domingo, 27 de octubre de 2019

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: EL SÍNDROME HOOLIGAN

Rufianes saquean, incendian, aterrorizan Chile. Pero en las redes circulan pinturas del país más próspero y equilibrado de la región como si fuera Haití, Uganda o Venezuela. Los violentos son más bien arcángeles iracundos, víctimas de la pérfida sociedad democrática: los trabajadores, políticos, profesionales, empresarios, los ricos, “el neoliberalismo”, la gente aterrada en sus casas y cualquier otro ridículo chanchullo argumental. Alonso Quijano que destruye los molinos. 

Caballeros andantes que apelan al brazo de la justicia callejera para decapitar la serpiente gigante del metro, autobuses, comercios, mercados, panaderías. Como es difícil atribuir la acción antisocial a la pobreza en un país que la redujo a 7%, se esgrime el jocker de buen gusto sociológico posmo: la “desigualdad”, la envidia como política sublime. Un infierno en el que se refugian los venezolanos que huyen de la igualdad. La misma truculencia y deshonestidad hizo de Cuba un paraíso de gente que huía a Florida. 

No son facinerosos, hoolligans, que derraman sus bajos instintos, igual que sus pares en Cataluña o de chalecos amarillos, sino víctimas irredentas. Cunde la trapisonda estadística y seudo académica de esta tesis. La brújula del posmo cuantitativo es el Coeficiente de Gini para medir la desigualdad, que para asombro usan los organismos multilaterales. La trampa ideológica del contrahecho coeficiente, consiste en evaluar la calidad de vida de la mayoría comparando los ingresos de los dos sectores sociales extremos minoritarios. 

Contrastan el pequeño grupo que más gana con el pequeño grupo que menos gana. Solo que ignoran un detalle: 80% de la población el abrumador contingente de las capas medias. De acuerdo con esta cachicorneta estadística, el país más regresivo del mundo sería China, que en cuarenta años creó una micro elite de supermillonarios “neoliberales”, que a su vez convirtió en ciudadanos de ingreso medio a 400 millones de campesinos que comían una taza de arroz al día. 

20 pts. en Gini

Naturalmente el gobierno venezolano se jacta de su Gini, porque no hay ricos y 90% de la población es pobre. Es interesante seguir develando la novela de las Agatha Christie metodológicas. Se escandalizan de que 20% de la población perciba 60% de los ingresos porque se imaginan unos cuantos jeques chilenos en Cadillacs de oro, pero la respuesta es mucho más simple. Ese 20% corresponde a las grandes y medianas empresas (entre ellas nada menos que fondos de pensiones y jubilaciones). 

Y no es que “se quedan con la riqueza”, sino que la producen, y como sabe cualquier estudiante de economía, la distribuyen a través de salarios, capital variable (CV) inversiones en tecnología e instalaciones, capital fijo (CF) e impuestos, sobre todo en un país de inversión creciente. 50% de la mano de obra gana 560 dólares y otro 25% recibe 730 dólares, el salario más alto de América Latina (no estamos hablando de Noruega, sino del Tercer Mundo). 

¿Desigualdad? Si olvidamos la paparrucha sociológica de que todo fenómeno social lo explica la pobreza: ¿qué mecanismo falla para que una sociedad normal de repente estalle en pillaje? Nuestro sustrato animal induce a apropiarnos de personas o cosas que nos gusten y a descargar la ira a través de la violencia, pero la ética, las leyes y el aparato coercitivo mantienen la convivencia pacífica. 

Y la investigación indica que el síndrome hooligans tiende a desenfrenarse cada vez que el Estado no responde, o lo hace mal, ante una alteración del orden público, un parpadeo de las barreras inhibitorias de la conducta colectiva. Tumulto que no se reprime a tiempo, genera un levantamiento. La violencia es instintiva, humana y también con frecuencia parte de planes políticos subversivos. Y aparece en las urbes más ricas del planeta, por la misma razón. La democracia reprime dentro de la ley. En la dictadura no hay. 

