domingo, 14 de febrero de 2016

CARLOS BLANCO, ASAMBLEA NACIONAL COMO PODER CONSTITUYENTE

La Asamblea Nacional es el poder más legítimo y de legitimidad más reciente. 

Es la nueva plaza pública, en la cual se debate con la inestimable presencia de los periodistas. Con puertas abiertas para que las demandas se dirijan, a veces con posibilidades de congestión, hacia la nueva ágora. Mientras tanto, el Ejecutivo está en una ruta de colisión con la AN: un poder nuevo ejerce sus atribuciones y el régimen dictatorial ha dicho que no lo acepta. Por tanto, habrá refriega.

No será un encontronazo entre iguales. Habrá una desigualdad política y una desigualdad derivada de la fuerza bruta. La primera, por el hecho de que la AN está aplicando la Constitución de 1999 (Constitución pésima, salvo en derechos humanos y descentralización, pero es la carta magna aceptada) que le permite interpelar a funcionarios, debatir temas, elaborar leyes –entre estas la que concede la propiedad sobre la vivienda a los de la misión correspondiente-, investigar la doble nacionalidad de Nicolás Maduro y propulsar la libertad de los presos políticos. Desigualdad política favorable a la democracia porque la AN se ve decidida a ejercer sus funciones y el gobierno, exangüe, se alza en su contra.

La segunda desigualdad es la de la fuerza bruta. Maduro, en la onda cómica, usa su bufete particular, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo, para revestir con andrajos de leguleyos la brutalidad de la acción dictatorial. Así, va a intentar desobedecer. Apelará a “la rebelión contra la derecha”, usará la plastilina constitucional que aplican los magistrados y recurrirá –si puede- a un apoyo militar, hoy precario. La ventaja fáctica del régimen consiste en que tiene las escopetas y cachiporras.

En estas circunstancias la AN se propuso activar los mecanismos para el reemplazo de Maduro en el primer semestre de 2016. No lo ha escondido y el debate está abierto. Como cuando Petare se llena de nubarrones y en Catia saben que habrá tempestad, así se puede anticipar el conflicto entre un poder que nace con apoyo popular y un poder que muere de mengua, sin soporte, con sus mafias en plena fiesta caníbal.

La AN es el pivote que articula el reemplazo del régimen, lo que significa un complejo proceso de transición hacia la democracia, deseablemente pacífico, que conducirá a elecciones presidenciales anticipadas.

Para recuperar el Estado náufrago de cuyo madero flotante se aferra Maduro, el centro constitucional que es la AN se tendrá que convertir en centro constituyente, reorganizador y refundador de los poderes del Estado.

Carlos Blanco G.
@carlosblancog
www.tiempodepalabra.com
El Nacional

Caracas - Venezuela

THAYS PEÑALVER, ¡BASTA YA DE VAGOS EN LA POLÍTICA!

Según Aristóbulo Istúriz “se agotó el modelo rentista”… olvida el Vice que esa advertencia se hizo en 1937... ¡que invente otra!
Es increíble ver como mucho descerebrado sinvergüenza llega hoy a la conclusión de que “se agotó el modelo rentista”. ¡Que peligro! Cuando nuestra juventud solo ha conocido este último desbarajuste, ¡Que peligro! Y es que la confusión en los jóvenes es tremenda porque desconocen la historia real, que no es precisamente la que han pretendido sembrar maliciosamente a lo largo de estos 17 años de despropósito, al tomar por asalto los medios del estado para tergiversar tanto el presente como el pasado. De modo que ha llegado la hora de decirles en su cara: No señores chavistas, la necesidad del cambio del modelo rentista fue advertida a mediados de los años treinta y luego de veinte años de implementación,  cuando Uslar escribió: “Urge crear sólidamente en Venezuela una economía reproductiva y progresiva. Urge aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear las bases sanas y amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia”. No señores chavistas, políticamente ese modelo se acabó a finales de los treinta cuando Rómulo Betancourt se plantó contra la: “arquitectura rentista del Estado, erigida sobre la arena movediza de una industria minera, por su propia naturaleza condenada a desaparecer” “una riqueza transitoria y aleatoria condenada a desaparecer a plazo más o menos fijo” porque cualquier político medianamente avispado se hubiera dado cuenta que a cada uno de nuestros abuelos en 1950 le tocaban 138 barriles de petróleo (exportado) al año, a nuestros padres le tocaron 88, a nosotros 40 barriles y a nuestros hijos cuando tengan nuestra edad menos de 20 barriles y así produzcamos seis millones de barriles, éstos apenas serán los mismos cuarenta barriles, de los cuales consumiremos diez.

No señores chavistas, el modelo tuvo síntomas de paro a finales de los años sesenta y solo la burbuja petrolera de los setenta le hizo creer a los vagos de la política que podían transformar todo un país con una riqueza que era transitoria. No señores chavistas, ese modelo terminó con muertos en las calles y una pobreza extrema los mismos años en que nacieron diputados como Freddy Guevara (1986) o Miguel Pizarro (1988). No se agotó hoy, no mientan, porque ustedes fueron los culpables de volver a vender la ilusión de que no hay que trabajar, ni producir cuando inventaron el subdesarrollado eslogan: “Ahora PDVSA es de todos” y hoy con la quiebra técnica de esa empresa y del país entero, pretenden esconder su responsabilidad con la historia.

Cuando a mediados de los ochenta a Luis Herrera Campins “le estalló en las manos” la “economía rentista”, el siguiente presidente Jaime Lusinchi en su primer discurso (1984) explicaba: “Buenas noches (...) Soy el primer presidente de la era post petrolera (...) Tenemos que prepararnos para un nuevo tipo de país, más austero, más capaz de reunir fuerzas para producir, abandonando el espíritu rentista que ha marcado la mayor parte de la vida venezolana de este siglo”. En todos sus discursos en 1985 estaban ejemplos del abandono del modelo rentista: “Esto requiere decisión y esfuerzo, para enfrentar hábitos e incomprensiones. Pero esa es mi responsabilidad histórica; de lo contrario, seriamos cómplices del ritmo de descomposición que venía dominando al país” y hasta el final de su mandato, en todos sus discursos económicos explicaba que: “Estamos pasando de ser un país exclusivamente rentista, que por lo demás abusó de su crédito interno y externo, a ser un país cuyo futuro dependerá fundamentalmente del trabajo productivo de todos los venezolanos” (1986). ¿Qué hicieron ustedes los chavistas? Socavaron las bases de la democracia y le dieron un golpe de Estado, vendiéndole a los suyos la continuidad del modelo rentista como opción.

