jueves, 16 de abril de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, VIERNES 17/04/2020

GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS, CADA FAMILIA UNA ESCUELA, AL COMPÁS DE LA CIENCIA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 18 minutos
Tatu, al igual que todos los niños finlandeses, desde su ingreso al primer nivel fue animado a desarrollar habilidades y compartir proyectos educativos con sus compañeros y maestros, con el uso de computadoras y digitalización, en ambientes confortables, arquitectónicamente de primer orden. Su pizarrón es una pantalla inteligente donde el maestro y los alumnos interactúan sobre temas seleccionados. Los libros son electrónicos. Ya en cuarto grado domina los idiomas finlandés e inglés, aprende alemán y en sexto grado comenzará a estudiar sueco. Sin diferencias de clase o género, todo... más »

CARLOS BLANCO, PODER Y POLÍTICA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 21 minutos
1.- En unos países la política pugna por regresar más rápido que en otros; pero, en general se ha entrado en una etapa contradictoria de vértigo y al mismo tiempo de animación suspendida. Los osos de la política pareciera que han entrado en el período de hibernación y afuera quedan manojos de nervios vivos, en esfuerzo de conectarse frenéticamente, con mercados, hospitales, farmacias, familia y amigos. 2.- El cierre del espacio público y el distanciamiento social han introducido esa especie de cese de la política, como debate y esfuerzo por derribar, conquistar, compartir o conserv... más »

TRINO MÁRQUEZ, RECUPERACIÓN ECONÓMICA CON ACUERDO POLÍTICO

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 24 minutos
El más reciente informe del Banco Mundial sobre la economía planetaria, The Economy in the Time of COVID-19, es alarmante. Los vaticinios señalan que durante 2020-21, el crecimiento descenderá en los países más avanzados. En el mismo sentido alertan el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano del Desarrollo, la Cepal y otros organismos internacionales encargados de analizar la marcha de la economía. Hay sectores que están siendo golpeados con especial ferocidad. La aviación, el comercio en sus distintas áreas, la publicidad, el turismo, la industria del emb... más »

JUAN GUERRERO, HISTORIA DE LOS DÍAS SIN PRISA, PAPELES DE AGUA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 31 minutos
Ahora cuando el mundo se ha detenido y muchos quisieran bajarse para vivir momentos más placenteros y normales, me acuerdo del Decamerón del Boccaccio (1313-1375) escrito en los años de la peste negra (bubónica) que arrasó Florencia y obligó a la población a vivir un encierro muy similar a este que ahora padecemos en el siglo XXI. Por aquellos tiempos del siglo XIV los temas que sirvieron para que Boccaccio armara sus historias fueron el vicio, la envidia, el mercantilismo de la época, la virtud, la alegría, el amor, e indudablemente el erotismo como fuerza de vida que movía y mu... más »

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, COVID-19:HACIA UNA ECONOMÍA DE NUEVA ESCUELA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 35 minutos
Es por demás conocido, que cada crisis de tipo económico induce cambios en la estructura del denominado Sistema Tecnoeconómico (STE); tal como el *”crash” 1929-33*, el * embargo petrolero de los 70* y la *crisis del 2008* (hecatombe del sector financiero) que condujo por vez primera en la historia hacia una *crisis global* que afectó tanto a las Bolsas de Valores como al Mercado de Activos, estimulado por la interrupción de la producción que indujo una *sobreoferta*, al igual que contracción de la liquidez que propició una *desaceleración económica*, al tiempo de una pronunciada ca... más »

JOSÉ L. ZAMBRANO P., RELATO DE UN POSIBLE CONTAGIADO, SAINETE EN CÁPSULAS,

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 43 minutos
No debo toser. Lo tengo prohibido. Todos me miran y están pendientes si de mi sale una ráfaga de quebrantos. Mi garganta se quema. Dolor insufrible. No me he sentido bien. Ya no sé si tengo calentura o solo lo imagino. ¿Será que sí está en mí? Terror irresistible. Pavor por ser uno más en la cuenta. No he sido irresponsable. Me cuido desde el primer día que inició esta alerta. Encerrado como un preso del mil pecados. Parezco un superhéroe enmascarado. Quién me hace el test. Enclaustrado en la casa y sin salvoconducto. Les diré que me siento realmente mal. Pero si es una simple grip... más »

GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS, CADA FAMILIA UNA ESCUELA, AL COMPÁS DE LA CIENCIA

Tatu, al igual que todos los niños finlandeses, desde su ingreso al primer nivel fue animado a desarrollar habilidades y compartir proyectos educativos con sus compañeros y maestros, con el uso de computadoras y digitalización, en ambientes confortables, arquitectónicamente de primer orden. Su pizarrón es una pantalla inteligente donde el maestro y los alumnos interactúan sobre temas seleccionados. Los libros son electrónicos. Ya en cuarto grado domina los idiomas finlandés e inglés, aprende alemán y en sexto grado comenzará a estudiar sueco.