Los Pendencieros

Scorsese relata en Pandillas de New York cuando los Conejos muertos, los Pendencieros y los Nativos del “Carnicero” Cutting destruyeron la ciudad en 1863 y la marina tuvo que terminar a cañonazos desde el Hudson el levantamiento en Five Points. Para no ir tan lejos la misma New York tuvo saqueos masivos en 1965 y 1977, Montreal (no se dirá que una sentina de injusticia social) su disrupción tanática en 1969. En 1992 un tsunami de bandolerismo incendia Los Ángeles. 

Apenas en 2011, reductos de maldad y esclavitud, Londres, Birmingham, Liverpool y Manchester viven saqueos generalizados. Como los nuevos hooligans cometieron la torpeza de agredir negros, asiáticos, musulmanes, dificultaron a los sociólogos develar la carga “revolucionaria”. Pero leemos que las “causas profundas” están en la “injusticia social”, como si se tratara de Somalia, Etiopía o Cuba. ¿Será Birmingham una especie de infierno de masas hambrientas y oprimidas que devoran una sopa comunal? 

¿O la esplendorosa Barcelona en 2019? ¿Habrá que hacer del mundo un paraíso, que nadie deba pagar un recibo que lo saque de la felicidad absoluta, cada quien con sus sesenta y cuatro huríes y ríos de leche y miel? No hubo riots contra Mao, Stalin, Franco, Ceucescou, Chapita, Pol Pot, Lukashenko, Mugabe, Pinochet, Castro o Kim Yon-Un. ¿Serían mares de felicidad?”. 

Carlos Raúl Hernández
@carlosraulher

MIGUEL HENRIQUE OTERO: ¿SACARÁ BORRELL EL PIE DE LA PUERTA?

Ahora mismo Josep Borrell es un hombre rodeado de especulaciones. Circulan pronósticos y apuestas sobre cómo será su desempeño, una vez que, de ministro en funciones de Asuntos Exteriores, Cooperación y Unión Europea salte al cargo que venía desempeñando Federica Mogherini desde noviembre de 2014: alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, una responsabilidad que algunos prefieren llamar la cancillería de Europa.

Le precede una buena reputación. Tiene en su haber algo que falta en la visión y pensamiento de los políticos de profesión: experiencia en la empresa privada. Esto, me parece, lejos de constituir un argumento para descalificarle, es lo contrario: le dota de recursos mentales para afrontar, por ejemplo, una de las tareas enormes que le aguardan en su inminente función, la de poner en movimiento una política que cierre la brecha digital que amenaza a Europa, frente al creciente poderío de Estados Unidos, China y Rusia en la materia.

En su hoja de vida, por encima de los datos más divulgados –que es ingeniero aeronáutico y economista; que tiene más de cuatro décadas comprometido con el PSOE; que ocupó distintos cargos durante los gobiernos de Felipe González; que fue diputado y presidente del Parlamento Europeo; que es coautor de Los cuentos y las cuentas de la independencia, libro que desmonta algunas de las mentiras más descaradas del separatismo catalán–, me parece pertinente destacar tres hechos que dibujan una posible sensibilidad: uno, es hijo y nieto de panaderos que trabajaron en Argentina; dos, en el verano de 1969 pasó unas semanas en un kibutz en Israel; y tres, que hace apenas unos meses, en junio, adquirió la nacionalidad argentina, como un simbólico reconocimiento a la nación que acogió y dio oportunidades a su padre y a su abuelo. Esto me impulsa a considerar que, en la arquitectura anímica de Borrell, las luchas de otros –por ejemplo, los padecimientos de los venezolanos– podrían ocupar una jerarquía destacada.

Europa vive momentos de tensión extraordinarios. Basta listar las peligrosas irradiaciones del brexit, la candente cuestión de la ausencia de una política comunitaria ante los inmigrantes, la amenaza desatada por la administración Trump y sus guerras comerciales, y la dificultad que representa lidiar con la diplomacia delincuente de Putin, para entender que al canciller le esperan días tormentosos. En un artículo titulado “Por un relanzamiento europeo”, publicado en mayo, Borrell escribía: “Europa debe aprender a actuar con una lógica de potencia y responder con medidas proporcionales a decisiones unilaterales agresivas, vengan de donde vengan, y dotarnos de instrumentos comunes para proteger nuestra seguridad y democracia”.

