martes, 23 de noviembre de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com MARTES 23/11/2021


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TITULARES DE HOY - NACIONALES - 23/11/2021



LEANDRO RODRÍGUEZ: ¡OFICIALMENTE SIN OPOSICIÓN!


CARLOS E. AGUILERA A.: DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA


OMAR A. ÁVILA H.:EN UNIDAD SE ALCANZAN METAS


LINDA D'AMBROSIO: LA GRAN MONTAÑA: HISTORIA DE UN CUENTO

La Gran Montaña, la obra que, publicada por Ekaré e ilustrada por Carmen Salvador, se convirtió en un legado lleno de lecciones que han enriquecido la vida de muchos niños a través de los quince años que median desde su aparición en 2006...Anuncios

Aquella noche, apenas dos días antes de emprender la expedición hacia el Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo, le hizo a su esposa un regalo muy especial: la maqueta del libro en que se volcaba la historia que había ido hilando, noche tras noche, para explicarle a sus hijos por qué escalaba.

José Antonio Delgado Sucre nunca regresó, pero su esposa, Frida Ayala, supo cultivar la semilla que habitaba entre las páginas de La Gran Montaña, la obra que, publicada por Ekaré e ilustrada por Carmen Salvador, se convirtió en un legado lleno de lecciones que han enriquecido la vida de muchos niños a través de los quince años que median desde su aparición en 2006.

La fortuna me depara la suerte de coincidir, a su paso por Madrid, con Frida, una mujer bella y luminosa, que, sobreponiéndose a la adversidad, disemina los valores que su esposo dejó impresos en este libro, a saber: la importancia del trabajo en equipo, del adecuado liderazgo y de conocer nuestras fortalezas y debilidades.

“La Gran Montaña -cuenta Frida- es una historia que José concibió, después de haber alcanzado el Everest junto con Marcus Tobías y Proyecto Cumbre en 2001, para explicarle a sus hijos por qué subía montañas. Para entonces eran pequeños y les leíamos muchos cuentos en las noches. Cuando ya se habían leído todos los cuentos que había en la casa, empezaron a pedirnos cuentos inventados: cada noche ellos me daban un personaje y yo tenía que inventar un cuento. La diferencia es que José les fue contando el mismo cuento cada vez y lo fue perfeccionando hasta alcanzar esta historia, que Ekaré tuvo a bien editar.”

Cuando José Antonio se quedó dormido entre las nieves del Nanga Parbat, Frida se vio a cargo del bautizo del libro: “es una herencia que yo asumí con muchísimo orgullo y cariño”.

Frida recibía continuamente invitaciones para hablar del libro en colegios y otras instituciones educativas, y, con el correr del tiempo, fue desarrollando una conferencia en la que ponía en luz los valores contenidos en la historia.

“La Gran Montaña -explica- habla de cómo alcanzar un sueño en la vida y, de alguna manera, en este cuento están presentes distintas habilidades y principios que se requieren para hacerlo. Lo que hice fue extraerlas de forma práctica, didáctica y sobre todo divertida, fácil, para que los jóvenes vean lo que tienen que poner en práctica si quieren emprender en cualquier ámbito”.

Elefante, Camello, Yak y Canguro quieren conquistar la cumbre de la Gran Montaña. La aventura comienza, pero los obstáculos son muchos, y, solo a través de la solidaridad y generosidad, podrán llegar a la meta, afirma Ekaré respecto al libro.

“Este año, gracias a la empresa privada, pude llevarlo a distintos colegios y alcanzar quinientos niños. Ojalá el año que viene siga dándose esta oportunidad para seguir difundiendo, no solamente el nombre de José Antonio como montañista, sino la historia que está implícita en este cuento, que, de cara a los retos que tiene el hombre, el ser humano, hoy en día, constituye realmente un aporte importante para que los niños puedan ir entendiendo desde pequeños la importancia de emprender para hacer realidad sus sueños”.

