viernes, 17 de junio de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 17/06/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR ESPECIFICO

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES -  

BEATRIZ DE MAJO: LOS “NO SABE, NO RESPONDE”. COLOMBIA EN CAPSULAS. DESDE VENEZUELA - ESPAÑA








BEATRIZ DE MAJO: LOS “NO SABE, NO RESPONDE”. COLOMBIA EN CAPSULAS. DESDE VENEZUELA - ESPAÑA

Los “trackings”, encuestas, mediciones de opinión han llovido en Colombia. La desinformación y la guerra psicológica por igual. Las campañas de cada candidato han hecho lo suyo para poner a rodar tantas verdades como mentiras sobre el contrario. Asi que resulta complejísimo, dentro todo el marasmo preelectoral, intentar hacer una predicción sobre el resultado de la medición de mañana.

Es un “cabeza a cabeza” que inspira todo tipo de triquiñuelas para convencer a los no decididos por ninguna de las dos duplas presidenciales o a quienes se sienten tan desesperanzados que han escogido la opción del voto nulo o la de no votar. Es su manera de protestar porque ninguna de las dos opciones de cambio consigue sacarlos de su desconfianza en la manera tradicional de hacer las cosas.

Así que serán estos los que al final decidirán la suerte del país vecino. La aceptación de la alternativa de izquierda radical encabezada por Gustavo Petro tocó su techo hace varias semanas. Casi la mitad de los votantes le tiene aversión o miedo. En los días pasados han aflorado ante la opinión pública capítulos inmorales y transgresores de la legalidad electoral en sus actuaciones políticas que abonan el rechazo. La mentira y las triquiñuelas de la clique que rodea al candidato ex guerrillero han puesto de relieve que no existen límites éticos dentro de su círculo íntimo a la hora de conseguir lo que se quiere: la silla presidencial. Cualquier cantidad de manejos ilegales han sido puestos en ejecución para ganar favorabilidad de manera tan visible como desvergonzada. La presión de este grupo sobre los campesinos del país para sumarlos a la votación a su favor ha sido descarada.

La inesperada alternativa de un empresario de edad avanzada con escasa trayectoria pública y con un temperamento irreductible genera enormes interrogantes, pero es la única opción antes de que el país sea sometido por un comunismo feroz, resentido, atrabiliario, con lo que resultaría impracticable una recuperación de la economía de Colombia en medio de la crisis que se ha instaurado a raíz de la pandemia y que ha alimentado la guerra de Rusia y Ucrania. Este hombre, Rodolfo Hernández, encarna un imponderable de alto riesgo pero con él, al menos las libertades no deberían sentirse comprometidas, los Estados Unidos pudieran secundarlo en la resolución de conflictos de mucha envergadura como el narcotráfico, la seguridad y la paz. El hecho de no contar con partido político de sustento lo obligará a convocar un equipo de gobierno con asesores y es posible prever que el mundo empresarial lo rodeará con las mejores propuestas liberales y sanas para la hora colombiana actual. Y si hay alguien que pudiera dar un paso a favor de la eliminación de la polarización es este hombre del cual todo está por descubrir.

A menos de una semana de la votación, del examen de los pulsos de intención de voto más confiables es posible decir que será la Colombia indecisa quien decantará la

presidencia en pro de su favorito. Así van los números: casi dos tercios de los colombianos con seguridad se acercará a las urnas ( 62%) lo que ya resulta ser un hecho históricamente muy relevante y un logro de la democracia. También es seguro que cerca de un 10% el electorado no se moverá de sus casas. La categoría de indecisos, es decir, los que no saben si votarán (10%) y los que posiblemente voten (13,5%) es verdaderamente inmensa, casi una cuarta parte de los votantes. El voto en blanco que pudiera ubicarse en un 5 a 7% aparece en la tarjeta, pero la Registraduría ha aclarado que no tiene jun efecto jurídico de acuerdo al Artículo 258 de la Constitución. Esos votos le restarán a ambos contrincantes.

Así que cualquier especulación en torno a lo anterior, por apegada a la realidad que quiera se, puede ser inexacta. Nos queda esperar que el colombiano votante lo haga bien y piense mas en los peligros que en las promesas. Que valore lo que puede perder mas que lo que le ofrecen que ganará. 