No sabemos qué lugar ocupará la debacle venezolana en la agenda de la nueva cancillería europea. Dirigentes políticos de la oposición democrática venezolana han saludado el nombramiento porque suponen que el caso Venezuela saldrá del lugar al que lo confinó la señora Mogherini: sección-de-irremediables-a-los-que-mejor-es- dar-largas. El reciente viaje de Borrell a la fronteriza ciudad de Cúcuta, Colombia, donde pudo constatar las realidades de verdadero horror que han padecido los venezolanos que huyen del régimen, ha avivado las ilusiones de un Borrell que, además de protagonizar la donación de 50 millones de euros para asistir a los refugiados, dé un giro significativo a la que ha sido su posición como representante y vocero del gobierno en funciones de Pedro Sánchez.

Entre declaración y declaración, siempre con tono autosuficiente, Borrell ha sido el pie en la puerta que ha impedido el cierre de la Europa democrática a Maduro. En junio, después de reunirse con Jorge Arreaza, el mitómano “canciller” del poder usurpador de Maduro, declaró que la posición consistía en lograr elecciones presidenciales “a la mayor brevedad posible”. Han transcurrido cuatro largos meses desde entonces, y no hay señal alguna, ni siquiera remota, de tal posibilidad. Los representantes del usurpador rompieron las negociaciones organizadas por Noruega y las anunciadas sanciones que se activarían de inmediato, si eso sucedía, continúan dormidas.

Mientras tanto, los venezolanos mueren de hambre o enfermedad. Menguan: pierden peso, cierran las empresas, la vida es devastada por la hiperinflación. Huyen masivamente a los países vecinos –somos más de 4 millones los que hemos sido obligados a huir–, la mayoría de las veces en condiciones desesperadas. Cabe preguntar al señor Borrell si existe una comprensión sensible en el gobierno de España de lo que significa, por ejemplo, que el usurpador disponga de una unidad de exterminio, FAES, que sumada a paramilitares y bandas armadas han asesinado –ejecuciones extrajudiciales– a más de 7.000 personas. Cabe preguntar si el canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, le advirtió a Borrell de lo que está ocurriendo con el relanzamiento de la narcoguerrilla y el auge del narcotráfico, todo ello bajo el aliento y la protección del régimen de Maduro. Cabe preguntar si la supuesta solución a través del mecanismo del diálogo no ha demostrado ya su absoluta inviabilidad, hasta adquirir las proporciones de dogmatismo ajeno a lo real, y si ese dogmatismo solo sirve a Maduro y el grupo de delincuentes que lo rodea.

Dicen los expertos que existe una tendencia no escrita en la diplomacia europea con respecto a América Latina: seguir las directrices de España, país que tendría la mejor comprensión de lo que ocurre del otro lado del Atlántico. Cabe preguntar, además, si en la posición del canciller concurren otros ingredientes, como la presión de Iglesias y Errejón al gobierno, o su credo de lo multipolar, que lo obliga a diferenciarse de Trump, principal promotor de la política de sanciones contra los usurpadores. La pregunta que cabe hacerse: ¿el Borrell de la Cancillería de España, con su pie atajándole la puerta a Maduro, seguirá siendo el mismo, ahora en sus funciones europeas? ¿Sacará Borrell, de una vez por todas, el pie de la puerta?

Miguel H Otero
@miguelhotero

LEANDRO AREA PEREIRA: 20 AFORISMOS SOBRE LOS AFORISMOS

• Los aforismos viajan y a veces hacen nidos.

• Ay de aquel aforismo que no se encuentre a sí mismo.

• Un aforismo es una puerta que persigue una llave.

• Una llave no es un aforismo que persigue una puerta.