Si bien La Gran Montaña se ha constituido en una referencia dentro de la literatura infantil de Venezuela, no es menos inspiradora la historia de Frida Ayala, quien, a partir de un revés en su vida, ha sabido transformar lo que José Antonio contemplaba como un cuento infantil en un auténtico legado, haciendo mejor la vida de las personas que la rodean, manteniendo viva la memoria de su esposo y haciendo fecundos su viudez y su tiempo.

Linda D´ambrosio
linda.dambrosiom@gmail.com
@ldambrosiom
@ElUniversal
Venezuela-España

LEANDRO AREA PEREIRA: SOBRE VICTORIAS Y DERROTAS

Sobre victorias y derrotas, que en traducción universal resultan ser casi siempre sinónimos estrafalarios de éxitos y fracasos, quiero dejar por escrito en este espacio utilizando la tiza que me facilita su clemencia para borrar y perdonarme si me equivoco. Sobre ellas pienso murmurar, discurrir y proponer. Espero llegar a alguna parte.

Intentar definirlas es ya de por sí un hecho controversial y laborioso. Clasificarlas es aventura absurda, casi que mórbida, pero dejar de pensar en ellas es al mismo tiempo improbable.

“Ser o no ser”, que vendría a representar uno de sus binomios comparativo de parentesco preferido y tradicional, análogo potencial aunque insatisfactorio, no tiene tampoco límites precisos que pudieran ayudarnos en nuestra empresa definitoria pues es tal de inmensa y elusiva su territorialidad que muchas veces la existencia humana se encuentra adherida de manera implacable a sus designios sin nosotros poder ser sino testigos. De asuntos de esa índole estamos pues hablando.

Casi que exagerando, del destino.

Más complicado aún si se piensa que se pudiera ser y no ser al mismo tiempo, victorias y derrotas complementarias y no necesariamente excluyentes, cambiando profundamente las reglas de ese juego o tragedia en su versión clásica, dándole primacía ahora al estar sobre el cansado y moral ser aquel de Shakespeare.

En adición de complejidades, que las hay para todos los gustos, imagino que ya antes de nacer existen células o mecanismos especialísimos que nos advierten de la existencia de sus microscópicos laberintos. Ya viven de antemano y si no se les inventa de tal forma que alcanzan hasta para paladares insaciables o exóticos, por urgentes o retorcidos que estos sean.

Para colmo, no hay quien de buenas a primeras se salve de sus abrazadoras llamaradas que aunque tú no las busques, ellas te encontraran.

Solo el ejercicio inhumano de la más absoluta abstinencia y abandono, que son terror y olvido de uno mismo, camino de la trascendencia arguyen, nos liberaría, supongo, de su absorbente energía esclavizadora.

Unas y otras son alimentos vitales y venenosos, mercancías escabrosas, que componen el mercado de nuestras elevaciones y vergüenzas que se resumen en el menú infinito de lo divino y lo monstruoso, en todos sus matices, de lo que vamos siendo y haciendo, mientras andamos de paso por la vida.

Las hay, agrego, para todos aquellos que se las gozan o padecen, directa o indirectamente, miran o admiran, pues no hay envidia que no consiga presa ni interés que no encuentre negocio, que hasta la guerra vende, ni se diga la muerte.

Es tal su variedad, que no hay punto cardinal que allí no se consuma y coincida, pues pareciera que la vida transcurre entre ambos paralelos.

Los almanaques de la historia tienen todos sus días marcados con la tinta indeleble de sus ocurrencias, reales o ficticias, que hasta el nacimiento de algún Santo o Beato, queda allí registrado en interés de alguien.

Las victorias vuelan hacia arriba mientras que las derrotas descienden a los infiernos del Dante, por ejemplo. No es lo mismo un descalabro militar que una victoria política o viceversa, sobre todo y más allá de lo evidente, por las fechas, el momento, las circunstancias y las implicaciones de las mismas; por el ámbito vital de su ocurrencia. Por ello es que sobran las dudas para escoger el instrumento para medir su impacto y significaciones.