Beatriz De Majo
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

ENRIQUE PRIETO SILVA: ¡UCRANIA Y EL DESPERTAR DE LA GUERRA!. DESDE VENEZUELA

Cuando todos percibíamos que la guerra se estaba transformando en un tema solo para discusión entre teóricos, ocurre la invasión de Ucrania por el ejército ruso, que queriéndolo o no hizo revivir los momentos cruciales de la Guerra Fría, pero con mayor énfasis el reencuentro con el temor nuclear y los supuestos designios de las cinco profecías de Nostradamus, que a decir verdad, son hasta convincentes, al extremo de que nos llegan a hacer creer que el presente ha sido conducido a este designio. Según Nostradamus en sus cinco profecías para el 2022 podríamos tener 1. La muerte repentina de un líder político internacional; 2. Una crisis política y separación de la Unión Europea, considerando la separación dela Gran Bretaña; 3.Una crisis económica y hambruna, que se augura a causa del Covic y las medidas del conflicto Rusia-Ucrania; 4. Manifestaciones derivadas del cambio climático, ya en visión en todo el mundo; 5. La pandemia del Covic, que pronosticadores aderezan con una nueva Guerra Mundial.

Obviamente, siempre hemos sido optimistas y pensamos que los presagios ayudan e derrumbar las tesis pesimistas, que siempre están en la mente de algunos o muchos, que nunca tiene fe en la esperanza. Somos creyentes de que cuando nos oponemos a los malos presagios, ahuyentamos la envidia y el temor y alimentamos la fe y la esperanza, que son los más claros alimentos para una vida con mente sana.

Pero como vivir en este momento sin el temor a la guerra, cuando queriéndolo o no, nos encontramos con ¡un despertar de la guerra!, y, a pesar de la distancia y la ideología, tenemos que seguir y hasta sufrir las consecuencia de la invasión de Ucrania; este hecho fortuito desde nuestra visión política, que nos hace rememorar las enseñanzas de lo que es y ha sido la guerra; mucho más, cuando vivimos en un país de políticos irreconciliables, capaces de aceptar cualquier acción para “cambiar el régimen”, ese régimen que nos maltrata pero que no logramos identificar con la verdadera señal, como no sea con la denominación de “enchufados”, dictadores o usurpadores.

Sin dudas, crea expectativa el presagio o profecía de la muerte del líder político, ya que se dice que la muerte de este líder “cambiaría el mundo definitivamente”. Pero ¿cuál y cómo será el cambio?, es una expectativa que nos preocupa, ya que la invasión de Rusia a Ucrania, ha puesto al mundo a pensar, que han aflorado muchas de las esas expectativas que no afloraron con la guerra fría, pero que nos traen a colación los dilemas críticos que surgen con la expectativa de guerra. Decimos en

nuestro tratado “Nomenclatura de Guerra”, que: “Toda guerra conlleva siempre lágrimas, sufrimientos, muerte, pérdidas, sangre y heridas. La guerra es implacable con todos, con los ancianos y los jóvenes, con los cobardes y los valientes. No todos han salido con vida en medio de la metralla, de las explosiones de bombas, minas, proyectiles y sepultado por los escombros de los edificios.” Igualmente decimos, que “No hay dudas de que todo conflicto bélico es una caja de Pandora, donde se pueden encontrar muchas sorpresas. Con victoria o con derrota todos pierden. En el pasado, toda victoria era compensada con un botín, pero en el presente, toda victoria involucra una pérdida compensatoria para reconstruir y beneficiar al derrotado.

Se logrará la paz después de la guerra, pero quedarán las grietas y las heridas a que conducen todos los conflictos bélicos. No hay dudas, solo quedará el sabor de justificar la guerra por la paz pero lo único válido y verdadero es que hay que evitarla.”

Y en este mar de incertidumbres, los venezolanos, tanto dentro como en el exterior, vivimos en un conflicto existencial que no comprendemos, queremos la paz y la vuelta a la democracia, pero muchos se unen al coro que pide medidas y acción de fuerza; olvidando que la fuerza es la guerra, y para ello se prepara a la Fuerza Armada; olvidan que en tanto, estas ocurrencias encajan en el marco de la guerra, las cosas se tornan agobiantes e intelectualmente incómodas; olvidan, que con el advenimiento de un bombardeo de largo alcance, es difícil o imposible separar los combatientes de los no combatientes, es decir, no hay forma de separar a gobierneros y opositores, a civiles y militares, a guerreros y pacifistas; olvidan o no saben, que cuando se usa el poder aéreo para ganar la guerra, se destruyen recursos y se mina el apoyo del pueblo con el esfuerzo bélico. Hoy, con la amenaza rusa a Ucrania, sale a relucir el uso de las armas nucleares y los modernos sistemas misilísticos intercontinentales, adelanto bélico que condujo a la conclusión ilógica que la guerra nuclear resultaría en la aniquilación mutua de los adversarios y por tanto no serviría a una finalidad de política racional; es el gran peligro inminente, que puede aparecer en una mente turbada por la derrota, para el empleo del “todo por el todo”.