Sin diferencias de clase o género, todos los niños de Finlandia reciben la misma educación gratuita de altísima calidad, guiados por maestros escogidos entre una élite de universitarios con títulos de postgrado, quienes gozan de un alto reconocimiento social y remunerativo, contribuyendo a que su país esté ahora en los primeros puestos a nivel mundial en materia educativa y en desarrollo nacional.

Tatu, al igual que otros 1.400 millones de niños alrededor del mundo, está hoy confinado en su hogar como medida preventiva contra el contagio por el virus SARS-Cov2, causante del Covid-19. En estos días sigue el curso desde su casa, usando el sólido entramado educativo presencial y digital construido como política de estado por los sucesivos gobiernos de diferente signo que han gobernado a Finlandia en los últimos 60 años.

Yuneisy, mientras tanto, es una niña venezolana que vive en uno de esos pueblos olvidados del interior, y que al igual que sus primos Yusmary y Deivi en Caracas, está también en reclusión doméstica. Ya antes de la crisis del coronavirus, Yuneisy asistía a clases en una escuelita destartalada donde los maestros, más por mística que por retribución monetaria, enseñan en condiciones precarias, con sueldos miserables que no llegan a US$ 6 (seis) mensuales (un reciente “bono de Semana Santa” por valor de Bs. 4.750, equivalente a US$ 0,03, tres centavos de dólar, agrede con otra humillación al gremio docente).

Sometida a un programa ampliado con apuro para la ocasión, bajo la prometedora denominación de “Cada familia una escuela”, Yuneisy, sus primos y compañeros de clase entienden que el confinamiento es necesario como protección contra el contagio, pero no se explican cómo van a seguir un programa docente completo por vía digital o aprendizaje a distancia, cuando en sus humildes casas no tienen internet, mucho menos teléfonos inteligentes y algunas veces ni televisor (el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos reveló que 63% de los venezolanos no cuenta con servicio de internet en el hogar), y aunque su vecina solidaria sí tiene conexión, ésta es muy lenta (apenas 2,83 Mbps en Venezuela para banda ancha, según Speedtest Global Index, el penúltimo lugar en un estudio de 141 países).

El programa también incluye clases por televisión. Pero Yuneisy vive en una zona donde la señal de los canales llega de forma intermitente, cuando hay electricidad, de manera que ella no puede cumplir a cabalidad con las tareas exigidas.

El programa “Cada familia una escuela” supone que en todos los hogares hay miembros de la familia con conocimientos y capacidad para acompañar el aprendizaje de los estudiantes. Yuneisy se pregunta cómo es que su mamá va a enseñarle cuando a duras penas terminó el 6º grado, al embarazarse de su padre, ese ausente en su vida. Sus primos al menos tienen unos padres bachilleres. El programa además supone que los docentes pueden convertirse de la noche a la mañana en profesores a distancia, sin haber sido entrenados en las herramientas de estas tecnologías, siempre bajo la política de improvisación que mueve al régimen en materia educativa: la de Eudomar Santos (“como vaya viniendo vamos viendo”) y la ideologización forzosa de los alumnos a todos los niveles.

María Eugenia Mosquera, directora de Vale TV, televisora dedicada por dos décadas a trasmitir programas educativos, nos señala que la televisión abierta no está diseñada para dar clases, pero se convierte en un referente esencial para niños y adolescentes, de ahí la importancia de los contenidos y la responsabilidad frente a las audiencias. Y añade que “dar clases por televisión requiere de una señal abierta (gratis) dedicada a ellos 24 horas al día, con una estructura de contenido académico que intente llegar al público más amplio y que sea adaptado por especialistas en televisión. Eso requiere tiempo, capacidades y dinero”… ninguno de los cuales parece estar disponible.

