jueves, 1 de julio de 2021

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TITULARES DE HOY
01/07/2021

MERCEDES MALAVÉ: ESE TERCO Y ÚNICO CAMINO

Relata el documento Informes de Observación y Acompañamiento Electoral emitido por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, que la elección del 18 de octubre de 2020 fue la más compleja de la historia democrática de ese país… y también la más observada.
 
Los desafíos que había que sortear eran tan complejos que baste mencionar dos de ellos para quedar anclados en la impotencia: la anulación de una elección general (hecho excepcional acaecido en dos oportunidades en América Latina en el siglo XXI) y una pandemia. 
 
Dice el citado documento que el camino hacia una nueva elección presidencial «se inició con un tercio de los tribunales electorales departamentales en cenizas y casi la mitad de la infraestructura electoral golpeada (…) Pero el daño excedía con creces la destrucción de edificios y computadoras: afectaba el corazón mismo de la institucionalidad, colocada en un estado crítico».
 
Las ayudas económicas, el asesoramiento, la presencia de organismos internacionales, así como la pertinente observación electoral cualificada no faltaron abundantemente. Sin embargo, no fueron las elecciones más observadas porque la comunidad internacional se volcó en ellas —que lo hizo— sino por «la voluntad firme y entera por responder al compromiso asumido con el país y la comunidad internacional. Una voluntad indispensable cuando el proceso mismo pareció, en más de una ocasión, cerca del colapso» (Informes). 
 
Fueron los ojos atentos y la voluntad segura de la ciudadanía organizada la que hizo posible llevar adelante un proceso sometido a fuertes presiones, polarizaciones, desinformación, falsedades y especulaciones de fraude: «Tanto las investigaciones académicas como las verificadoras de noticias coinciden en que nadie fue más golpeado por ese tipo de arremetidas que el Tribunal Supremo Electoral» (Informes).
 
Similares conclusiones arroja el documento final elaborado por el Centro Carter al señalar que, luego de años de ausencia, organizaciones de la sociedad civil boliviana impulsaron iniciativas de observación electoral a gran escala. 
 
«Las dos plataformas de observación principales, Observa Bolivia y Observación Ciudadana para la Democracia (OCD), reunieron a numerosas organizaciones de la sociedad civil, asociaciones e instituciones académicas. Ambas plataformas realizaron una observación de largo plazo: Observa Bolivia desplegó más de 2.000 observadores en Bolivia, mientras que OCD desplegó 180 observadores en el país y en el exterior. Ambas plataformas publicaron informes objetivos y bien documentados».
 
*Lea también: Para muestra, un botón, por Carolina Gómez-Ávila
 
A veces pareciera que existen tantas formas de defender la democracia como iniciativas de las oenegés, sociedad civil y demás grupos y asociaciones tengan deseos de activar; y la verdad es que pese a la gama de intereses y demandas que pueda haber en la sociedad democrática, no hay tal democracia si no se tiene la convicción de que la única acción que puede convocar a todos los ciudadanos, incluso a aquellos que jamás participarían en una iniciativa civil o social, es el voto; y que por muchas y muy elevadas que sean las distintas visiones, misiones y valores que pueda haber en una sociedad plural, su crecimiento potencial viene condicionado por el sistema democrático, ese que encuentra en el voto popular su legitimidad de origen y de ejercicio.
 
No hay otro camino…a quienes deseen crecer y multiplicarse a lo largo y ancho del territorio nacional no les queda otra opción que habilitar la fuerza electoral. La sociedad civil boliviana lo entendió. Estén o no con el partido y el presidente electo; es más, principalmente si no lo están. 
 
Lo cierto es que la sociedad civil aprovechó una tremenda ocasión de crecimiento, pues entendieron que la única acción que les libraría de toda atrofia, y quién sabe si hasta extinción, era la vía electoral.