He aquí el dilema militar de Venezuela, ya que no hemos logrado entender el fenómeno de la guerra y creemos que es el arma única en la política, sugiriendo usar a las fuerzas armadas para dilucidar el problema político. Aquí aflora el argumento de Bernard Brodle, cuando en 1946 declaró que las fuerzas armadas ya no tienen una razón de existencia racional que no sea disuadir la guerra. Así lo vemos en Venezuela, cuando en la Constitución de la República se establece como función de la FAN: “…garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar,…”

Por ello, se aprende, que desde el punto de vista militar se define el conflicto como el estado o situación de confrontación, real o potencial, que afecta a la seguridad nacional, que en nuestro caso, se lleva a la confrontación para imponer nuestra voluntad sobre cualquier adversario que quiera imponernos su poder con la fuerza de las armas. De allí surge la necesidad de luchar contra el capricho de querer dar a las fuerzas armadas, el poder para dilucidar el emblemático conflicto político que vivimos los venezolanos desde hace ya más de dos décadas.

Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela

MARK STEELE: QUE ELEGANCIA LA DE FRANCIA...DESDE VENEZUELA

El día de hoy observo la foto de la hija menor del presidente fallecido Hugo Rafael Chávez Frías, Rosa Inés Chávez, recibiendo su grado de profesional en Francia, lejos de molestarme me causa un poco de tristeza constatar lo que supe desde el principio, que todo el discurso antiimperialista y anti-ricos con el que Chávez fundó su movimiento político, fue solo eso, un simple y llano discurso para cazar incautos y hacer creer a la población en un profundo resentimiento disfrazado de ideología política, que llevó a la ruina a uno de los países más prósperos y prometedores de Latinoamérica. 

Que bueno que Rosa Inés haya podido culminar su carrera en una universidad en el extranjero, pero que mal que cientos de miles de jóvenes en Venezuela no tengan claro como será su futuro porque tienen que buscar en otros horizontes lo que en su tierra no encuentran, que no es otra cosa que las condiciones básicas de vida para poder luchar y cumplir con sus sueños, que bueno que ella pudo graduarse sin ser perseguida por pensar diferente o por poseer la irreverencia que caracteriza a los jóvenes universitarios, que bueno que pudo estudiar y comer bien en otro país, cuando aquí en nuestra tierra hay jóvenes que no pueden estudiar porque deben trabajar para poder medio alimentarse, que bueno que tuvo excelentes profesores europeos que seguramente tienen un sueldo digno y no tienen que salir a la calle rebuscarse vendiendo algo como nuestros ilustres y excelentemente formados profesores universitarios venezolanos, que bueno que pudo tener energía eléctrica, agua, internet, entre otras cosas para hacer sus tareas, cuando aquí abundan los apagones y la carencia de los servicios, que bueno que a pesar de ser hija de un teniente coronel retirado que renunció a su sueldo de presidente, tuvo los recursos para vivir y pagarse una educación en el extranjero cuando las universidades de Venezuela (las verdaderas) se están cayendo y están siendo destruidas por la desidia de quienes no valoran la educación. 

En fin que bueno que se pudo graduar, personalmente le deseo lo mejor del mundo, una muy buena vida y muy exitosa, espero que sea una excelente profesional y que sus estudios superiores y la experiencia de vivir en otro país le haya servido para ver cómo se destruyó nuestra Venezuela usando la lucha de clases y una corriente ideológica para enfrentar a los venezolanos en una he batalla que solo estaba en la mente de los revolucionarios socialistas del siglo XXI y que les sirvió para hacer lo que tanto les criticaron a los demás. Ser rico es malo decían...

Mark Steele
@markmsteele
Venezuela

MARCOS VILLASMIL : EL NUEVO LÍDER POLÍTICO VENEZOLANO; ¿MESÍAS O GERENTE?

Al igual que en el resto de América Latina -y por razones ciertamente obvias- los ciudadanos venezolanos están profundamente desencantandos ante un liderazgo partidista que ha convertido la oposición a la dictadura en un inmenso hoyo negro. En ese sentido, aquí ofrecemos nuestra contribución sobre cuál pudiera ser el perfil del líder, ese campeón defensor de la república democrática y todo lo que ello implica, partiendo del obvio reconocimiento de que no es probable que todas las características a mencionar se encarnen en un solo ser humano. Superman no existe, al menos no en la política.