“El modelo educativo que estamos desarrollando es reflejo de la sociedad que queremos”, han clamado repetidamente desde Miraflores. Nunca mejor dicho: una sociedad de vasallos poco preparados y no de ciudadanos bien formados.

Gioconda San-Blas 
gsanblas@gmail.com>
http://giocondasanblas.blogspot.com 
@daVinci1412
Desde Miranda-Venezuela

CARLOS BLANCO, PODER Y POLÍTICA

1.- En unos países la política pugna por regresar más rápido que en otros; pero, en general se ha entrado en una etapa contradictoria de vértigo y al mismo tiempo de animación suspendida. Los osos de la política pareciera que han entrado en el período de hibernación y afuera quedan manojos de nervios vivos, en esfuerzo de conectarse frenéticamente, con mercados, hospitales, farmacias, familia y amigos.

2.- El cierre del espacio público y el distanciamiento social han introducido esa especie de cese de la política, como debate y esfuerzo por derribar, conquistar, compartir o conservar el poder. Se podría decir que las redes sociales son el gran sustituto de lo inmediatamente humano. Tal vez sea así, aunque por lo pronto más bien parecen estar hinchadas del desvarío por saber si sobreviviremos al apocalipsis.

3.- Hoy se ven cosas que no se han visto antes y seguramente varias de ellas se quedarán allí, instaladas como los miedos y las promesas de esta civilización en el siglo XXI. En Venezuela, sin embargo, las calles se niegan al vacío porque la necesidad puede más que el miedo. Cuando se ven avenidas y autopistas con automóviles y motocicletas en largas colas para la gasolina o mercados abarrotados o algunos centros de salud colapsados a la segunda potencia (ya estaban colapsados), se observa que la polis, la ciudad, ha cedido sus espacios a la necesidad rotunda.

4.- El espacio público no es el ágora del debate, de la demanda, la celebración o la protesta, sino el espacio en el cual se vuelca la carestía con su mueca de arrojo y miedo, simultáneamente. En realidad, allí no está la política sino el cimiento de una violencia básica que no disputa el poder y más bien lo sustituye. Hay un orden que pugna por imponerse (en las colas) y quien lo viola es el poder instituido, el régimen (sus policías, soldados, paramilitares, soplones y bandoleros).

5.- Pareciera que la política ha cesado. Solo quedan mensajes marginales por las redes que son como botellas lanzadas al mar con notas a ver si alguien en alguna playa las recoge. En los países con instituciones sólidas, el poder total impuesto en los dos primeros meses del covid-19 no puede contener la necesidad de volver a las calles, fábricas, colegios y espacios públicos en general; pero, en Venezuela, donde no hay nada que se parezca a un orden institucional, la calle se llena de temor y desafío, y el poder tiende a coparlo todo. No debe extrañar que Maduro quiera renovar el encierro cada 30 días; dirá, ya que nada se produce y nada se aprende, y nada se enseña y nada se cultiva, y no pasa nada, pues archivemos el país en el congelador hasta que toda amenaza ceda a la realidad del poder.

6.- En los países institucionalizados la polis renacerá de otra manera y la política también. Es posible que se haga mejor y con nuevos valores. Entre nosotros, no sabemos. Lo que depara la calle, sin debate y con rabia, es un enigma.

Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog
Desde Caracas-Venezuela

TRINO MÁRQUEZ, RECUPERACIÓN ECONÓMICA CON ACUERDO POLÍTICO

     El más reciente informe del Banco Mundial sobre la economía planetaria, The Economy in the Time of COVID-19, es alarmante. Los vaticinios señalan que durante 2020-21, el crecimiento descenderá en los países más avanzados. En el mismo sentido alertan el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano del Desarrollo, la Cepal y otros organismos internacionales encargados de analizar la marcha de la economía.

      Hay sectores que están siendo golpeados con especial ferocidad. La aviación, el comercio en sus distintas áreas, la publicidad, el turismo, la industria del embellecimiento, los restaurantes. Todas las cadenas vinculadas con esas actividades han sido trituradas por el Covid-19. Los oficios particulares también se han estremecido con la crisis. Taxistas, plomeros, albañiles, electricistas, jardineros y la mayoría de los trabajadores a destajo, formales o informales, han sido víctimas  del agente patógeno. 

      En los Estados Unidos, hasta el momento, se han perdido diecisiete millones de empleos. Las agencias especializadas proyectan que en las próximas semanas la cifra podría encaramarse en cincuenta millones. Una verdadera hecatombe. Peor que en el período 1929-1933. 