Existen siempre al menos dos versiones distintas sobre los hechos que las componen y sobre sus cronologías específicas, actores, lugares y repercusiones.

Nadie tiene el monopolio de su verdad porque ninguna es cierta de un todo y por completo. Todo depende de quién cuente lo acontecido y tantas veces lo manipule al antojo del poder.

Las derrotas son huérfanas, íngrimas y feas, nadie quiere retratarse con ellas, mientras que a las victorias les sobran los pretendientes; son bellas y distantes, se hacen acompañar por chaperonas y andar con ellas es siempre muy chic.

En buena parte de los casos a los principales actores involucrados en su trama se les ha convertido en iconos, arquetipos, hitos de la humanidad, tesoros ejemplares de lo que se debe o no hacer, de lo bueno y de lo malo, de lo bello y de lo horrible, de la sabiduría y la compasión o de la maldad y la vergüenza, humanas todas ellas.

Es de hacer notar que los motivos, indumentarias y perfiles de héroes y villanos han ido transformándose a lo largo del tiempo.

De lo sublime hemos pasado en nuestra gelatina histórica a lo impensable, de los gloriosos en la acción a los corruptos, de los filósofos y otros exploradores de la verdad a los que adoran dar golpes de Estado u otras tropelías semejantes, de un buen gobernante a un narcotraficante.

Los escenarios también han evolucionado y así hemos pasado de los campos de batalla a las alfombras rojas, de las democracias a una llamada telefónica, de una carta de amor que nunca llega a un frigorífico tuit apuradito de 140 caracteres y no más.

En cuanto a la duración y efectos especiales, hay también para todos los instrumentos que tienen como hobby medir el tiempo.

Las victorias parecen durar menos que las derrotas, las primeras son como la champaña o el perfume exquisito y las segundas como las interminables esperas en el consultorio de un dentista. Ello puede deberse a que las derrotas son difíciles de digerir, constituyen plato pesado, picante, grasoso, de lento y doloroso reconocimiento.

Los triunfos por su parte son como los caramelos: engordan, provocan risa, contentura y descuidos, lamentables a veces.

Las victorias, ellas, son además expresivas, hacia afuera, cariñosas, encuentran amigos a más no poder y por doquier hasta que dure lo ganado, aunque la verdad sea dicha no poseen la intensidad pasional de las derrotas.

El que vence es botarate, brinca, habla de más, celebra, abre las puertas y ventanas, derrocha plenitud a manos excesivas y corre el muy habitual riesgo de dormirse en sus propios laureles y chinchorros que es igual a sufrir del síndrome de la “etapa superada”, en el cual el pensamiento y la acción, en solitario, en pareja y hasta en grupo, tienden a desgonzarse cual los resortes que le sirvieron paradójicamente para tomar definitivo impulso.

Al contrario, el derrotado es ahorrativo, íntimo, intestino, persistente, no olvida, insiste a veces; guarda lo suyo en la caja fuerte de los infortunios imborrables hasta nunca jamás.

Las derrotas no se reparten, de allí provienen los odios históricos, las venganzas tenaces, los rencores y dogmas, las fantasmagorías.

Conste también que para estos espectáculos hay público del más diverso origen y condición, y tenemos a los que prefieren a los ganadores aunque haya a la par los que suspiran por los derrotados; se complementan con ellos en su papel de padre o madre o hijo sustituto, o quién sabe. Pero en ambos casos hay adeptos persistentes y si no que lo digan la realidad, la literatura, la ópera o el cine, los amores y las distancias imborrables convertidas en emoción y para siempre, la poesía. En esas geografías no hay lágrima que no encuentre pañuelo forastero ni sonrisa que no se refleje en el espejo de otro.