Nos imaginamos la sonrisa en la cara de algún lector de estas líneas, pensando algo así como «pero bueno, ¿no se dan cuenta de que una parte importante del material del que ha sido hecho, por más de doscientos años, el liderazgo civil y militar, privado y público, de estas repúblicas incompletas, está forjado en fraguas especializadas en producir salvadores de la patria, mesías, demagogos y oportunistas?«

Lo anterior da que pensar especialmente cuando vemos la indetenible ola de escándalos de corrupción que está protagonizando la llamada izquierda latinoamericana, la mayor parte “socialista del siglo XXI” o amiga y cómplice de ella. Allí está a la vista de todos el llamado Grupo de Puebla, con los casos del español Zapatero, López Obrador en México, el actual gobierno de Kirchner-Fernández en Argentina; Arce y Morales en Bolivia; la pareja Ortega en Nicaragua; y el peligro que ha representado y representará Petro o alguien similar en Colombia. Lugar predominante posee la pareja Hugo Chávez y Nicolás Maduro, con el ejemplo de destrucción más completa, en lo material y ético, de una sociedad latinoamericana contemporánea. Pero los decanos en esa materia, por antigüedad, son los hermanos Castro en Cuba y su heredero impuesto a dedo, Miguel Díaz-Canel.

Venezuela tiene por desgracia una larga historia de opositores divididos. A buena parte de la actual dirigencia partidista opositora criolla le caben las palabras de Rómulo Betancourt sobre la unidad de la izquierda venezolana en 1936: “son un menestrón político-confusionista”.

Compartimos el hecho de que pedir la perfección en política, y en sus hacedores, no es realista (como en casi todos los oficios humanos, estemos claros). Sus acciones se ven afectadas íntimamente por la condición humana, con sus altas y bajas, sus egoísmos y ambiciones, sus logros, sus heroicidades, sus altruismos, sus traiciones -que en política, es decir, el espacio del debate sobre lo público, se muestran y demuestran en toda su obviedad-. Y porque sus decisiones frecuentemente nos afectan a todos. Que su odontólogo le haga o no un buen tratamiento de conductos queda entre usted y él. Pero si un presidente decide establecer un control de cambio, o romper relaciones con un país, nos afecta a todos.

Hacemos referencia en estas líneas a un deber ser. Y en nuestra accidentada historia venezolana sí ha habido seres humanos que han tomado decisiones que merecen el mayor de los respetos y el más agradecido de los recuerdos. Hacia su ejemplo debemos apuntar, evitando las arenas movedizas del cinismo y el pesimismo crónicos.

Entremos entonces en materia.

En asuntos electorales está de moda afirmar la necesidad de construir una “narrativa convincente”, que logre un lazo emocional con las masas de votantes, y les motive a votar por él y a creer en sus ofertas. En general la parte fácil es criticar al gobierno; la difícil es qué ofrecer a cambio que no se parezca a los horrores del presente, que no ofrezca simplemente «cohabitar con el tirano». Con contenido sustantivo y valorativo, no simplemente una lista de promesas materiales.

Un logro –y no pequeño, por cierto- es que nuestro líder sea un portaestandarte de la unidad nacional, de un país en el cual el gobierno esté al servicio de todos y no sólo de parcelas amigas. Unidad en la diversidad y en el pluralismo, al contrario de la pregonada por los sátrapas del socialismo del siglo XXI, la de los cementerios totalitarios. Unidad y pluralismo que son siempre parte fundamental del mensaje humanista cristiano.

UNA LISTA DE CUALIDADES DESEABLES:

A continuación, una lista de algunas características que en nuestra opinión podrían considerarse a la hora de dibujar el perfil de un líder democrático y civilista, tomando en cuenta que, a pesar de los pesares, el vigor juvenil, por sí solo, no garantiza nada:

–Portar, compartir y difundir un Ideal Histórico según la concepción que Jacques Maritain nos ha dejado de esta idea. Es decir, en esencia, un nuevo liderazgo venezolano debe hacer suyo un proyecto integral de transformación democrática del orden social. Así, ese Ideal no es otra cosa que una imagen futura que designa el tipo particular, el tipo específico de civilización a que tiende una determinada edad histórica (Maritain: Humanismo Integral). Es decir, el Ideal Histórico provee al líder en ascenso de una razón sustantiva por la cual luchar, por la cual entregar lo mejor de sí mismo, su propia vida si cabe la expresión, en la consecución de esa noble causa.