•  El aforismo perfecto es el que recuerdas al mirarte al espejo.

•. Los aforismos no se hicieron para la memoria sino para el deslumbramiento.

•  En el Gran Libro de los Aforismos se guardan los errores y las advertencias de la tribu.

•  Hay aforismos para casi todos los pecados y para casi todos los perdones.

•  Un aforismo es un techo sin casa.

•  Un aforismo enseña lo que lo obvio calla.

•  Los aforismos poseen la rara virtud de no perseguir a nadie.

•  No es en el tacto o en el olfato, ni en el oído ni en la vista, ni en el  gusto ni en el disgusto. El mejor territorio para que provoque su efecto un aforismo es el de la digestión.

•  Un aforismo casi siempre se escribe para otorgarle diapasón y propósito a un lector solitario.

•  Los aforismos no son de naturaleza apasionada, más bien calmos como una saeta.

•  Un aforismo es la propina que nos deja algún desconocido.

•  Busco el aforismo perfecto y me pierdo.

•. No he leído aún un aforismo que no atesore un bien humilde y próspero.

•  Los aforismos no se leen, nos leen.

•  Los aforismos son nubes pasajeras que descansan sobre árboles frondosos.

•  ¿Habrá alguien en el Zulia que se llame Aforismo?
Leandro Area
leandro.area@gmail.com
@leandroarea
http://leandroareaopina.blogspot.com/

NR: Un aforismo es, según nos dice la RAE, una sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte. Del latín aphorismus, y este del griego ?φορισμ?ς (definir), un aforismo es una declaración breve que pretende expresar un principio de una manera concisa, coherente y en apariencia cerrada.

ENRIQUE CONTRERAS RAMÍREZ: LOS CONFLICTOS DE AMÉRICA LATINA, BAJO EL CONTROL DEL IMPERIO DEL CAPITAL

Inventaron la derecha, pero tambien la izquierda, para dividir la población, provocar la violencia horizontal y de esta manera saquear las riquezas naturales de nuestros pueblos, con nuevos distractores, donde los más humildes ponen los muertos. 

Las informaciones que se encuentran llenando los noticieros de los diferentes medios informativos, acerca de las múltiples protestas que se están dando en éste nuestro continente Abya Yala, suelen aparecer - en ese mundo de las apariencias- como una lucha de dos sectores irreconciliables entre una derecha al servicio del llamado neoliberalismo ANGLO/AMERICANO capitalista y una izquierda que quiere y aspira a un gobierno socialista AL SERVICIO DE RUSOS Y CHINOS, tan neoliberales como los propios americanos. 

Desentrañar esta realidad es necesaria, para poder comprender el paradigma globalizador, el mismo se encuentra ahogando a la población más humilde del planeta y particularmente América Latina, donde se están promoviendo conflictos que la doctrina militar del gran capital origina, como distractor esencial para desatar una violencia horizontal de pueblo contra pueblo, que haga catarsis ante la crisis, en un proceso alienante donde la inmensa mayoría por la desinformación imperante, no puede capturar semejante jugada, de quienes quieren adueñarse del planeta. 

 Michel Chossudovsky, en su artículo titulado: “Globalistas y élites controlan los movimientos populares” plantea lo siguiente: “Es en el interés de las élites corporativas de aceptar la disidencia y la protesta como una característica del sistema en la medida en que no pongan en peligro el orden social establecido. El propósito no es reprimir la disidencia, sino, por el contrario, dar forma y moldear el movimiento de protesta, para establecer los límites de la disidencia. Para mantener su legitimidad, las élites económicas favorecen formas de oposición limitadas y controladas, con el fin de prevenir el desarrollo de formas radicales de protesta, lo que podría sacudir los cimientos mismos y las instituciones del capitalismo global. En otras palabras, “la fabricación de disidencia” actúa como una “válvula de seguridad”, que protege y sostiene el Nuevo Orden Mundial. Para ser eficaz, sin embargo, el proceso de “fabricación de disidencia” debe ser cuidadosamente regulado y supervisado por los que son objeto del movimiento de protesta”. 

