viernes, 29 de noviembre de 2019

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, SÁBADO 30/11/2019

SOLEDAD MORILLO BELLOSO: ¿QUÉ ES LA CALLE?

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 7 minutos
La calle es la vía de tierra y asfalto. Pero también es la acera y la plaza, el parque, la oficina y la tienda, el café, el botiquín y la arepera, el hospital y el ambulatorio, la universidad, el laboratorio y la cancha deportiva, la sala, el cuarto y el pasillo de la vivienda; es el sindicato y el gremio, la barbería y la peluquería, la farmacia, la verdulería, la panadería y el mercado. Calle es el partido político y la ONG. Calle es la iglesia y el rezo de viernes, sábado o domingo. Es el autobús, el metro, el taxi y el por puesto. Es la televisión, la radio y el chat de WhatsAp... más »

SJ. LUIS UGALDE: RICOS Y POBRES

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 13 minutos
Evo Morales y cualquier empresario neoliberal de Chile coinciden en algo fundamental: ambos piensan que su éxito es el éxito para todo el país y debe perpetuarse. Sin duda la presidencia de Evo en los primeros años tuvo notables logros socioeconómicos y políticos. Bolivia y su mundo indígena mejoraron, lo que llevó a Evo y a su equipo a buscar la perpetuación en el poder, violando la expresa voluntad de la mayoría. Chile llegó a la salida del dictador Pinochet con una economía en auge. Por eso hasta los socialistas hicieron una transición política respetando la economía neoliber... más »

EDUARDO FERNÁNDEZ: LA MISIÓN

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 20 minutos
Ha llegado la hora de hacer prevalecer la unidad nacional con un programa de paz, de justicia, de reconciliación, de progreso, de bienestar y de felicidad. ¿Cuál será la misión de los cristianos frente a la dolorosa realidad de Venezuela hoy? El evangelio lo dice muy claro: “..Jesús designó a setenta y dos discípulos y los mandó a los pueblos diciéndoles: -Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias. Cuando entren en una casa digan: Que la paz reine en esta casa. Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios-” (Lc10, 1-1... más »

BEATRIZ DE MAJO: LA GRAN CONVERSACIÓN NACIONAL, COLOMBIA EN CÁPSULAS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 29 minutos
Hasta marzo del año que viene durarían las tratativas que el presidente Iván Duque ha propuesto a su país a través de los líderes regionales y las que formalmente ya arrancaron en manos de Diego Molano. Las bautizó de la “Gran Conversación Nacional”. Hizo falta que el país se desacomodara como consecuencia de la violencia deliberadamente engendrada durante los días del paro nacional para que el presidente asumiera que es la acumulación de insatisfacción lo que está produciendo los reclamos de la sociedad colombiana. Pero no fue con frontalidad ni con pro-actividad que Duque abord... más »

JUAN RAMÓN RALLO: ¿ATRAE EL ESTADO DE BIENESTAR A LOS INMIGRANTES?, DESDE ESPAÑA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 37 minutos
Durante los últimos días, algunos miembros de Vox han cargado contra la inmigración legal (no ya contra la ilegal, sino contra la legalmente instalada en nuestro país) sugiriendo que esta abusa sobreproporcionalmente de las prestaciones sociales otorgadas por el Estado español. En cierto modo, se pretende trasladar la visión de que gran parte de los extranjeros se instalan legalmente en nuestro país no para cooperar con nosotros sino para parasitarnos: no vienen a trabajar honradamente o incluso a crear empresas sino a mamar de la teta del contribuyente nacional. Ahora bien, ¿qué e... más »

JULIO ESCALONA: ¿DÍA DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO?

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 46 minutos
En la ANC conversé con Diosdado sobre este tema y su comprensión lo llevó a no hablar del 21/N como día del estudiante universitario. VTV invitó para la celebración del 21/N como Día del Estudiante. Pero en el acto se celebró el ¡Día del estudiante universitario! Estuvo invitada la Federación de Estudiantes de Educación Media, pero lo relevante fue la educación superior. El 21/N, día del estudiante, es clave para nuestra historia. Sin él, los hechos que se encadenaron conduciendo al golpe del 1° de enero, a la eclosión popular que le sigue y de ahí al 23 de enero, ¿se hubiesen dado?... más »


SOLEDAD MORILLO BELLOSO: ¿QUÉ ES LA CALLE?