No había -como no hay hoy en día- un economista o historiador serio que no concluya que la economía rentista o como bien  acuño Rafael Caldera desde la oposición en los ochenta, el “populismo rentista” (1988) no hubiera comenzado en los treinta, entrado en crisis en los sesenta, agotado en los setenta y llegado a su fin entre 1979 y 1986. Hasta el punto que no importaba que usted fuera adeco, copeyano, masista, guerrillero o comunista, absolutamente todo el estamento político para 1986 estaba de acuerdo en una sola cosa: “el final del modelo rentista fracasado”. Porque si Rafael Caldera incendiaba lo poco que quedaba del “populismo rentista” y el CEN de Acción Democrática escribía alegando lo difícil que era salir de aquel modelo, Teodoro Petkoff lo tenía como tema de campaña y el mismísimo Douglas Bravo, mientras conspiraba con un joven capitán llamado Hugo Chávez, escribiría: “La crisis del capitalismo rentista es ya una realidad (...) es evidente que el modelo capitalista rentista está en quiebra” mientras el profesor Giordani escribía un libro sobre cómo llegó a su fin aquel modelo. Por eso en 1993, la Causa R en la que militaba Aristóbulo Izturiz proponía “La Revolución Productiva (...) para terminar de “dejar atrás la economía rentista”. Así que decirlo veintitrés años más tarde, además con una desfachatez tremenda, cuando fue el chavismo y su poder absoluto sobre Venezuela, el que reimplanto a toda mecha la economía rentista que trajo como consecuencias la destrucción de veinte años de trabajo austero y los pocos logros que existían en turismo, pesca, alimentación e industria es como mínimo una sinvergüenzura sin precedentes.

Que es intolerable que el “combustible salga más barato que el agua mineral” fue la tesis de Jaime Lusinchi, “No podemos seguir regalando el dinero de los venezolanos” también lo dijo Lusinchi en 1984, “(las subvenciones son necesarias) pero no podemos seguir regalando” lo dijo en 1985, “Lo regalado se tiene que acabar” lo dijo Carlos Andrés en 1988, “No podemos seguir regalando los servicios” lo dijo en 1989, “es imposible que frente a situaciones que afrontamos en el país, sigamos regalando la gasolina” fue textualmente lo mismo que dijo en 1991. “No hay otro modelo, que no sea producir” ya lo dijeron todos, “hay que producir para exportar” también lo dijeron ¡carrizo!, hace veintitrés años. A ver, ¿qué hicieron Ustedes? Dar un golpe de estado e inventar una revolución para ofrecer el fracasado modelo que hoy tiene a Venezuela en el umbral de la hambruna y con una crisis humanitaria ya calificable como un crimen lesa humanidad.

No señores chavistas no pueden continuar con la manipulación y el engaño, porque un bolívar de 1979 tenía el mismo poder de compra que veintiún  bolívares, cuando ustedes planificaron incendiar las calles y dar golpes de estado. Ustedes fueron los culpables de que el bolívar se depreciara a trescientos y la herencia que nos han dejado, no a sus hijos que vemos ya en exterior estudiando y viviendo cómodamente, sino a nosotros los venezolanos que seguimos aquí,  es que un bolívar de 1979 tenía el mismo poder de compra que treinta y seis mil bolívares de Chávez-Maduro. De hecho señores chavistas, su modelo no fue rentista, fue un “salto atrás”, fue una verdadera salvajada histórica.

Amigos lectores, que esta gente hoy nos diga algo que comprendió muy bien Betancourt hace ochenta años y que las nuevas generaciones lo entendimos hace veintitrés frente a la pobreza y saqueando almacenes, es por mucho, la mayor muestra de vagancia política en nuestra historia y la prueba más firme de que nunca debieron haber gobernado. Fueron y ha quedado demostrado, un auténtico accidente histórico que será evaluado en el futuro como el mayor fracaso de un grupo político atrasado y aventurero, en la historia de América Latina. Pues bien, “agotado el modelo rentista” del socialcristianismo, agotado también el de los socialdemócratas y acabado también hoy el de los irresponsables marxistoides, resta gritar ¡Basta ya de vagos en la política, carajo!

Thays Peñalver
thays.penalver@me.com
@thayspenalver
Notiminuto.com

Caracas - Venezuela

OSWALDO ÁLVAREZ PAZ, REPRESENTATIVIDAD EN EMERGENCIA

Democracia que no sea representativa, no es verdadera democrática. Pierde la esencia más importante de su naturaleza, pasa a ser cualquier cosa menos lo que pretende. Puede tener algunos atributos adicionales como eso de “participativa” con el que algunos pretenden liquidar lo de la representatividad, pero no es suficiente. Confunde. En nombre de esa confusión quieren darle piso real a procesos de cambio revolucionarios en cualquier dirección ideológica. Lo importante es tener claro que la representatividad del sistema democrático es fundamental para la vida en libertad y el respeto de los derechos humanos fundamentales.

Cuando hablamos de representatividad vamos mucho más allá de lo estrictamente político y partidista. Hay la tendencia a que este mundo se cierre sobre sí mismo, olvidando deliberadamente o no a los ciudadanos comunes que no viven de la política, ni de los partidos, ni del gobierno. Viven del sostenido esfuerzo que realizan como personas naturales o jurídicas para producir y generar condiciones de bienestar y felicidad para sus familias y para las de quienes contribuyen con sus esfuerzos. Notamos en buena parte de Latinoamérica una cierta tendencia a que los gobiernos y liderazgos partidistas olviden este aspecto básico, característico de una verdadera democracia plural y alternativa.
Aquí está buena parte de la raíz de los problemas que estamos atravesando. Ministros y funcionarios que no representan a factores específicos de la vida interna se convierten en los peores enemigos de esos sectores que deberían representar. Lo vemos en materia educacional, en todas las áreas de la economía como la producción, la industrialización y la comercialización de los productos fundamentales y también en materia de cultura y hasta deporte. En mi opinión es imposible el desarrollo económico sin que el sector privado e independiente del aparato productivo protagonice el esfuerzo. No olvidemos que la mejor política social que puede desarrollar cualquier gobierno es una economía que funcione. De lo contrario todo puede fracasar a la larga y a la corta se vivirá en medio de incertidumbres que al prolongarse matan la esperanza de una vida mejor.
El problema es general. En algunos países con mayor gravedad que en otros, pero en todos existe el germen del totalitarismo autoritario que cuando toma el gobierno, avanza hacia el control total del poder político y el control del dinero apelando, incluso, a la represión personal e institucional. Nacen así las modernas dictaduras del siglo XXI. Estamos obligados a combatirlas y a tratar de impedir que cumplan con sus objetivos.
Oswaldo Alvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
@osalpaz
Expreso, Lima
Desde El Puente

Caracas – Venezuela

SUSANA MORFFE, PAIS FRACTURADO (ENTRE CIELO Y TIERRA)

 “Tuve que vender algunos artículos personales y de uso domésticos para poder comprar comida, el dinero de la quincena se evaporó como por arte de magia, sin hacer gastos esos que llaman superfluos. Ahora si comprobé que la crisis ya no es crisis, ni guerra económica, aquí lo que hay es hambre”.
Es el testimonio de una venezolana que a duras penas saca a su familia adelante, como madre soltera. En pocos días, no meses, ha palpado la aguda situación que estamos viviendo en el país. El dinero que gana con el sudor de su frente, el sueldo de todos los meses, no le rinde para continuar la modesta vida que llevaba junto a sus hijos. Ahora no sabe que hacer porque difícilmente puede ocupar un tiempo de trabajo extra en un centro comercial por la restricción de luz que hay en esos establecimientos.

