jueves, 10 de marzo de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY JUEVES 10/03/2022, DIARIO DE OPINIÓN, EL REPUBLICANO PARA LEER PULSA SOBRE EL TITULAR, LIBERAL II,

EDITORIAL DE LA VOZ REPUBLICANA: EL ZAR PUTIN

El apellido Putin no deja de tentarme para una traducción al idioma español con algunas palabras no muy santas y sus consecuentes diminutivos, pero no sucumbiré ante tales auto provocaciones.

Vladímir Putin nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado, RSFSR, URSS (ahora San Petersburgo, Federación Rusa)

Homofóbico, héroe, símbolo sexual, líder, amante de los perros, represor y cinta negra en judo. Son muchas las características atribuidas al actual presidente de Rusia, Vladimir Putin. Hay quien lo considera como la oposición en el mundo que quiere ser devorado por Occidente, pero también una figura de represión al interior de las fronteras rusas. Su aspecto astuto y calculador, escaló posiciones en el sistema ruso posterior a la desintegración de la URSS, y convertirse en el segundo presidente de la Federación en el año 2000.A partir de entonces, bajo su administración y liderazgo, el gran país asiático ha recuperado su posición como potencia y protagonista en el mundo.

El cuidar sus fronteras de potenciales enemigos es una función totalmente valida, pero no lo es asegurándose de ello mediante agresiones de esos países limítrofes.

La agresión inconmensurable de que ha sido objeto Ucrania recibe una repulsa mundial y de todos los sectores sociales y económicos. De héroe, al mejor estilo del 007 El Zar Vladimir ha pasado a ser un monstruo para el mundo que anhela la paz. Y la amenaza nuclear balanceándose como una piñata sobre la faz de la tierra esperando a loco que le dé el palo a la lampara.

Parece ser que el loco no esta en Moscú pues de allí procede la siguiente declaración: El Gobierno de Rusia ha señalado este jueves que una guerra nuclear es "imposible", ya que "significaría el fin de la civilización", en palabras del director adjunto del Departamento de No Proliferación y Control de Armas del Ministerio de Exteriores, Igor Vishnevetski.


Carlos Padilla 

BEATRIZ DE MAJO: CHINA, LA ÚNICA INTERMEDIARIA DESDE ESPAÑA

La evolución de la crisis de Ucrania está alimentando la percepción en el criterio de muchos en Europa de que sería China a estas horas quien sostiene la sartén por el mango. Piensan muchos que el eje del poder se está inercialmente radicando en el país asiático en detrimento de los Estados Unidos. 

Su posición en torno a los hechos de guerra ha estado cambiando de tono. Del inicio de los enfrentamientos en el que ese país tibiamente respaldaba a Rusia, ha pasado a sostener que lo que conviene es una solución diplomática y que estaría dispuesta a prestar su concurso para un cese al fuego. Una lectura atenta a los cinco elementos de su posición hace verlo con claridad.

Pero su tablero de ajedrez es harto complicado. Las sanciones aplicadas por los países occidentales a Rusia que comportan la suspensión del mecanismo de pagos SWIFT no afectan a China sino tangencialmente ya que desde 2015 Pekín cuenta con su propio sistema de compensación de pagos interbancarios -CIPS se llama- y por ello sus intercambios con Rusia serían prácticamente invulnerables frente a los dictados de Washington.

¿Pero quiere China facilitar su comercio con Rusia dándole de esta manera la espalda a las sanciones provocadas por la invasión rusa a Ucrania? ¿No se expone China a ser un nuevo objetivo de sanciones de parte de los aliados contra Rusia si la conducta de Moscú se mantiene y la escalada de la guerra se sigue tornando inmanejable como es el caso hasta este momento?

No es evidente aún que Pekín esté dispuesto a asumir ante el mundo el costo de una complicidad con Rusia, pero en la práctica y por la vía del comercio bilateral es una realidad palmaria que China le estaría proporcionando oxígeno al tirano. Poner a salvo a Rusia podría traerle como consecuencia un desacoplamiento del comercio con Occidente que resulta ser adicional al que se producirá espontáneamente si la invasión continúa y el mundo se ve afectado en su dinámica económica.

Mas temprano que tarde Pekín se verá forzado a escoger entre su sintonía ideológica con el gobierno ruso y sus vínculos económicos con Estados Unidos y Europa. La diatriba se hará más exigente cuando más afectada se vea la dinámica rusa por la fuerza de su aislamiento.

Todo parece indicar que tanto Xi como sus asesores, al igual que los oficiales del PC son más bien proclives a que China actúe como mediador antes de que la situación adquiera un cariz más traumático e irreversible.

La dependencia rusa de las importaciones de China se va a tornar crítica y las empresas rusas estarán cada día más inclinadas a impulsar la relación rublo /

yuan. Pero el tiempo apremia porque la debilidad del rublo – lleva ya perdido cerca del 40% de su valor- hace a la relación comercial a cada paso más costosa.

