sábado, 12 de junio de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ SÁBADO 12/06/2021

 




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TITULARES DE HOY
12/06/2021

ALICIA FREILICH: EL NACIONAL EN PRIMERA PERSONA

Semana  de mi cumple cincuenta y dos años en esta septuagenaria universidad  que enseña las exigencias de la libre comunicación escrita. Ingresé de asomada pues el título de Licenciatura en Letras que otorga mi adorada, hoy destruida Universidad Central de Venezuela, no acredita ni prohíbe explícitamente para ejercer la pedagogía ni el periodismo. Y llegué furiosa a través de Cartas a la Redacción, tan necesarias, respondiendo a unas declaraciones burocráticas del muy importante, prestigioso  intelectual Juan Liscano, entrevistado el día anterior a media página, donde aseguró que la juventud venezolana era floja, indiferente, ajena a los procesos culturales que adelantaba la democracia estrenada once años atrás.
 
Profesora de Literatura en liceos públicos y privados, para ese momento nueva en el Instituto Pedagógico que forma en diversas áreas a los profesores de la Educación Media, podía comprobar que aquel alumnado en su mayoría proveniente de las clases sociales más necesitadas de la provincia rural  y las urbes estadales estaban allí sufriendo privaciones a granel, habitando en curtidas pensiones y pobres residencias estudiantiles  capitalinas, con dificultades extremas para adquirir libros y materiales imprescindibles en su correcta preparación. Pero veía con agrado cómo  aquellos humildes recién llegados a nuestro departamento carecían del  dinero para comprar periódicos y recogían centavos para editar por un rudimentario mimeógrafo en hojas exténsiles, una revista llamada Helios (Sol), donde se estrenaban en el derecho a expresar por escrito, con dibujos y  caricaturas múltiples, sus reclamos y fragmentos creativos.
 
La indignada pero respetuosa carta fue publicada de inmediato en el diario   dirigido por Arturo Uslar Pietri y recibí vía telefónica la invitación a ingresar  con artículos, al inicio colaboradora ocasional, luego columnista semanal y así sucesivamente. AUP, además, me sugirió preparar dos reportajes urgentes, el primero sobre las desastrosas condiciones del oscuro local llamado Biblioteca Nacional que peligrosamente contenía valiosos y raros ejemplares a punto de dañarse. Y otro sobre el fenómeno de  alarmantes  migraciones planetarias, que comparadas con las actuales eran mínimas. Estímulos para ejercer este servicio con breves interrupciones, una motivada por la censura de un director a quien interrogué y alegó que se reservaba el derecho estatutario del periódico a rechazar opiniones, en mi caso, las vinculadas al judaísmo. Me marché y fui recibida sin condiciones en El Universal ayer conservador, hoy oficialista y regresé cuando el represor salió de EN. Tiempo después otro advenedizo en el cargo consideró que mis notas eran prescindibles en el nuevo diseño que comandaba, fui admitida de inmediato por Teodoro Petkoff para crónicas culturales en  su Tal Cual y al asumir su segundo turno Ramón J. en la dirección de EN, fui solicitada y volví.
 
De Uslar Pietri traté de aprender a sintetizar cada tema en cuartilla y media, de ambos Otero a respetar los distintos criterios, de Arístides Bastidas a simplificar educativamente lo complejo, de Oscar Guaramato a redactar sobre la marcha las noticias del día, de Miyó Vestrini a sensibilizar poéticamente la producción cultural, de R. J. Velásquez  a historiar el presente a través del ayer vislumbrando el mañana, de Argenis Martínez a envidiar con admiración sostenida su talento para el difícil arte que implica editorializar, en fin, es larga la lista de los grandes maestros, parcial por este corto espacio, pero habrá  la ocasión para uno largo que detalle su dimensión exacta incluidos nombres básicos de los quipos coordinados en las etapas de recepción, redacción, elaboración y de oficinas para atender al público. Quienes por décadas llevamos en mano los escritos a su antigua y actual sede pudimos apreciar desde muy cerca su mística laboral en un ambiente de cordial familiaridad con propios y ajenos. No por casualidad su fecha anual de aniversario reunía en taima festiva al  enorme, libre  país político, económico y cultural, sin distinciones.
 
¿Por qué ahora tanto me importa  dejar esta constancia  del yo-me-mi-conmigo que a muy pocos interesa y puede disgustar a muchos?
 