Mientras la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia debaten quién “manda” en Venezuela, el pueblo literalmente se muere de hambre y enfermo en la calle. El pueblo no muestra interés por una declaración de emergencia económica o alimentaria, ya que al final del día ese tema no les resuelve el problema de las tres comidas y sus enfermedades. Entonces se escucha desde el poder arrancar con una “nueva” economía y unos motores que en el pasado tampoco arrancaron. También una tarjeta especial de abastecimiento al estilo cubano, otro vociferando que Venezuela será una potencia. Lo que no plantean finalmente es cuál será el camino que debemos tomar para obtener los recursos básicos como en una sociedad normal.

Lo más grave es que el pueblo no está representado ni por las Fuerzas Armadas en un momento de tan difícil contingencia económica, los oficiales son los llamados a defender al pueblo a poner orden para la normal adquisición o servicios de sus necesidades. Impedir a toda costa que se desarrolle un ambiente de desesperación y alteración en la sociedad. Esas fronteras también deben ser custodiadas y protegidas.

Por esa razón llega a la memoria de todos los que estábamos en plena etapa de apogeo productivo, los sucesos que marcaron el golpe de estado en la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez, nada comparable con lo que esta ocurriendo actualmente, hoy la situación es brutalmente dramática, debido a la falta de país productivo con sus normas establecidas.

En aquellos hechos de la intentona, los militares cumplieron con su deber, se hicieron colas, no por falta de alimentos y artículos para el hogar, fue solo para restablecer el orden constitucional y el derecho del pueblo a contar con lo necesario para su diario vivir. No hubo guerra económica, fue una guerra devastadora del hilo institucional. Los cerros bajaron a desafiar el alto costo de los precios, pero hubo comida. Ahora no hay alimentos y los que se consiguen son incomprables porque el dinero no alcanza con una inflación atómica.

La monumental falla que tenemos hoy es por el mal manejo de los recursos del estado, no “lograron los objetivos” y lo que han hecho es empobrecer a todo un país, acabando con sus medios de producción que tanto critican y a los que le hacen la verdadera guerra económica. Ahí es donde esta la gran falla. El país lo hundieron por la visión equivocada en el modo de conducir a una nación sin fines de prosperidad, arruinándola por ideas políticas arcaicas. Un país prospera cuando se cultivan medios de producción, solo así Venezuela puede ser una potencia, no la potente miseria establecida por una revolución que nunca debió perdurar tanto tiempo en el poder.

Lo necesario en este momento es definir, por respeto hacia el pueblo, lo que se debe hacer para salir de esta trampa mortal de país fracturado. Los venezolanos no queremos más hambre y miseria y al igual que la venezolana del párrafo inicial, se cuente con un digno trabajo, medios de producción y el respeto a las normas constitucionales. Ya basta de tropelías y corrupción.

Susana Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
www.susanamorffe.blogspot.com

Nueva Esparta – Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, ¿DEMOCRACIA O TIRANÍA?, PIDO LA PALABRA, VENTANA DE PAPEL, ENTRE OSCURANAS Y HAMBRUNAS,

La enmascarada pretensión del régimen por seguir enredando al país con determinaciones que violentan el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, ha rendido frutos rojos. Pero de rojo sangre.
Engorroso dilema éste, cuyas razones no siempre se hallan en el ejercicio de la política. Hay otras causas que explican la disyuntiva en la que se debate la democracia, o se impone la tiranía. Sobre todo, por el peligro que encausa un sistema político perturbado por la anomia dominante. Es decir, afectado por la grosera incapacidad que exhibe el estado de desorganización social dominante al inducir al aislamiento del individuo de manera que su comportamiento luzca al margen del civismo y de la moralidad.

En Venezuela, padecer las angustias que esta dualidad ha generado, devino en situaciones de serias y peligrosas implicaciones. Así se ha vivido, y sigue viviéndose, a pesar de lo establecido por la normativa constitucional y buena parte de leyes orgánicas que dictaminan formas y normas de convivencia democrática. Pero más ha podido la falta o incongruencia que adolecen las reglas sociales, para que Venezuela haya sucumbido ante las exigencias del desarrollo que pauta el discurrir de la democracia.

Desde el mismo 4-F, 1992, fecha ésta en que algunos militares pretendieron subvertir el ordenamiento constitucional  con la machacona excusa de “(…) recuperar la funcionalidad institucional del país, tanto como de la administración del erario nacional”, se escucharon voces agoreras que presumían exhortar actitudes de rescate de la democracia. Sólo que los procedimientos empleados, pusieron el descubierto el talante conspirativo y de envalentonamiento de quienes se dieron a la tarea de usurpar el estado de derecho con la amenaza de bayonetas. Pero bajo el efecto del plomo escupido por fusiles y ametralladoras. Noviembre de ese mismo año, fue fiel testimonio de ello. Aunque vale destacar que muchos de quienes para entonces se ufanaron de un comportamiento ungido de rebeldía patriótica, después mostraron, y continúan haciéndolo, una conducta totalmente cuestionable dado el grueso de mañas que adquirieron en las alturas de un poder casi omnímodo. Este desenfreno se vivió, al amparo de los recursos provenientes de la exagerada renta petrolera que tuvo el país durante los dos primeros quinquenios del siglo XXI. Y que fue aprovechada a favor del populismo implantado el cual degeneró en un autoritarismo de infausto discurrir.

La estructura social, aunque llegó a trazarse importantes metas, que además vino bosquejando la sociedad venezolana, terminó convirtiéndose en especie de “mascarón de proa” para avanzar propuestas de desarrollo. Pero sin viso alguno de libertades, capaces de permitir la expansión de proyectos personales y empresariales, la soberbia del régimen pudo más el clamos popular. Lejos de permitir ideas enmarcadas por intenciones políticas diferentes, el alto gobierno ni siquiera tuvo la gallardía y el civilismo de dar una tregua en el fragor de una feroz ofensiva contra la democracia.

La arremetida que el Ejecutivo Nacional y los poderes públicos subordinados al cenáculo asentado en Miraflores han declarado cuando hablan de “radicalizar la revolución”, se plantea como que si gobernar fuera un asunto particular. Como que si ello estuviese supeditado al visto bueno de una cúpula sorda ante los clamores populares. De ahí que las crisis política y económica que agobian al país, se explican en la fractura que se tiene entre la base social y la alta gerencia política nacional. Cada vez que el entorno social plantea cambios significativos en economía, por ejemplo, no hay forma alguna de que esa cúpula gubernamental responda de forma expedita a tales solicitudes. No hay voluntad de respuesta ni de atención. Es solamente, el criterio del alto gobierno el que se impone. Además, con ínfulas monárquicas.

La enmascarada pretensión del régimen por seguir enredando al país con determinaciones que violentan el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, tal como lo estipula la Constitución Nacional, ha rendido frutos rojos. La crisis agroalimentaria, de salud, los saqueos y la anarquía, están a la orden del día. Por eso, muchos gobiernos sugieren a su gente no viajar a Venezuela ante la ola de problemas que tiene encima. Y no es que no tenga cómo resolverlos. Más grave aún, teniendo la forma de evitarlos, se hace la vista gorda lo cual hace que las situaciones se exasperen sin que la ciudadanía pueda frenarlas.

