sábado, 8 de febrero de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, DOMINGO 09/02/2020

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA COMPAÑÍA QUE IMPORTA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 4 minutos
Ver un salón repleto de venezolanos pidiendo al unísono “¡intervención, intervención!” durante un encuentro con Guaidó en Miami, provoca no poca turbación, no poco desconcierto. “Solos no podemos”, repicaba el líder opositor en un encuentro con periodistas, luego de haberse movido entre el indescifrable “todas las opciones están sobre/bajo la mesa” y el aterrizaje forzoso que supone reconocer que “no podemos tercerizar la solución del problema”. Tras el fallido remake de salidas no ajustadas a lo disponible ni sintonizadas con las acciones de virtuales interventores –más que el ve... más »

AURORA LACUEVA: UNA ACTIVIDAD CREATIVA AL MES

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 8 minutos
Los problemas de nuestra educación requieren soluciones nacionales integradas, no son suficientes para resolverlos las iniciativas personales o locales, aunque se multipliquen. Debemos presionar porque esas soluciones nacionales empiecen a desarrollarse con acierto y constancia. Sin embargo, emprender en el ámbito de nuestra influencia en acciones positivas, más allá de la mínima rutina, no es para nada despreciable: puede evitar en parte el continuado deterioro de las escuelas, mantener encendida una luz de esperanza y apoyar las buenas políticas generales cuando se den. Entre las... más »

MERCEDES MALAVÉ: DE LA SOBREVIVENCIA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 13 minutos
Luego de cuarenta años de trabajo continuado, sumando buen número de publicaciones a las bibliotecas de psicoanálisis, Eric Fromm retoma el tema central de sus desvelos intelectuales en su texto “La revolución de la esperanza”. Habla de las alternativas a la deshumanización, presentando su plan programático-político para desafiar un futuro que no parece traer las soluciones tan anheladas al problema de la felicidad humana. Fromm se pregunta si estamos condenados a “producir gente enferma para tener una economía sana”, o si “existe la posibilidad de emplear nuestros recursos materia... más »

LUIS FUENMAYOR TORO: EL PERIPLO DE GUAIDÓ

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 16 minutos
El diputado Juan Guaidó, quien hoy preside una de las dos asambleas nacionales existentes, acaba de realizar un viaje en el que visitó distintos países y organismos europeos y americanos, comenzando con Colombia, nuestro conflictivo vecino. Desde ya se discute si el viaje fue o no exitoso, aunque la gente lo hace en función de sus deseos e intereses, lo cual da una visión un poco sesgada del juicio. Por supuesto que se podría preguntar previamente: ¿Exitoso para quiénes? ¿Exitoso para qué? Y a lo mejor es por ahí por dónde deberíamos comenzar. Pero no, no lo haremos así, sin que nu... más »

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: UN PAÍS CRUZADO POR CONFLICTOS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 18 minutos
¿Cuál país podría imaginarse el lector para despejar la incógnita de una ecuación que enreda variables políticas, económicas y sociales. Y además las condiciona a una interpretación que figura un plano de sórdida y pérfida realidad? Posiblemente, la mente acudiría a respuestas que habrían de referir países del África meridional. O quizás, del Medio Oriente. Sin embargo, la respuesta tiene el valor propio de una reflexión que puede rayar en la precariedad del conocimiento geopolítico. Aún así esos países antes pensados, aun cuando no escapan de realidades colmadas de problemas anega... más »

ROMÁN IBARRA: EL MATADOR

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 21 minutos
Exageradamente buena ha sido la larga gira que llevó a Guaidó, primero a Colombia a la cumbre contra el terrorismo, cuyo centro de preocupación fue precisamente Venezuela, debido a las malsanas relaciones de la dictadura comunista con el fundamentalismo del Medio Oriente. De ahí se fue a Europa, para intervenir en el Foro de Davos y explicar directamente a los más importantes líderes políticos y económicos del mundo, la tragedia en que está sumida Venezuela, por la conducción irresponsable, y corrompida en extremo de Chávez, y Maduro, y también en Europa, esta vez en España, fue el... más »


MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA COMPAÑÍA QUE IMPORTA

Ver un salón repleto de venezolanos pidiendo al unísono “¡intervención, intervención!” durante un encuentro con Guaidó en Miami, provoca no poca turbación, no poco desconcierto. “Solos no podemos”, repicaba el líder opositor en un encuentro con periodistas, luego de haberse movido entre el indescifrable “todas las opciones están sobre/bajo la mesa” y el aterrizaje forzoso que supone reconocer que “no podemos tercerizar la solución del problema”. 

