viernes, 12 de marzo de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ VIERNES 12/03/2021


ANA MARÍA MATUTE, LA IDENTIDAD PERDIDA

I
 
Todavía recuerdo cuando mi mamá me llevó a la oficina de identificación y extranjería para sacarme mi primera cédula. Como todo lo que hacía mi mamá, fuimos muy temprano en una mañana fría y nublada de los Altos Mirandinos. Ese día no fui al colegio, pues era prioridad que obtuviera mi documento.
 
Esa primera firma siempre es insólita, pero la estuve practicando con mi papá un tiempo. Estaba inspirada por la de él, porque era una cosa imposible de imitar, así como su letra ilegible que le hacía honor a su profesión de médico y que yo aprendí a descifrar tan bien que luego le pasaba sus manuscritos a máquina. Como buen científico, siempre estaba investigando.
 
Recuerdo que antes, cuando alguien se vestía elegante, la gente para bromear le preguntaba: “¿Vas a sacarte la cédula?”. Era todo un acontecimiento.
 
Y lo mismo pasaba con el pasaporte. El primero que tuve fue apenas una hoja con todos mis datos y los de mis padres en la que decía que tenía permiso de viajar. Luego vino la libretica. Fue tan fácil obtenerla que de eso sí no me acuerdo.
 
 
II
 
El derecho a la identidad es un derecho humano y está contenido en los artículos 7 y 8 de la Convención de los Derechos del Niño aprobada en 1989.
 
Venezuela suscribió ese documento en su oportunidad y en la Constitución figura que como país respetamos y debemos respetar todas estas declaraciones como nuestras.
 
Eso quiere decir que por cada niño que no tiene una partida de nacimiento, por cada escolar que no puede sacarse la cédula, pero también por cada venezolano que no puede contar con un documento, se viola no solo la carta magna de Venezuela, sino un derecho humano.
 
Que no venga nadie a decirme que el caos al que se someten los niños para sacar una cédula se debe al año de pandemia y cuarentena, porque es bien sabido que el Saime es un desastre desde hace años.
 
Nunca antes había sido una pesadilla perder la cédula o que se venciera un documento.
 
III
 
Después de sortear todos los obstáculos de la página web del Saime, mi sobrino logró pagar (nada barato) y hacer que el sistema me diera la cita para renovar el pasaporte.
 
Aprovechamos la ola, como bien me dijo mi niño, porque los primeros meses del año siempre la oficina funciona como debería. Si se cuenta no se cree, pero los venezolanos saben que si no se aprovecha, luego el Saime entra en un hoyo negro que se traga todo y no escupe nada.
 
Llegamos a las 7:30 am a la oficina que nos tocó y ya la cola era de dos cuadras sin distanciamiento social posible. Comenzaron a atender alrededor de las 9:00 am y ya yo estaba sentada en la acera porque no daba más.
 
Llovió, salió el sol, nos dio hambre, decidimos no tomar agua porque no había baños cerca. Pasaban las horas y lo que veíamos era que la gente se acumulaba en una especie de jardín convertido ya en terraplén.
 
Allí estaban con nosotras ancianos en sillas de rueda, mujeres con bastón, niños con sus padres, gente del interior del país, todos tragando polvo. Yo me echaba a cada rato gel alcoholado en las manos, pero igual estaba tirada en el piso.
 
Llamaron a mi hermana pero para decirle que tenía que llevar otros pasaportes más viejos que el que se le acababa de vencer. Así como lo leen, insólito. Yo me quedé esperando dos horas más.
 
Fueron ocho horas de tragar polvo, sin ir al baño, sin comer, sin tomar agua para que me entregaran algo a lo que tengo derecho y por lo que pagué más de lo que paga la mayoría en el mundo.
 
Eso es el régimen, una máquina para humillar. Y nosotros no tenemos más remedio que revolcarnos mientras nos patean.
 
Menos mal que aún quedan en mi memoria los recuerdos de lo que pudo ser Venezuela.
 