LA OSCURIDAD DE LA GLOBALIZACIÓN 

Desde 1945, terminada la segunda guerra mundial, americanos, ingleses y soviéticos decidieron repartirse el mundo, en el llamado Acuerdo de Yalta, allí comienza la guerra fría, guerra fría que se plantea la recolonización del planeta, para adueñarse de sus recursos naturales y que ha dado origen al Estado Mundo, donde se niega la existencia en la práctica de los Estados Nación. Es el mundo globalizado donde el neoliberalismo está desatando sus políticas más crueles, pues en ese reacomodo de la economía mundial se sacrifica a las naciones subdesarrolladas y donde sus recursos naturales son saqueados por los grandes conglomerados bajo una nueva figura “jurídica” denominada empresas mixtas. Venezuela es un claro ejemplo de lo que estamos afirmando. 

A estas alturas de nuestra historia, el tiempo ha dado la razón, a quienes veníamos manifestando que el llamado socialismo real, en nada se diferenciaba del modelo capitalista, pues los intereses de clase y la relaciones de poder de quienes gobiernan en ambos sistemas, no tenían ni tienen diferencias cualitativas en la forma de distribuir la riqueza social, pues quienes ejercen el poder manifiestan de manera descarada sus ambiciones por el dinero, por sus recursos naturales de la nación, riqueza que pertenece a los pueblos, que hoy sufren y padecen las arbitrariedades y las injusticias de las clases dominantes de ambos modelos al servicio de el gran capital. 

Estamos en presencia de la fusión del capital financiero con el capital industrial para formar conglomerados, que se apropian de los procesos productivos y del mercado, obteniendo un monopolio absoluto de la economía del planeta, donde el capital privado de rusos, chinos, ingleses, norteamericanos –para nombrar algunos- se han fusionado y superar el concepto empresarial de trasnacionales y formar los grandes conglomerados y de esta manera controlar las economías de todos los países del planeta. 

 Es un nuevo modelo de dominación técnico-científico, cultural, ideológico, político, jurídico, militar y económico, somete a los pueblos del mundo especialmente a los subdesarrollados, a mantener sus economías maltrechas, endeudadas y sin las posibilidades mínimas de encontrar salidas dentro de éste “paradigma del desarrollo”, trayendo como consecuencia más hambre y miseria, mayor desnutrición en la población más joven, sobre todo en los sectores infantiles, menos posibilidades de empleo, vivienda, educación, salud, vestido, con una deuda externa en los países subdesarrollados que cada hora que pasa aumenta en montos que definitivamente la hacen impagable y que obliga a los pueblos a “vivir” en la más oscura e indigna pobreza, borrando de esta manera todo vestigio de una vida digna para las naciones. 

Ese nuevo reordenamiento del mundo a través de la llamada globalización, sigue requiriendo de la energía petrolera, del gas, carbón, thorium, coltan, cobre, aluminio oro, hierro y otros minerales para seguirse expandiendo en sus planes de dominación y reproducir la acumulación del capital de manera acelerada además de proponerse la recolonización del planeta. Es un nuevo escenario mundial, por un lado el reordenamiento de la economía y por el otro una ciencia y una tecnología que no solo incide de manera determinante y excluyente en el proceso productivo y en el modo de producción, sino que se utiliza también en los medios de comunicación para manipular, domesticar, alienar y colonizar los pueblos en nombre de la libertad. 

La guerra que hoy hace el gran capital a los pueblos a través de esa violencia horizontal que promueve, sin que las inmensas mayorías de pobres se dé cuenta, es para sembrar inestabilidad política controlada, supervisada y dirigida, que sirve de gran distractor, para evitar que los pueblos puedan concientizar el enorme daño que los grandes conglomerados le ocasionan a las naciones, saqueando sus recursos, asesinando a los pueblos, encarcelando y torturando para sembrar el terror dentro de una conflictividad difusa, donde las muchedumbres se dividen y se confrontan, creyendo que esa lucha está contribuyendo al proceso emancipador que con urgencia reclaman las naciones. 