Tras el fallido remake de salidas no ajustadas a lo disponible ni sintonizadas con las acciones de virtuales interventores –más que el verbo picoso de un Trump en campaña por la reelección, hay que fijarse en los entecos corolarios de 2019, el acento pragmático entre aliados o la resiliente estampa de quien sigue en Miraflores- tal apego a la solución de fuerza luce inexplicable. Pasar, por otro lado, del empoderamiento, la calle abarrotada y el “falta poco” a la impresión de que sin sostenes foráneos la fuerza de la oposición se pulverizará, deja la ingrata sospecha de que casi nada se apuesta a la facultad del liderazgo para producir mudanzas en lo que perturba. Es la impronta del determinismo lo que reina, la idea de que en esa deriva impuesta por un destino que la voluntad humana no puede modificar, sólo los dioses tienen la última palabra. De allí la invocación al dorado “Deus ex machina”, aun a espaldas de la evidencia. Algo a lo que algunos optimistas llaman “fe” y que otros, aferrados a la trágica comprobación de la historia como la propia Barbara Tuchman, califican como sinrazón, como locura.

Cabría recordar cómo la expectativa de una “¡intervención ya!” también encandiló a parte de la oposición siria, por cierto. En 2013, el jefe de la Coalición Nacional (CNFROS), Ahmad Yarba, pedía a la comunidad internacional un “golpe de castigo” para el régimen de Al Asad, alegando que este contaba con “total apoyo de Rusia, Hezbolá e Irán” mientras “a nosotros nos falta de todo. Nuestros aliados no nos han dado nada de lo que pedimos. Necesitamos apoyo real”. En 2016, el coordinador del Alto Comité de Negociaciones, Riad Hijab, instaba al gobierno de EEUU a tomar cartas en el asunto. “Pedimos a Washington adoptar medidas inmediatas (…) contra el Gobierno de Damasco para defender al pueblo, y lanzar apoyos militares a grupos armados cercados por las fuerzas sirias en la ciudad de Alepo”, declaró. “Es hora de que el mundo ponga fin a los crímenes de Bashar al-Asad por sus crímenes contra el pueblo sirio”.

Sobre lo que el derroche de irresponsabilidad, malas decisiones y desesperado cálculo produjo, sobran testimonios. Un país prácticamente borrado del mapa da fe de la rebatiña feroz a la que lo han sometido los bandos en disputa. Entretanto, Al Asad, visto con sobradas razones como una amenaza para la región, se mantiene en el poder, surfeando sobre la ola servicial del colapso, medrando en sus horrores. Otra demostración de que el camino al infierno suele estar empedrado de pulcros propósitos; trapacero cuadro cuya vista, como cavilaba Maquiavelo, debería alcanzar para mantenernos apartados de él.

No se niega, claro está, la complejidad del problema venezolano ni la pertinencia del aval que el mundo libre brinda a los demócratas en este trance. Lo rebatible es el afán por reasignar tareas que sólo al liderazgo local (sostenido por la “potentia” de esa mayoría que rechaza los rigores de un gobierno abusivo) incumben. Allí habría una evasión del deber más básico de quien aspira a liderar, a conducir un país; esto es, comprometerse con alternativas realistas, responder asertivamente a la emergencia doméstica y priorizar su contexto, avizorar soluciones de largo plazo y con menos costos para la población; identificar zonas de oportunidad apelando a esa índole razonable y “commonsensical” –más que técnica o puramente abstracta- de la política. Sortear a toda costa el daño, en fin: jamás conspirar para agravarlo. 