Ana María Matute
amatute@el-nacional.com
@anammatute
@ElNacionalWeb
Venezuela

TRINO MÁRQUEZ, LA SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LOS VENEZOLANOS

      

Para los gobiernos democráticos del continente, y del mundo, sabe amargo digerir a un personaje como Nicolás Maduro y el régimen que preside. Maduro no solo viola todas las normas de la convivencia democrática –la libertad de expresión, llenó las cárceles con centenares de presos  políticos, acabó con la autonomía del Poder Judicial, del Poder Electoral y con las elecciones competitivas- sino que cometió un pecado geopolítico grave: para mantenerse atornillado al poder, se alió con los enemigos históricos de Estados Unidos y de Occidente. Se vinculó a Rusia, China, Irán y, ahora, con la Turquía de Erdogan, cada vez más antieuropea, misogínica y clerical. 

            Las demenciales políticas económicas de Maduro han provocado el éxodo de más de 15% de la población –unos cinco y medio millones de personas- algo que jamás  había sucedido en América Latina, ni en ninguna otra nación que no haya vivido una guerra fratricida por razones políticas, étnicas o religiosas; ni haya estado sometida a ninguna catástrofe natural debido a inundaciones incontenibles o sequías prolongadas. 

            Las alianzas internacionales de Maduro y el éxodo masivo y continuo de venezolanos, con tendencia a crecer, han encendido las alarmas de las naciones receptoras de la mayor cantidad de venezolanos. Las respuestas de los países vecinos han sido de distinto signo. Desde 2020 se han visto brotes xenofóbicos en Panamá, Perú, Ecuador, Chile e, incluso, en Colombia. La respuesta de los gobiernos ha sido variada. Se ha movido entre el  fariseísmo y la indiferencia. Han condenado oficialmente las manifestaciones chauvinistas de algunos habitantes, pero no han articulado ninguna política para contenerlas, ni adoptado medidas coherentes para proteger  a los venezolanos empujados a huir de Venezuela de forma caótica e improvisada.

            Los gobiernos que han marcado pauta son los de Iván Duque y Joe Biden. Ambos aprobaron sendos estatutos de protección temporal a los venezolanos que se encuentran en Colombia y Estados Unidos en situación ilegal. En el caso de Colombia, el estatuto les concede el beneficio de protección por los próximos diez años; en el de Estados Unidos, la gracia fue concedida por dieciocho meses, lapso que permite regularizar la situación de los indocumentados.

            Sin la estridencia y fanfarronería de Donald Trump -para quien todas las opciones estaban colocadas en la mesa- la administración de Biden dio un paso trascendental: blanqueó la situación de los venezolanos que huyeron al norte buscando realizar el sueño americano. Por supuesto que concretar ese sueño, o estabilizarse en una sociedad tan compleja como la colombiana, en absoluto resulta sencillo. La Covid-19 ha estremecido los cimientos de la economía estadounidense y colombiana. Los venezolanos residenciados en esas dos naciones tendrán que competir en condiciones muy exigentes con los nativos y, en Estados Unidos, con los ciudadanos de muchas otras latitudes que, al igual que los venezolanos, aspiran establecerse y progresar en esa sociedad. La entrada en vigencia del estatuto no garantiza el éxito de nadie. Solo les permite a los beneficiarios quitarse de encima la preocupación de que pueden ser deportados en cualquier momento.

            Además, el decreto del TPS en Estados Unidos y Colombia marca una nueva línea de confrontación entre los gobiernos de esas naciones y el régimen de Maduro. Desde luego, que no resuelve  las causas estructurales que causan la diáspora, como señalan algunos personajes que quieren pasarse de listos. El estatuto no está concebido para reanimar la economía venezolana, debilitar internamente a Maduro y provocar una alianza de fuerzas políticas y sociales que terminen eyectando al mandatario. Su finalidad es mucho más sencilla y directa: busca aliviar el peso de la carga a los millones de venezolanos que acosados por el hambre, la inflación, el desempleo y la inseguridad, han huido despavoridos de Venezuela. Trata de hacerles la vida más amable a los niños, mujeres, padres y madres de familia, y personas de la tercera edad, que se fueron porque el régimen les cerraba las puertas y les anulaba la existencia.

            La aprobación del TPS representa una condena a las inequidades sociales creadas y propiciadas por el modelo madurista. Nadie se escapa por los caminos verdes, o emprende caminatas interminables, de un país lleno de oportunidades para ascender. Nadie ha visto a balseros partiendo de las costas de Florida para alcanzar las playas de Cuba. Ni a un lote de norteamericanos atravesando Centroamérica con el fin de llegar a la Venezuela de Maduro.

            También constituye un alegato contra la destrucción de la democracia. La crisis provocada por la Covid-19 podría ser mejor enfrentada si los millones de venezolanos que han emigrado, permaneciesen en el país para participar en la reconstrucción de la economía. La miseria y el cerco político, sin esperanza de un cambio cercano, es el viento de cola que ha impulsado a los venezolanos a fugarse. 

            La solidaridad activa de los presidentes Biden y Duque debería convertirse en un ejemplo de unidad de propósitos en el que se mire la oposición venezolana.

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

CARLOS BLANCO, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE LA FAN

1.- Tal vez de las pocas cosas en las que el régimen y los sectores democráticos coinciden sea en evaluar que la Fuerza Armada que existió hasta 1998 y quizás hasta 2002 está muerta. Los rojos, autores del crimen, se alegran porque habría desaparecido una institución al servicio de la clase política a la que atribuyen los males de la República. Los demócratas lo deploran porque fue la extinción de una institución que sirvió de indudable soporte al régimen de libertades, a pesar de que la procesión siempre anduvo por dentro (y sigue).

2.- La muerte de la institución de produjo a través de un proceso continuo de erosión y también en episodios de purga soviética que tuvieron lugar de tiempo en tiempo. La erosión sistemática fue a través de siete instrumentos poderosos e interconectados: la ideologización dirigida a promover la simpatías por el “socialismo del siglo XXI”; la carcoma de los valores y principios que fundaban la institución; la corrupción, lo cual dinamitó el esfuerzo por el mérito profesional; la contigüidad con el crimen organizado; la prostitución de los principios militares, del sentido de la jerarquía, la disciplina y la obediencia; el deterioro del apresto operacional; y, finalmente y como resultado, la pérdida del sentido profundo de la institución, de su doctrina y de su misión.

3.- Al final, de esa FAN quedaron escombros materiales, institucionales y espirituales. Tenientes con más poder que generales; altos oficiales con recursos que por la vía profesional no habrían obtenido de forma alguna; trasiego de maletas llenas de dólares; constitución de carteles para el tráfico de droga o de grupos que obtienen financiamiento de la protección a aquéllos. La podredumbre moral chorreando hasta abajo que es lo que hace posible que miembros del personal de tropa haga de las suyas en alcabalas, haciendas, comercios, gasolineras y donde haya “para los frescos”, venezolanismo retórico cuando un guardia nacional o policía te pide plata para los refrescos y dejarte seguir tu vía.

4.- Por supuesto que hay muchísimos oficiales asqueados de esta podredumbre; pero han sido marginados, excluidos, retirados, obligados a pedir la baja, acusados, perseguidos, y varios torturados, asesinados o en prisión en las peores condiciones imaginables. Muchos más, siguen en silencio sin posibilidad de hacer mucho debido a la penetración del espionaje local combinado con el cubano y ruso; además existe especial saña criminal en contra de la disidencia militar y su brazo ejecutor más depravado es la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).

5.- Esa destrucción sistemática fue una de las facetas de otro proceso, anunciado ya por Chávez en sus días de victoria y euforia: la construcción de una nueva Fuerza Armada. Esta no es ni la sombra de aquella, pero no hay que engañarse: tiene mucho poder político y de fuego. No es una institución con principios, valores y organización típica de una fuerza militar; sino un sistema de redes, en las cuales los nodos que la constituyen tienen sus jefaturas civiles o militares, alineadas con diversos papeles alrededor de la defensa y fortalecimiento del régimen: unos, en actividades militares, otros en actividades militares conjuntas con civiles militantes del régimen y los de más allá en directa conexión con redes criminales.

6.- La estructura se desarrolla con las Redes de Defensa Integral, las Zonas de Defensa Integral y las Áreas de Defensa Integral, siendo estas últimas las más básicas donde confluyen militares y civiles organizados, armados y militantes del proceso chavista-madurista. Es una nueva Fuerza Armada cuya misión no es la de la defensa nacional y el resguardo de la soberanía de la nación, sino la defensa del régimen frente a lo que consideran que será la línea final del batalla que es la guerra en contra del imperio.

7.- En ese proceso las fronteras nacionales carecen de valor si se trata de los grupos irregulares, como son el ELN, las disidencias de las FARC, el Frente Bolivariano de Liberación, y los grupos organizados con el narcotráfico y proveedores de financiamiento a las fuerzas tenidas como revolucionarias. El único valor de la frontera es como línea de resguardo y defensa para las fuerzas ilegales colombianas que tienen su santuario dentro de los límites de Venezuela.

8.- En la construcción de la nueva Fuerza Armada, la estructura de REDI, ZODI y ADI están siendo dotadas de muy poderosos armamentos para la guerra que vendría. Esta exhibición que hace el general Padrino de vez en cuando no puede ser tomada a la ligera: están armándose hasta los dientes con el único propósito de quedarse en el poder. Uno puede decir que todo ese poder de fuego no aguanta un desembarco de marines, pero no hay que equivocarse: tal posibilidad no existe, ni la región la aceptaría; por allí no es el apoyo que necesitan las fuerzas democráticas venezolanas, civiles y militares. Puede ser militar, pero de otro tipo –TIAR mediante–.

9.- Si las fuerzas opositoras no prevén esta realidad política y militar ninguna estrategia dará resultados. Hemos sostenido que para obligar al régimen a negociar en serio debe haber una amenaza creíble; no haber creído en esto ha conducido a que sea Maduro el que, con su nueva Fuerza Armada, tenga una amenaza creíble en contra de cualquier cosa que se mueva en su contra. Este nuevo escenario es el que hay que pensar en serio.

Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog
Venezuela – Estados Unidos

JUAN GUERRERO, LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA

   Entre los crímenes horrendos que se han gestado en la Venezuela del socialismo-chavizta del siglo XXI, hay uno que no olvidaré jamás. Por los lados de la escuela de Trabajo Social de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, unos jóvenes universitarios corrían entre unos arbustos, completamente desnudos, mientras eran perseguidos por hordas de “colectivos’, afectos al régimen de la llamada revolución bonita. Habían sido, no solo desnudados, también a la chica le habían rapado su larga cabellera.
 
 
   Fueron necesarios años de turbulentos enfrentamientos, desde 2014 (y acaso antes, en las gigantescas manifestaciones contra el régimen socialista) hasta finales de 2018, para que finalmente, la totalidad de las universidades venezolanas, republicanas, autónomas, públicas y democráticas, terminaran siendo controladas por el régimen totalitario de izquierda radical. 
 
  Esta es la rotunda y real verdad. La universidad venezolana, hoy, descansa sobre unos escombros visibles desde cualquier ángulo que se la pueda observar. Hablamos de la generalidad del sistema universitario venezolano. Bibliotecas incendiadas, laboratorios de alta tecnología saqueados, mobiliario robado, infraestructura colapsada, nulos sistemas de servicio, mantenimiento, así como inexistencia en los sistemas de actualización de información, dotación de bibliografía ni intercambio científico, humanístico y tecnológico. 
  