–Ser un demócrata en su formación, en la palabra y en la acción: Partiendo de dicho Ideal Histórico, ofrecer una visión de país y una filosofía de la gestión gubernamental que sean fácil y pedagógicamente explicables a todos los ciudadanos. Ser un respetuoso de las leyes, y un gran reconciliador de medios y fines. Un político promotor de la meritocracia y negador por ello del nepotismo. Capaz de engranar y asociar en su mensaje los grandes temas de la ciudadanía política –la libertad, el pluralismo, la división de poderes, el respeto a la opinión contraria- con las demandas de la urgente cotidianidad. Se busca un líder que desee construir una nueva legitimidad que vaya más allá de los votos y que sepa alcanzar el terreno medio entre lo que los votantes quieren oír y lo que necesitan oír.

–¡Que sepa de economía! (y que le dé la importancia que se merece).

– El liderazgo efectivo siempre residirá en el “misterio del carácter”. Poseer la voluntad y el arrojo que la situación amerite. Ser un político de doctrina y un político de intuición. Frente a la tantas veces mencionada frase de que “la política es el arte de lo posible”, tememos que eso no será suficiente para salir adelante. Hay que lograr, como decía Arístides Calvani, “hacer posible lo deseable.”

–Poseer, por tanto, una sana y realista voluntad de compromiso y de negociación; nada de arrebatos caudillistas. El líder democrático dirige, de entrada, mediante la persuasión y el diálogo, no la amenaza y la imposición, “aceptando sin rencores una decisión distinta” (Eisenhower).

Como afirmara David Brooks en su columna del New York Times: «La política es el proceso de tomar decisiones en medio de opiniones diversas. Implica conversación, prudente deliberación, autodisciplina, la capacidad de escuchar otros puntos de vista y balancear ideas e intereses válidos pero opuestos. (…) En su obra maestra “Política como vocación”, Max Weber afirma que las cualidades preeminentes de un político son la pasión, la responsabilidad y un sentido de la proporción. Un político necesita un cálido fervor para impulsar la acción, pero asimismo un tranquilo sentido de responsabilidad y de ponderación para tomar decisiones cuidadosas en un paisaje complejo.

-Ser empático, no solamente simpático. ¿Cuál es la diferencia? Un ejemplo brillante de lo que significa la personalidad empática lo dio una dama inglesa, de la época victoriana, quien tuvo la posibilidad de conversar con los dos estadistas más prominentes de entonces: William Gladstone (liberal) y Benjamin Disraeli (conservador). Cuando se le preguntó la impresión que le habían causado ambos, ella respondió: “Cuando salí del comedor tras sentarme al lado del señor Gladstone, pensé que era el hombre más inteligente de Inglaterra. Pero después de sentarme junto al señor Disraeli, pensé que yo era la mujer más inteligente de Inglaterra.”

–Que conozca y reconozca al adversario no demócrata, que no lo subestime. Y que se atreva a confrontarlo, que no le rinda cotidiana pleitesía (como sucedió en el pasado con buena parte del liderazgo ¿democrático? latinoamericano, cada vez que se encontraba con Fidel Castro.)

– Que sea un campeón en la defensa de la responsabilidad social de la propiedad, patrocinando con claridad la legítima propiedad privada que incorpora este planteamiento como su eje central. En consecuencia, la propiedad privada ha de extenderse a la mayor cantidad posible de ciudadanos, y debe impulsarse sabiamente para que su justa y equitativa distribución potencie las relaciones humanas, económicas, sociales y políticas.

-Un tema vinculado a lo anterior: un líder democrático en América Latina debe tener como objetivo prioritario la derrota de la pobreza, por vía del triunfo de la solidaridad entre personas unidas en torno a la búsqueda del bien común así como de la generación de riqueza, y enfrentando las visiones populistas y el paternalismo estatal.

-Ante los abusos del socialismo del siglo XXI contra la privacidad y la vida cotidiana ciudadana necesitamos un líder que no intente prescribir cómo deben vivir los ciudadanos, que tenga una clara y muy subsidiaria conciencia de los límites de la acción estatal.