Al tanto del paisaje electoral que se asoma (hecho que desbanca al desiderátum belicista) tener un liderazgo con capacidad de maniobra interna adquiere una relevancia imposible de endosar a otros. Al respecto, conviene recordar hallazgos como los de Chenoweth y Stephan, quienes al evaluar el impacto del apoyo externo en la lucha contra regímenes autoritarios descubren que, paradójicamente, este puede socavar “los esfuerzos dirigidos a movilizar el apoyo público local… puesto que los activistas se apoyan demasiado en la ayuda externa en vez del apoyo local, y así pierden su base de poder”. Estudios de opinión recientes ofrecen pistas adicionales: es obvio que la confianza cívica merma (según More Consulting, 44,3% dice no sentirse identificado con ningún líder) mientras la crisis sigue su indetenible curso. Sí: abandonar el terreno de juego, apostar a un incierto salvavidas aduciendo impotencia, implicará seguramente arriesgar la compañía que importa… y después, ¿qué? ¿Estamos preparados para lidiar con los estragos de tanta soledad, tanta autofagia política?

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal

AURORA LACUEVA: UNA ACTIVIDAD CREATIVA AL MES

Los problemas de nuestra educación requieren soluciones nacionales integradas, no son suficientes para resolverlos las iniciativas personales o locales, aunque se multipliquen. Debemos presionar porque esas soluciones nacionales empiecen a desarrollarse con acierto y constancia. Sin embargo, emprender en el ámbito de nuestra influencia en acciones positivas, más allá de la mínima rutina, no es para nada despreciable: puede evitar en parte el continuado deterioro de las escuelas, mantener encendida una luz de esperanza y apoyar las buenas políticas generales cuando se den.

Entre las acciones beneficiosas que las educadoras y los educadores podemos cumplir en la institución educativa y/o en el aula creo relevante la de “una actividad creativa al mes”. Al proponerla, no implico que las demás actividades sean prosaicas, sino que aun en circunstancias difíciles puede resultar posible desarrollar con cierta frecuencia alguna labor educativa de especial interés, distinta a las del día a día. Son actividades que despiertan la curiosidad del estudiantado, llaman a su reflexión crítica, estimulan su expresión artística, les proponen colaborar en la solución de algún reto, vinculan teoría y práctica, o permiten la interrelación con la comunidad, entre otras posibilidades valiosas.

Por ejemplo: visitas a lugares cercanos (una panadería, una estación de radio…), invitados en clase (artesana, farmacéutico…), experimentos químicos con sustancias caseras, diseño y construcción de pequeñas máquinas, juegos matemáticos de ingenio, taller de poesía, siembra de árboles en el entorno… Y, como estas, muchas más que las y los docentes planifiquen, dentro de lo factible y a la vez pedagógicamente enriquecedor. Las mismas pueden convertirse en un tiempo particularmente atractivo dentro de la jornada escolar, e incluso a veces en un núcleo para la generación de nuevas iniciativas.

Pero no nos engañemos: nuestra grave situación educativa exige cambios globales de gran envergadura. Empezando por un acuerdo de convivencia democrática entre todos los factores políticos, que dé estabilidad y confianza, seguido de entendimiento básico en el área económica que paren el deterioro y permitan aprovechar nuestras potencialidades.

Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
Aurora Lacueva
@AuroraLacueva 
@UNoticias

MERCEDES MALAVÉ: DE LA SOBREVIVENCIA

Luego de cuarenta años de trabajo continuado, sumando buen número de publicaciones a las bibliotecas de psicoanálisis, Eric Fromm retoma el tema central de sus desvelos intelectuales en su texto “La revolución de la esperanza”. Habla de las alternativas a la deshumanización, presentando su plan programático-político para desafiar un futuro que no parece traer las soluciones tan anheladas al problema de la felicidad humana.

Fromm se pregunta si estamos condenados a “producir gente enferma para tener una economía sana”, o si “existe la posibilidad de emplear nuestros recursos materiales, nuestros inventos y nuestras computadoras al servicio de los fines del hombre”. Se pregunta, en definitiva, si “debe la mayor parte de las personas ser pasiva y dependiente a fin de tener fuertes organizaciones que funcionen bien”. Imbuidas de marxismo, las ideas del psicoanalista bien podrían aplicarse a los regímenes comunistas, sustituyendo las organizaciones por el Estado.