Mercedes Malavé
mmmalave@gmail.com
@mercedesmalave
@mercedesmalave
Directiva de Unión y Progreso
Venezuela

TRINO MÁRQUEZ: LAS NEGOCIACIONES SON EL MOMENTO DE AVANZAR

Tengo la impresión de que Nicolás Maduro creía que al salir de la Casa Blanca Donald Trump, mucho más dispuesto a las amenazas que a las acciones concretas, se produciría un giro significativo de la política del Departamento de Estado hacia Venezuela. Se equivocó. El presidente Joe Biden ha mantenido la misma estrategia: presionar al gobierno para que se introduzcan cambios que conduzcan a la restitución de la normalidad democrática, en la nación que fue durante décadas ejemplo de estabilidad institucional y convivencia social. 

El gobierno de Caracas representa un enorme escollo para la región. La crisis económica ha arrojado a millones de compatriotas por distintos países de América Latina, un área plagada de dificultades. La diáspora venezolana se esparce por naciones que reclaman ayuda de Estados Unidos para enfrentar los retos que esa emigración masiva e inesperada plantea. La administración Biden y los demás gobiernos saben que mientras Maduro esté atornillado a Miraflores el éxodo se mantendrá. 

Además, Miraflores es aliada de los rivales más enconados de Estados Unidos en el plano internacional: Rusia, China, Irán, Turquía y Cuba. En un nivel más cercano, el gobierno rojo no oculta sus simpatías por el ELN, la disidencia de las FARC y por grupos terroristas como Hezbolá. El cuadro en su conjunto proporciona suficientes elementos para que la Casa Blanca promueva cambios en la cúpula gobernante. 

En esa cruzada cuenta con un importante socio: la Unión Europea. Sin bravuconadas ni desplantes, el multilateralismo de Biden le ha permitido atraer la diplomacia del viejo continente para armar un tándem muy efectivo. Ambos centros del poder mundial coinciden en la necesidad de buscarle un cauce racional a la grave crisis que vive Venezuela desde hace una década. Aunque las declaraciones de funcionarios como el secretario de Estado, Antony Blinken, del embajador James Story o del asesor para América Latina, Juan Sebastián González, suelen ser más agresivas que las intervenciones de figuras como Josep Borrell, todos coinciden en que Maduro debe dar muestras de cambios ‘comprobables e irreversibles’ que permitan restituir la democracia. Si se aprecia ese giro, entonces las sanciones que pesan sobre el gobierno podrían irse levantando progresivamente. 

En ese escenario, Maduro exige ser reconocido como Presidente legítimo. Es poco probable que diplomáticos y políticos tan experimentados emitan una declaración formal que lo consagre como el mandatario formal. Sería anular a Juan Guaidó y dejarlo a merced del TSJ dirigido por Maikel Moreno. No obstante, en la práctica lo acontecimientos ocurren de tal modo, que los factores de poder internacional están reconociendo que Maduroes quien posee el control real de las instituciones del Estado. Sentarse a negociar con él es una victoria de su parte y una forma de admitir que es el Presidente. En 2018, luego de las cuestionadas elecciones de mayo, tal posibilidad no existía. Esa constatación debería ser suficiente para satisfacer su ego. 

Aunque existen otros conflictos importantes en el continente, entre ellos el masivo flujo migratorio de centroamericanos hacia el Norte, la administración Biden le dará notable importancia a la cuestión venezolana, por las razones que ya señalé. Las iniciativas diplomáticas se multiplicarán. La sociedad con la UE se estrechará. Es posible que una nueva ronda de negociaciones facilitada por Noruega arroje resultados positivos y que se cree una atmósfera favorable para llegar a acuerdos políticos duraderos y significativos.

La ingenuidad no es un rasgo que caracterice a los miembros del régimen. La asesoría cubana, rusa y turca no es inocente. En esas naciones imperan regímenes dictatoriales bien asentados en el poder. La política representa un arte en el cual cada oportunidad hay que aprovecharla al máximo. Cada filón que aparece hay que explorarlo para ver hasta dónde llega. 