Hoy, la posición visionaria de Bolívar y de Simón Rodríguez está presente y cada día que pasa se hace más actual. Sólo se logrará la emancipación si nuestro continente Abya Yala marcha junto, enarbolando la bandera de la soberanía e independencia, lejos de las ideologías y los modelos de sociedad que promueve el imperio del capital, donde los grandes conglomerados de rusos, chinos, norteamericanos, ingleses –entre otros- quieren someter a nuestros pueblos en alianza con esa izquierda y esa derecha que inventaron, para mantenernos divididos y poder dominar a nuestras naciones. 

Razón tenía nuestro Simón Rodríguez al plantearse “¿dónde iremos a buscar modelos? Su respuesta fue contundente: “La América Española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos”. En otros términos, frente al capitalismo y el llamado socialismo, tenemos que buscar nuestro propio camino, nuestro propio modelo, nuestra propia invención. 

Se trata de encontrar un camino propio que hasta el momento, ha sido imposible, producto de que los grandes conglomerados impulsadores de un mundo globalizado ha encontrado gobiernos a los cuales se les puede poner precio, pues son gobiernos corruptos y complacientes con los intereses del gran capital y donde entregan los recursos naturales a cambio de que los dejen en el poder. El caso venezolano es fiel exponente de estos escenarios que sacuden la economía de nuestro país y daña enormemente a la familia venezolana, en nombre de un socialismo que sólo ha servido para empobrecer –más de lo que estaba- en el llamado puntofijismo y con una oposición celestina que también entra en el negocio de la corrupción, la entrega y la traición. 

Enrique Contreras Ramirez
Enriquecontreras51@gmail.com 
@enriqcontrerasr 

GABRIEL BORAGINA: LA ESCUELA AUSTRÍACA DE ECONOMÍA (9° PARTE)

"La intrincada organización del capital para producir distintos bienes de consumo es gobernada por el sistema de precios (price signals) y el cuidadoso cálculo económico que hacen los inversores. Si se distorsiona el sistema de precios, los inversores cometerán errores en la organización de los bienes de capital. Una vez que el error se hace manifiesto, los agentes económicos reordenarán sus inversiones, pero en el ínterin se habrán perdido recursos muy valiosos [9]"[1]

Es lo que se ha llamado despilfarro de capital, porque al intervenir en el mercado a través de diferentes mecanismos el gobierno altera los indicadores económicos. Uno de esos medios de interferir en el mercado es la inflación, pero no es el único. Hay otras injerencias, como la fijación de precios políticos a bienes (entre los cuales está la moneda) y servicios. Los errores vendrán dados porque los inversores calcularán sobre precios previamente falseados.  En otros términos, sobre precios políticos y no de mercado. De alguna manera, cabria incluir en términos generales aquellos precios (que son resultado de distorsiones creadas por la inflación) dentro de la categoría de precios políticos de momento que la inflación sólo puede ser generada políticamente. Si bien los tradicionales precios políticos son los máximos y mínimos, por medio de los cuales los gobiernos pretenden fijar deliberadamente nuevos sistemas de precios, la inflación al distorsionar los precios de mercado produce un efecto similar, a veces involuntario por parte del funcionario a cargo de la máquina de imprimir dinero, otras veces voluntario. Pero si nos atenemos a los resultados, los precios resueltamente siempre sufrirán distorsión por motivos de origen político.