Pues contra la barbarie cuartelaría y palaciega, la bestialidad del garrote, el vacío cerebral y moral  de testaferros domesticados al mandato de Cuba,  al dominio criminal con o sin uniformes de la mafia narcomilitarista, prosigue la unidiversidad del civilismo, concepto fundacional de EN que por encima de sus ciclos en diferentes entornos políticos ha sabido corregir a tiempo sus errores de enfoque cuando percibe amenazada la libertad de expresión. Porque así es la naturaleza liberalista, por paradoja cada día más amenazada y débil en la globalizada Era Ciber.
 
Y por eso mismo conviene que retornen algunos expertos opinantes idos de su quehacer y de su vasto laboratorio mediático preservado en archivo seguro. Cualquiera sea la respetable causa de su ausencia notoria en las emisiones de su web, al igual que sucede con el actual partidismo político, es el momento urgente de unir las energías individuales y grupales, es de vital necesidad su presencia, renovarla ahora para beneficio colectivo, reacción esencial capaz de salvar lo que resta del periodismo venezolano ya casi atrapado del todo en la hegemonía comunicacional  totalitaria al estilo ruso de Pravda  y del cubano Granma, método que incluye las redes digitales sin Internet o represado bajo absoluto control. A consagrarlo como ley  ilegítima se dirige en primer lugar  la tramposa, falsa negociación oficial electoralista mediante su tradicional voto prostituido.
 
Es un hecho. La libertad se consigue mediante la unión estratégica consensuada para alcanzar un objetivo común, lo  que no significa unificación o uniformidad. Con totalitarios no se pacta, se los expulsa y la justa justicia que nunca prescribe se encarga de ellos. 
 
Quien no reconozca o silencie tamañas verdades históricas, lejos de salvador es cómplice.

Alicia Freilich
alifrei@hotmail.com
@aliciafreilich
@ElNacionalWeb
Venezuela

RAFAEL GARCÍA MARVEZ: LOS MILITARES, A PESAR DE TODO…

De los dos últimos meses para acá se han abierto otros caminos por donde transitan los sectores opositores venezolanos en una larga lucha que se ha desarrollado en varios escenarios, como comúnmente sucede contra los regímenes como el que hoy está en Miraflores. 

Por cierto, la semana que acaba de pasar —leí de la pluma, —mejor dicho, de las teclas de Manuel Barreto Hernaiz— un pensamiento de Winston Churchill quien se refiere a la política con la agudeza que siempre lo acompañó: La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra podemos morir una vez; en política muchas veces”. Transcurridas muchas décadas de lo expresado por el estadista británico, a la oposición venezolana le ha correspondido justamente eso: “morir muchas veces”. 

Para hablar tan solo del siglo pasado, nos topamos con la tenebrosa figura Juan Vicente Gómez —quien estuvo en la presidencia de la República hasta el día de su muerte en el año 1935 en su residencia en la ciudad de Maracay. Sin embargo, el postgomecismo se prolongó por diez años más, aunque con una orientación inclinada hacia rutas democráticas: generales López Contreras y Medina Angarita. El general Pérez Jiménez, otro dictador más, gobernó en función de presidente de la República a partir de 1952 hasta 1958. Es importante acentuar que durante los primeros cuatro años, es decir, hasta 1956 en el país no se movió una sola hoja en estorbo al régimen. Partidos inhabilitados, exiliados, y reinaba el pánico a la policía política, la Seguridad Nacional. Esbirros que lograron junto con las fuerzas militares invisibilizar a sus contendientes: adecos, uerredistas, comunistas y copeyanos. 

Los militares siempre han jugado un papel estelar en las restituciones de las democracias en Latinoamérica, igual que en otros continentes. La participación militar para el respeto a la Constitución es prácticamente indispensable, insustituible. De la manera más concisa posible señalaré dos casos habidos dentro de nuestra geografía, aparte de los ya señalados al comienzo de esta nota: Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, quien gobernó ese país bajo un control total que llegó hasta al extremo de sustituir el nombre de la capital Santo Domingo, por Ciudad Trujillo. Para retratar mejor el hecho, es como si Maduro supliera el nombre de Caracas, por ciudad Maduro. Todo este apretado preámbulo es para referir que esa larga dictadura de treinta y un años de Rafael Leónidas Trujillo terminó con el magnicidio llevado a cabo por oficiales de su mayor confianza y cercanía. El martes 30 de mayo de 1961, el auto en el que viajaba Trujillo fue ametrallado y convertido en un colador en una emboscada urdida por Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, y otros cuatro oficiales de su absoluta intimidad. 