La calle es la vía de tierra y asfalto. Pero también es la acera y la plaza, el parque, la oficina y la tienda, el café, el botiquín y la arepera, el hospital y el ambulatorio, la universidad, el laboratorio y la cancha deportiva, la sala, el cuarto y el pasillo de la vivienda; es el sindicato y el gremio, la barbería y la peluquería, la farmacia, la verdulería, la panadería y el mercado.

Calle es el partido político y la ONG. Calle es la iglesia y el rezo de viernes, sábado o domingo. Es el autobús, el metro, el taxi y el por puesto. Es la televisión, la radio y el chat de WhatsApp. Es la cámara y el micrófono. Es el periódico, la revista, la página web y el blog. Es la información, el análisis y la opinión. Es la noticia veraz, el reportaje y la entrevista. Es el Twitter, el YouTube y el Instagram.

La calle es la marcha bajo el sol o la lluvia, las cacerolas que suenan en esquinas y ventanas, la bandera puesta de cabeza. Es el hablar, el escuchar, el escribir y el leer. Es el asunto permanente de discutir, debatir, exigir, reclamar, retar. Es el no conformarse, no aceptar domesticación de nadie, no dejarse ningunear. Calle es cuestionar al poder que se cree por encima. Es votar para elegir y no meramente simular. La calle es la ciudadanía que no se arrodilla ante nadie, sea vestido de civil, de uniforme o de sotana.

La calle es el estudiante que cuestiona al profesor y lo inunda de chorros de por qué. La calle es el periodista que indaga sin cesar aún a riesgo que lo persigan. Calle es el intelectual que se plantea dudas, baja a tierra y busca respuestas. Calle es el profesional de la salud que exige para sus pacientes, el maestro que grita por sus alumnos. Calle es el que no calla así haya tenido que migrar y allá donde está le pone voz al dolor de los que quedaron en su país.

No existe democracia sin calle, tanto como no existe nación sin ciudadanos. Una democracia sana tiene calle, mucha calle. Tiene calle que obliga al que se cree superior a escuchar, a atender. La calle es el contacto con la realidad, con la verdad, con la vida, con la demanda de respeto a los derechos y la enseñanza de la importancia de los deberes. La calle es libertad.

Todo eso es la calle. Y mucho, mucho más. La calle no es silencio. Nunca. Y a veces, sí, es "sangre, sudor y lágrimas". Pero también es triunfo. Es "dejar de llorarse las mentiras y pasar a cantarse las verdades".

Soledad Morillo Belloso 
soledadmorillobelloso@gmail.com
@solmorillob

SJ. LUIS UGALDE: RICOS Y POBRES

Evo Morales y cualquier empresario neoliberal de Chile coinciden en algo fundamental: ambos piensan que su éxito es el éxito para todo el país y debe perpetuarse.  Sin duda la presidencia de Evo en los primeros años tuvo notables logros socioeconómicos y políticos. Bolivia y su mundo indígena mejoraron, lo que  llevó a Evo y a su equipo a buscar la perpetuación en el poder, violando la expresa voluntad de la mayoría. Chile llegó a la salida del dictador Pinochet con una economía en auge. Por eso hasta los socialistas  hicieron una transición política respetando la economía neoliberal y la Constitución que restringía las lógicas aspiraciones sociales de la población. Todo razonable excepto la perpetuación de esas restricciones.

Evo creía que su presidencia debía prolongarse por el bien de su pueblo y el neoliberal piensa que basta seguir las divinas leyes del mercado para que la prosperidad llegue a todos. Con ello unos y otros suplantan el sentir y el malestar del resto de la población y van acumulando un combustible  en espera  de una chispa  para prender  incendios indetenibles.

Vivimos en un mundo marcado por la revolución de las expectativas que unifica las aspiraciones de ricos y pobres; revolución contagiosa y general que lleva a aspirar al cambio político y a la alternancia democrática, mientras que todo presidente “revolucionario” se aferra al poder con el deseo de perpetuarse en nombre del pueblo: inevitable el choque entre el deseo de cambio y la voluntad de eternizarse en el poder. En lo económico-social la revolución de las expectativas lleva a nivelar las aspiraciones del más pobre con las del rico. Podrá restringirlas temporalmente, pero no renunciar a ellas para sí o para sus hijos. En la sociedad estamental  la pertenencia a cada clase venía con las aspiraciones reducidas: se transmitía, enseñaba, aceptaba y parecía lógico que unos tuvieran más y otros menos, de acuerdo a su estamento.