  A esto se agrega ahora, a partir del 8 de marzo del año en curso, la obligación de suministrar la data de nómina de todo el personal docente, de investigación, extensión, personal administrativo, obrero y de estudiantes beneficiados con los sistemas de becas y ayudantías. Toda esta información debe estar disponible para ser administrada a través de la llamada plataforma oficial del sistema Patria. A través de esta plataforma virtual se controlan los servicios, tanto del carnet de la patria, el Plan de abastecimiento de las llamadas Cajas Clap (servicio para surtir alimentos), entre otros servicios. 
 
  Si ya las universidades nacionales habían sido sometidas a un claro, evidente, notorio y público control presupuestario, donde año tras año apenas el régimen suministraba mínimo presupuesto para cancelar sueldos y salarios, y repetía las mismas asignaciones, trayendo como consecuencia una insuficiencia en la adquisición, adecuación, renovación y mejoras, tanto en la docencia, investigación aplicada como en los servicios de extensión comunitaria y producción, era evidente que la institución universitaria viera comprometida su pertinencia académica en la conformación de una nación social y económicamente estable y de acentuado progreso. 
 
  Pero es que ahora, una vez completado el plan de control total del sector universitario nacional, se inicia otra nueva fase de control, ya individualizado, con nombre, número de cédula de identidad, dirección de habitación, número telefónico y fotografía. Si antes las ‘razzias’ de las grandes protestas fueron apagadas con sangre y fuego, arrasando con todo. Ahora las persecuciones van a ser individualizadas frente a una población total y absolutamente indefensa. Esto, porque el cerebro pensante, el académico, va a ser constantemente vigilado, monitoreado, fiscalizado, censurado y controlado a través del sistema Patria. 
 
  Desde el 8 de marzo de 2021 los docentes universitarios venezolanos y la academia venezolana en general, de las universidades republicanas, autónomas, públicas y democráticas, solo devengarán como sueldo-salarios, ‘bonos’. Los organismos de protección social-gremial, como institutos de previsión y protección social, fondo de jubilaciones, asociaciones, sindicatos y federaciones, en la práctica van a desaparecer, sea por no recibir fondos monetarios o sencillamente, porque se les prohibirá su existencia, sea por vía ejecutiva, o de hecho. 
 
  Las instancias que han cometido semejante atropello contra las universidades, su comunidad y el Alma Mater (Alma Nutricia), sea el Consejo Nacional de Universidades (CNU), sea la Oficina de Planificación del Sector Universitario(OPSU), carecen de facultades jurídicas por ser instancias de segundo y tercer nivel administrativo frente a la ‘autonomía de origen’ que la Constitución Nacional venezolana le otorga a los Consejos Universitarios de las universidades nacionales. 
 
  Indudablemente, estamos de facto frente a una realidad donde no existe Estado de Derecho alguno y las decisiones del régimen totalitario vienen cumplidas a través de los entes del poder, respaldados, tanto por la fuerza militar-policial, como aquellos organismos paramilitares que se encargan de cumplir órdenes. 
 
  El daño que se está ejecutando contra el Alma Mater en Venezuela, no es tanto el control de un pago mensual de miseria y humillación (en promedio cada miembro de la comunidad universitaria venezolana devenga mensualmente cerca de 5$) como la desaparición de la autonomía de origen que le permitía a la comunidad universitaria, a través de sus organismos colegiados, elegidos democráticamente, seleccionar a sus autoridades y administrar sus propios recursos administrativos. Esta imposición agravará aún más la ya delicada migración de docentes, investigadores y personal administrativo, obrero, y de estudiantes, quienes no podrán acceder a estudios en universidades privadas. 
 
  Vienen tiempos más tenebrosos y de oscurantismo académico para Venezuela. El empobrecimiento educativo, en todas sus etapas, es alarmante y semejante a crímenes de Lesa humanidad. Todo régimen totalitario es contrario al rigor académico y al desarrollo de ciudadanos virtuosos y amantes del progreso y la cultura. 
 