En el gobierno del general Augusto Pinochet, la dictadura chilena, en 1988 a través de un plebiscito perpetuarse en la presidencia de la República. El ‘no’ en aquella consulta supuso el inicio de la transición a la democracia. También en este caso los militares fueron pieza sustancial para que el general Pinochet aceptara su derrota y admitiera los desfavorables resultados. El comandante en jefe de la Fuerza Aérea reconoció frente a los periodistas: “Tengo bastante claro que ha ganado el No”. Las declaraciones del General Matthei pusieron fin a la disputa; posteriormente, en elecciones abiertas triunfa el candidato de la oposición Patricio Aylwin; lo demás es historia conocida. 

Este largo relato es para que estemos claros, que todas las críticas, animadversiones y atropellos de todo tipo llevados a cabo en estos veintidós años por muchos oficiales de nuestra Fuerza Armada, deben tratarse, no con juicio de impunidad, sino con justicia y condescendencia a la vez.  Recuerden que el presidente Betancourt fue benevolente con los militares que apoyaron durante más de seis años al dictador Pérez Jiménez, —no lo hizo porque les tuviera mucho afecto, sino que en los cuarteles no había pleno apoyo porque se restaurara la democracia. —Solo pedimos que hagan respetar la Constitución, y no suplicar de manera inconsciente para que se lleven a cabo unas elecciones que nos conducirán, irremediablemente al cadalso…

Rafael García Marvez

garciamarvez@gmail.com

@RGarciaMarvez

Venezuela

EDUARDO FERNÁNDEZ: CIUDADES COMUNALES

El proyecto actual pretende acabar con el municipio. Hay que recordar que Venezuela nació de un hecho municipal.
 
El gobierno insiste en el tema de las Ciudades Comunales. Hay un proyecto de ley que se procesa en la Asamblea Nacional y que, probablemente será aprobado, a pesar de ser inconstitucional, gracias a la abstención porque, por ella, la Asamblea terminó siendo un órgano obediente y no deliberante. Igual que lo es el Tribunal Supremo de Justicia.
 
El proyecto legislativo presentado por el ejecutivo nacional es absoluta y radicalmente inconstitucional. El art. 136 de la Constitución dice: “El Poder Público se distribuye entre el poder municipal, el poder estadal y el poder nacional”. Allí no figura para nada el poder comunal, que, además, no tiene ningún tipo de soporte en la realidad, es simplemente un nombre para justificar lo que les dé la gana de hacer.
 
El art. 168 dice: “Los municipios constituyen la unidad política primaria de la organización nacional, gozan de personalidad jurídica y autonomía, dentro de los límites de esta Constitución y de la ley”. El proyecto comunal fue presentado originalmente por el presidente Hugo Chávez. Y como dispone la Constitución, fue sometido a un referéndum aprobatorio y el pueblo venezolano lo rechazó. El referéndum se celebró en diciembre del año 2007. Afortunadamente, para entonces, los venezolanos todavía votábamos y derrotamos ese proyecto en las urnas electorales.
 
El proyecto actual pretende acabar con el municipio. Hay que recordar que Venezuela nació de un hecho municipal. El 19 de abril de 1810, el Cabildo de Caracas resolvió desconocer el poder imperial español. Por eso nuestro himno nacional dice: “seguid el ejemplo que Caracas dio”.
 
Lo que tenemos que hacer es fortalecer al municipio como expresión del gobierno local. El proyecto presentado por el ejecutivo es deliberadamente antidemocrático. Los integrantes de ese poder comunal que se propone no serán elegidos por el pueblo en elecciones libres, universales, directas y secretas, como ordena el art. 6 de la C.N. y que para nada se respeta en el proyecto de Ciudad Comunal que propone Maduro. Lo que hay que hacer es retomar el proceso de descentralización y fortalecer el nivel regional y el nivel municipal de gobierno y no crear un estado paralelo al estado constitucional, como se pretende con el proyecto.
 