Chile es una sociedad moderna, camino de la prosperidad con todas las expectativas desatadas y no acepta la fría prédica neoliberal de que con las prósperas cuentas de su empresa toda la sociedad tiene que estar feliz y agradecida esperando que el incremento macroeconómico se desborde y  por “derrame” lleva la satisfacción hasta  los más pobres. Lo que ciertamente no es así. Una sociedad democrática se cimienta sobre un pacto social con el objetivo de desarrollar  juntos acciones que beneficien a toda la sociedad. La sociedad d que surge del pacto democrático necesita dos alas para volar: la exitosa producción económica y el bienestar, que están relacionados pero no son sinónimos. Hasta ahora en el mundo los hechos demuestran  que la economía capitalista  de libre mercado es superior a todas las demás. Pero ella no es igualadora sino diferenciadora: gana más, prospera más, el que más riqueza produce, más tecnología inventa, más poder tiene en el mercado. Con solo esa ala la sociedad no puede levantar vuelo y termina en unas diferencias crecientes que  incrementan el malestar y llevan al conflicto. La otra ala se basa  en el pacto social constitucional que sella la solidaridad y desarrolla  un “instinto de conservación” y una “conciencia ética”, orientados a tender puentes entre sectores distintos y desarrollar programas sociales comunes (educación, salud, infraestructura…) para ir haciendo verdad que todos somos iguales en dignidad, en derechos y en oportunidades básicas. Hay que cultivar el diálogo que cohesiona y acerca y no la frialdad que congela las relaciones entre distintos y fomenta el deseo de cualquier aventura populista de izquierda o de derecha.

Históricamente se ha demostrado que el marxismo  no sirve para lograr esto  porque tiene una idea deformada de la condición humana. Aunque en la empresa (sobre todo en la liberal del siglo XIX) el capital y el trabajo explotado tienden a ser antagónicos y aquel trata de ganar más pagando menos a este y  mantenerlo en la miseria, empresarios del siglo XXI – luego de guerras sociales y dramáticas guerras mundiales- por instinto de conservación y por conciencia van descubriendo que les conviene la constante mejora del trabajador y su familia con las puertas abiertas al permanente ascenso social.  Pero a muchos les ciega su ambición. Al mismo tiempo la empresa del siglo XXI tiene que ir a la competencia internacional jugando en equipo y le interesa que el conjunto de su capital, gerentes y trabajadores sean de primera; lo que solo se consigue si todos ellos se proponen permanente mejoramiento educativo y desempeño productivo, todos participan en los beneficios y se sienten humanamente satisfechos. Lo que pasa es que todavía gran cantidad de empresarios  dan la razón a Marx y son más del siglo XIX que del siglo XXI.

Algo similar le pasa al llamado socialismo, que se autocalifica “del siglo XXI”,  pero es del XIX: cuando llegan al Estado lo convierten en dictadura sobre el proletariado y secuestran el poder para perpetuarse  tratando de que “ni por las buenas ni por las malas” los desalojen, como repite en Venezuela el militar con mazo y disfraz de “socialista”. Lo que está pasando en Chile, Bolivia, Argentina, Venezuela… o va a pasar en México, Brasil etc. es inevitable mientras se busque la solución para evitar el enfrentamiento de pobres y ricos, y la negación recíproca del otro.  Para que nuestros países superen la pobreza y los pobres dejen de serlo, ambas partes tienen que aliarse en la producción exitosa, para ambos ser ganadores jugando en equipo; revolucionar juntos la educación y avanzar hacia la igualdad de dignidad, de derechos y de oportunidades, aunque todos seamos distintos. De ahí surge la confianza, la convivencia y la paz social, con calidad de vida compartida.  Es el bien común que solo lo pueden alcanzar juntos y con instituciones solidarias. En Venezuela a los ricos no les irá bien mientras en su bienestar no incluyan la superación de la pobreza y no se sientan   un «nos-otros» con los trabajadores. Y el pobre no podrá superar sus carencias si no incluye y busca la prosperidad de las empresas y la calidad de las instituciones públicas.