Ahora, con la decisión de un Tribunal Supremo de Justicia obediente al dictamen presidencial, la situación política se ve enardecida. La confrontación que se ha generado entre poderes de equivalente ascendencia política y autoridad constitucional análoga, aunque con distintos escenarios, puede ser anuncio de pretendido un autogolpe de Estado. El TSJ está abalanzándose contra el propio texto constitucional. Esto hace ver a un régimen cuyo sentido de actuación, conforme al ordenamiento jurídico constitucional, pareciera resbalarle. De hecho, sus decisiones tienden a desconocer la autonomía del Poder Legislativo lo cual terminaría por desgarrar los principios sobre los cuales se cimienta la concepción de un Estado respetuoso de la preeminencia de los derechos humanos, la ética y del pluralismo político. Lo contrario, sería un atentado contra principios morales y valores políticos. Por eso, cualquier infracción encubierta o disimulada desviada de la razón constitucional, será una manera de preguntarse hacia cuál destino político y económico se conduce el gobierno nacional. ¿Democracia o tiranía?

VENTANA DE PAPEL

ENTRE OSCURANAS Y HAMBRUNAS

En Venezuela, no solamente se pervirtió la moralidad, se contaminó la responsabilidad gubernamental y se derrapó la precaria paz. También se extinguieron los derechos fundamentales tanto como los derechos humanos. Todo ello, a consecuencia de la escasa sensatez y cuestionada idoneidad de quienes desde el gobierno central se ocuparon de tantos asuntos distintos de los que le fueron delegados electoralmente. Esto hizo que el país se perdiera entre las múltiples dificultades que le han asaltado desde el mismo primer día que estos gobernantes se alzaron con el poder.
Ahora, con apesadumbrada actitud, deberá reconocerse el mal estado en que se halla el país. Gracias a la impunidad desatada, las cárceles se convirtieron en recintos cuya capacidad armada coloca estas dependencias por encima de la fuerza policial. Casi igual a la capacidad militar. Tanto así, que el gobierno se hace de oídos sordos ante actos de indignante soberbia. Sobre todo, cuando las apetencias de los presidiarios se ven frustradas por causa de algún impedimento extemporáneo que perturbe sus retorcidos planes.
La delincuencia se transmutó en otra fuerza cuya capacidad de acción, es inmediata y de un abismal margen operativo. Es tal este problema, que Venezuela pasó a ocupar los mayores índices de violencia registrados por país alguno. Estos productos, “hechos en socialismo” desarreglaron a Venezuela al extremo que su recuperación será una tarea de mucho tiempo, gran dedicación y entera voluntad política. No conforme con tan ingratos y degradante resultados, el régimen se ha empeñado en asfixiarle más aún la vida al país. Así que valiéndose de la torpeza de sus funcionarios, especialmente de aquellos que se desempeñan en niveles estratégicos de la gerencia pública, apelaron a una fantaseada “guerra económica”. Aunque también, a las condiciones climáticas actuales. Con esta razones, ha elaborado medidas de mengua de la electricidad servida por la empresa estatal Corpoelec.
En consecuencia, anuncia que volverá a racionarse la electricidad lo cual no es otra cosa diferente de avisar que vendrán tiempos de oscurana. De manera que la inseguridad será una variable que seguirá estando exenta de la atención gubernamental. Asimismo, sucederá con la alimentación. Precisamente, por causas que sólo pueden explicarse desde los espacios de improductividad que han venido ampliándose por las deudas que mantiene el gobierno con los proveedores lo cual ha devenido en la falta de materia prima. También, de líneas de crédito para asegurar la movilidad del hoy decaído sector de la producción.
Ahora, cuando el país se hizo más dependiente de los precios petroleros, que además están casi “por el suelo”, los problemas se acumularon al lado de otros de nuevo cuño cuya pegada es tan letal como los preliminares. Lejos de privilegiar el trabajo productivo, el régimen se redujo a hacer meros paliativos en una infraestructura bastante vetusta. La ausencia de factores que incentiven el desarrollo nacional, contribuirá a empeorar la crisis que se padece. El gobierno se verá apurado a vaciar los anaqueles que todavía quedan para hacer ver que todavía hay algo. El país tendrá que adoptar posturas que le permitan defender lo que le queda de movilidad. Pero de seguir el régimen insistiendo en la descomposición planteada, el país podrá verse acorralado entre oscuranas y hambrunas.
“Aún cuando hay quienes piensan que entre democracia y tiranía hay ciertas semejanzas, es preferible la democracia a vivir oprimido por un pensamiento único y un partido único.  Porque mientras en democracia las libertades son derecho, bajo un régimen despótico son excepciones. Y eso, para unos pocos…cuando adulan al gobernante”
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

Merida - Venezuela

LUIS D. ÁLVAREZ V., LA AFRICANIZACIÓN DE VENEZUELA

El título de este artículo pudiese sonar escandaloso y a juicio de muchos hasta exagerado. Sin embargo, la realidad que atraviesa el país cada día se asemeja más a lo que parecían lejanos relatos del África descolonizada que ahora han pasado a formar parte de paisaje cotidiano de nuestro país en el que el hambre y la violencia son cada día más corrientes.

No hay que adentrarse mucho en la geografía para observar como muchos, que tal vez nunca lo pensaron y que son lejanos a la mendicidad, han tenido que hacer de la basura su fuente de alimento, teniendo que recurrir a lo dejado por otros para saciar su hambre. Esas imágenes de documentales sobre tierras remotas y famélicas son cada día más habituales en las calles de las principales ciudades del país.

Los grupos armados que son recurrentes en muchos países africanos y que con sofisticado armamento someten a los ciudadanos, circulan libremente imponiendo sus puntos de vista, a la vez que desarrollan complejos entramados de poder económico que los convierte en factores al servicio de macabros intereses de todo tipo. Desafortunadamente, las historias de masacres y atropellos por parte de grupos irregulares o individuos con armas no están sólo en los olvidados conflictos del antiguo Zaire o Burundi, sino que basta revisar la prensa nacional para enterarse, pese a la censura y a la carencia de fuentes oficiales, que cada día el luto y el dolor cobijan a los venezolanos.

Los gobiernos de muchos de los Estados africanos están señalados de colaborar con grupos irregulares de otros países y de lucrarse de recursos obtenidos a través de la extorsión y el miedo, mientras que las necesidades básicas se dejan de lado y la población es confinada a hospitales mal surtidos para tratar complicaciones producidas por dolencias básicas poco tratadas o falta de medicamentos o los habitantes deben hacer largas filas para poder mitigar el hambre con alguna caridad que llega a través de la ayuda internacional.

Aunque hay ejemplos de desarrollo y crecimiento en el continente africano, buena parte de los países está inmersa en largas dictaduras corruptas y represivas. Revisar la historia de países como Gabón, Congo, la República Democrática del Congo, Zimbabue, Eritrea, Sierra Leona y Liberia, por mencionar algunos, debe llevar a una profunda reflexión sobre la realidad y el porvenir. Hace algunos años era común que ante la incredulidad de muchos, algunos comentaran que Venezuela estaba “llegando a parecerse a Cuba”. Tal vez estén equivocados. Nos parecemos cada día más a Somalia, que es mucho más tétrico.