Lo que ocurre en el CNE es interesante. Los miembros de ese cuerpo han ido marcando su territorio y están defendiéndolo. Tratan de pasar de esa extraña figura llamada ‘acompañamiento’, a la observación internacional, forma convencional como los organismos internacionales participan en los procesos comiciales. Al Contralor le dieron un parado para que no siga inhabilitando dirigentes políticos. Está tratando de que a los líderes inhabilitados se les restituyan sus derechos civiles. La misma batalla se libra por las organizaciones y partidos proscritos. Se ha ido depurando el Registro Electoral Permanente y se han recuperado centros de votación que habían sido sacados de circulación. El anuncio de que la tarjeta de la MUD fue redimida es una noticia que podría estimular la unidad opositora. 

La confrontación con el poder constituido no está ganada, ni mucho menos. Pero, no tengo dudas de que el ambiente se ha distendido. Los cambios que están sucediendo deben formar parte de las negociaciones que avanzan sin que los reflectores iluminen los lugares donde esos debates se realizan. Así se van conquistando los espacios en terrenos tan áridos como los que existen en Venezuela. Es el momento de avanzar hacia nuevos logros. 

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

JUAN GUERRERO: EL TESORO DE LA POESÍA VENEZOLANA


Por estos días un vecino me aseguraba que el tesoro de Moctezuma (o Montezuma) se encontraba enterrado en una solitaria y despoblada isla venezolana, en pleno mar Caribe. Incluso fue más allá; sacó el celular de su bolsillo y me mostró en su pantalla, un escueto y elemental mapa parecido al dibujo de una rayuela. –Mapa de piratas, corsarios y filibusteros, pensé.
 
 
  De seguidas comentó que en esa isla en pleno ‘Mare Nostrum’, estaba sepultado un navío con tesoros inmensos; piezas y barras de oro, collares de plata y perlas, pectorales y plumajes de espectacular belleza. En fin, que esa secreta información la había recibido por intermedio de un masón que tenía una extraña casa, estilo bunker, en Trujillo, donde había construido sótanos y otros pasadizos que solo los elegidos conocían.
  
  Toda esa proeza de fantasía brillaba en sus ojos mientras aumentaba su frenesí en medio de una etílica conversacióndonde los símbolos masónicos, templarios y de illuminati, se entre mezclaban hasta el paroxismo. Imaginé que algo parecido debieron sentir los primeros europeos cuando encontraron las bocas del Orinoco y se adentraron por esa inmensidad de agua dulce. De su experiencia se iniciaron las primeras crónicas de los expedicionarios que ahora sabemos dieron origen a nuestra historia, cuya base esencial es la poesía. 
 
  Porque en verdad nuestros orígenes como pueblo y nación los encontramos en los cronistas, comenzando por el propio Cristóforo Colombo y después, la serie de conquistadores y misioneros que contaron su experiencia en el Nuevo Mundo. De esa riqueza idiomática y de telúrica memoria, se nutre la historiografía nacional, con fray Pedro de Aguado, fray Pedro Simón, José de Oviedo y Baños, hasta Andrés Bello. Todos leen y se copian del primero, construyen y reconstruyen, sin darse cuenta, una historia particular y muy propia, que con el tiempo será la partida de nacimiento de todo cuanto existe sobre esta Tierra de Gracia 
 
  Por ello habría que entender esto que fuimos, somos y seguiremos siendo desde la particular visión del habla poética. El devenir del ser venezolano está consustancialmente adherido al ser de la poesía. Creencias, valores, principios y razones de vida están cruzados por el hacer poético. Porque la misma razón y sentido de existencia tiene en su plenitud cotidiana la trascendencia erótica (de vida) que lleva a la misma identidad de ser con su sacralidad, su divinidad. 
 
  Así las cosas, es la poesía el acto más trascendente del venezolano en todo su hacer y ser. Lo podemos observar hoy cuando cruzamos la incertidumbre de este momento histórico, ella está presente en la insólita vida cotidiana, tan absurda, cruel y lacerante. Mientras otras formas de hacer la cotidianidad se diluyen en la banalidad de los días, la poesía trasciende y es refugio de quienes nada tienen, por muy insólito que ello parezca. 
 