Los sistemas materialistas se fortalecen en la medida en que debilitan al ser humano. Por eso convierten la religión en sentimiento, la cultura en propaganda ideológica, la política en guerra y la economía en sobrevivencia egoísta. Ámbitos humanos por excelencia –religión, política, cultura, economía– deben ser reducidos a la dimensión cuasi instintiva del ser humano, para que el materialismo corone sus metas.

Dejar el mando de lo propiamente humano a la dimensión instintiva del placer no supone animalizar a los individuos sino envilecerlos. No se trata de dejar que los leones se comporten como leones, las serpientes como tales y las palomas como ingenuos pajaritos. Fromm recomendó sustituir la religión por el “confort social” y la esperanza por la satisfacción de simples expectativas. De ahí parte la degradación de todo.

El logos entendido como la razón que ordena, clarifica, jerarquiza y decide, se considera una instancia opresora y represiva. Lo curiosos, y de aquí parte el envilecimiento humano, es que el ámbito represivo de la razón sólo hay que suprimirlo hacia uno mismo. En lo social, en cambio, el orden racional hay que imponerlo por la vía de la opresión y del castigo: el leviatán.

Por eso, no se ocultan al pensamiento las enormes coincidencias que hay entre relativismo y absolutismo, entre “que cada quien haga como le dicten sus instintos políticos, económicos o religiosos” y “el orden hay que imponerlo por vías de fuerza porque las personas nunca lo harán por su propia racionalidad”: El logos exterior –opresión, imposición, instancia represiva– se asocia con el eros íntimo –permisivismo, laxitud, desenfreno–. Grande afinidad que, a base de una pseudo libertad, va carcomiendo los fundamentos éticos de toda sociedad que pretenda conducirse bajo criterios de apertura. No es posible defender la libertad si se vive bajo la más ramplona dictadura del placer y el hedonismo.

En nuestra interminable tragedia, el logos opresor y el eros permisivo nos están paseando por los pasajes más detestables de nuestra venezolanidad. Mientras unos sobreviven de la basura, otros justifican el tráfico de comida y gasolina para “sobrevivir” a las sanciones económicas. La enajenación moral del egoísmo es tal que el mismo concepto de esperanza queda mutilado. Lo único que importa es el provecho inmediato hoy. Decía Fromm: “A fin de estar en las mejores condiciones de proveerse, las personas deben reprimir tanto el miedo y la duda como la depresión, el aburrimiento y la falta de esperanza. La esperanza es un estado, una disposición interna para actuar (activness)”.

Ese activismo incondicional del instinto más primitivo es lo que explica la degradación de todo: desde la decadente situación de vandalismo en que ha devenido el sistema de las cajas CLAP, la entrega de nuestra máxima industria y quien sabe si hasta concesiones de nuestra territorialidad.

Así se comportan las fuerzas motrices de nuestro devenir histórico. Mientras tanto, millones de venezolanos, dentro y fuera del país, elevan su llanto y sus plegarias sin rastro de resignación o indiferencia ante lo que está ocurriendo en nuestra nación. Actitud que ya nos conduce por un destino distinto.

Mercedes Malavé
mmmalave@gmail.com
@mercedesmalave
@ElUniversal

LUIS FUENMAYOR TORO: EL PERIPLO DE GUAIDÓ

El diputado Juan Guaidó, quien hoy preside una de las dos asambleas nacionales existentes, acaba de realizar un viaje en el que visitó distintos países y organismos europeos y americanos, comenzando con Colombia, nuestro conflictivo vecino. Desde ya se discute si el viaje fue o no exitoso, aunque la gente lo hace en función de sus deseos e intereses, lo cual da una visión un poco sesgada del juicio. Por supuesto que se podría preguntar previamente: ¿Exitoso para quiénes? ¿Exitoso para qué? Y a lo mejor es por ahí por dónde deberíamos comenzar. Pero no, no lo haremos así, sin que nuestra decisión obedezca a algo diferente del gusto a hacerlo en otra forma. No es éste un trabajo científico sino un simple artículo periodístico.