Por ello luce imperativo en el momento actual adelantar acciones conducentes a desarrollar una eficiente mediación que conduzca a Ucrania a retroceder en su aspiración a ser parte de OTAN . De ser así es preciso asegurarse de que Rusia ceda igualmente en términos de agresividad bélica.

Solo Xi Jinping, en una acción directa frente a Putin, podría conseguir un escenario de este tenor.

Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

TRINO MÁRQUEZ: VENEZUELA: NEGOCIAR PARA AISLAR A PUTIN

La invasión a Ucrania cambió el cuadro internacional de forma radical modificando de manera sustantiva las relaciones de Occidente con la Rusia de Putin (y con su aliado incondicional: la Bielorrusia de Lukashensko).

Después de la implosión de la Unisón Soviética, las relaciones de Europa con Rusia, aunque complicadas, se mantuvieron en un marco basado en el reconocimiento mutuo de los límites de cada centro de poder. A pesar de que Putin era un jugador rudo, respetaba las reglas establecidas. Se mantenía dentro de la cancha. Con el asalto a su modesto vecino del sur, violó todas las normas de la convivencia pacífica y civilizada. Mostró sin rubor el proyecto imperial que lo inspira. A partir de ahora sus relaciones con Europa serán tensas. Si termina por someter a Ucrania, esos nexos serán de una fricción aún mayor. No le perdonarán haberse ensañado contra esa pequeña nación. Nadie querrá asociarse con ese tirano. En poco tiempo no existirá más esa dependencia energética desmedida que ata a Alemania y otros países con Rusia. Se diversificarán las fuentes de suministro energético. En ese programa de independencia, Europa contará con el respaldo de Estados Unidos.

A Nicolás Maduro antes le resultaba relativamente sencillo aparecer aliado con Putin. El multilateralismo que, junto a la China de Xi Jin-ping, planteaba el líder ruso, les abría a los gobiernos de países pequeños la posibilidad de participar en un teatro con múltiples actores demandando un nuevo orden mundial, menos centrado en Estados Unidos y sus aliados europeos. Este panorama se modificó con la aventura de Putin en Ucrania. Rusia está convirtiéndose en un paria. Las medidas de aislamiento y las sanciones en su contra arreciarán a medida que aumente la crueldad contra Ucrania y se eleve la heroica resistencia de ese pueblo y su líder, el presidente Volodímir Zelenski.

Las afinidades ideológicas de Maduro con Putin son muy tenues. Podría decirse que inexistentes, salvo porque ambos son esencialmente antidemocráticos. Putin es un conservador en el más estricto sentido de la expresión. Mantiene una firme coalición con los jerarcas de la Iglesia Ortodoxa rusa. Siembre ha sentido desprecio por el comunismo como sistema económico. En cambio, Maduro coquetea con el marxismo, aunque a partir de un tiempo para acá lo utiliza para sonreírles a los ingenuos comunistas de su partido. Los vínculos con la Iglesia Católica son distantes. Los nexos entre Putin y Maduro solo se tejen en el plano económico y militar. La compra de armas, la asistencia a los órganos de seguridad y la mediación para evadir las sanciones norteamericanas han sido la argamasa que ha pegado a esos dos regímenes ideológicamente tan dispares. Con la batería de sanciones mundiales en todos los planos contra Putin, el escenario cambió.

Este nuevo escenario quiere aprovecharlo la administración de Joe Biden para alejar a Maduro de Putin. Por esta razón envió a Venezuela la delegación que se reunió con Maduro y con la oposición el pasado fin de semana. En el encuentro se discutieron diferentes temas, entre ellos el levantamiento progresivo de las sanciones, el reinicio de las conversaciones en México y la liberación de varios presos políticos, incluidos los de origen norteamericano. Biden está evidenciándole a Maduro que el costo de mantenerse cerca del dictador ruso es mucho más alto que los beneficios que puede obtener de esa relación. Maduro debe de sentirse alagado de pasar a ser una ficha importante en el tablero donde están interviniendo las grandes potencias mundiales.

La jugada de Biden me parece oportuna y conveniente. Entre sus intereses se encuentra alejar a Maduro cuanto antes de la esfera de influencia de Rusia. Quitarle una pieza que podría ser importante en América Latina. Un país que cuenta con reservas petroleras y gasíferas significativas y que en el mediano plazo podría convertirse de nuevo en un agente fundamental en el mercado petrolero planetario. Biden está pensando en términos estratégicos. Hay que aislar a Putin donde sea posible.