-De acuerdo con lo anterior, que asuma que el Estado, agente activo de la prosperidad común y el orden público (“parte del cuerpo político especializada en los intereses del todo”, en palabras de Maritain), debe estar dotado del poder suficiente para suscitar con éxito una política adecuada de desarrollo económico, de desarrollo social, de modernización, de equidad en la distribución del ingreso y de la riqueza, de seguridad social, de educación, de salud, de vivienda, de mercado regulado y eficiente, de servicios públicos, de transformación tecnológica y de condiciones de trabajo. No se trata de construir un estado burocratizado, amorfo y sobre-extendido, que quiera decirle al ciudadano todo el tiempo qué puede hacer, sino una estructura estratégicamente especializada y activa, que preserve la gobernabilidad democrática y se integre armónicamente en el Estado de derecho, teniendo como su contrapeso el principio de subsidiariedad, lo que equivale a decir que el Estado deberá hacer fundamentalmente sólo aquello que no pueda ejecutar la sociedad civil. En palabras de John Maynard Keynes: «Lo importante no es que el gobierno haga cosas que los individuos ya están haciendo y que las haga un poco mejor o un poco peor, sino que haga las cosas que ahora no está haciendo nadie».

–Que posea una audaz, pero realista, visión del futuro: “La misión de un verdadero líder es llevar a su sociedad desde donde está hacia donde nunca ha estado” (Henry Kissinger).

–En estos tiempos escasean los líderes sinceros. La sinceridad es lo opuesto a la hipocresía, al automatismo y a la rutina. La sinceridad genera una resistencia contra la rutinización de la conducta y la apoteosis de esa infinita estupidez llamada “lo políticamente correcto.”

–Se requiere un dirigente profundamente insatisfecho consigo mismo, con lo que ha aportado y lo que podría aportar. Que no le baste su única mirada. Que sepa poner límites a su vanidad, y a las incesantes adulaciones de los que lo acompañarán en las tareas de gobierno. Consciente del necesario aprendizaje que aportan la historia y la experiencia. No necesitamos un ser humano cómodamente instalado en su “zona de confort,” creyendo que se las sabe todas. En buena parte de su historia Venezuela ha sido un cementerio de liderazgos fallidos –no sólo en política, por cierto- de liderazgos que no se han atrevido lo suficiente, que fallaron intelectual o empíricamente.

Se desea un “outlier”, un fuera de serie que razone de manera muy heterodoxa, innovadora, creativa e imaginativa. Alguien a quien le atraiga no el país que siempre ha sido, sino el que podría ser.

– Necesitamos un líder que no piense con bastón o con muletas. Nos interesa alguien que, de entrada, evite las excusas, las afirmaciones sobre lo que no se puede hacer; un líder que muestra un rostro pesimista desde el comienzo es incapaz de generar la necesaria movilización emocional y empática de las mayorías ciudadanas.

–Un conductor en verdad democrático al momento de entrar al palacio de gobierno debe dejar su enemistad y sus rencores en la puerta. Se buscan presidentes que estén alertas para conducir los conflictos entre las ambiciones y las obligaciones de los actores institucionales.

-No deseamos un “líder-fotocopia». Los líderes exitosos del pasado, pertenecen al pasado, y debemos aprender de sus logros y considerar sus carencias. Pero su tiempo fue su tiempo, con sus retos específicos. Sólo ha habido y habrá un Winston Churchill, un Abraham Lincoln, un Konrad Adenauer, un Alcide de Gasperi, un Robert Schuman, un Rómulo Betancourt.

–Buscamos un conductor elocuente y valeroso, “un orador de discursos y un hacedor de hazañas” (Fénix a Aquiles, “La Ilíada”). Un dirigente con oratoria persuasiva y convincente. No un mero lector desangelado de recetas administrativas, gerenciales y burocráticas. Un líder que nos convenza, que nos emocione, que explique el porqué debemos dejarlo entrar en nuestras vidas y en nuestros corazones. Y eso no se logra ofreciendo simplemente más casas o mejorar la balanza de pagos. Como ha sido afirmado: “El político debe tener dentro de sí no sólo la inteligencia que gobierna, sino también la palabra que ordena mediante el convencimiento.”

–Se necesita un jefe de gobierno que entienda que las dificultades no son meramente administrativas, tecnocráticas o burocráticas; que debe trabajar para desmontar la cultura de la violencia, la pasión por la división y el odio, el egoísmo y el excesivo individualismo, con sus terribles expresiones cotidianas. Un líder realmente defensor de los derechos humanos, y de las violaciones a los mismos, dentro y fuera del país.

-Es fundamental que nuestro conductor afirme sin dudas su oposición, desde el mismo momento que se lanza en campaña, a toda reelección, empezando por la suya.

–Exigimos un líder 2.0, de este siglo y milenio, que no se rebaje a sí mismo ni irrespete a los ciudadanos llegando tarde a todas partes. La impuntualidad es signo evidente de subdesarrollo.

-Una vez más: ¡Que sepa de economía! ¡Y que no se reelija!