Maestras en el difícil arte de vivir, victorias y derrotas deberían servirnos de enseñanza compañera y de guía para entender que la vida es más que la resta de sus partes.

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea
Venezuela

RICHARD CASANOVA: UN BALANCE ELECTORAL: RESULTADO, CAUSAS Y PERSPECTIVAS (PARTE I)

Es claro que los resultados de estas elecciones regionales y municipales no satisfacen las expectativas. Partamos de un principio, estos resultados son producto de lo que hizo el gobierno pero también de los desaciertos u omisiones de la oposición. Intentemos una muy resumida interpretación de la coyuntura, a los fines de promover una reflexión e inspirar un debate mesurado y solidario:

1) El primer gran error que debe asumir el liderazgo del G4 es no realizar elecciones primarias para escoger a los candidatos a gobernadores y alcaldes, ello hubiera facilitado la cohesión opositora y reducido a los divisionistas a su mínima expresión. Si se hubieran hecho primarias con tiempo, tengan la certeza que se hubieran ganado estados como Miranda y Anzoátegui, entre otras. No se hicieron para privilegiar una política basada en el reparto de cuotas y no en la construcción de consensos reales, esta es una percepción generalizada en el electorado que expuso a los candidatos como una impostura, la cual -como suele hacerse con cualquier arbitrariedad- es legítimo enfrentar. Al menos esto les dio un discurso a los divisionistas.

3) La imagen de una oposición dividida e incapaz de ponerse de acuerdo genera desaliento y estimula la abstención. En descargo digamos que -en gran medida- la falta de unidad es inducida por el gobierno, apoyando y financiando a supuestos opositores. Algunos de ellos, los llamados "los alacranes" pero otros operan camuflados, son más disimulados y cuidan las formas.

4) No todos los que están fuera de la Unidad Democrática (MUD) son "alacranes". Algunos son aventureros movidos por su elevado ego y hay también algunas fuerzas que se autodenominan alternativas o emergentes, pero no terminan de entender el valor de la unidad en esta hora oscura de la democracia. Se trata de grupos minoritarios que creen que su mejor estrategia de crecimiento es confrontar y deslegitimar a otra parte de la oposición, así entran al molino del régimen y terminan sirviendo a sus intereses divisionistas. En general, hacen bulla, no aportan votos y carecen de liderazgo pero lesionan el espíritu unitario y enrarecen el clima electoral. Al final son tan irresponsables como los cogollos que denuncian.

5) La errática escogencia de candidaturas, estimuló la idea de que había que "pasarle factura" al G4 por su irrespeto al electorado opositor, cuando lo prioritario era castigar con el voto a este régimen inepto y corrupto, responsable directo de la tragedia que vivimos los venezolanos. Es decir, una parte del electorado perdió el foco asumiendo que el enemigo es el G4 y no lo es.

6) El gobierno es el gran promotor de la abstención. Su retórica lo confirma: siempre declaran para generar una reacción adversa a la participación y una parte de la oposición le pisa el peine. Ergo, una responsabilidad esencial del liderazgo opositor es motivar y movilizar: si la participación hubiese llegado al 60% se habrían ganado entre 6 y 8 gobernaciones más, mínimo.

7) ¿Por qué la abstención es primordial para el oficialismo? La diáspora de casi 6 millones de venezolanos redujo el universo electoral a 15 millones de votantes, más o menos. En este cuadro, estimulando la abstención, el oficialismo puede ganar la contienda teniendo apenas 15 ó 20% del electorado. Son una precaria minoría que se moviliza, mientras la mayoritaria fuerza democrática es desmovilizada y fragmentada como consecuencia de la acción del gobierno y los desatinos de la dirección opositora.

8) La abstención -siendo determinante- no es suficiente. Por eso, el otro componente fundamental de su estrategia es la división del voto opositor. A tales fines, literalmente se robaron las tarjetas de los principales partidos opositores, las utilizaron para postular al chavismo enmascarado y generar una gran confusión, haciendo propaganda engañosa y utilizando el nombre de candidatos opositores. Toda una acción delictiva.