La revolución de las aspiraciones es un hecho, pero  para satisfacerlas  hay que elevar la capacidad de producir lo que las satisface. Muy frustrante, aspirar mucho y producir poco, individual y colectivamente. Hoy lamentablemente (aquí, en Europa, en Estados Unidos …) se nos induce a querer más de lo que producimos. Muchos políticos ganan prometiendo lo que no pueden o no saben cómo producir y el consumismo capitalista exacerba los deseos y pone la felicitad en el mercado, es decir donde no está.  Así el malestar y los estallidos sociales son inevitables

SJ. Luis Ugalde
lugalde@ucab.edu.ve

Enviado a nuestros Twitter por
L R Ferrer
@lrferrer
El Nacional
@ElNacionalWeb
https://www.elnacional.com/opinion/ricos-y-pobres/

EDUARDO FERNÁNDEZ: LA MISIÓN

Ha llegado la hora de hacer prevalecer la unidad nacional con un programa de paz, de justicia, de reconciliación, de progreso, de bienestar y de felicidad.

¿Cuál será la misión de los cristianos frente a la dolorosa realidad de Venezuela hoy?

El evangelio lo dice muy claro: “..Jesús designó a setenta y dos discípulos y los mandó a los pueblos diciéndoles: -Pónganse en camino; yo los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias. Cuando entren en una casa digan: Que la paz reine en esta casa. Ya se acerca a ustedes el Reino de Dios-” (Lc10, 1-12; 17-20).

Debemos ser “mensajeros de paz”. Pero no puede haber paz en donde no hay justicia. En nuestro país  la primera tarea de los cristianos como “mensajeros de la paz” es luchar contra toda forma de injusticia. Por eso estamos comprometidos a luchar contra este gobierno que ha sembrado a Venezuela de injusticia y de sufrimiento. Por eso tenemos que luchar por darle un gobierno nuevo lo más pronto y lo menos traumáticamente posible.

“Mensajeros de la Paz” contra toda forma de violencia.

Luchadores por la justicia contra toda forma de explotación.

Abanderados del amor, de la fraternidad y de la solidaridad contra toda manifestación de odio y de venganza.

La misión de los cristianos en la Venezuela contemporánea es ser agentes de la paz, de la justicia, de la solidaridad, del amor. Pero también es nuestro deber ser agentes de la esperanza, dar palabras de consuelo, convocar a todos a no resignarnos, a no rendirnos, a luchar con constancia y con perseverancia. Nuestra misión es la de trabajar por una Venezuela mejor.

Tenemos el deber de imaginar una Venezuela nueva. No podemos resignarnos ni conformarnos con la Venezuela que tenemos. La lucha de los cristianos tiene que ser a favor del cambio. Tenemos el deber de apelar a la inteligencia y al patriotismo de los venezolanos todos, de los dirigentes y de los ciudadanos de a pie. No son los caminos de la violencia los que nos pueden conducir a la construcción de una nueva civilización fundada en el amor y en la solidaridad. Es el camino de una lucha recia, sólida, perseverante, inteligente y patriótica.

Hasta ahora el gobierno ha tenido éxito cultivando el odio, la división y la confrontación.

Ha llegado la hora de hacer prevalecer la unidad nacional con un programa de paz, de justicia, de reconciliación, de progreso, de bienestar y de felicidad.

Un mundo mejor es posible. Una Venezuela mejor también es posible.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE

Leer más en:
http://www.ifedec.com
http://www.ultimasnoticias.com.ve/opinion/

BEATRIZ DE MAJO: LA GRAN CONVERSACIÓN NACIONAL, COLOMBIA EN CÁPSULAS

Hasta marzo del año que viene durarían las tratativas que el presidente Iván Duque ha propuesto a su país a través de los líderes regionales y las que formalmente ya arrancaron en manos de Diego Molano. Las bautizó de la “Gran Conversación Nacional”.  