Los venezolanos están a la espera un nuevo liderazgo, un liderazgo que emocione, que conmueva y mueva. Como dijera alguna vez un exitoso gobernador de Nueva York, famoso por su carisma y su oratoria, Mario Cuomo: “se gobierna con prosa, pero se hace campaña con poesía.”

Frente a la dictadura, se necesitan líderes que separen lo falso de lo verdadero, y que con tenaz rebeldía nunca renuncien a la esperanza. Que construyan, no que destruyan, y que entiendan que no se salva la patria mimetizándose con quienes la han destruido. La Venezuela democrática nunca ha sido ni será tierra de verdugos.

Al final, de lo que se trata es: ni un nuevo mesías, ni un simple gerente: necesitamos una persona con dotes de Estadista. Así, con mayúscula.

Marcos Villasmil
revista@encuentrohumanista.org
@MackyArenas
Venezuela

RICHARD CASANOVA: LA VENEZUELA QUE “SE ARREGLÓ”. DESDE VENEZUELA

Pocos dudan que el gobierno “revolucionario” es el responsable de la colosal crisis que embarga a la nación como consecuencia de la ausencia de políticas públicas eficientes, de la incompetencia y la voraz corrupción que carcome al aparato estatal, especialmente en las cúpulas. Pero lo realmente abominable es que no se percibe una voluntad real de solucionar problemas, sino que todo el esfuerzo se centra en manipular las condiciones para generar una aparente mejoría, una falsa normalidad, con la única finalidad de ganar tiempo. Desgraciadamente, como un mar de fondo, la crisis avanza y se profundiza por debajo de esa capa superficial de maquillaje.

Nada de lo que hace el gobierno se traduce en crecimiento económico, solo manipulan para explotar una mejoría relativa. Por ejemplo, comparando con la severa escasez del 2018, pudiera decirse que se acabó el desabastecimiento, "ahora hay de todo". Pero ¿se ha incrementado la productividad? ¿Qué producimos de lo que encontramos en los anaqueles? Muy poco, casi todo es producto de las importaciones, o sea el principal negocio de quienes exprimieron al Estado a más no poder y arrasaron con el aparato productivo, aplicando una desquiciada política de expropiaciones y hostigamiento. Es un despropósito afirmar que "Venezuela se arregló", sin valorar los dramáticos niveles de pobreza, los cuales rayan el 90% y en el mejor de los casos, superan claramente el 80%. Es cinismo puro hablar de la recuperación del país y silenciar que –por ejemplo- según la ONU, al menos 3.200 niños menores de 5 años fueron diagnosticados con desnutrición aguda en Venezuela en los primeros cuatro meses del año 2022. ¿Qué es lo que se arregló?

Que un sector invierta en bodegones, tiendas de marca, casinos o restaurantes de lujo, solo sirve para maquillar la extrema pobreza que ha hecho metástasis y para drenar recursos mal habidos que no pueden sacar del país debido a las sanciones de la comunidad internacional. ¿Alguien verifica la procedencia licita de esas “inversiones” o estamos ante una gigantesca lavadora de dinero? En todo caso, que un 5% de venezolanos puedan abarrotar esos selectos locales, jamás podrá ocultar la extrema precariedad con que vive el 80% del país. Manipular con la buena vida de una minoría es inmoral, si así invisibilizamos la desnutrición infantil, el hambre, la crisis de los servicios públicos o la horrenda situación de los hospitales en Venezuela. Con la pretensión de inflar esta burbuja, irresponsablemente el gobierno y sus aliados invierten sumas monstruosas trayendo artistas internacionales, montando tiendas IPhone o pintando paredes bonitas y armando shows turísticos –como en Anzoátegui- dónde se raciona brutalmente el agua, hay un pésimo servicio eléctrico y en vez de reparar la vialidad agrícola, les donan mulas a los productores. Ese es el "país potencia", viviendo una mitomanía crónica, mientras marcha a pasos agigantados hacia el siglo XIX.

Quizás "hay más real en la calle" pero ello tampoco es consecuencia de una mayor productividad, menos de una acertada política económica, al contrario es signo de su fracaso, de la destrucción del Bolívar que literalmente obligó a una dolarización de facto de la economía, lo cual es una inmensa paradoja tratándose de un gobierno "revolucionario". Por cierto, conocida la naturaleza parasitaria del régimen, era previsible una maniobra ilegal para pechar a las transacciones en divisas, lo cual es un disparate como política monetaria. Pero se trata es de "meterle mano" a todo lo que se pueda. En fin, ¿Podemos decir que "hay más real en la calle" sin considerar el mísero salario de los trabajadores venezolanos y su real poder adquisitivo? Nadie vive con un dólar al día, la gente tiene que salir a "rebuscarse", crece la economía informal y con ella, la pobreza.