9) Otro de los errores garrafales del G4 fue asumir que los alcaldes y gobernadores en ejercicio eran indiscutiblemente los candidatos de la Unidad Democrática en esta jornada del 21N (con la excepción de la gobernadora del Táchira), indistintamente de lo que decían las encuestas. El resultado fue elocuente: todos los gobernadores en ejercicio perdieron las elecciones.

10) Irresponsablemente se extendió hasta última hora el anuncio de los supuestos consensos, así no hubo tiempo de hacer primarias pero tampoco para reducir el impacto por la imposición de candidatos, estimular la participación y "salvar el juego". Por si fuera poco, el discurso ambiguo de un factor del G4, tenía candidatos pero mantuvo una retórica contraria a la participación. ¿Cómo se ganan elecciones así? No vimos una declaración o acción decidida de su principal líder, Juan Guaidó llamando a votar. Al contrario, desde Washington una figura emblemática de ese sector recomendaba a los candidatos que se retiraran. Ni siquiera los abanderados de su partido lo hicieron, pero la declaración resultó desalentadora. Respetuosamente exigimos coherencia, solo eso.

11) Otra percepción generalizada es la existencia de partidos incapaces de renovarse; con las mismas cúpulas de hace 20 años y al margen de sus muchos méritos, hoy parecieran aferrarse más, lucen arrogantes y poco dispuestos a asumir su indiscutible responsabilidad en este desastre electoral. Ojalá fuera una apreciación equivocada.

12) Para preservar nuestros liderazgos conviene aclarar que el sistema electoral aplicado, dícese "entubado", condiciona el resultado municipal a la votación regional. En efecto, muchos candidatos a alcalde que -en base a su liderazgo y según las encuestas- claramente tenían la primera opción, tuvieron un resultado adverso pues el "voto tubo" funcionó como un ancla y el candidato a gobernador, en vez de ser un portaviones, fue un submarino.

13) Finalmente, hagamos mención al abuso, el ventajismo siempre y el uso indiscriminado de recursos del Estado para fines proselitistas, nada nuevo. Lo novedoso es el despliegue de campañas multimillonarias por parte de "opositores" que solo aspiran dividir, no ganar. ¿Quién financia esas obscenas y opulentas campañas? Vale hacer un llamado a los rectores del CNE, especialmente a Márquez y Picón.

Ahora bien, ¿De toda esta situación hay algo que rescatar como positivo o algo útil para el futuro inmediato? La buena noticia es que si y mucho, en nuestra próxima entrega abordamos el tema.

Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova
Dirigente progresista / PJ / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Venezuela.

LEANDRO RODRÍGUEZ: ¡OFICIALMENTE SIN OPOSICIÓN!

Luego de la “constituyente”, su alta factura patriótica, el 21N pasará a la historia como el proceso electoral más despreciable de nuestra historia, donde luego de más de dos lúgubres décadas de rumores y sospechas quedó flagrantemente demostrado la complicidad entre una falsa oposición con quienes, por la misma cantidad de tiempo, han desnaturalizado al otrora país más envidiado del planeta.

Aunque en chavismo ganar espacios de poder no vale absolutamente de nada, veamos este ejemplo: sí sumamos los votos de los candidatos “opositores” en las 20 gobernaciones que “ganó” el chavismo observamos que la sumatoria de éstos sobrepasa con creces el resultado obtenido por los candidatos psuv, es decir, deja en evidencia que “el financista” les ofreció todos los recursos para sus respectivas campañas electorales con la única condición de evitar la unidad, es decir, sus postulaciones debían ser por separadas, de ese modo el “financista” aseguraba su triunfo en un escenario electoral consabidamente abstencionista.