      En países como Alemania o Francia, el impacto será menor, pero igualmente será devastador. Las economías española e italiana, una de cuyas fuentes de ingreso fundamentales es el turismo, quedarán seriamente lesionadas por un tiempo. En general, Europa  sufrirá durante 2020 y parte de 2021, dependiendo de lo que suceda con el comportamiento del microorganismo y sus efectos en el futuro cercano. Angela Merkel calificó la actual situación como la más grave vivida por Alemania desde la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que esa nación no ha sido, ni de lejos, la más golpeada por el microorganismo. En el mismo sentido se pronunció Emmanuel Macron.

     En América Latina está ocurriendo otro tanto. Los pronósticos de los organismos regionales son en extremo preocupantes. En los países afectados por la crisis desencadenada por el Covid-19, será necesario que el Gobierno, las fuerzas políticas, los empresarios, los sindicatos y los núcleos organizados de la sociedad civil negocien para llegar acuerdos que permitan enfrentar la pandemia y sus devastadores efectos, y trazar programas factibles de recuperación.  

      El auxilio de los organismos internacionales llegará  a esas naciones en las cuales los pactos sean más sólidos y amplios. Donde los consensos se hayan construido con la participación de la mayoría de los actores decisivos. Por lo que se ve a través de los noticieros, reportajes y artículos de opinión, pareciera que entre los dirigentes existe clara conciencia de la necesidad de deponer actitudes sectarias en aras de alcanzar compromisos nacionales que hagan posible superar los escollos cuanto antes.

Si en Europa, los Estados Unidos y Latinoamérica  esa urgencia es perentoria, en Venezuela resulta todavía más urgente e inevitable. Aquí no será posible superar los baches sin un entendimiento entre Juan Guaidó y Nicolás Maduro. Entre la oposición que Guaidó representa, dentro y fuera del país, y el jefe del Psuv. Maduro es verdad que maneja el Ejecutivo y pulsa todos los resortes que el Gobierno controla. 

      Pero, para los actores internacionales que toman las decisiones cruciales, el ejercicio de ese poder es de facto. Carece de legitimidad de origen. Es antidemocrático. Intente lo que intente, Maduro no recibirá ayuda internacional en los volúmenes que requiere para reactivar la industria petrolera, recuperar el tendido eléctrico, atraer capitales extranjeros, reanimar la industria, la agricultura, el comercio y el turismo. 

      Puede ser que China le brinde algún apoyo marginal. Ya los asiáticos, por la manera como manejaron el brote del Covid-19,  tienen suficientes problemas con Occidente, y en particular con los Estados Unidos, para ahondar esas diferencias por su respaldo a Venezuela. El resto de los aliados internacionales de Maduro confrontan enormes dificultades domésticas y carecen del músculo financiero indispensable, para echarse encima a Venezuela. 

      Ya la situación de la economía nacional estaba comprometida antes de la aparición del Covid-19. Luego de la cuarenta, la distancia social y las medidas de precaución aplicadas para frenar la expansión del virus, el deterioro será peor. Algunas de las fuentes más confiables señalan que el PIB caerá 15%, en una economía que viene retrocediendo desde 2014. A finales de 2020 tendremos un aparato productivo aún más famélico, sin posibilidades de generar empleos productivos bien remunerados. La pobreza continuará en niveles estratosféricos.

       El acuerdo político que se requiere es para estabilizar el país. Retornarle la normalidad institucional.  Convocar unas elecciones que le confieran legitimidad al Presidente de la República. Maduro aspira permanecer en Miraflores al menos hasta el 10 de enero de 2025. En ese marco no puede darse ningún entendimiento tolerable para la oposición nacional e internacional, ni para los factores de poder decisivos. Maduro, aunque entiende la clave del problema, se niega a despejar la ecuación. Lamentable, porque el que se hunde es el país.

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Desde Miranda-Venezuela

JUAN GUERRERO, HISTORIA DE LOS DÍAS SIN PRISA, PAPELES DE AGUA


Ahora cuando el mundo se ha detenido y muchos quisieran bajarse para vivir momentos más placenteros y normales, me acuerdo del Decamerón del Boccaccio (1313-1375) escrito en los años de la peste negra (bubónica) que arrasó Florencia y obligó a la población a vivir un encierro muy similar a este que ahora padecemos en el siglo XXI.