  La poesía venezolana posee una fuerza interior gracias a que sus hacedores tienen consciencia de un destino trascendente, marcado por una memoria ancestral que jamás ha roto sus lazos de origen y destino. Esa consciencia, esesoporte ancestral es lo que hoy nutre su actualidad. Temas, estructuras, ritmos, cadencias, mientras se incorpora la narrativa de hechos vividos o su atemporalidad, en medio de una prosa que introduce quiebres de hablas, y hasta una teatralización de la vida. Todo ello y mucho más es la actualidad de la poesía venezolana de estos tiempos. La poesía venezolana, hoy, es la real y verdadera revolución del siglo XXI.  Tanto por su contenido como por sus formas y capacidad para introducir nuevos registros escriturales, una distribución y manejo del espacio poético y la libertad total y absoluta del trabajo de escritores dedicados al oficio poético. Vivirlo, trabajarlo y difundirlo. 
 
  Si existe un tesoro infinito y de plenitud humana, ese es la poesía venezolana, hoy. La poesía venezolana, hoy, es el tesoro mejor guardado del Caribe. Quienes nos aventuramos en su descubrimiento, vamos encontrando en sus hacedores, pequeños destellos de esa iluminación, ese portento, esa fuerza idiomática y de infinitas metáforas que son la fuerza amorosa, deslumbrante que va marcando el sendero de la plenitud liberadora que significa vivir la poesía venezolana,hoy, tan intensa, telúrica y secreta.
 
Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com    
@camilodeasis  
@camilodeasis1
Venezuela

BEATRIZ DE MAJO: VIRAJE PERUANO Y SU SOCIO CHINO. CHINA HOY

China ha sido el principal socio comercial del Perú en los pasados siete años. De la misma manera, es el principal inversor minero en el país andino. Las relaciones entre ambos países se enmarcan dentro de un Tratado de Libre Comercio que entró en vigor en el año 2010 y no es errado decir que es el instrumento que ha garantizado a Perú un crecimiento exponencial de sus exportaciones con destino a Asia , pero más allá de ello, ha dotado de tal confiabilidad y seguridad sus relaciones bilaterales que ha permitido que se consolide entre ambos países una muy beneficiosa interacción que ha redundado en un importante flujo de capitales hacia Perú. La activación de estos sectores ha atraído inversiones locales en pequeñas y medianas empresas generadoras de mano de obra y de comercio extra regional. Las exportaciones peruanas a China se acercaron en los últimos diez años a los 10.000 millones de dólares.
 
Importa mucho para la economía del país latinoamericano la presencia que los chinos han logrado consolidar particularmente en el sector minero que es uno de los que más aporta al PIB peruano y uno con los más altos índices de crecimiento. El primer Ministro del saliente gobierno peruano aseguró hace menos de una año que el crecimiento de la economía del Perú tiene su principal asidero en la relación estratégica que mantienen con Pekín. Hay que hacer notar que, por ejemplo, un tercio del total de las importaciones chinas de cobre – China consume 50% de los concentrados de cobre producidos en planeta- proviene de los yacimientos peruanos. Lo mismo ocurre con el zinc: China demanda una quinta parte del zinc que se produce en el mundo y 20% de su demanda la cubre el Perú. Tal relación, consolidada a lo largo de la última década, se le atribuye a las importantes inversiones que Pekín ha orientado hacia la nación latinoamericana.
 
25% de la producción cuprífera nacional y el 100% de la de hierro provienen de minas operadas por empresas chinas y en la actualidad están en pleno desarrollo cinco proyectos impulsados por mineras de ese país, lo que alcanzaría a una nueva inversión de 10.155 millones de dólares.
 
Lo anterior pinta una situación de dependencia capaz de generar importantes altibajos en la economía del país peruano, la que en el 2020, debió enfrentar los estragos de la pandemia pero por encima de ello, tuvo que atender la fuerte caída de los precios mundiales de materias primas y la abrupta desaceleración de su principal socio comercial y la afectación de sus cadenas de suministro.
 
