jueves, 5 de septiembre de 2019

JORGE V. ORDENES-LAVADENZ: LA DERECHA POLÍTICA ITALIANA MARGINADA

El inquieto ministro del interior Matteo Salvini creyó que en un año y dos meses de mandato la tuvo ganada, y que sus ideas nacionalistas-populistas (afines a las del ultraderechista de EEUU Steve Bannon) críticas de la Unión Europea (UE) --y el rol que Italia debe jugar en ella-- además de racistas por eso de manifestarse reacio a aceptar emigrantes desesperados de África. Hace poco veta el desembarco de niños refugiados y solo el clamor de mucha gente hace que autorizase el desembarco de solamente 27 de ellos. Los demás tienen que seguir viaje seguramente a España que ha demostrado piedad con los inmigrantes. 

Después de una semana de forcejeos de los derechistas de La Liga, en la tarde del agosto 28 la sorpresa histórica y de trascendencia en toda Europa la ofrece una coalición italiana difícil de concebir aunque efectiva políticamente en su cometido de hacerse del poder, entre los activistas del Movimiento Cinco Estrellas (MCE) por un lado, y el Partido Democrático (PD) de centro izquierda por otro. Se coalicionan y ganan los suficientes votos para sacar del mando a Salvini, y ratificar al izquierdista moderado Giuseppe Conte como primer ministro… lo que no es un logro de poca monta en estos momentos no solamente en Italia sino, repito, en Europa, hoy necesitada de solidaridad continental en parte por la indiferencia del presidente de EEUU para con la OTAN, la UE, los acuerdos climático y el desarme de Irán, y el relativo ascenso de las derechas en el Parlamento Europeo. El señor Conte a fines de agosto se reúne con el presidente Sergio Mattarella con el propósito de organizar el nuevo gobierno. 

Como dice H. Horowitz del NYT, desde la crisis financiera de la UE de hace una década, Italia, como otros países de la Unión, ha venido enfrentado el colapso de los partidos políticos establecidos después de la Segunda Guerra Mundial. El MCE contribuye a ese colapso y el PD es una víctima. De allí que esta renovada alianza sea, de entrada, cuestionable e incluso oportunista y con intenciones de momento. Pero acaso no sea memos enclenque que la que acaba de reemplazar. Italia necesita inversión en escala y talento joven después de años de desgobierno. Pero no está claro que la trayectoria y postulados del MCE y el PD apunten a crear las condiciones que predispongan al inversionista y a los profesionales que urgentemente precisa la península itálica que es la tercera economía de la UE, para recuperar el impulso macroeconómico que se merece la microeconomía y la inmensa mayoría de la población. Aún los allegados del MCE deben votar para aceptar la alianza con el DR. 

El reemplazado líder de la antiinmigración, el racista Mateo Salvini, extralimitó su angurria ultraderechista al intentar romper la alianza con el MCE, llamar a elecciones y pedir que el electorado le conceda plenos poderes. Le salió el tiro por la culata y ahora no le queda más que hilar delgado y ver dónde está su norte y porte políticos a tiempo que el quehacer de Boris Johnson de Inglaterra, derechista empedernido, está bullendo, el presidente estadounidense está cada vez más cuestionado, la derecha alemana gana poco y Bolsonaro a su manera continúa permitiendo al quema de la Amazonía. El Editor del periódico La Stampa, Maurizio Molinari, autor del libro sobre el crecimiento del populismo de derecha “¿Podrán convivir?” opina que: “Italia es una vez más el laboratorio del continente y si este experimento tiene éxito, habrá de ser un precedente para toda Europa.”

Jorge V. Ordenes-Lavadenz
@JvordenesV  

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