  La universidad republicana, democrática, autónoma y pública existe desde 1721, y 20 o 30 años de barbarie no significarán más que una triste pausa en su Alma Mater. La constancia académica, su práctica científica, humanística y tecnológica derrotarán y sepultarán la mentalidad marginal de quienes hoy, con la fuerza de las armas, la censura, la arbitrariedad e intimidación amenazan las puertas del saber.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com   
@camilodeasis    
Venezuela

ENRIQUE PRIETO SILVA, LA DIGNIDAD DEL MILITAR VENEZOLANO

Tomando la necesaria voz interventora para ayudar a recuperar el orden disciplinario en la Fuerza Armada Nacional venezolana, queremos insistir en el tema que vienen tratando diversos sectores políticos, cada uno en su área, pero con mayor incidencia, el asumido por los opinantes militares, quienes como nosotros, asumen la sindéresis como bastión necesario, toda vez que otros sectores asumen como fundamento el acontecer conductual de los actuales mandos militares, adjudicándoles a ellos como verdad, el representar y hablar por todos los servidores nacionales, quienes un día juraron “defender la patria y sus instituciones hasta perder la vida si fuere necesario”, tal como lo manda la Constitución de la República.

 Queremos resaltar en este introito, el artículo del colega, compañero y amigo, a mas de compadre, Humberto Seijas Pittaluga, quien como siempre entorna su prosa con títulos, más que convincentes, reales. Es el caso de “Uniformados, un poquito más de decencia”, en el cual refiere las nefastas declaraciones del general Vladimir Padrino en su ataque al presidente de Colombia, con un verbo sin sentido, a mas de impropio, cuando asume la vocería de la Fuerza Armada Nacional, y sin tapujos, la del sublime mando superior del comandante en jefe, cometiendo errores que lo descalifican como estratega militar, toda vez, que la amenaza con la fuerza, no es propio de un ministro, y ni siquiera del presidente, ya que la FAN venezolana, conforme al artículo 328 de la Constitución, esta tiene como misión única la defensa militar. No creo que no sepan esto el presidente colombiano y su  mando militar. Y si lo pensara como retaliación, no es la forma militar de aplicar el principio de la sorpresa, ya que es enjundioso evitar la alerta de cualquiera operación, sea legal o ilegal.

Como dice el comentado Seijas: “A la mayoría de nosotros se nos enseñó, desde muy temprano, que ´lo cortés no quita lo valiente´.  Lamentablemente, no todos tuvieron la dicha de conocer esa norma y regirse por ella.” Y continúa Seijas (refiriéndose al MinPoPoDef): “No pensó que él no es un guapetón de barrio sino alguien que representa, ¡trágame tierra!, a la república.  Y que las relaciones internacionales se caracterizan tanto por la finura en el trato como por la hipersensibilidad dérmica de las partes.”

Para nosotros, todo este ensamble, que no es hipotético ni de inventiva, lo entornamos con nuestras anteriores exhortaciones al colega y muy galardonado general Vladimir Padrino, a quien desde hace tiempo le venimos alertando sobre actos aparentemente burlescos, con los que se le insinúa un cambio de actitud y conducta en el desempeño de su ya largo mando en la institución militar de la república, todo con nuestra intención de ayudarlo en el despeje de las insidias y burlas de personajes y hasta colegas “personeros”, que lo ven como un ente ubicuo, y a quien tal vez sin saberlo, le han dado la responsabilidad de asumir toda la desgracia gubernamental, en lo que ha ayudado su soberbia impropia y su testarudez, que va en contra de la dignidad del militar venezolano.

Bien es cierto, y lo hemos asumido como conclusión del análisis que hemos venido haciendo del actuar del general Padrino, desde su mismo entorno familiar en Caicara de Maturín, cuando como imberbe aún, no tenía idea de lo que le repararía el destino, y mucho menos del gravísimo error, que no ha querido reconocer ni renunciar, al ponerse en contracorriente en el país y tratar de mantener como viva y heroica la imagen del difunto teniente coronel Chávez, “destructor de la patria nueva”. En esto hemos insistido al general Padrino, que debe asumir su error de humano y actuar como sabio reconociéndolo, y asumir el rol que es el dable y necesario, de apartar a la FAN de la política, que tanto daño le ha hecho al país en estos veinte años de debacle institucional.