Ello es un arma de doble filo y es bajo ese prisma que el gobierno por estrenarse de Pedro Castillo debe entender la relación con quienes han sido sus benefactores históricos. Si el coloso de Asia consigue, como todos los analistas anticipan, mantener una tasa de expansión económica del orden de la alcanzada en los años pre-covid, Perú, como socio preferido podrá conseguir para si una tasa de expansión envidiable en el Continente. Sin embargo, la orientación del Perú Libre, partido que respalda al nuevo gobierno, no es la de favorecer la inversión extranjera sino la de controlarla, hasta el extremo de la intervención y la expropiación, dentro del más puro estilo
 
chavista. Una simple lectura a su programa electoral, deja en evidencia sus dos temas más recurrentes: el nacionalismo económico y el estatismo.
 
Un viraje de esta naturaleza sería una guillotina para los sectores más beneficiados de los capitales externos: minería, el petróleo o el gas natural en donde China tiene ubicados potentes alfiles
 
Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

ANDRÉS HOYOS: LA MADRE DE TODOS LOS FRACASOS. CASO COLOMBIA

El exministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry, precandidato presidencial conservador para 2022, acaba de revelar unos cuadros aterradores. Los dos datos cruciales que figuran en ellos son: 1) en 2020 el tráfico de cocaína ingresó al país aproximadamente 10.000 millones de dólares, es decir, más que el petróleo y el carbón combinados; 2) el 74 % del tráfico de cocaína sale por el Pacífico —Tumaco, Buenaventura y los cientos de puertos improvisados que hay en el litoral—. Esto último habla muy mal de los sistemas de patrullaje en ese océano, pues por una vez los narcotraficantes van expuestos en sus embarcaciones o en los sumergibles detectables que utilizan. Las cifras son más o menos comparables a las de la época de Pablo Escobar y uno prefiere ni pensar en las de México.
 
Lo anterior ratifica que la guerra contra las drogas es el mayor fracaso sufrido por Colombia en sus 200+ años de historia. Así de sencillo. Nada se compara en monto, daño causado y consecuencias sociales, políticas y económicas, todas dañinas. 
 
La cifra también explica varias cosas. La zona del Pacífico es la más pobre del país y eso pone a disposición del narco ejércitos de trabajadores necesitados. No por otra razón ha sido el Pacífico, incluida Cali, donde más dramático y violento fue el paro nacional reciente. Vaya que en el caos prosperan los narcopescadores de río revuelto. El Gobierno, que ya no sabe qué más pendejadas decir, insiste en que bajaron las hectáreas de hoja de coca cultivadas. ¿Y? Subió la productividad, así que problema resuelto. Lo otro que se ha sofisticado a morir es el mercadeo aplicado a la cocaína y a las drogas ilícitas, así como el modelo de negocios, por llamarlo de algún modo. ¿Ergo? Crece el mercado, pese a las ilusiones ilusas (sic) que algunos nos hacíamos de que el tal perico fuese desplazado por las drogas de diseño.
 
En fin, los 10.000 millones de dólares van a seguir desbaratando a Colombia y enriqueciendo a los malos. Aumentará la violencia contra líderes sociales, se seguirán corrompiendo la política y las elecciones, habrá nuevos burgueses garosos reclutados por la mafia. El monto, pese a su tamaño, no es ningún beneficio para el país pues causa daños y deterioros aún mayores que su presunto aporte financiero.
 
O sea que no hay otra salida a este laberinto que la legalización controlada y con impuestos. Porque lo otro que demuestran las cifras es que la gente quiere meterse sus pases de coca. No es asunto de los Estados prohibírselos, sino crear campañas sofisticadas de desestímulo al consumo y usar parte de lo recaudado en impuestos para el tratamiento de quienes abusan, ayudando a salvarse a quienes no saben cómo hacerlo. Pasó con el tabaco.
 
Aclaremos que las mafias creadas por la cocaína, en particular los carteles mexicanos —hoy dueños de ese negocio—, no van a desaparecer con la legalización; los que sí desaparecen son los 10.000 millones de dólares anuales en manos criminales. La minería ilegal, para mencionar apenas una alternativa, no genera ni una décima parte de las ganancias de la cocaína.
 
Los remedios para este mal son otro tema ineludible en la presente campaña política. Lástima, el propio Echeverry habla de la legalización posterior, cuando se pueda. Mientras, propone seguir en las mismas, o sea, nadando como mariscos podridos en una olla fétida. Fue lo que a su manera hicieron César Gaviria y Juan Manuel Santos, volverse legalizadores cuando ya pa qué.
 
Andres Hoyos
andreshoyos@elmalpensante.com
@andrewholes
Colombia

ALEJANDRO MENDIBLE: LULA EN LA HORA ACTUAL DEL BRASIL

En estos días los medios de comunicación brasileños comentan insistentemente el reposicionamiento de Lula en el cuadro político nacional en momentos cuando la lucha por el control político del continente se intensifica y se dice que el máximo líder popular del Partido de los Trabajadores (PT) desempeña un lugar importante en el nuevo ímpetu populista durante la pugna por el control político sudamericano en la tercera década del nuevo siglo.
 
En la marcha de estos acontecimientos también en Brasil los medios destacan los efectos del doloroso saldo de más de 500 mil muertos ocasionados por la pandemia y reseñan los adversos cometarios en relación a la inhabilidad del presidente ultraderechista Bolsonaro de enfrentar de manera apropiada el covid -19. Esta situación le da píe a la izquierda y a otros sectores opositores al gobierno para orquestar una campaña nacional con el propósito de erosionar el modelo neoliberal en el poder y elevar el proyecto socia que representa Lula. La escalada actual de confrontación se inicia con la conformación de la Comisión Especial del Congreso (CPI da covid) que investiga las presuntas irregularidades y responsabilidades del gobierno y más recientemente por la decisión de la dirección de los partidos de izquierda de pasar a la acción con actos públicos tendiente a golpear el “mito Bolsonaro”, en una campaña que pretende reeditar los grandes eventos nacionales de la recuperación de la democracia en los inicios de la década de 1980, cuando la sociedad civil brasileña lleno las calles de las principales ciudades del país bajo la consigna de “elecciones directas ya” y logro la gesta de hacer retroceder a los militares a sus cuarteles para darle fin al siclo del autoritarismo.
 
Sin embargo, en la actualidad desde la perspectiva del encrespado panorama sudamericano podríamos considerar que es un nuevo escenario montado por la onda populista izquierdista con el propósito de refundar la república por las vías del socialismo del siglo XXI. La consideración se fundamenta en la acción conjunta de Lula con Fidel para fundar el “Foro de Sao Paulo” en 1990 como una plataforma de vinculación entre partidos de izquierda organizados nacionalmente con grupos guerrilleros ilegales como la FARC, el ELN de Colombia y otros países que actuaban en el continente cuando a la caída del Muro de Berlín buscaban una salida de flotación de los ideales comunistas. Tres décadas después, en el 2021, vemos como se resquebraja la egida del liberalismo dominante en la marcha de mundo desde principios del siglo XIX cuando en América Latina se produce la independencia de los reinos de España y Portugal) y aparecen de los antiguos espacios coloniales nuevas entidades políticas independientes que se insertan como dependientes del comercio del sistema capitalista occidental.
 
El capitalismo en América evoluciona de manera asimétrica entre las relaciones de progreso de Estados Unidos y de estancamiento en América Latina hasta el pasado
 
siglo cuando el país la plena hegemonía del sistema. Esta situación en nuestra región se encuentra en transición hacia una mayor autonomía pero, los partidarios del socialismo de siglo XXI adoptan una posición radical y esquemática cuando simplifican como un solo fenómeno el imperialismo norteamericano, el grado capitalista latinoamericanos y el legado nacionalista que para superarlo presentan el caso cubano, un modelo de la guerra fría como una regla para la región.
 