Una vez más, al igual que en las regionales 2017, queda demostrado que la oposición no controla la abstención, ella es el sentimiento nacional más legítimo en la nación, el grito de auxilio, la manifestación ciudadana de rechazo más solemne contra instituciones públicas psuvizadas mata votos. Obviamente, el régimen tampoco la controla, pero la alienta, esa es la explicación del porque el gobierno más rechazado de nuestra historia se desvive por realizar elecciones, además de controlar las instituciones, recursos y armas de la nación a real placer.

Ojalá finalmente se haya comprendido que lo electoral (y su respectiva abstención) son escenarios estériles, inútiles, ya demostraron lo que tenían qué demostrar. Tras “lo electoral” el régimen chavista obtuvo su desconocimiento, sanciones y demás actos punitivos por parte de la comunidad internacional, no habrá nada más.

Ahora bien, suponemos el régimen conocía de antemano lo que iba ocurrir, tras otra pantomima electoral el chavismo nunca iba perder espacios de poder y, lo más importante, terminaba de darle jaque mate a todo vestigio de oposición, sobrepasada vastamente por el castrismo venezolano.

Así es, oficialmente Venezuela queda sin oposición. También quedó demostrado que quienes participaron como candidatos tienen mismo nivel de rechazo que el régimen, dicho sea de paso, una abstención de 60% que, bajo la esclavitud electoral edificada por el régimen, nos obliga darnos cuenta la abstención real es superior al 70%.

Ahora el régimen intentará edificar su nueva oposición, donde el cuestionado Manuel Rosales se vislumbra como primer candidato ¿Cómo lo dejaron retornar al país sí estaba solicitado por la justicia roja? No hay hueso sano en este 21N.

Sépase, oficialmente no hay oposición en Venezuela, al menos orgánicamente, de partidos, nadie con legitimidad suficiente. Juan Guaidó es la figura reconocida por las democracias del mundo como cabeza de la oposición venezolana, pero dentro de nuestras fronteras prácticamente ha perdido toda su popularidad.

La política es dinámica, quedamos a merced de su dinamismo, los liderazgos surgen cuando menos se piensan. Las figuras opositoras requeridas deben tener como principal característica ser quienes impongan la agenda política, no (como los que hacían vida hasta el 21N) borregos que interesadamente decían amén a todos los planes del chavismo. 

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela

CARLOS E. AGUILERA A.: DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA

“Cuando los partidos carecen de autoridad,, ora por falta de poder, ya por el triunfo de sus contrarios, nace el descontento y los debilita” / SIMÓN BOLÍVAR

Desafortunadamente, el pasado aún está presente entre nosotros. El problema de las dictaduras es profundo. En muchos países el pueblo ha vivido experiencias de décadas y hasta siglos de opresión, bien sea doméstica o de origen extranjero. Con frecuencia se les ha inculcado insistentemente la sumisión incondicional a las figuras y gobernantes que detentan la autoridad. En casos extremos, las instituciones sociales, económicas, políticas y hasta religiosas de la sociedad—aquellas fuera del control estatal—han sido deliberadamente debilitadas, subordinadas o aún reemplazadas por otras nuevas, y regimentadas. El estado o el partido en el poder las usa para dominar a la sociedad.

A menudo la población ha sido atomizada (convertida en una masa de individuos aislados), incapaces de trabajar juntos para conseguir su libertad, de confiar los unos en los otros y hasta de hacer algo por su propia iniciativa. El resultado es predecible: la población se ha vuelto débil, carece de confianza en sí misma y es incapaz de ofrecer resistencia alguna. Las personas por lo general están demasiado asustadas para compartir su odio por la dictadura y su hambre de libertad ni aún con su familia y amigos. Se encuentran, con frecuencia, demasiado aterrorizadas para pensar en serio en la resistencia popular.