Hay que derrotar a ese proyecto que pretende consolidar la dictadura y desconocer al municipio, a la democracia y al estado de derecho.
 
Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE
Twitter: @ifedecve
Instagram: @Ifedecvenezuela
Facebook: @ifedecVZLA
Venezuela 

AURORA LACUEVA: PREPARAR EL NUEVO AÑO ESCOLAR

El Gobierno ha dicho que su intención es iniciar el nuevo año escolar de manera presencial o semi-presencial. Resultan importantes todos los esfuerzos e inversiones que se hagan para que esto pueda ser así, y para que además lo sea de la mejor manera. No hay tiempo que perder. Me parece realista estimar un inicio al menos semi-presencial, que se puede ir evaluando a fin de alcanzar la presencialidad lo antes posible.
 
 
Porque un tiempo fuera de las aulas como este, desde marzo de 2020 hasta octubre de 2021, ya es muy prolongado. La experiencia a distancia ha resultado limitante y difícil, especialmente para el estudiantado de las escuelas públicas. La oferta pedagógica del Mppe ha resultado escasa y de mediana o baja calidad: sus programas de televisión, sus guías, los recursos adicionales ofrecidos… Aun con poco dinero se hubiera podido hacer mucho más. Por otra parte, no se logró asegurar el acceso a internet y a equipos digitales apropiados para todo el alumnado o la mayoría de él, y ni siquiera para todos o la mayor parte de las y los docentes. 

En buena medida, los niños, niñas y adolescentes, junto a sus familias y sus educadores y educadoras, han quedado a su suerte durante estos complicados tiempos. Ojalá puedan volver pronto a sus planteles. Y ojalá puedan encontrar allí un ambiente agradable, una dotación siquiera básica y unos docentes que hayan recibido orientación y apoyo para recibirlos en estas circunstancias no habituales.
 
Empezando por los locales escolares, con tristeza recibimos de modo recurrente noticias sobre desvalijamientos de los mismos por parte del hampa, que no respeta los espacios de la infancia y más bien aprovecha la pandemia y la falta de servicio eléctrico para acentuar su dañina acción. 

Entre los casos más recientes está el del liceo bolivariano Cerritos Blancos, el único plantel de su tipo en el barrio de Barquisimeto del mismo nombre. La periodista Marla Prato reseña el hecho y explica que no es la primera vez que los delincuentes incursionan allí, pero que en esta ocasión terminaron con lo poco que quedaba: computadoras, grifos, puertas protectoras… hasta pocetas, en una violencia descontrolada. Son 1.230 alumnos perjudicados.
 
Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
Aurora Lacueva
@AuroraLacueva
@Unoticias
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: ATRAPADO EN EL CONFORMISMO

Así como hay vivencias que no admiten mayores impugnaciones en virtud de su transparencia, existen otras que, por dónde se miren, son completamente rebatibles. Quizás, el ejemplo más sencillo para comprender esto, es cuando se enfrentan rivales que pugnan por el mismo resultado. Sobre todo, cuando uno busca ganar a costa del esfuerzo del otro.
 
 
Esta situación lleva a la pregunta: “¿quién tiene a quién?” Y al intentar responderse, puede caerse en un círculo vicioso cuya rutina desquicie a cualquiera. Aunque también, es factible despegar siguiendo un trazado cuya continuidad haga emerger  expectativas tan optimistas como disuasivas de cuantas dudas surjan en su trayecto. 
 
Esta es una forma discursiva que podría explicar lo que, detrás del escenario que ocupa el teatro de la vida, acontece. O lo que, entretelones, encubre el ejercicio de la política. Habida cuenta que la política convencional se ha preparado para asumir manejos que encubren engañosas decisiones. Sus consecuencias, ponen en riesgo la movilidad del ser humano. En lo político, social y económico. 
 
Así se tiene que la política, aprovechándose de la ventaja que le prodiga su condición de manipuladora de la realidad, se vale de todo cuanto tiene a su alcance para llevar a cabo los arreglos que sus intereses y necesidades determinan. Lo hace, sin importar los efectos que sus acciones puedan causar. Adelanta o atrasa sus planes con toda la rapacidad o malicia posible. Muchas veces, la desconsideración del tiempo que su ejecución requiere. Aunque otras veces, apegada al inmediatismo. Y de esa manera, atropella todo a su paso hasta alcanzar sus propósitos. 
 