  Por aquellos tiempos del siglo XIV los temas que sirvieron para que Boccaccio armara sus historias fueron el vicio, la envidia, el mercantilismo de la época, la virtud, la alegría, el amor, e indudablemente el erotismo como fuerza de vida que movía y mueve la humanidad.j

  En boca de sus personajes se mueven las historias contadas por siete mujeres y tres hombres, quienes se turnan para contarse sus experiencias en su encierro florentino. Como entonces, ahora leo diariamente por las redes sociales las pequeñas historias de cientos de anónimos (y no tan anónimos) quienes describen en su anormal cotidianidad sus experiencias de vida.

  De todas esas vivencias que forman la cotidianidad del aquí y el ahora resalta, a más de las continuas quejas y sufrimientos –muy dolorosos- la vida plana y fútil de quien, al verse confinado a las cuatro paredes de su encierro, le asombra y estremece encontrarse consigo mismo en ese espejo de darse cuenta de su pequeñez humana. Vidas que han estado funcionando de manera automática, en lo externo, sin darle mayor importancia a las cosas sencillas y simples de la existencia. Por eso les asusta encontrarse con su sombra, con su silencio y en su soledad.

  Porque antes como ahora la peste causa estragos, no tanto en la enfermedad como tal, sino en las posteriores consecuencias que trae la incertidumbre de sabernos seres humanos débiles en nuestra individualidad.

  Contrario a las reflexiones que hicieron los pensadores después de la II Guerra mundial, como Fromm, al indicar que sería el amor la fuerza que iba a motorizar la vida del hombre en el siglo XX, creo que para este nuevo tiempo son la solidaridad y la compasión los valores y principios que formarán parte del nuevo vocabulario en manos del liderazgo que deberá adecuarse a este nuevo ciudadano. Porque ha sido el aporte ciudadano en funciones sanitarias, de resguardo y en las emergencias la herramienta fundamental para hacer frente a la pandemia. Los líderes de todos los sectores y en todos los países, unos más que otros, se han visto desbordados, desplazados al indicar medidas paliativas y desgastadas, que se han traducido en miles de contagiados y muertos. Porque han asumido la peste desde una visión política de la situación, o en todo caso economicista al punto de leer locuras, como “Los abuelos deberían sacrificarse y dejarse morir para salvar la economía” Dan Patrick, vicepresidente del estado de Texas, EE.UU.

  La solidaridad como la compasión están siendo impulsados por los grupos humanitarios en todo el mundo, a través de organizaciones no gubernamentales. De ese trabajo quedará como aporte a la humanidad, una mayor empatía en los ciudadanos para sentirse acompañados, amparados. Las muestras de solidaridad, las expresiones de compasión con el semejante estremecen hasta las lágrimas y nos llevan a tener confianza en la humanidad, en los jóvenes en todo el mundo.

  Esta peste nos está haciendo en el día a día más compasivos y solidarios. Ahora existe una población más inspirada en la comprensión del mundo como una sola humanidad. El concepto divisionista impuesto, para entender al mundo como Occidente y Oriente, ha terminado. Progresivamente la integración de estas realidades se hará una sola y la humanidad se orientará a un tiempo de mayor elevación moral, ética y espiritual. 

  Así como en el Decamerón del Boccaccio, donde las historias que cuentan sus personajes conmueven y alegran la vida por su ingenio, fortaleza y el saberse afortunados por seguir vivos para amar y seguir adelante. La peste de este siglo nos sigue indicando que no queda otro camino para el ser humano que seguir su instinto de supervivencia, que vendrán, inevitablemente, cambios en todos los aspectos de la vida.

  El mundo de los próximos meses y años cambiará sustancialmente en sus relaciones humanas, políticas, económicas, estratégicas y hasta de visión religiosa. No podría afirmar que el liderazgo actual no sirve. Es que este nuevo escenario de un mundo definitivamente integrado, integral e integrador (no globalizado ni mundializado) de una sociedad que afirma su civilidad, exige líderes en todos sus órdenes capacitados y a la altura de este renovado miembro de la sociedad. Los grupos, los equipos de trabajo transdisciplinarios son ahora los llamados a construir ese nuevo orden social, humano, solidario y compasivo.

  Como en el Decamerón seguirá siendo la vida erótica –entendida como fuerza esencial de vida- junto con la solidaridad y la compasión, el impulso consciente que moverá al mundo en su infinito hacer, amar y vivir.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com 
@camilodeasis
Desde Caracas-Venezuela

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, COVID-19:HACIA UNA ECONOMÍA DE NUEVA ESCUELA

Es por demás conocido, que cada  crisis de tipo económico induce cambios en la estructura del denominado Sistema Tecnoeconómico (STE); tal como el *”crash” 1929-33*, el * embargo petrolero de los 70* y la *crisis del 2008* (hecatombe del sector financiero) que condujo por vez primera en la historia hacia una *crisis global* que afectó tanto a las Bolsas de Valores como al Mercado de Activos, estimulado por la interrupción de la producción que indujo una *sobreoferta*, al igual que contracción de la liquidez que propició una *desaceleración económica*, al tiempo de una pronunciada caída del comercio internacional ante el decrecimiento de las exportaciones. 

El hecho común en dichas crisis, fue la presencia de una fuerte *aversión a la incertidumbre* que afectó en simultáneo a los inversionistas y a los acreedores, al punto de  impulsar una *recesión* en razón a una  notoria *caída de la demanda privada* y de un sensible *aumento del desempleo* (humano y físico); que obligó a una intervención del Gobierno a través del *gasto  público* en pro de dinamizar economía mediante un *impulso a la demanda agregada*; en conjunto con otras acciones tal como una regulación de los mercados financieros, facilitar el crédito, reducir los impuestos y liberalización del comercio en sus distintas modalidades.

En la actualidad,  y con *empuje viral* , está presente a nivel mundial una *recesión global* que es difícil estimar en cuanto a su duración y profundidad, habida cuenta que  *China*,  está interrumpiendo su cadena de suministros (procesos inherentes a satisfacer necesidades de clientes) dirigido al mundo con una obvia intención soterrada ( inferimos) de perturbar la economía de *EEUU* que viene de transitar unos *130 meses consecutivos de crecimiento* (4 veces por encima de la media histórica), perfilando un crecimiento negativo de EEUU y de la Zona Euro, al tiempo que la misma China apenas alcanzará, suponemos de forma intencional, una sensible disminución de su PIB del sector servicios en cuanto a exportaciones. 

A tenor de lo expresado, la economía mundial pudiere crecer en 2020, si acaso, un *2,3%*(la tasa más baja en los 20 últimos años), en el marco de una *recesión global* de no tan larga duración; aún cuando el *89,94%* de los países experimentarán una contracción de los ingresos por persona y una caída del PIB global de un *2,8%* (Vs 2,1% en 2009); en el marco de un *desequilibrio económico* con una pronunciada reducción de la producción y el consumo. 

El *colapso del sistema financiero* (eje de la economía moderna), en conjunto con una *recesión agobiante* se traducirá, sin ningún tipo de dudas, en manifiestos cambios socioeconómicos al margen de la puesta en marcha de exitosas o no *politicas públicas* (monetaria y fiscal) y de iniciativas de los bancos centrales; que en todo caso abonará en favor de un sistemático ataque del *”mercado capitalista”* bajo un enfoque de un “necesario y urgente” *proteccionismo económico* que  será impulsado, con toda seguridad, por el *socialismo de corte académico* en su histórica  guerra silenciosa contra el *mundo occidental*, al extremo de hacer uso, posiblemente, de * armas biológicas*  como, p.ej.  el mortal *COVID-19*.

Jesús Alexis González
jagp611@gmail.com 
http//:www.pedagogiaeconomica.com
@JesusAlexis_Gon
Desde Miranda-Venzuela

JOSÉ L. ZAMBRANO P., RELATO DE UN POSIBLE CONTAGIADO, SAINETE EN CÁPSULAS,

No debo toser. Lo tengo prohibido. Todos me miran y están pendientes si de mi sale una ráfaga de quebrantos. Mi garganta se quema. Dolor insufrible. No me he sentido bien. Ya no sé si tengo calentura o solo lo imagino. ¿Será que sí está en mí? Terror irresistible. Pavor por ser uno más en la cuenta. No he sido irresponsable. Me cuido desde el primer día que inició esta alerta. Encerrado como un preso del mil pecados. Parezco un superhéroe enmascarado.