En lugar de ello, asumen el sufrimiento sin objetivo y un futuro sin esperanza. Las condiciones bajo las dictaduras contemporáneas pueden ser peores que antes. En el pasado, algunas personas pudieron haber tratado de resistir. Quizá hubo breves manifestaciones y protestas. Quizá los ánimos se levantaron temporalmente. En otras ocasiones, organizaciones o grupos pudieron haber hecho valientes pero impotentes demostraciones, afirmando algún principio o simplemente su desafío. Por muy nobles que hayan sido los motivos, estos actos de resistencia pasados frecuentemente han sido insuficientes para vencer el miedo de la gente y su habitual obediencia, condición esencial para destruir una dictadura. Esas acciones, lamentablemente, pueden en cambio haber causado solamente más sufrimiento y muerte, no una victoria, ni aún una esperanza.

Bien lo afirma Gene Sharp, autor del libro “De la Dictadura a la Democracia” que se publicó primero en Bangkok en 1993 por el Comité para la Restauración de la Democracia en Birmania conjuntamente con Khit Pyaing (El Periódico de la Nueva Era). Desde entonces se ha traducido a más de ocho idiomas y se ha publicado en Serbia, Indonesia y Tailandia, entre otros países.. En su obra refiere ejemplos que van desde la Primavera Árabe que se inició en Túnez, hasta la “Revolución Naranja” de la fría Ucrania y sostiene que el siglo XXI acrisola ejemplos de cuando la soberanía vence la opresión. Unos son casos de éxito, otros de reflexión, pero sin duda todos de valentía, por cuanto cuando el derecho inalienable de libertad apremia hasta su última fibra, parece no haber gobierno en el mundo que lo pare.

El desafío contra los dictadores no siempre ha sido una empresa fácil y poco costosa. Todas las formas de lucha tienen sus complicaciones y costos. El combate contra los dictadores por supuesto causa bajas. Sin embargo, la caída de un régimen no trae por consecuencia una utopía. Más bien abre el camino a un trabajo ingente y a denodados esfuerzos, a fin de construir unas relaciones políticas, económicas y sociales más justas y erradicar otras formas de injusticia y opresión. Es una esperanza de cómo puede desintegrarse una dictadura, en cualquier lugar donde la gente vive dominada y desea ser libre.

Las ansias de libertad no tienen límites geográficos. Los brotes de justicia se despliegan con fuerza en el mundo en el que nacen, sobreviven o están por morir los regímenes autoritarios. Potenciado por las redes sociales, los pueblos protestan contra dictaduras, guerras civiles, injusticias electorales y legislativas. Venezuela es uno de estos países que elevan su voz contra la opresión y el autoritarismo de Nicolás Maduro y por ello prosigue su lucha con el más firme ideal de no dejar de luchar por sus ideales libertarios, como se vio en el 2002, y en 2014.

Razón tiene el pueblo venezolano de estar cansado hasta el hastío de las atrocidades perpetradas por el régimen de Maduro, tal como lo presenta un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual generó conmoción en la opinión pública internacional y que fuera auspiciado por Michelle Bachelet, quien presentó cifras oficiales de homicidios y muertes en manos de las fuerzas de seguridad del Estado para el año 2018, que hasta la presente fecha eran desconocidas. Se trató de una masacre, con impacto en los barrios populares, a lo cual se suma la crisis económicas que rebasa todos los límites, y tiene a todo un pueblo pasando la más difícil situación de su vida: hambre y pobreza extrema en un 85% por ciento.

La paradoja de todo lo anteriormente señalado, es que en las elecciones regionales del pasado domingo, un resultado abrumador le dio el triunfo al régimen el cual había sido anunciado desde mayo pasado por el propio Maduro, cuando afirmó: “Los enemigos de la revolución que se olviden que van a llegar al poder ni con votos ni con balas”. Y así lo anunció también el Secretario de Estado de los EEUU que señalo: “El gobierno estadounidense está pendiente de las elecciones regionales de Venezuela, porque sabe de las irregularidades que siempre han cometido”.