"Proposición 10: Las instituciones sociales suelen ser el resultado de la acción humana, pero no del designio humano. Muchas de las instituciones y de las prácticas sociales más importantes no son el resultado del diseño directo sino que son un subproducto de acciones que se realizaron para alcanzar otros fines. Un estudiante en el Medio Oeste (Midwest) de los Estados Unidos, que intenta llegar rápido a clase durante el mes de enero (invierno boreal), a fin de evitar el frío decide tomar un atajo a través de un jardín en lugar de seguir el camino más largo alrededor del mismo. Al haber acortado su trayecto caminando por el jardín, el estudiante ha dejado algunas huellas en la nieve; en la medida en que otros estudiantes sigan estas huellas, harán que las marcas en el camino queden cada vez más definidas. Aunque el objetivo de cada uno de estos estudiantes es simplemente llegar a clase tan pronto como sea posible, y evitar así las frías temperaturas, en el proceso han creado un sendero en la nieve que, de hecho, sirve a otros estudiantes, que arribarán más tarde, para alcanzar su objetivo más fácilmente. La historia del “sendero en la nieve” viene a ser un ejemplo gráfico de lo que es un “producto de la acción humana, que no es resultado del designio humano” (Hayek, 1948, p. 7)."[2]

El propósito no fue crear un camino, sino llegar más rápido al lugar de destino. De la misma manera y siguiendo lo que dijimos antes, cuando los gobiernos emiten moneda, muchas veces su intención no es causar inflación, sino que, vía de doctrinas económicas erróneas y creyendo que el dinero es riqueza en sí mismo, quieren dotar a la gente de mayor poder de compra, cuando en realidad están ocasionando el efecto inverso. Este fenómeno que también se denomina de las consecuencias no intentadas o no queridas, sucede en muchos ámbitos de la vida, no sólo en el económico como ese ejemplo de la cita comentada lo ilustra bien.

Friedrich A. von Hayek ha trabajado mucho sobre esta idea y la ciencia económica le debe grandiosas contribuciones. Pero su precursor fue -sin lugar a dudas- Adam Smith, quien ya en 1776 introduce la teoría en su obra magna "La riqueza a de las naciones" a través de su célebre metáfora (tantas veces tan malinterpretada) de "la mano invisible". Por ella, no es la beneficencia lo que anima a la gente a intercambiar sus productos con los de otras personas, sino que lo son motivaciones egoístas, entendido este término como de interés propio, y no con el sentido estrecho que normalmente se le da. En el caso, no está en el designio de los hombres trabajar y producir para beneficiar a otros, por ejemplo, el objetivo primordial del empleado en su empleo no es laborar para favorecer a su patrón, sino hacerlo para recibir una paga por ello. Y a la inversa, muchas veces la solidaridad en lugar de ayudar a su destinatario lo perjudica.

Pero las injerencias estatales en el perímetro de la economía son los ejemplos más claros donde ello sucede. Así, el llamado "estado de bienestar" o "benefactor" está inspirado en la proposición de que el gobierno debe dotar a la gente de recursos para su felicidad y abundancia.

"La economía de mercado y su sistema de precios son ejemplos de un proceso similar. Las personas no se proponen crear el complejo entramado de intercambios y señales de precios que constituyen una moderna economía de mercado. Su intención, simplemente, es mejorar la propia situación vital, pero sin embargo su comportamiento da como resultado el sistema de mercado. El dinero, el derecho, el lenguaje, la ciencia, entre otros, constituyen fenómenos sociales cuyo origen no obedece al designio humano, sino a las personas que se esfuerzan en lograr su propio progreso, y que durante ese proceso generan un resultado que beneficia al todo social [10] "[3]

Este es -como también ha explicado F. v. Hayek- un mecanismo espontáneo o -en sus propias palabras- un orden espontáneo, expresión que, a primera vista, resultaría contradictoria pero que, sin embargo, lejos está de serlo como la menor experiencia puede comprobar. Por ejemplo, "El dinero, el derecho, el lenguaje, la ciencia" y otras instituciones sociales no fueron fruto de la premeditada decisión, ni de una persona, ni de un grupo de ellas, sino consecuencia de la acción humana, que, si bien indudablemente siempre es intencional en mira de resultados individuales, en sus consecuencias sociales no lo es.

[1] Peter J. Boettke. *Hacia una Robusta Antropología de la Economía**La Economía Austriaca en 10 Principios* Instituto Acton Argentina. Trad: Mario Šilar.

[2] Boettke, P. ibidem

[3] Boettke, P. ibidem

Gabriel S. Boragina 
gabriel.boragina@gmail.com 
@GBoragina