El colega general, debe oír la vocería que quiere involucrar a la institución de la dignidad en la debacle, ya imparable, y ponerse al servicio de la recuperación de la patria, dejando de lado la terquedad gubernamental y la desfachatada incongruencia opositora y, como buen ciudadano, unirse a la vocería que clama como pueblo, cambiar de sistema o cambiar de gobierno. ¡No hace falta golpe de Estado, solo falta sindéresis institucional y dar fuerza a la dignidad del militar venezolano!

Enrique Prieto Silva
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, TRAPO ELECTORAL = ESTADO COMUNAL

Tras cada presunto diálogo, negociación, acuerdo o acto electoral, el régimen acentúa su proyecto cubanoide, así ha sido desde época del expresidente Chávez y hoy día, motivado a su incorregible rechazo, el chavismo redobla su proyecto a espaldas de los venezolanos, lo hace tras bastidores de las instituciones públicas psuvizadas.

Aprovechando el repudio a los procesos electorales desde 2017, el chavismo consuma procesos electorales (al margen de la legalidad y la ilegitimidad) a sabiendas que, a pesar de su precaria condición de aceptación, gana todas las instancias en disputa, dicho sea de paso, en caso de perderlas les arrebata competencias, recursos, impone un poder paralelo, entre otros desafueros… sencillamente, mientras controle las instituciones del país, el chavismo es inmune a lo electoral, le resulta un negocio redondo.

Recientemente, las parlamentarias fueron un excelente ejemplo. Forzosamente, solo 3 de cada 10 venezolanos participaron en un proceso donde los partidos y candidatos (del chavismo y de la presunta oposición) fueron impuestos por el régimen. Con la experiencia de la AN 2015–2020, los venezolanos comprendieron el voto es inútil, el régimen terminó imponiendo un inconstitucional desacato al parlamento, sin importarle es el poder público más importante en una democracia ni que haya sido el poder público más votado en toda nuestra historia.

Las regionales serán otra elección rechazada por los venezolanos, sin embargo, lo peor no es eso, el régimen pudiera (es nuestra opinión) entregarle a su oposición desechable (la electorera) alrededor de 3 gobernaciones, con ello intentaría darse un baño de democracia fingida, pero detrás se esconde lo peor, el Estado Comunal.

El Estado Comunal fue rechazado por los venezolanos en el intento fallido de reforma constitucional de Chávez en 2007, sin embargo, el expresidente de igual forma lo impuso vía leyes habilitantes y a través de la AN roja rojita del momento, 2005 – 2010. He allí parte de la desgracia país que 14 años después hoy padecemos.

Como señalamos, en este 2021, el régimen pudiera entregar un numero de gobernaciones a sus aliados (fingiendo ser oposición), la razón de esta gambeta es porque cocina a toda leña el Estado Comunal, Estado que sustituye las alcaldías y gobernaciones, anteponiendo las estructuras partidizadas del Poder Popular, como lo son: consejos comunales, comunas, ciudades comunales, parlamento comunal, entre otras.

De este modo, una vez más, lo electoral es, por un lado, una trampa caza bobos y, por el otro, un negocio redondo donde el régimen jamás pierde. Tras cada evento comicial, se esconde un grupo de colaboradores que son tan culpables del agravamiento de las desgracias nacionales como el propio régimen.

El régimen chavista es profundamente radical, cuya condición de repudio, ilegalidad e ilegitimidad de la que es acusado por propios y extraños lo obliga radicalizarse más y más. En resumidas cuentas, la única oposición capaz de derrotarlo es una a su misma altura de radicalismo, pues hablamos de castrismo, el mayor antónimo de la democracia. Se requiere una oposición que, por su condición de legitimidad y legalidad, sepa imponer la agenda… Es hora de una Venezuela de hombres y mujeres capaces, unidos.  

Leandro Rodríguez Linárez

leandrotango@gmail.com

@leandrotango

Venezuela