Hizo falta que el país se desacomodara como consecuencia de la violencia deliberadamente engendrada durante los días del paro nacional para que el presidente asumiera que es la acumulación de insatisfacción lo que está produciendo los reclamos de la sociedad colombiana. Pero no fue con frontalidad ni con pro-actividad que Duque abordó este desorden que el país no se puede permitir. Le pareció que discutiendo con la sociedad seis temas que, sin duda, son vitales para todo país, era la mejor forma de aproximarse a soluciones. Ellos son: Crecimiento con Equidad, Transparencia y lucha contra la Corrupción, Educación, Paz y Legalidad, Medio Ambiente y Fortalecimiento de las Instituciones. O sea una nueva Carta al Niño Jesús, o todo un nuevo plan de gobierno a ser negociado con los descontentos, para partir de cero cuando ya lleva 16 meses instalado en la Casa de Nariño.  

Que el ejercicio de conversar sea incluyente es lo menos que se puede esperar, pero que el mismo lleve el sello de la humildad, como lo afirmó Duque, no. Lo que Colombia anhela con desespero es un dirigente que vaya por la calle del medio, que apoye a quienes lo llevaron a la presidencia y deseche la inutilidad del resto. La realidad del momento es que Colombia no está para diálogos, ni intercambio de ideas, sino para tener al frente de la convulsionada dinámica nacional a alguien que sostenga la rienda de manera fuerte y avance.  El país está desordenado como consecuencia de acciones planificadas externamente y soportadas por los factores radicales de izquierda que tienen como propósito doblegar al legítimo gobierno, ponerle volumen a sus falencias e impulsar una necesidad popular de un cambio inmediato que el presidente ni el gobierno puede ofrecerle al país. 

Ya Duque no es líder que llegó al fin de la carrera electoral de 2018 ungido con la mano protectora del titán Alvaro Uribe y apoyado por el Centro Democrático. Hoy muchos de sus propios copartidarios lo atacan de manera inmisericorde mientras que su contraparte electoral, Gustavo Petro, se divierte calladamente, pero actuando con consistencia a través de las redes sociales para quitarle la alfombra de debajo de los pies. Los izquierdistas colombianos se regodean al observar las faltas de un liderazgo que, en mala hora, se ha tornado blandengue. El juego de Juan Manuel Santos es el más perverso de todos. Desea más que nada el fracaso del gobierno de Duque para poder demostrar que no es el malparido Acuerdo de Paz la causa de la confusión generalizada, sino el gobierno de su sucesor que no ha sabido ejecutarlo ni ponerlo a andar.  

Esta determinación a conciliar en momentos de crisis y de urgencias nacionales, en lugar de fajarse a ordenar el juego, abona las tesis de que el país se encamina hacia un peligrosísimo precipicio. Si se mira más de cerca lo que exige la oposición huelguista ayudada por sectores de izquierda radical, salta a la vista que no hay nada que negociar. Dentro del ramillete de exigencias estos piden que el gobierno retire la reforma laboral, la tributaria, la de pensiones y el plan de privatizaciones, a la vez que exigen el cumplimiento de los acuerdos de paz con la guerrilla de las FARC, sin contar con que también piden la disolución del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional. 

Duque como jefe del Ejecutivo cuenta con facultades claras que le señala la Carta Magna colombiana. En razón de ello sus pasos en este momento deben encaminarse a gobernar, a poner orden y a abocarse a los objetivos que prometió alcanzar a sus electores.  De conversar, de conciliar, nada. 

Beatriz de Majo
beatriz@demajo.net.ve
@beatrizdemajo1

JUAN RAMÓN RALLO: ¿ATRAE EL ESTADO DE BIENESTAR A LOS INMIGRANTES?, DESDE ESPAÑA

Durante los últimos días, algunos miembros de Vox han cargado contra la inmigración legal (no ya contra la ilegal, sino contra la legalmente instalada en nuestro país) sugiriendo que esta abusa sobreproporcionalmente de las prestaciones sociales otorgadas por el Estado español. En cierto modo, se pretende trasladar la visión de que gran parte de los extranjeros se instalan legalmente en nuestro país no para cooperar con nosotros sino para parasitarnos: no vienen a trabajar honradamente o incluso a crear empresas sino a mamar de la teta del contribuyente nacional. Ahora bien, ¿qué evidencia tenemos de que los inmigrantes realmente acuden a Europa para aprovecharse de las generosas ayudas sociales que les confiere el Estado de bienestar?

Desde luego, las motivaciones de una persona para emigrar a otro país pueden ser múltiples: cercanía geográfica, facilidad de encontrar empleo, nivel salarial, respeto hacia su identidad cultural, presencia de otros inmigrantes similares y, también, generosidad del Estado de bienestar. Desentrañar la importancia relativa de cada una de esas heterogéneas motivaciones no es sencillo porque, en el fondo, solo podemos observar la decisión final de cada emigrante, que es el resultado de todos los factores anteriores; además, tampoco cabe preguntarles por sus razones pues podrían engañarnos (si vinieran para aprovecharse de las ayudas sociales, es poco probable que lo reconocieran). En realidad, pues, para poder resolver esta cuestión, necesitaríamos efectuar un experimento social: suspender las transferencias que reciben los inmigrantes y observar cómo varían consecuentemente los flujos migratorios.

Por suerte, ese experimento social ya se ha hecho: en 2002, Dinamarca recortó a la mitad las ayudas a los inmigrantes legales extracomunitarios (pero no para los nacionales o inmigrantes legales comunitarios) y, en 2015, después de un intenso debate al respecto, las terminó restableciendo. ¿Cómo afectó este cambio institucional a los flujos migratorios? Esa es la cuestión que estudian en un reciente artículo los economistas Ole Agersnap, Amalie Sofie Jensen y Henrik Kleven.

El análisis ofrece resultados mixtos tanto para los defensores como para los detractores de la hipótesis de que los inmigrantes vienen para aprovecharse de nuestro Estado de bienestar. Por un lado, la reducción de las ayudas sociales sí produjo una reducción del flujo migratorio hacia Dinamarca, validando, de acuerdo con los autores, la idea de que existe un “efecto imán del Estado de bienestar que es grande y altamente significativo”. En particular, la entrada anual neta de inmigrantes se redujo aproximadamente a la mitad de lo que cabía esperar en presencia de las ayudas. Por otro lado, sin embargo, no se produjo ninguna oleada de salidas del país: de hecho, la caída en la inmigración neta anual solo fue equivalente al 3,7% del 'stock' de inmigrantes legales extracomunitarios; es más, esa minoración se concentró en las entradas por reunificación familiar y por asilo, pero no afectó a las entradas por permiso de trabajo.

¿Qué conclusiones cabe extraer de todo ello? Primero, los inmigrantes reaccionan a los mismos incentivos que los nacionales: a igualdad de circunstancias, preferirán instalarse allí donde puedan recibir más transferencias netas del Estado. Pero, como ya apuntó hace 20 años el economista George Borjas, cambiar de ubicación, una vez estás residiendo en un lugar, implica asumir unos altos costes que ni los nacionales ni los inmigrantes ya instalados quieren asumir (por eso no se produce ninguna salida masiva de inmigrantes cuando se recortan las ayudas): distinto es el caso de los nuevos inmigrantes, puesto que ellos sí han decidido cargar con el coste de desplazarse y, por tanto, escogen la más beneficiosa de entre las múltiples destinaciones posibles. Segundo, el recorte de las ayudas sociales afecta especialmente a aquellos nuevos inmigrantes que cabe pensar que se beneficiarán en mayor medida de las mismas: refugiados —con dificultades para trabajar durante los primeros meses— y familiares dependientes (niños, ancianos, cónyuges que permanezcan en el hogar, discapacitados, etc.). No afecta de un modo significativo, en cambio, a los muchos inmigrantes que siguen viniendo a trabajar y a prosperar (y recordemos, a propósito, que la evidencia no apoya la idea de que los inmigrantes constituyan una carga neta para el contribuyente nacional: más bien al revés).

Esto último, por cierto, tampoco tiene nada de especialmente sorprendente: si los inmigrantes asentados que trabajan están pagando impuestos (y muchos impuestos en países como Dinamarca), probablemente no cuenten con una renta disponible suficiente para hacerse cargo de sus familiares dependientes. De hecho, la lógica de Estados tan redistributivos como el danés es que los ciudadanos abonan una factura tributaria altísima a cambio de que el Estado posteriormente se la devuelva en forma de servicios públicos y de transferencias: si se mantiene la factura pero se eliminan las transferencias, el ciudadano queda cuasi depauperado.

Cuestión distinta, claro, es que los liberales consideremos que el modelo socialdemócrata basado en altísimos impuestos y enorme gasto público es un modelo a abandonar, tanto por criterios morales (es injusto) como económicos (es ineficiente). Pero entonces habrá que abandonarlo tanto para nacionales como para inmigrantes; no defenderlo para unos y restringirlo para otros. En caso contrario, pasaríamos de la hipótesis de que “los inmigrantes vienen a aprovecharse del contribuyente nacional” a la política económica de que “el nacional se aprovecha de los contribuyentes inmigrantes”.

En definitiva, la motivación fundamental del grueso de los inmigrantes es trabajar y prosperar en el país de acogida. A igualdad de circunstancias, los inmigrantes, especialmente aquellos que no van a poder trabajar, prefieren instalarse en países con ayudas sociales más generosas (sobre todo si, además, las cargas fiscales que soportan en esos países son muy elevadas). Exactamente lo mismo, por cierto, que sucede con los nacionales: si hoy no vemos desplazamientos masivos de nacionales hacia otros destinos extranjeros con ayudas sociales más amplias, es por los mismos motivos por los que no observamos salidas masivas de inmigrantes instalados cuando se les recortan las ayudas sociales, esto es, porque desplazarse implica unos altos costes fijos que no desean asumir. En el fondo, pues, los inmigrantes responden a los mismos incentivos que los nacionales: si esos incentivos no nos agradan, cambiemos para todos el marco institucional que los genera.

Este artículo fue publicado originalmente en el blog Laissez Faire de El Confidencial (España) el 27 de noviembre de 2019.

Juan Ramon Rallo
info@juandemariana.org
@juanrallo
Instituto Juan de Mariana
España

JULIO ESCALONA: ¿DÍA DEL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO?

En la ANC conversé con Diosdado sobre este tema y su comprensión lo llevó a no hablar del 21/N como día del estudiante universitario. VTV invitó para la celebración del 21/N como Día del Estudiante. Pero en el acto se celebró el ¡Día del estudiante universitario! Estuvo invitada la Federación de Estudiantes de Educación Media, pero lo relevante fue la educación superior. El 21/N, día del estudiante, es clave para nuestra historia. Sin él, los hechos que se encadenaron conduciendo al golpe del 1° de enero, a la eclosión popular que le sigue y de ahí al 23 de enero, ¿se hubiesen dado?

No se rinde homenaje a los estudiantes de educación media que fueron perseguidos, torturados en las peores cárceles y campos de concentración del S. XX. Rómulo Henríquez, preso a los 16 años, no es el único ejemplo.

En 1957, la resistencia universitaria, por la represión, estaba debilitada. Un soplo vino en 1956 desde las huelgas antidictadura de la Normal Miguel Antonio Caro, los liceos Fermín Toro, Andrés Bello, Luis Razzeti, Caracas… La huelga se hizo y PJ cerró las universidades. Tomamos la calle, universitarios y liceístas. Vino el golpe del 1° de enero. Fuimos creando un movimiento civil-militar antidictadura. La burguesía proimperialista se separó de PJ, se unió a la derecha de AD, liderada por Betancourt; a Copei, URD, la derecha militar. Ese bloque, escondido detrás del pueblo, derrocó a PJ.

El pueblo fue creando una democracia desde la calle. Nixon, vicepresidente de EEUU, no llega al panteón; derrota al golpe de Castro León… El presidente Sanabria, por mandato de la calle, decreta el Día del Estudiante:

“Que es un deber del Gobierno señalar y enaltecer aquellas fechas significativas de la lucha del pueblo venezolano por la consolidación de un orden democrático y el establecimiento de un Estado de derecho”. “Art. 1°- Celébrese el Día del Estudiante el 21 de noviembre de cada año.” Es ilegal celebrar el 21/N como día del estudiante universitario.

La historia dice que el puntofijismo nace el 23 de enero. No, es un período de democracia directa. El 21/N, Día del Estudiante Universitario, fue una creación de la derecha. Utilizó la Unesco, un ministro de educación superior y la Ucab.

Presidente Maduro, garante de la paz, adelante para que la era siga pariendo corazones.

Julio Escalona
@julioescalona58  
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