Así, la política se ha convertido en campeona del arrebato de lo que dictan sus intereses. Y que en su afán de poder, golpe a golpe, obtiene. Es una razón para que la historia se vea asociada con la política. Tanto, que muchas veces se comporta maleable ante el dominio que la política ejerce. Podría decirse que, por disimulada imposición, la historia se hace cómplice del ejercicio de la política. 
 
Por otro lado, la injerencia que el ejercicio de la política desarrolla, y el esforzado influjo de sus proyectos político-ideológicos, inducen en el individuo comportamientos que desdicen del concepto de política. Según Aristóteles, configura la condición sin la cual el hombre político (el zoon politikón) no podría compartir situaciones en conjunto. O de aquel otro concepto de política que exalta el pluralismo político en el contexto de la diversidad de pensamiento y de la comunidad en la que suscribe su dinámica. 
 
Aunque esta disertación pareciera estar arraigada en un fondo filosófico, o sociológico, es innegable que alude a la vida del hombre. Además como la vida en sí misma es un bastión de la política, deberá inferirse que el problema a que refiere estas líneas puede dirimirse en el terreno de la política. Particularmente, dada la gravedad que él mismo reviste. 
 
¿Cómo la política trama cambios perversos? 
 
En el plano universal, la política se ha valido de estrategias bastante discretas o disimuladas para inmiscuirse en la sociedad. Por supuesto, apoyada en distracciones articuladas mediante la puesta en marcha del viejo truco de “pan y circo”. A este respecto, es penoso manifestar que no ha habido excepciones honrosas y valerosas que hayan evitado dicha situación. 
 
De esa forma, la política ha alcanzado los objetivos trazados. Siempre a instancia de oscuras intenciones que difícilmente son traducidas y reconocidas. Aunque otro problema que se suscita, es cuando estas maquinaciones son interpretadas y dadas a conocer. Ahí, la política dirige sus cañones contra aquel medio o individualidad que se atreva hacerla del conocimiento público. 
 
La eficacia de la susodicha práctica es de tal alcance, que si bien los cambios han sido advertidos a primera, segunda o tercera vista, no así ha sucedido respecto de la conciencia humana. La discrecionalidad ha sido tan bien lograda, que los cambios han sido casi imperceptibles. Y si a dicho estado de dificultades se integra la indiferencia que el ejercicio de la política ha procurado en paralelo, pues de todo ello resulta una ecuación perfectamente calibrada y formulada. Casi que de improbable solución. Al menos, en la fase inicial de su aplicación. 
 
El nuevo esquema político impuesto por el silencioso y desmoralizador ejercicio de tan intrigada política, invadió por entero la vida del hombre. Especialmente, de comunidades y naciones afectadas por el miedo, el hambre, la violencia y la precariedad de salud, trabajo y educación. Y así ha sucedido, en medio de realidades insumidas por el autoritarismo y el totalitarismo. Por el despotismo propio de cualquier dictadura o tiranía. O por cualquier régimen terrorista, delincuente o forajido. 
 
Es el perfil del nuevo mundo. Del futuro. Es como lo concibe la fase terminal  del Covid-19. Y que, desde hace algún tiempo, viene imponiéndose como si nada estuviese ocurriendo. Peor aún, sin que haya habido mayores reacciones ante dicho problema. Más, al mostrarse casi imperceptible de advertir los cambios operados en medio de tan apáticas realidades. 
 
Pareciera que la gente sigue apegada a fantasear un mundo regido por consuetudinarias formas de vida. Y de las cuales será difícil desprenderse. Los cambios forjados a fuerza de tramas y zancadillas, se instalaron tan discrecionalmente que se institucionalizaron por vía legislativa o de facto. Se atornillaron tanto como se imbuyeron procesos, acciones, procedimientos y hasta de un lenguaje que se ajustó exactamente a ello. 
 
Tan soterradamente se establecieron esos cambios, que se mutaron con la realidad existente. Con la perfección de un evento de naturaleza quirúrgica. No fue necesaria la irrupción del Covid-19, con su manto de muerte, para sembrar más incertidumbre de la que emergió de las amenazas que acompañan las nuevas realidades que ya están viéndose. 
 
Hoy las realidades comenzaron a mostrarse más indolentes. Adheridas a un individualismo de sólida consistencia. De conductas muy poco tolerantes. Realidades colmadas de una excesiva virtualidad que obliga a vivir en comunión con el hardware de un inmenso  sistema digitalizado de comunicación e información. Realidades copadas por actitudes procedentes de una contracultura de valores y principios, sentimientos y afectos, responsabilidades y compromisos. El escepticismo adquirió forma humana para así hacer que todo un país viva, sin advertirlo o comprenderlo, atrapado en el conformismo.
 
Antonio José Monagas 
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO: VENEZUELA REQUIERE UN CAMBIO POLÍTICO (II)

Hemos dicho claramente en distintas publicaciones, y recientemente en artículo de hace como una semana, que Venezuela requiere de un cambio político, que le permita iniciar la superación de la grave y compleja crisis actual y avanzar hacia un crecimiento económico y desarrollo social, que garantice por fin, en forma sustentable, un mayor bienestar de la población venezolana. En los últimos 60 años, ha habido dos períodos claros de mejoramiento importante de las condiciones de vida de la población en general, que claramente superaron en su momento las condiciones previas de existencia.
 
El primero de estos períodos corresponde aproximadamente al lapso 1972-1982, que abarcó desde la mitad del primer gobierno de Caldera hasta la mitad del gobierno de Luis Herrera, incluyendo totalmente la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez. Contrario a la propaganda gubernamental, los indicadores sociales relacionados con el empleo, los salarios, el consumo, la nutrición, la salud y la pobreza, mejoraron ostensiblemente. El otro período de bonanza fue el transcurrido desde 2004 a 2014, correspondiendo al gobierno de Hugo Chávez, en el cual los mencionados indicadores también experimentaron cambios positivos en relación a los existentes con anterioridad.
 
En ambos casos, sin embargo, el mejoramiento de las condiciones de vida no se sostuvo, fue transitorio y estuvo relacionado causalmente con los elevados ingresos petroleros recibidos por el país, como consecuencia del incremento de los precios del crudo en el mercado internacional. Las situaciones económicas y sociales superadas regresaron, lo que en definitiva simplemente significa que los gobiernos involucrados fracasaron realmente en su cometido de mejorar las condiciones de vida de la población. El fracaso del siglo pasado llevó a desmoronarse al modelo político bipartidista existente; el fracaso de este siglo ha ido derrumbando al autodenominado gobierno revolucionario.
 
El cambio político es imprescindible para lograr una mejora sustentable de la economía, que le llegue además a toda la sociedad y no sólo a los privilegiados de siempre. Hemos hablado de tener que reescribir las reglas de la democracia y señalamos a la proporcionalidad electoral, como un aspecto fundamental a ser rescatado. Pero, por supuesto, hay otros elementos que deben incorporarse en el rediseño democrático: la alternabilidad es uno de ellos. Debe reestablecerse, pues es vital en mantener remozada la democracia y evitar su anquilosamiento. Contra la alternabilidad conspira la reelección permanente en los distintos cargos de gobierno, pero sobre todo en los de carácter ejecutivo.
 
No debe haber reelección permanente en la Presidencia de la República, ni en las gobernaciones, ni en las alcaldías. En el caso de los cuerpos deliberantes pueden establecerse diferencias puntuales, pero siempre es bueno recordar que la permanencia en los cargos impide que nuevos hombres, nuevas ideas y nuevas actitudes, puedan acceder a posiciones de poder, creando frustraciones y anulando generaciones enteras de necesario relevo. El financiamiento de las campañas electorales es otro elemento imprescindible, de manera de reducir el poder decisorio del dinero, que deforma enormemente el sistema democrático electoral.
 
La gran propaganda (TV, radio, Internet, pancartas, vallas, pendones y cualquier otra que exista o aparezca) debe ser financiada por el Estado a todos por igual y en la misma cantidad, sin diferencias que tengan que ver con el caudal de votos de las organizaciones o de sus alianzas. Todos deben tener la misma oportunidad de hacerse conocer y hacer conocer sus propuestas, a través de todos los medios lícitos existentes. Se acabaría de esta forma el uso delictivo de las finanzas públicas por las organizaciones identificadas con los gobiernos, así como el peculado de uso de los recursos oficiales. La competencia electoral sería entonces realmente equitativa.
 
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela