papel.”[8]

Por tanto, los fanáticos del “contrato social” olvidan precisamente esta idea es una ficción que define las relaciones de los hombres, pero es una de tantas, por tanto, el fanático en su falta de creatividad apunta a ajustar su única posibilidad a la indeterminada fortuna de las realidades históricas, negando así el coraje propio del hombre, que mediante esfuerzo y trabajo puede salir al encuentro de su porvenir mediante la posibilidad de ejercer su capacidad apropiativa, la cual en un mercado libre lo puede hacer, esto no asegura la ausencia de conflicto, pero lo que si resguarda es que el personalismo político no se imponga absolutamente sobre los individuos, ya que las operaciones descentralizadas y abiertas que posibilita un mercado sano hace plantear seriamente la adopción moral de esta racionalidad económica como parte integral de la racionalidad policía, en donde la confianza de los individuos en sí mismo es lo que permite a una sociedad asumir con entereza y acuerdo mutuo el porvenir, a diferencia de la fragilidad de ese miedo invertido que dan las esperanzadoras utopías. 

Unas breves palabras sobre Venezuela, esta demás decir el daño que han causado las esperanzas utópicas socialistas, que se han valido del miedo y la fragilidad de los más vulnerables para sostener el proyecto político chavista, esto lo supo desde un principio Hugo Rafael Chávez Frías, y especialmente Fidel Castro. 

Por otro lado, la ideología del “contrato social” ha permitido a una sociedad estar propensa a mesianismos políticos, que acobijan su miedo y frustración con la vana esperanza que la personifica un hombre, los nombres han cambiado pero el patrón parece el mismo, y el último que lo vivió fue Juan Guaidó. Resultó interesante como las modalidades fanáticas del “contrato social” no solo defendían lo indefendible, sino insistían en seguir los mismos caminos erróneos ya transitados, diálogos y elecciones fraudulentas, de ahí la coacción cómplice de estos fanáticos del “contrato social”, negando otras posibilidades de acción que exigían mayor coraje e inteligencia para enfrentar al mal político del chavismo. 

Venezuela termina siendo un caso de estudio para las nocivas consecuencias de la ideología del “contrato social”, pero retomando otra vez esa perspectiva estructural, esta cuestión abre la puerta para afrontar los opios ideológicos de la cultura Occidental, la cual valdría la pena estudiar en otra oportunidad.


Referencias
[1] Jean Jacques Rousseau: El Contrato Social. Boreal: Madrid, [] p. 24
[2] “Ideology is part of the deep structure of self-consciousness.” David Gauthier: “The Social Contract as Ideology”. En Philosophy & Public Affairs, Vol. 6, nº. 2, 1977, pp. 130-164. p. 131.
[3] Roberto Esposito: Communitas: Origen y destino de la comunidad.  Buenos Aires: Amorrortu, 2012. pp. 55-56.
[4] Jean Jacques Rousseau: El Contrato Social. p. 24.
[5] Isaiah Berlin: La traición de la libertad. Seis enemigos de la libertad humana. México. D.F: Fondo de Cultura Económica. 2004. p. 53
[6] Jean Jacques Rousseau: El Contrato Social. p. 25.
[7] Ídem.
[8] Pierre Rosanvallon: El capitalismo utópico. Historia de la idea de mercado. Buenos Aires: Nueva Visión, 2006. p. 8.

Jhonaski Rivera R.
@ideas_libertad
@Jhonaski_RdR