Conclusión, hoy más que nunca es urgente un cambio en Venezuela, con el agravante de que cuando la burbuja estalle, probablemente veremos la exacta dimensión de la tragedia y estructuralmente la crisis se habrá consolidado. Por fortuna, en ese país de fantasía que pretenden pintar, convive una Venezuela irreverente, una amplísima mayoría que rechaza al gobierno y sigue en pie de lucha día a día, ahí están desde ese empresariado que mantiene arriba la santamaría contra viento y marea, hasta los trabajadores humildes y amas de casa que hacen magia para mantener a sus familias. Es una Venezuela que no se rinde...

Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@RichCasanova
Dirigente progresista / PJ / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Venezuela

LEANDRO RODRIGUEZ: ¡CUIDADO! HOY EL 2015 ES UN MITO. DESDE VENEZUELA

En 2007 el expresidente Chávez, en pleno boom petrolero, cometió un garrafal error que hoy la oposición venezolana insiste emular. Obnubilado por su ansia de poder y carencia de principios democráticos, impuso en aquel intento de reforma constitucional la reelección indefinida, pero únicamente a su cargo. En consecuencia, hubo poca motivación para los alcaldes y gobernadores rojos promover dicha propuesta. Entre otros factores, ello le implicó a Chávez esa derrota electoral.

En 2008, a pesar de su ilegalidad, en la enmienda constitucional de ese año se volvió incluir la reelección indefinida presidencial, pero esa ocasión se incluyó a los gobernadores y alcaldes, generando que éstos trabajarán en función de su aprobación. Moraleja; en política hay que saber jugar en equipo.

La oposición se enfrasca en lo que, 7 años después, una leyenda; los resultados electorales de 2015, sí bien es cierto es la última elección internacionalmente reconocida, la realidad política dentro de Venezuela es faraónicamente distinta. Su errónea interpretación está a punto hacer desaprovechar una oportunidad que pudiera resultar valiosísima sí se asume correctamente.

A ver, en 2022 no hay partido opositor grande ni fuerte, existen partidos tradicionales, con ascendencia histórica, con reservas de militancia, pero nada mucho más allá, ninguno por si solo puede contra el régimen, incluso, una alianza entre los mejores posesionados también resultaría inútil, obligando (sin más opciones) a la unidad de todas las organizaciones políticas, eso sí, en igualdad de condiciones.

De 2015 solo queda explotar fuera de nuestras fronteras el último vestigio de constitucionalidad, pero dentro de nuestras fronteras ese episodio debe ser superado, extrayendo solo lo transcendental, en esa fecha lo que produjo la derrota más importante del régimen fue la unidad opositora en igualdad de condiciones, motivando a los venezolanos a votar como nunca, lo que produjo la AN 2016 – 2020 sea el poder público más votado en toda nuestra historia.

Hoy en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) se pretende, bajo la manipulación histórica de 2015, que algunos partidos tengan mayor peso/valor de voto a la hora de tomar decisiones nacionales, lo cual es un gravísimo error. Repetimos, hoy absolutamente todos los partidos opositores son pequeños ante el régimen y su poderío de instituciones, recursos y armas secuestradas al Estado, en consecuencia, la única forma de poder contrarrestar dicha adversidad es en unión perfecta, es decir, bajo la igualdad. Las decisiones de la conducción opositora deben tomarse bajo la fórmula democrática un partido, un voto.

A Venezuela le urge un liderazgo capaz, no solo de tomar decisiones acertadas sino de comprender nuestro complejo momento histórico. Los partidos políticos afrontan su peor crisis, sin embargo, son insustituibles en democracia, pero mientras vivamos en autoritarismo estas organizaciones deben sumarse al país, a la sociedad civil, a las distintas estructuras sociales como gremios, sindicatos, movimientos, entre otros. Pretender solventar la catástrofe venezolana desde la “supremacía partidista” que, dicho sea de paso, se encuentra secuestrada por unos pocos, es una concepción mediocre, tergiversadora, furtiva.

Así, hacemos un llamado a la reflexión de los partidos, para que sepan sobreponer el interés país, el interés de los venezolanos, para que resuelvan su compleja existencia interna y grupal bajo el principio de la igualdad y se engranen lo antes posible al país. Se debe comprender que el mayor enemigo del chavismo ha sido la unidad de los venezolanos y la presión que solo ella es capaz de ejercer en todos los ámbitos.

Leandro Rodríguez Linárez
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Venezuela