La ausencia de una visión estratégica por parte de la oposición dividida, condujo a la desconexión con importantes sectores de la población, lo cual se reflejó en una abstención de más de un 60% a nivel nacional, por no haber articulado una estrategia coherente para construir una sólida mayoría social capaz de desalojar a Maduro del poder. Ahora solo habrá que esperar que en marzo del próximo año 2022, esta oposición dividida tome conciencia y sus absolutistas líderes exijan a una sola voz la realización del referendo revocatorio, previsto en la propia Constitución, “la más hermosa del mundo” como afirmaba el hijo de….Sabaneta..

Al margen de lo anteriormente indicado, se suma que el gobierno de Maduro se encuentra en los actuales momentos bajo la lupa de la justicia internacional, y tiene a todo un pueblo ávido y anhelante de un cambio de rumbo de la dictadura a la democracia. .

Carlos Aguilera
careduagui@gmail.com
@_toquedediana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
Venezuela

OMAR A. ÁVILA H.:EN UNIDAD SE ALCANZAN METAS

Alegrarnos por los logros de cualquier compatriota, bien sea por los récords olímpico y mundial de Yulimar Rojas, o por las medallas logradas por Daniel Dhers, Julio Mayora y por todos los atletas premiados, conllevó a haber conseguido la mejor participación que en Juegos Olímpicos hayamos obtenido como país, no quiere decir en ningún modo, que estemos avalando al gobierno de Nicolás Maduro, ni mucho menos que estemos negando la crisis económica, política y social por la cual estamos atravesando como Nación; todo lo contrario, es saber que a pesar de la situación por la que estamos pasando son muchos los venezolanos que continúan adelante, brillando y dejando el nombre de nuestra Patria en alto, dándonos ese mensaje de aliento que nos impulsa a seguir adelante y que a pesar de las adversidades, es posible concretar más temprano que tarde los cambios que nos lleven a ser nuevamente esa Venezuela pujante.

Recientemente, noticias positivas como otro título mundial de Rubén Limardo, el récord Guinness logrado por la orquesta más grande del mundo, nos siguen llenando de orgullo y demostrando que siempre que se tenga una meta definida, con voluntad y unión, se lograrán grandes resultados.

Desde Unidad Visión Venezuela, nuestra apuesta es a que todos y cada uno de estos logros no se queden en simples actos y récord, sino que se puedan crear y mejorar las condiciones necesarias, construyendo espacios suficientes para que cada uno de estos atletas y músicos puedan llevar a cabo su pasión, se le otorguen becas, se le mejoren sus condiciones y calidad de vida.

La noticia del Sistema de Orquesta, es una clara demostración de que los recursos destinados a la misma han tenido un resultado más que óptimo, lo que deja claro que hay que apoyar más a nuestros jóvenes, a todos y cada uno de esos talentos que tenemos a granel en distintas áreas, es parte de esa política pública que hay que implementar.

En lo personal, me enseñaron a querer y a valorar a nuestra Venezuela, como lo mejor, por ello no dejo de alegrarme, de celebrar y de sentirme orgulloso por cada uno de los éxitos alcanzados de nuestros hermanos venezolanos, dentro y fuera del territorio nacional y en el área que sea.

Para finalizar, nuestra invitación es a no politizar, polarizar y ver en blanco y negro un asunto que nos debe llenar de orgullo a todos sin etiquetas ni peros, lo que debemos rescatar es que cada logro, sin importar el tamaño que sea, significa que los venezolanos nos crecemos en las dificultades, que aquí estamos y seguimos de pie, dando lo mejor de cada uno de nosotros para seguir enalteciendo nuestra Patria, que sin duda alguna, es la mejor del mundo. Solo falta quererla, respetarla y trabajar como un todo para lograr grandes objetivos.

Omar A. Ávila H.
dip.omaravila@gmail.com
www.unidadvisionvenezuela.com.ve
@OmarAvilaVzla
Venezuela