Guaidó de nuevo sale del país haciendo caso omiso a la prohibición que tiene de hacerlo. ¿Fue en secreto o lo acordó con el gobierno? No sabemos, aunque nos parece muy difícil que Maduro no se haya enterado con anterioridad del viaje. Lo cierto es que tuvo como hacerlo, lo que habla del apoyo que tiene para sus actividades. Por la milésima parte de lo que el diputado guaireño ha hecho, muchos otros han sido detenidos, incomunicados, escondidos, sin abogados y sin presentación en tribunales, para no hablar de las denuncias de maltratos y otros vejámenes. Guaidó no ha sufrido estos atropellos y personalmente no creo esa explicación del gobierno que dice que “es mejor que esté libre para que siga metiendo la pata”.

Guaidó es una piedra en el zapato del gobierno. Lo es para Maduro, para Diosdado. De qué tamaño y cuánta molestia produce no lo sé, pero de que es una piedra, lo es. Y la conducta del gobierno hacia Guaidó nos demuestra que no es todopoderoso, como pretende aparentar. No puede hacer lo que le venga en gana. Alguna negociación se ha dado, en contactos directos o indirectos, o por alguna razón o información desconocida el gobierno se ha limitado e inhibido, lo que ha llevado a mantener esta situación de ambigüedad por más de un año. Al momento de escribir esta nota, no se ha producido el regreso de Guaidó a Venezuela, por lo que no podemos ir más allá en nuestras conjeturas.

Para los intereses de quienes apoyan el paralelismo gubernamental existente, la gira de Guaidó fue un éxito. Además de la disminución habida del respaldo popular al diputado, se percibía en el ambiente una disminución del apoyo internacional. Éste aspecto fue reforzado por la gira, sin lugar a dudas. Sus entrevistas con mandatarios de países importantes, su presencia en el Foro Mundial de Davos y en Bruselas, la concentración en la Puerta del Sol de Madrid, fueron hechos relevantes para la política de la oposición, que se ha puesto como meta la salida de Maduro como requisito a cualquier cambio político en el país. ¿Que el viaje no va a reducir la crisis existente? Es verdad. ¿Qué significa una interferencia en lograr una salida nacional, pacífica, democrática y electoral? También es verdad. ¿Qué su impacto será efímero? Puede ser. Pero eso no le reduce el éxito en este momento.

Es claro que todo el periplo estuvo a cargo de especialistas estadounidenses, quienes incluso remataron la gira con un suspenso de telenovela. Guaidó en Miami esperando conversar con Trump y éste jugando golf como si nada. Luego aquello de que Guaidó asistiría al mensaje de Trump como parte del público. ¿Mencionará Trump a Venezuela? ¿Se referirá a Guaidó? ¿Lo seguirá ignorando? Toda una campaña mediática en este sentido. Y al final: el desenlace. El muchacho de la película es aceptado, bienvenido y abrazado por su mentor y protector. La mano de la democracia del “Mundo libre” le es extendida de nuevo, para regocijo de quienes tienen corazón y bolsillo fuera de nuestro territorio.

Es claro que Trump también actuó en función de su reelección y quizás hasta sacó mucho mayor provecho que Guaidó. Pero hay otros movimientos a los que hay que atender. EEUU ha prometido reforzar las acciones contra Maduro para terminarlo de aplastar. Ya hay quien solicitó que nuestro país sea declarado como terrorista por el Departamento de Estado. La tragicomedia no ha llegado a su final.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@yahoo.com
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: UN PAÍS CRUZADO POR CONFLICTOS