Quién me hace el test. Enclaustrado en la casa y sin salvoconducto. Les diré que me siento realmente mal. Pero si es una simple gripe. Si meramente me estoy dejando llevar por la paranoia. Es que eso soy. Una consecuencia de esta detestable realidad. Casi un demente que no puede socializar. Cuánto durará esta locura sanitaria.

Cómo extraño la normalidad. Estrecharle la mano a un amigo o no usar mascarilla en la calle. Me siento un autómata. Un ser casi sin pensamientos. Todos iguales a mí, con rostros tapados. Una moda de camuflaje social. De erigir barreras para no dañar al prójimo.

Hoy ha muerto un amigo y tengo un tío que salió positivo. No lo mencionan en las noticias y las cifras me parecen minúsculas. La debilidad me corroe. ¿Seré yo otro más en las cifras? Respiro agitado. Serán los nervios. Siento asfixia y me duelen hasta los huesos. Pero la orden es no salir. Permanecer si tacto, olvidarnos de los conocidos y la familia no existe. Somos unos lisiados. Estancados en el tiempo. Por el bien de todos.

Dicen que serán pocos meses. Quizá tres o cuatro. Me río ahora de mis preocupaciones antiguas. El planeta se quebraría por la guerra entre naciones. Que un botón acabaría con la humanidad. La era nuclear sería el fin. Pero en este momento sí parece ir todo mal. La economía no se recuperará en todo caso. Ni que salgan los patéticos del poder. El instante perfecto para darle tregua a sus andanzas. Evitar el desplome inconmensurable. Eso poco importa. La vida es la esencia.

Los países que dicen ser los industrializados muestran sus debilidades. Una pesadilla a las sombras de la verdad. Ceñidos a la extrañeza. Nadie estaba preparado para una pandemia. Para un padecimiento recién estrenado. De nada sirve estar armado hasta los dientes o tener una salud impecable. La fuerza la tiene un ser minúsculo. De llegar va a tomar a tu organismo por asalto.

Vemos con estupor como los continentes son burlados por un microbio. Escondido en un viaje clandestino. En la salpicadura de un estornudo. Un enorme soplo de desconcierto. Una enseñanza para tener indulgencia. Comprender que el reloj no tiene pausas, pues el tiempo no posee interruptores. El almanaque va a envejecer. Solo hay que esperar.

Esto es un juego simple de toma de conciencia. Por mi descuido podrían morir muchos. Por un desentendido se contagió un país casi completo. Los pueblos con las manos en la cabeza. Azorados, confundidos, andando a tientas. Es para cualquiera. Anacronismos sucesivos. Pero tan cierto como complejo.

Esta enfermedad no tabula los bolsillos de la gente. Da igual si eres famoso o tienes una casa en Los Ángeles. O apenas ganas para sobrevivir. No existe antídoto. Igual puedes contraer el virus. No hay otra manera que la prevención.

Cuando me asomo a la vida pública siento los pálpitos de un mundo devastado. Afuera todos parecemos médicos. Ataviados con mascarillas y guantes. Como dispuestos a emprender una acción quirúrgica. La operación por la vida. Luchar contra un enemigo invisible. Quizá también contra nuestra propia tozudez.

Algunos estiman que vivimos un trocito de apocalipsis; del final de los tiempos. No lo creo. Pero sí es una prueba. De predicciones inciertas. Entendimos que no estamos preparados para algo similar. El ingenio muestra su cara más triste, tan árido como precario. La mente es hueca ante la presión. Los científicos palidecen como víctimas de su propio compromiso. Petrificados en su ajustado ecosistema de fórmulas y argumentos toscos. Se hunden las posibilidades. Las ecuaciones se esfuman.

Me siento realmente mal. Volví a toser. No contengo el tórax y quiero estar acostado. Convencido sí estoy de que, de tener este virus, mi mejor actitud es cuidar a los demás. Un poco de humanismo me sentaría bien. Entender que no solo soy yo. Que no existe una medicina de recuperación. Debo tomarme una cucharada diaria de paciencia.

No es fácil tragarse el cuento del chino indigesto y su comilona de murciélago. Los animales no se contagian con este mal. También se rumora que fue un erudito norteamericano que trabajó ese virus para el Gobierno chino. En este minuto poco importa. Ya lo resolverán los implicados. Hoy solo debo aislarme y constatar que no sea un pobre resfriado.

José Luis Zambrano Padauy
zambranopadauy@hotmail.com
@Joseluis5571
Ex director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”
Desde Zulia, Veneuela