Estos anacronismos algunos regímenes de izquierda intentan imponer con una deriva autoritaria aprovechando la puja multipolar cuya disputada se dirime entre los intereses creados entre Washington, Pekín y Moscú. Mientras acentúa la desestabilización en las democracias liberales en Colombia, Chile, Perú y como vemos el objetivo mayor se orienta hacia el Brasil, esperando que a donde se incline éste país terminara haciendo Sudamérica. La figura Lula se convierte primordial en los objetivos del populismo cuando el personaje ha logrado de manera espectacular la recuperación de sus derechos políticos y crea una nueva coyuntura para las próximas elecciones presidenciales del próximo año para derrotar a Bolsonaro.
 
Sin embargo, para alcanzar este objetivo Lula y lo que representa el lulismo (el nombre que asume el socialismo del siglo XXI en Brasil) tiene(n) que redefinir su perfil de mito popular diferente al de 2002 cuando llego a la presidencia, en concordancia con el aceleramiento de la dinámica de cambios a todos los nivele de nuestras vidas que va impulsando el nuevo siglo. Cuando el lulismo llego al poder por primera vez tomo el gobierno pero no logro cambiar el Estado que continua manteniendo su función histórica de controlar la unidad del inmenso espacio territorial igual a la mitad del continente, con una posición ventajosa sobre sus vecinos hispánicos. Además el Estado recibía como herencia el desarrollo industrial más significativo de América Latina.
 
Así, en esa oportunidad el lulismo (en representación del Foro de Sao Paulo) puede convertirse en el marco de referencia del nuevo proyecto político de convergencia regional, intentando una nueva proyección geopolítica del continente aprovechando la coyuntura internacional. Lula zanja las diferencias histórica con Argentina y establece una alianza con el proyecto de Néstor Kirchner e igualmente lo hace con Hugo Chávez cuyo modelo el Alva representa una posición más radical ya que asumía la posición fidelista en el caribe pero, Brasil actúa como el moderador del continente buscando superar las asimetrías existente mediante la armonización económica estratégica del continente.
 
Con este objetivo se crea Unasur la primera plataforma sudamericana de desarrollo socioeconómico esperando convertirse en el nuevo paradigma latinoamericano y el Lulismo intenta la creación de un estado de bienestar que saca de la pobreza a millones de brasileños, el país convertido en miembro de Brics se ufana de ser una potencia emergente, apoyada por una coyuntura favorable determinada por el aumento de los precios de las materias primas, la llegada del capital chino y la tolerancia de los centros de poder internacional cuestión que se prolonga hasta 2016. En esa oportunidad bajo la
 
excusa de la corrupción administrativa el lulismo es sacado del poder y arrinconado políticamente. Hoy la situación pendular cambia y la situación se refleja en la situación actual del Brasil creando una nueva perspectiva del resurgimiento del mito Lula pero ante un nuevo reto representado por la reformulación de un acuerdo de consenso nacional surge una primera inquietud en relación a cómo conseguir la inclusión de las aspiraciones democráticas de la poderosa burguesía industrial y de las diferentes capas medias que evidentemente tienen una aspiración bastante diferente del modelo representado por la sociedad comunista de cubana.
 
El otro asunto es el relacionado a la relación de los dos contendientes con el Estado, en el primer caso Lula podría contar con la nación pero choca contra el Estado conservador, mientras Bolsonaro cuanta con el Estado pero choca contra los sentimiento democráticos nacionales. En fin, en Brasil a diferencia del resto de países americanos aparece primero el Estado antes de la nación, en un pacto de aceptación biunívoca entre el rey que se encontraba en Río de Janeiro y los hacendados esclavistas en las diferentes regiones con la finalidad de preservar el inmenso territorio. Desde 1822 cuando aparece el Estado imperial con Pedro I el estado se ha mantenido como el centro de conciliación nacional y en el 2022 cuando el país arriba a su bicentenario los brasileños dimitirán su futuro entre dos mitos el neoliberal de Bolsonaro y el socialista de Lula.
 
Alejandro Mendible
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Caracas – Venezuela
 
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