¿Cuál país podría imaginarse el lector para despejar la incógnita de una ecuación que enreda variables políticas, económicas y sociales. Y además las condiciona a una interpretación que figura un plano de sórdida y pérfida realidad? Posiblemente, la mente acudiría a respuestas que habrían de referir países del África meridional. O quizás, del Medio Oriente. Sin embargo, la respuesta tiene el valor propio de una reflexión que puede rayar en la precariedad del conocimiento geopolítico. Aún así esos países antes pensados, aun cuando no escapan de realidades colmadas de problemas anegados por rarezas sociales, propias de finanzas de manejos unilaterales, de una administración de justicia oscura, de una moralidad apegada a condiciones específicas,  de una ética pública y de un ejercicio de la política acusados de manejos solapados, son recintos nacionales cuyas complicaciones responden a razones solamente socioculturales, religiosas e históricas. En consecuencia, son naciones constituidas por poblaciones para quienes estos conflictos de tan específica naturaleza, forman parte de su idiosincrasia. Problemas que se padecen por generaciones hasta el extremo que se somatizan convirtiéndose en elementos propios de su humanidad. Poblaciones que han vivido trajinando sus causas y lidiando sus efectos. 

Pero quien por ahí supuso la respuesta, no acertó. Su presunción escasamente lo condujo a colisionar con el espíritu del ideario que envuelve la premisa subsistente bajo la pregunta que deriva de la presente disertación: un país cruzado por conflictos.Por tanto, la respuesta pudiera contravenir tendencias que sirven de manifestaciones de lo que suele describir la historia política contemporánea de un Estado-nación cuyas leyes han dispuesto  de la pronunciación de valores como cimiento del proceso de desarrollo al cual la política apostó todas sus capacidades y potencialidades. Pero aún así, quien por ahí intentó responder, fracasó en su apuesta. 

Bastaría con un análisis del lenguaje de la violencia para comenzar a descifrar algunas luces de hacia dónde se dirige la respuesta exacta. Aunque en el curso del análisis, es posible incurrir en errores sostenidos por la proximidad de hechos que caracterizan esa realidad geopolítica cundida por conflictos que asoman por doquier. Conflictos sin estructura dialéctica, sin forma semántica, sin fundamento hermenéutico. Tan contradictorios según el plano de desarrollo alcanzado por la realidad en cuestión, que la respuesta se torna tan borrosa. Tan turbia, que es capaz de enmarañar el análisis al punto que serían tantos países que cabrían en la respuesta, que todo resultaría el reflejo de un vacío. 

Posiblemente la utilización del método que aplica el principio de “deducción al absurdo”, para dar con la incógnita, sería más preciso que cualquier otro que pueda sugerir la teoría política. O las mismas Ciencias Sociales. 

A la altura de esta disertación, el tiempo está próximo a agotarse. No obstante, vale reconocer el esfuerzo para dar con la respuesta en torno a determinar cuál es ese país cruzado por conflictos. Conflictos que resultan de la extraña y contradictoria combinación de la estupidez con la soberbia. De la socarronería con la vanidad y la hipocresía. Un país cuyos gobernantes no tienen impedimento alguno para acusar a cualquier persona de incitador de odio, instigador de insurrección, de desobediencia de las leyes, de usurpador de funciones, de rebelde civil, de conspirador, de traicionero, de delincuente, de no ser leal a los principios de la patria, etcétera, etcétera… 

Acusaciones todas infundadas. O en todo caso, sembradas a desdén de circunstancias con la anuencia de testigos fabricados a conveniencia. Así que el país sobre el cual puede recaer la impúdica caracterización de ser el que devela la incógnita de tan embrollada ecuación, es aquel donde se asesina impunemente. Donde se desaparecen ciudadanos sin que pueda aludirse quien, del alto gobierno, ordenó tan desalmada decisión. Incluso, quienes llevaron a cabo tan terrible mandato. Es aquel país en el que se tortura como hecho propio de la cotidianidad política. Pero también es aquel en el que el régimen político busca que el pueblo padezca de hambre y así obviar excusas que dificulten controlar la población y someterla a violentos designios.