Esta estrategia confronta varias limitaciones. Unas se encuentran en Estados Unidos. Varios de los líderes más agresivos del Partido Republicano han cuestionado con severidad el acercamiento de Biden con Maduro. Probablemente entienden la importancia de esa oportunidad, pero no quieren entregarle los laureles a Biden. Dentro de su propio Partido Demócrata también han aparecido algunas reservas. No le será fácil al mandatario norteamericano sortear esos obstáculos para sacarle el máximo provecho a los eventuales acuerdos que se alcancen.

Las otras dificultades se relacionan con la ambivalencia y volatilidad del gobierno de Maduro, que es capaz de contradecirse de un día para otro sin inmutarse. De las hipotéticas negociaciones entre el Gobierno y la oposición tendría que salir un acuerdo para realizar unas elecciones transparentes en 2024. En este punto ha insistido Juan Guaidó, quien se muestra de acuerdo con comenzar un nuevo ciclo de conversaciones. Este debería ser el aspecto crucial del acercamiento, pero es al que Maduro le tiene mayores temores. Queda suficiente tiempo para presionarlo. Si Putin sale derrotado de su incursión en Ucrania, el proyecto continuista de Maduro puede sufrir un duro revés.

Biden aspira a utilizar a Maduro para cortar los tentáculos de Putin en América Latina. Maduro, a su vez, necesita un respiro adicional. Veremos.

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

GABRIEL BORAGINA: LAS GUERRAS, DESDE ARGENTINA

Las guerras en el curso de la historia siempre han sido desatadas por los gobiernos. Muy raramente un pueblo espontáneamente se ha alzado en guerra contra otro. Al menos yo no conozco ningún caso donde ello haya ocurrido. Detrás de todas las guerras que he estudiado siempre ha habido un móvil político que la desencadenara. Los pueblos sólo las sufren, porque son ellos las víctimas más importantes y -en la mayoría de los casos- las únicas víctimas. Inaudita vez se ha visto a un gobernante en la primera línea del frente de batalla batiéndose -cuerpo a cuerpo- contra el enemigo ocasional frente al cual le tocara combatir.

Claro que, ha habido casos en donde grupos -a veces numerosos- de civiles han apoyado tal o cual guerra, sobre todo cuando se la considera ‘’defensiva’’. Los líderes políticos jamás se culpan a sí mismos, ni de causarlas, ni de tener que enfrentarlas. Atribuyen el mal al gobierno enemigo o al pueblo de ese país al que, demagógicamente, también declaran enemigo.

Hay muchos mitos populares detrás de las guerras o -mejor dicho- de lo que la gente común y corriente piensa de ellas. Todavía hay personas que creen que las guerras sólo se dan entre países de diferentes ideologías (v. gr. Capitalistas contra comunistas/socialistas y viceversa) pero, más allá de aclarar, cómo tantas veces lo hacemos, que los países como tales no tienen ideologías sino que -en su caso- son las personas las que las tienen, la historia demuestra la falsedad de tal generalizada creencia.

L. v. Mises narra en su libro Caos planificado que durante la primera guerra mundial los socialistas italianos (de entre los cuales provenía y sobresalía quien luego sería el fundador del fascismo en dicho país, el Duce Benito Mussolini) sostenían que dicha guerra era entre ''países capitalistas'', lo que claramente consistía en un completo absurdo. La realidad manifiesta que difícilmente haya móviles ‘’ideológicos’’ detrás de las guerras, excepto que se considerara el ansia de poder y de lucro como ideologías, algo que es bastante discutible ya de por sí. Resulta tema opinable decir que la ideología del ladrón es robar, pero nos llevaría a debatir el significado de palabra ideología que no es el argumento que nos interesa abordar ahora, porque ya lo hemos hecho en otras ocasiones. De todos modos, si alguien quiere incluir al poder dentro de las ideologías nuestro análisis no cambiará en absoluto.

Con todo, predomina entre la opinión pública mayoritaria la idea que los motivos subyacentes de toda guerra hay que buscarlos en las ideologías, dentro de las cuales la que prevalece -en los tiempos modernos- es la del nacionalismo, así como en la antigüedad lo fue la religión. Aunque las llamadas ''guerras religiosas'' pensamos que en el fondo también eran guerras políticas. Lo que ocurría era que, en aquellos tiempos, la religión se politizó, y cuando reyes y monarcas pretendieron monopolizar sus respectivas religiones (en las cuales -según parece- muy pocos de ellos creían) fue cuando se desataron las guerras ‘’religiosas’’. De la religión también se hizo una ideología (o varias según religiones existían). El curso de las épocas determinó que las religiones paulatinamente se despolitizaran y se pasaran a politizar otras cosas.

En suma, la moraleja es que -detrás de todo conflicto- siempre aparece la política y los políticos. En eso la historia no ha cambiado nada.

Por eso, nosotros, sin embargo, creemos más bien que las ideologías sirven de perfecta excusa a políticos sedientos de poder económico no para sus pueblos sino para sí mismos. Estos líderes están convencidos que el poder político es el único puente y camino de acceso al poder económico y, a mayor poder político más poder económico.

Esta es la razón por la cual buscan perpetuarse en el poder, o regresar a él tan pronto como las circunstancias políticas lo permitan (sea por las vías democráticas donde existe esta tradición, o por las de hecho –de facto- donde no haya democracia o no este entre las costumbres políticas de los pueblos en análisis (por caso, las naciones de Europa del Este, Oriente Medio, Asia y Extremo Oriente, carecen de una tradición histórica que los apegue a formas democráticas de poder, por eso las allí mal llamadas ‘’democracias’’ son tan inestables o directamente inexistentes).

La cuestión pasa por entender que no existen los ‘’intereses colectivos’’ (llámense nacionales, populares, socialistas, izquierdistas, de Estado, etc.) sino que todos los intereses del mundo son personales o, más precisamente, individuales. Lo que se denomina individualismo no implica otra cosa más que reconocer este fenómeno. Pueden algunos coincidir con otros, pero sólo ocasionalmente esa coincidencia será del 100%. Y si lo fuera, más extrañamente todavía lo serán permanentes. Son estos choques de intereses los que -cuando se tratan de los de las personas que detentan alguna cuota importante de poder- desatan confrontaciones y, por consiguiente, guerras, ya sean estas internas o externas, no importa donde estén localizadas.

A veces se dice del tirano que declara una guerra que se trata de un loco. La barrera que separa al demente del criminal es difícil de trazar y -en última instancia- desde el punto de vista social es una cuestión del todo irrelevante.

Si bien es cierto que una psicosis grave -en algunos casos- puede conducir a un crimen (o a muchos) es complicado determinar en tales supuestos cual es el grado de conciencia del político criminal. En términos jurídicos, cuál sería su premeditación y alevosía.

Pero –aun así- siempre sostuve que cuando el daño a otro es altamente probable, hay que evitarlo sin reparar si se trata de un móvil perjudicial consciente o inconsciente en el agente, ya que -desde el ángulo de la o las victimas (que es el que importa al fin y al cabo)- este detalle es intrascendente, y que la reclusión al criminal (psicópata o no) se impone sin demoras, excusas, ni atenuantes. Lo único que debe tenerse en ponderación es el grado de peligrosidad del sujeto en cuestión. Y si ese grado de peligrosidad es alto no hay atenuantes que valgan. Si se trata de alguien que está al mando de una nación -y no es posible, por cualquier circunstancia, su derrocamiento, juicio y castigo- su liquidación está plenamente justificada.

 

Gabriel Boragina  
gabriel.boragina@gmail.com 
@GBoragina  
Argentina 

JOISE MORILLO: LA PAZ PERPETUA. DESDE ESTADOS UNIDOS.

Inmanuel Kant (Prusia, 1724-1804) en su terna literaria presume de infundir un sentimiento nazareno. Empero más generalizado, de una ideología política si se quiere tan filantrópica como la filantropía del nazareno. Con "la paz perpetua" funda un sentimiento profundo de solidaridad y armonía entre los pueblos. Tanto como para sentar o inspirar las bases del intento pacifista de la ONU etc. Dicho en otras palabras, paz entre las naciones, en el mundo, pero que sea para siempre, que se perpetúe.

"La paz perpetua" pero no la de los muertos por la guerras en los cementerios, sino la de la especie humana de la mano en su totalidad bajo un himno unísono:"amad a vuestro prójimo como a vos mismo"

El objetivo de su tratado es encontrar una estructura mundial y una perspectiva de gobierno para cada uno de los estados en particular que favorezca la paz.

Los motivos que impulsan a Kant con su trabajo son lograr la paz en una Europa unida.

La situación actual que ha transgredido la tranquilidad aparente de 30 años en la Europa oriental, tiene nombre, soberbia y resentimiento, venganza y traición en contra de individuos de una etnia afín, la eslava. Por tanto, filicidio. Y tiene apellido, Putin, quien heredero del espíritu sanguinario de otros también resentidos sociales como Stalin y Vladimir Ulianov, de la mano sangrienta de Trotsky y el ejército rojo, vuelve a arremeter en nombre de un romanticismo comunista derrotado en 1989 contra Ucrania.

Para él y sus secuaces del Kremlin debe haber otro "holodomor" en Ucrania, sangre, sudor y hambre además de lagrimas. Por ende, muerte; resultado: ¡no habrá paz para el resto del mundo! Paz que el mundo humano necesita para sobrevivir los Leviatán de la Biblia y Hobbes (inglés, 1588-1679). Paz que brillantemente postula nuestro querido coterráneo latino Mario Moreno "cantinflas" difundido en el link más abajo:


Joise MORILLO
Kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela-USA