Luis D. Alvarez V
luis.daniel.alvarez.v@gmail.com
@luisdalvarezva
Internacionalista

Caracas - Venezuela

RICARDO VALENZUELA, BASTARDOCRACIA, REFLEXIONES LIBERTARIAS, DESDE MEXICO

“Un hombre sabio nunca dejaría el destino a merced de la suerte, tampoco trataría de encausarlo a través del poder de la mayoría. Hay muy poca virtud en las acciones de las masas.”, Henry David Thoreau
Bastardocracia. Hijo ilegítimo de la república.

Aquel mes de Julio del año 2000, los mexicanos histéricos celebrábamos el triunfo de Vicente Fox en la contienda presidencial. Pero especialmente el festejo era para darle la bienvenida a aquel supremo anhelo que tanto tiempo habíamos esperado; la democracia. Aquel ansiado elemento ausente de México durante sus casi 200 años de vida independiente. El ideal definido en el romántico grito revolucionario; "Sufragio Efectivo, No Reelección". Los mexicanos invadían las calles embriagados de ese euforia nunca antes experimentada; la euforia democrática.

México se había contagiado de algo que ya invadía a muchos países del mundo y al cual los miopes, totalmente confundidos, definían tal fenómeno como democracia, no como lo que realmente era, el triunfo de la libertad ante la opresión mundial. Un movimiento que invadía y transformaba naciones que difícilmente hubiéramos imaginado; Rusia y todos sus países satélites de Europa Oriental.

Haciendo un recorrido de los eventos políticos sucedidos en México los últimos 16 años, ya democratizados, llegan a mi mente las palabras de Jefferson: "La democracia es solamente el mandato de la plebe donde el 51% de la gente puede abolir los derechos del otro 49%. La democracia no puede existir cuando se expropia a los que trabajan para darle a los que no lo hacen". O las de Churchill: "El mejor argumento contra la democracia, es una conversación de cinco minutos con un votante promedio."

Los padres fundadores de los EEUU, inventores del nuevo concepto republicano, no creían en la democracia y habían establecido lo que bautizaron como Republica Constitucional. En ninguno de los documentos que le dieran vida a ese nuevo país, declaración de independencia, la constitución, la declaración de los derechos, se mencionaba la palabra democracia, pero después de 200 años el concepto se ha manoseado tanto que alguien bautizara el nuevo retoño como Bastardocracia. La violación permanente del concepto republicano de parte de los políticos, ha dado como fruto ese mostrenco; La bastardocracia.

En México lo que se ha logrado con la "democracia", fue cambiar a la gente que habían controlado el país durante más de 70 años. Sin embargo, las estructuras, las instituciones, la cultura, las creencia, los valores siguen siendo los mismos y el país continúa navegando en el mar de la mediocridad. Antes se robaba mucho a nivel federal y poquito a nivel estatal. Ahora se roba parejo y a todos los niveles

En nuestro largo cautiverio nos encontramos ahora con una nueva libertad que no conocemos, ni tampoco las veredas de la jornada que nos espera. Gritamos con furia se nos diera oportunidad de participar en los destinos del país, y nos hemos atascado en el lodo de la demagogia pensando que, para provocar el verdadero cambio, nuestra única responsabilidad es votar, renegar y esperar. No hemos podido distinguir la República de la democracia que tanto exigimos.

La República es un gobierno representativo regido por la ley. Democracia es el gobierno colectivo de las masas y es regido por eso; las masas. La República reconoce los derechos individuales e inalienables, mientras que la democracia sólo le preocupa las necesidades de las masas formando la burocracia profesional y la economía de la política.

En la República legislar es un cuidadoso proceso que requiere aprobación de las tres ramas del gobierno, la Suprema Corte y jurados individuales. En la democracia es un proceso de aprobación de parte de esa mayoría a través de encuestas, referéndum y manifestaciones. Una democracia fue la que condenó a Jesucristo a la cruz. La democracia se autodestruye cuando las improductivas mayorías se dan cuenta de que tienen el poder para votar y recibir sus golosinas de parte de la minoría productiva, eligiendo candidatos que les prometan eso; el circulo vicioso de impuestos—gastos, para el reparto de los dulces.

James Madison advertía en el congreso continental: “Las democracias siempre han sido espectáculos de turbulencia, han sido incompatibles con la seguridad personal, los derechos individuales y los derechos de propiedad; en general han tendido cortas vidas y han muerto violentamente.”

La República es el gobierno que obtiene sus poderes directa o indirectamente de la gran masa de la sociedad civil, es administrado por personas en funciones por un periodo de tiempo limitado, y es calificado por su eficiencia. Es esencial que ese gobierno sea emanado de una buena parte de la sociedad civil y no de una pequeña clase favorecida porque, de otra forma, un puñado nobles ejerciendo su opresión, vía delegación de poderes, puedan aspirar a la clasificación de república y exigir para ese gobierno el honorable título: República.

La democracia le sirvió a un Allende en Chile, un Chávez a Venezuela, un Krichner a la Argentina y la Bachelet a Chile que ahora destruye. La bastardocracia le sirvió a EEUU un Obama y tal vez ahora le sirva un Trump. La democracia nos ha servido un  Congreso de 500 demagogos que mantienen el país secuestrado, el  nudo gordiano que representa esa mafia conocida como DF, y es muy posible que nos sirva al Pejalagarto como Presidente.

Imaginemos un mundo con un gobierno democrático universal ¿Cuál sería el resultado de una elección? Lo más probable es que un chino o hindú fuera el presidente en funciones y luego, a petición de las masas y para mantener su voto, se decretaría que el mundo occidental tiene demasiada riqueza y es necesario el llevar a cabo una redistribución, organizando un ejido mundial combinado con un Welfare global, destruyendo toda esa riqueza.

Pero a medida que la tecnología avanza se precipita la desaparición de los políticos profesionales. Una nueva alternativa de gobierno estará surgiendo; el gobierno empresarial, el de la meritocracia cuando el mercado poco a poco desplaza el estado. Surge ya un poder judicial privado a nivel mundial con extraordinarios resultados. Surgen, inclusive, las ciudades libres y privadas.

Estará naciendo una nueva soberanía comercial que finalmente, como lo afirma Hans Herman Hoppe, desembocará en el separatismo de estados y países para formar entes autónomos y soberanos. Entonces, ¿en México queremos democracia o un sistema republicano? ¿La dictadura de las masas, o la dictadura de la ley y resultados? ¿El centralismo de siempre, o estados autónomos? El gran abogado italiano Bruno Leoni pregunta: ¿Podremos llevar a cabo comparaciones exitosas entre el mercado y formas no legislativas de ley? Porque si no lo hacemos, la tiranía de las masas nos llevará al verdadero Apocalipsis.

Ricardo Valenzuela
chero@reflexioneslibertarias.com
@elchero 

Mexico

MILOS ALCALAY, EL ENCUENTRO ECUMÉNICO ROMA-MOSCÚ

Después  de 1000 años de separación, el 12 de Febrero en Cuba se dio finalmente el encuentro religioso fraternal entre Su Santidad el Papa Francisco y Su Beatitud el Patriarca Cirilo. Es cierto que ya hace muchas décadas el Vaticano venía estableciendo un diálogo fructífero con otros Patriarcas del Santo Sínodo de diversas Iglesias Ortodoxas, hecho que se profundizo a raíz de la apertura dada por el Papa Juan Pablo II con la Carta Apostólica "Orientale Lumen" (Luz de Oriente) con la que se dieron pasos significativos para unir a través de la oración y de una visión común a las Iglesias autocefalas ortodoxas y la Iglesia Unificada en torno al Obispo de Roma, importantes acciones y documentos de unión cristiana. Uno de ellos fue la Cumbre convocada por el Papa Francisco en Roma con las máximos representantes de las religiones judía y musulmana, en la que prácticamente fueron co-anfitriones el Papa Francisco y el Patriarca de Constantinopla.

Quedaba pendiente todavía lograr el acuerdo con el Patriarcado Ruso que representa la mayor comunidad ortodoxa del mundo y que resentía uno de los escollos que la diplomacia cristiana ha venido enfrentando durante siglos, a saber la fidelidad de la Iglesia uniata, cuyos efectos especialmente en Ucrania, generaron diferencias profundas.

Esas diferencias fueron analizada a la luz de otro reto dramático, que es el de unir esfuerzos ante el acoso que viven los cristianos en el Medio Oriente, que produjo una imperiosa urgencia para que ambos Pontífices marcaran sus coincidencias al rechazar el conflicto en el Medio Oriente, la defensa de la familia, la unión de la unificación  Europea, y en general una vision compartida en torno a los grandes conflictos actuales, colocando el acento en el restablecimiento  de la unidad cristiana, ya que ambos líderes religiosos "se encuentran como hermanos en la fe cristiana" 

El hecho de que la histórica cita se realizara en la región latinoamericana aprovechando la visita del Patriarca Cirilo a Cuba, y en la ruta a México del Papa Francisco, muestra un acento latinoamericano al haberse escogido al Nuevo Mundo como sede, lo que no es una casualidad sino una causalidad cuyo beneficiado es Raúl Castro que se convirtió en observador privilegiado al acoger en su territorio el Encuentro. En cualquier caso, con este gigantesco paso ecuménico, se construye una nueva etapa en y del cristianismo a través de un mensaje  espiritual que vence las fronteras espirituales y marca una nueva esperanza

Milos Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
@MilosAlcalaym
Internacionalista

Miranda – Venezuela

GABRIEL S. BORAGINA, NI "MENEMISMO" NI "KIRCHNERISMO" ¡PERONISMO!, DESDE ARGENTINA

Hay que calar hondo en la esencia del peronismo para comprender la naturaleza de este movimiento que ha sido protagonista de buena parte de la historia reciente de la Argentina. Los análisis parciales y segmentados de la cuestión a nada conducen que no sea a desvirtuar la auténtica naturaleza de este fenómeno político que ha concitado la atención de analistas de todo tipo.

Lamentablemente, se ha consolidado en muchos casos -tanto en la jerga periodística como en la cotidiana- al tratar temas políticos, diferenciar los gobiernos de Menem y de los Kirchner con los neologismos "menemismo" y "kirchnerismo" respectivamente, como "diferentes" al peronismo. Este uso -y abuso- desafortunado de tal nomenclatura ha contribuido y sigue contribuyendo a desdibujar precisamente la intima estructura que subyace detrás del peronismo; de sus integrantes, partidarios y -por sobre todas las cosas- de sus candidatos.
Los rótulos que criticamos, son utilizados de manera ex profeso por los mismos miembros del partido peronista, apenas avizoran el rumbo equivocado de sus candidatos ya accedidos al poder, pero también muchas veces -en forma inadvertida- por personas no-peronistas o antiperonistas que emplean los términos en apariencia diferenciadores, y -sin demasiada conciencia de ello- entran "a jugar el juego" perverso al que "juegan" los peronistas, que detrás de cada fracaso de sus gobiernos buscan dejar intacta "la doctrina del movimiento".
La realidad, no obstante, es que:
"El peronismo es un formidable dispositivo de poder que ha podido transitar sin inconvenientes desde el populismo liberal de Menem hasta el populismo socialdemócrata de Kirchner. Lo que le importa realmente es el poder: clerical, izquierdista, liberal, conservador, son simples detalles funcionales a la estrategia fundamental.
No es indiferente al destino de una república que el oficialismo sea hegemónico. El precio que pagan las instituciones y la credibilidad pública es muy alto. Discutir el poder exclusivamente en el interior del oficialismo enrarece el debate, lo miserabiliza y lo transforma en una disputa salvaje por cuotas de poder, donde lo único que está ausente son los problemas reales de la sociedad."[1]
Creo que la cita anterior es una de las mejores definiciones que he encontrado acerca del peronismo, si no es la mejor de todas. Palabras que, redactadas durante los tres sucesivos y prolongados gobiernos de los nefastos Kirchner, describen con singular sutileza los contornos de un "movimiento político" que ha hundido al país en la más profunda de las ciénagas desde su mismo inicio en el año 1946 y en todas las sucesivas oportunidades en que la Argentina tuvo la desgracia de padecer a sus candidatos triunfantes.
Pero la habilidad del peronismo no consintió solo en disfrazarse con los atuendos del liberalismo o de la socialdemocracia, también supo ser socialista:
"Hacia 1973, el discurso político predominante se formulaba en términos de causas populares, lucha anti-imperialista, liberación de la dependencia externa, combate contra el capital, etcétera, promoviéndose una intervención mayor aún del Estado en la actividad económica. Las elecciones celebradas en marzo de 1973 permitieron el acceso a los cuadros burocráticos de elementos de izquierda, en medio de disputas por el poder político entre las facciones revolucionaria y de derecha del movimiento fundado por Perón, en un ambiente de violencia terrorista."[2]
Esto era lógico, dado que el peronismo es fundamentalmente una forma de populismo y el populismo se caracteriza por no contar con ninguna ideología específica propia, sino que va modificando su discurso conforme van cambiando las circunstancias políticas y sociales. Dado que "la lógica" peronista es la conquista del poder por el poder mismo, va de suyo que Perón no trepidó en utilizar esos elementos de izquierda para logra su tercer gobierno en el año indicado.
"En ese contexto político fue lanzado un amplio programa de reforma estructural "dirigista", nacionalista y con objetivos de redistribución de ingresos, además de un llamado pacto social entre corporaciones gremiales obreras (CGT), de pequeños empresarios (CGE) y el Estado, destinado a sustentar políticas de estabilización coyunturales (controles de precios y ganancias). El plan se tradujo en alrededor de cuarenta leyes y acuerdos, aunque parte considerable de las medidas nunca llegaron a ser concretamente implementadas. Fue elevado al Congreso un proyecto de ley agraria, nunca aprobado, que disponía la expropiación de las tierras improductivas; fueron ampliadas las funciones de las juntas de carnes y de granos, a efectos de acentuar la intervención estatal en el comercio exterior, complementadas por la manipulación del tipo de cambio y nuevos impuestos ad valorem a la exportación ("retenciones"); también la estructura arancelaria fue manipulada discrecionalmente con el propósito de dirigir el proceso de industrialización. La ley de promoción industrial, que facultaba al gobierno para subsidiar proyectos de interés nacional, preveía las corrientes facilidades impositivas e incluso el diferimiento de ciertas obligaciones fiscales (impuesto a las ventas, luego I.V.A.) por hasta quince años, sin ajuste por inflación. Se sancionó asimismo una ley de inversiones extranjeras, con el objeto de combatir la penetración de capitales extranjeros, en especial en el sector industrial; se intensificaron las vinculaciones comerciales con los países del bloque socialista; la reforma financiera incluyó la llamada "nacionalización de los depósitos bancarios"; se dictaron bajo estas ideas nuevas leyes del trabajo (de asociaciones profesionales y de contrato de trabajo), de seguridad social y de servicios de salud."[3]
Esta fue –a grandes rasgos- la política económica adoptada por Perón al asumir el gobierno argentino en 1973. No pueden sorprender la notables similitudes –salvando ciertos detalles específicos- entre las medidas patrocinadas por el propio Perón con las tomadas por el matrimonio Kirchner años mas tarde. Y esto sólo respecto de la dirección económica, soslayando por el momento idéntica similitud con el resto de las políticas seguidas por los mismos personajes en áreas ajenas a la económica. ¿Cómo ante esto podría decirse que los gobiernos de los Kirchner no habrían sido peronistas sin demostrar al enunciar tal falacia el enorme disparate que se profiere?
[1] Nota del traductor en Murray N. Rothbard. Hacia una nueva libertad. El manifiesto libertario.  pág. 27.
[2] Alberto Benegas Lynch (h) Entre albas y crepúsculos: peregrinaje en busca de conocimiento. Edición de Fundación Alberdi. Mendoza. Argentina. Marzo de 2001. pág. 312-313
[3] Alberto Benegas Lynch (h) Entre albas y ...ob. cit. pág. 312-313

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Acción Humana

Argentina

MANUEL CORAO, SIN AGUA, LUZ NI VERGÜENZA

La ausencia de servicios públicos de toda índole  condujo a Venezuela  también  a la actual crisis. Tal circunstancia producto de una desastrosa administración   por   Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros  está llegando a límites históricos   deplorables  en una nación que por sus reservas de petróleo y el dinero devengado por la exportación del  bitumen se  consideró la más rica de América Latina.

Esta calamidad nos hace recordar los días previos a la caída del gobernante comunista Salvador Allende, quien como Chávez  Frías y Maduro Moros ,  colapsa   los servicios públicos , circunstancia  que motiva  el rechazo popular.

Igual  que Maduro hoy, Allende  en su momento y producto de una desacertada regencia sometió al usuario  a la inoperatividad.  Tal trastorno  marcó en pocos días el final de su gestión y la llegada al poder de otro extremista, el militar Augusto Pinochet.

Los venezolanos ven con dolor los reiterados atentados consumados por trasnochados mandadores quienes obnubilados por el poder otorgado en las urnas  cometen los más atroces excesos desde 1,998. Estos van  desde aliarse con el hampa común para producir el record americano de 27mil muertes el año  hasta dejar agotadas la bóvedas del Banco Central de Venezuela.

En la actual coyuntura de ausente construcción sanitaria  debo resaltar;  el suministro eléctrico a las viviendas como el alumbrado público es  deber del estado. Mucho se ha expuesto sobre la materia; los desmanes cometidos  con los recursos designados para Corpoelec  para tal fin han sido inescrupulosamente desviados sin castigo alguno.

La crisis acuífera es producto de la desidia del estado. Profesionales de la especialidad en la época de la cuarta república, 1959- 1998, planificaron la infraestructura a realizar para el seguro abasto. Con el aporte de los datos suministrados a continuación pretendo  dejar definida la responsabilidad por  ausencia de agua en los hogares y centros de producción.

De acuerdo a las informaciones anuales del Instituto Nacional de Obras Sanitarias, como Hidro Capital y el Ministerio del Ambiente para finales de siglo, el país tenía una demanda satisfecha equivalente al noventa y cinco por ciento de la población en cuanto a potabilidad de libre  acceso 24 horas al día.

Al referirnos al sistema de descargas el ochenta porcentual de los servidores  disponían de los procesos necesarios para su funcionamiento al año 2000  hasta su reutilización no contaminante.

Hoy por hoy  por falta de manutención de las bases, solo tres cuartos  de los habitantes se sirven de lluvia cruda tratada para el consumo humano. Sin embargo la falla de insumos y sustitución de  partes por agotamiento previsto,  aproximadamente   solo  la mitad de los  usufructuarios están atendidos; no ya 24 horas.

La problemática capitalina esta fundamentada en la tardía operación parcial del Tuy IV, sistema que ha debido entrar a plena capacidad para el mil novecientos noventa y siete. Retrasos en la elaboración a pesar de la bonanza petrolera  de la presa  El Cuira, trae como efecto que  solo llegue 24 mil litros por segundo cuando la petición es de 38 mil.

Al evaluar el oeste de la nación, la solicitud de Maracaibo es la más alta del país. Esta se satisface con el Sistema Tulé y Manuelote. La deficiencia reinante se cubre con horarios de paro del vital fluido ya que el embalse El Diluvio supuesto entrar en marcha para  2005, sufre retardos.

El eje central Valencia- Maracay depende del ámbito El Pao- La Balsa que provee el requerimiento del área. En cuanto a descargas, estas que son volcadas  al lago de Valencia. Tales desechos  al no ser convertidos  oportuna y eficientemente en la planta La Mariposa  para su  recanalización  hacia el sistema El Pao-La Balsa, pone en peligro la salud de los habitantes.

En cuanto al resto del país, en el oriente la represa El Turimiquire  entrega esa región incluyendo  isla de Margarita, desde el siglo pasado. La ausencia de correctivos  disminuye la operatividad física.

Al referirnos a la plantas de tratamiento el funcionamiento es deficitario a nivel nacional.

Los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro recibieron ochocientos mil millones de dólares. Ellos prefirieron optaron por permitir la corrupción  y el dinero de los venezolanos  lo utilizaron ilegalmente en iniciativas  políticas para apoyar gobiernos foráneos y locales, obviando invertir en  salud, agua, electricidad, comida, medicinas, vialidades, educación, seguridad, insumos hospitalarios, salarios , y la industria petrolera. Por ello  el pueblo grita: ¡váyanse ya!.

Manuel Corao
manuelcorao@yahoo.com
@manuelcorao
Director de VeneNoticias

venezolanos_dallas@yahoogroups.com

GUSTAVO AZÓCAR ALCALÁ, CON EL HAMBRE DE LA GENTE NO SE JUEGA

Una joven madre de 26 años espera en una fila, frente a una de las tantas cadenas de farmacias ubicadas en San Cristóbal, con su bebé de 6 meses de nacido en los brazos. Llegó a ese lugar a las 5 de la mañana. Y a pesar de que madrugó para estar allí muy temprano, apenas logró tener el puesto número 126. Delante de ella hay otras 125 madres que, al igual que ella, también se levantaron de madrugada para tratar de obtener un producto muy preciado y muy escaso en estos tiempos de revolución: fórmula láctea, el alimento indispensable para los hijos de algunas mujeres cuyos pechos no producen leche materna.

La joven se llama María, y me cuenta que es la cuarta vez en una semana que acude a la farmacia a la misma hora para tratar de conseguir el alimento para su bebé. “Tenemos 15 días en esta situación. Desde hace dos semanas no llega el camión con la carga de fórmula láctea. Mis pechos no producen leche materna y mi hijo necesita esa fórmula para poder alimentarse y sobrevivir. Esto es algo desesperante”, dice ella.
Detrás de María, la larga fila de mujeres es mucho más extensa. Eso quiere decir que si delante de ella hay 125 personas, detrás debe haber no menos de 200 más. La mayoría son madres jóvenes, con sus niños en los brazos, abrigados con pañales de tela o con cobijas. Muchas de ellas ni siquiera viven en San Cristóbal. Hay quienes han venido de Táriba, Rubio, Santa Ana, Capacho y hasta de San Juan de Colón, a una hora de carretera, para tratar de obtener la fórmula láctea porque según dicen, en la capital del estado es mucho más fácil conseguir este tipo de productos.
“Nos dijeron que hoy llegaba el camión con la fórmula láctea. Pero todo parece indicar que  no será así. No se ve movimiento por ninguna parte. Las madres hemos estado hablando y si hoy no llega la gandola, mañana nos vamos a venir todas muy temprano y vamos a cerrar la avenida en protesta por esta situación. No es justo lo que está pasando en este país. No puede ser que todas las semanas tengamos que hacer colas y colas para comprar uno o dos potes de leche”, dice María. La joven madre me cuenta que  a veces sólo traen una sola fórmula y la mayoría de las madres se ven obligadas a comprarla para después hacer trueque con otras mamás para conseguir la leche que toma el bebé.
El drama de María lo viven a diario miles de madres venezolanas no solamente en San Cristóbal, sino en muchas otras ciudades del país. Así como hay personas luchando cada día por tratar de conseguir un pote de leche para sus hijos, hay gente batallando para tratar de obtener algo de comida para el sustento de su familia. Largas filas de gente se ven a diario frente a supermercados, abastos y bodegas a la espera de conseguir algún producto para hacer el almuerzo, el desayuno o la cena.
Pero las filas de gente no son solamente para obtener alimentos, sino también para comprar medicinas, bombonas de gas, para sacar dinero de algún cajero automático y para muchas otras cosas que en cualquier país del mundo son asuntos cotidianos en la vida de un ciudadano. Venezuela se ha convertido, gracias a la llamada revolución socialista y bolivariana, que inició Hugo Chávez en 1999 y que continuó Nicolás Maduro desde el año 2013, en el país de las colas, la escasez, el hambre y la inseguridad.
María me cuenta que tuvo que dejar el trabajo que tenía, en una panadería, para poder disponer de tiempo suficiente para hacer colas. “Tuve que escoger  entre el trabajo y la leche de mi bebé. Cuando trabajaba dejaba el bebé en manos de mi mamá, una viejita de 65 años. Pero casi todos los días pedía permiso para salir a buscar la fórmula láctea. Antes que el dueño me botara, preferí renunciar”.
Lo que hacía María lo hace el 40% de los venezolanos hoy día. El ausentismo laboral ha crecido drásticamente. Froilán Barrios, coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, informó que el ausentismo laboral en Venezuela oscila entre un 20% y 40% debido a la escasez de alimentos y otros artículos de primera necesidad, pues los empleados piden permisos un día a la semana o se retiran de su puesto cuatro o cinco horas para hacer cola cuando llega un producto al comercio.
Contrariamente a lo que piensa la dirigente revolucionaria Jackeline Farías, la gente no está muy feliz en las colas. Hay situaciones que han venido ocurriendo en estos últimos días y que nos demuestran, con toda claridad, que el peligro de un estallido social está a la vuelta de la esquina. En San Cristóbal, un grupo de personas intentó saquear un supermercado luego de esperar por varias horas por la venta de un producto. Un video colgado en You Tube muestra como en Acarigua, estado Portuguesa, otro grupo de personas desbordó la seguridad de otro supermercado y rebasó las rejas de protección para internarse dentro de las instalaciones en busca de comida. En Caracas, un grupo de personas intentó saquear el interior de una farmacia ubicada en Sabana Grande. En la autopista regional del centro, una avalancha de seres humanos saquea camiones accidentados repletos de harina pan, cerveza, carne y todo lo que se consiga.
En las calles de Venezuela lo que hay, después de 17 años de revolución socialista, es hambre. El Observatorio de Misiones presentó un informe según el cual, desde su creación en el año 2003 la Misión Alimentación recibió $20.247.504.542 (más de 20 mil millones de dólares) para importar alimentos al país. La revolución socialista, que prometió el “desarrollo endógeno” logró que el 70% de los alimentos que se consumen en el país sean importados. Pero a pesar de esa importación masiva, el hambre aumenta cada día.
No hay que ser científico de la NASA ni economista para entender porque estamos como estamos. Hay hambre porque hay escasez. Hay escasez porque no hay producción. Y no hay producción porque la mayoría de las empresas que producían fueron expropiadas y confiscadas por Hugo Chávez. Las últimas es­tadísticas publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) en marzo de 2015, señalaban que la escasez se ubicaba en 29,4%. El Centro de Documentación y Análisis So­cial (Cendas) en su último infor­me publicado en el mes de abril ubicó la escasez en 31,03%. Estimaciones realizadas a comienzos de 2016 hablan de una escasez que supera el 70%. 
Expertos sostienen que de los 58 productos que contiene la canasta básica fami­liar, 47 brillan por su ausencia. Guillermo Manosalva, presidente de la Cámara de Comercio de Valencia, estado Carabobo, fue mucho más catastrófico y aseguró que “90% de los productos básicos desparecieron de los supermercados del país”.
Y mientras todo esto ocurre, Nicolás Maduro insiste en la mal llamada guerra económica y apela a la Sala Constitucional del TSJ, controlada por el PSUV, para que declare legal un decreto de emergencia que ya fue negado por la mayoría calificada de la Asamblea Nacional.
Maduro está jugando con el hambre y la paciencia de la gente. El ex chofer del Metro de Caracas cree que puede ganar tiempo y convencer a madres como María, de que la escasez y las colas son culpa de la oposición, de los empresarios y del imperio. Alguien debe decirle a Maduro que con el hambre y la paciencia de la gente no se juega. La mecha ya está encendida. Es sólo cuestión de horas para que esto estalle.

Gustavo Azocar Alcala
cafeconazocar@gmail.com
@gustavoazocara

Tachira - Venezuela