Para no prolongar más la impaciencia que causa la resolución de tan curiosa ecuación, la respuesta es aquella cuyos valores numéricos coinciden con contravalores que la historia sabe traducir. Y de cuya traducción, pueden inferirse la inmoralidad, la infamia, el desparpajo, la impudicia la ignorancia, el vandalismo y la barbarie. Todo esto, con la exactitud que permite la matemática (política), toda vez que evidencia las realidades donde se conjugan tan disuasivas variables que dan cuenta del país en cuestión. Y que no es otro que Venezuela. Y es así dado que en el fondo es un país cruzado por conflictos.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

ROMÁN IBARRA: EL MATADOR

Exageradamente buena ha sido la larga gira que llevó a Guaidó, primero a Colombia a la cumbre contra el terrorismo, cuyo centro de preocupación fue precisamente Venezuela, debido a las malsanas relaciones de la dictadura comunista con el fundamentalismo del Medio Oriente.

De ahí se fue a Europa, para intervenir en el Foro de Davos y explicar directamente a los más importantes líderes políticos y económicos del mundo, la tragedia en que está sumida Venezuela, por la conducción irresponsable, y corrompida en extremo de Chávez, y Maduro, y también en Europa, esta vez en España, fue el lugar donde la Delcy protagonizó el estúpido incidente que puede salirle caro al gobierno español.

De Europa se fue a Canadá, siendo recibido por el Primer Ministro, y el Parlamento para ratificar el apoyo de esa nación a la lucha por la recuperación democrática de nuestro país.

Días después, llegó a territorio de los Estados Unidos, con lo cual, comenzó un ataque de histeria desenfrenada, tanto en el régimen de Maduro, como en los extremistas de ¨oposición¨ anti Guaidó. El oficialismo, intentando revertir la opinión del gobierno norteamericano en su contra, contrató a un bufete de abogados por una suma exorbitante, y la presión política obligó a ese grupo a desistir. Por su parte, los extremistas de ¨oposición¨ financiados por grupos económicos y acompañados por palangristas corrompidos, apostaron a que su visita sería un fracaso y un bochorno, porque Trump no lo iba a recibir. 

Unos y otros se quedaron con los crespos hechos; se les revirtió el odio y la maldad en que viven. Guaidó fue recibido como un héroe en EEUU. Primero se reunió con los venezolanos, y luego fue invitado a estar presente en el discurso del Presidente ante el Congreso, donde recibió los más grandes elogios de que se pueda ser objeto, y lo agradeció con humildad digna de un buen hombre. Los líderes de ambos partidos ovacionaron de pie a Guaidó por largo rato.

Al día siguiente, el Presidente  Trump lo recibió como se recibe a un Jefe de Estado, y sostuvieron un encuentro cordial. Cabe destacar que en el discurso de Trump ante el Congreso: ¨Los EEUU encabeza un esfuerzo ¨diplomático¨ de 59 países …!¨ Así también,  el mensaje como resultado de la reunión en la Casa Blanca, y las propuestas recogidas en Europa, todas se inclinan abiertamente por negociaciones para hallar una salida política que conduzca a unas elecciones libres de verdad, con lo cual, quedan desmentidos quienes auspician una guerra.

Se reunió también con la jefe del partido demócrata en el congreso; Nancy Pelosi, quien le reiteró el apoyo de su partido por la lucha que lleva adelante en pro del rescate de la institucionalidad democrática en nuestro país.

Estuvo en la OEA reunido con Almagro y ratificaron la lucha por el rescate de la democracia en Venezuela; igualmente fue recibido por la directiva del Banco Interamericano de Desarrollo, y con alborozo por los funcionarios de esa Institución.

Así pues, sería una gran injusticia, aparte de una necedad, no reconocer el gran éxito de la gira internacional de Guaidó, lo cual, genera grandes expectativas para su regreso.

Ha sido nuestra posición siempre la de negociar una salida política, pacífica, constitucional y electoral. Hoy Guaidó cuenta con inmejorables condiciones por su reconocimiento internacional inequívoco para unir a la oposición toda y presionar con fuerza para lograr el objetivo de celebrar elecciones presidenciales adelantadas, sin presos políticos, nuevo cne, y registro electoral, y votación de la diáspora.

Negociar la solución eléctrica para el Zulia y occidente con la CAF, y garantizar la entrada de ayuda humanitaria masiva para nuestra gente. Guaidó, lúcete como EL MATADOR!!  

Román Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra