lunes, 14 de febrero de 2022

ROMÁN IBARRA: EUTANASIA POLÍTICA

Como es bien conocido, la eutanasia es: ¨el acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable, para evitar que sufra¨.

No deseamos la muerte física de nadie en absoluto, pues somos defensores de la vida, y de los derechos humanos. Nos referimos eufemísticamente, a la muerte política de los factores que –por acción, u omisión- son los responsables de la debacle de la crisis que afecta a la actual generación de nuestros compatriotas, y que de no corregirse, afectará de manera irreversible a las próximas generaciones.

Esta crisis con expresiones sociales; económicas; políticas, y hasta espirituales, tiene un efecto deletéreo en las mayorías depauperadas de nuestro país, quienes a pesar de ingeniárselas para seguir luchando en busca de soluciones familiares, y personales, no encuentran salidas, y pueden sucumbir frente a la enfermedad, y la muerte prematura, así como también al influjo perverso del delito, o la corrupción.

No hay en el panorama del corto o mediano plazo oferta de soluciones estructurales que enderecen la economía, pues en el seno del gobierno, hay divisiones entre quienes desean profundizar el autoritarismo, y quienes auspician una cierta apertura tratando de entenderse con factores internacionales que incidan en el levantamiento de las sanciones, que como se ha demostrado, afectan al ciudadano común, y no a los gobernantes responsables de la debacle.

De igual manera, en sectores de la oposición hay quienes piensan que las sanciones deben profundizarse, aunque esa forma de hacer ¨política¨ ha sido un fracaso rotundo.

Cuando uno ve a Maduro preguntando a su audiencia obediente, cuándo son las próximas elecciones presidenciales en evidente tono burlón, puede hacerlo porque no tiene una contención organizada con fuerza social, que le obligue a decir la verdad, y actuar responsablemente. Podemos desearle la eutanasia política.

Del mismo modo, ver las declaraciones de Guaidó diciendo que ¨el 2024, está muy lejos para los venezolanos¨, está otra vez induciendo salidas de fuerza como las conocidas, Operación Libertad, y Gedeón, golpes de estado mediocres, controlados por el gobierno con un saldo de heridos, presos y muertos, mientras los responsables andan libres viajando por el mundo a cuerpo de Rey, sin trabajar y llenos de dólares de la corrupción. Frente a estos desmanes, es deseable la eutanasia política para los culpables.

Retrocediendo un poco, los responsables del fracaso que supuso el llamado a la abstención en 2005; 2018; 2020, y 2021, regalando la Asamblea Nacional; las Gobernaciones, y Alcaldías; la presidencia de la República, y otra vez la AN, es obvio que merecen la eutanasia política.

Ver a voceros del gobierno diciendo que el Koki; El Conejo; El Vampi; el Wilexis, y demás socios, son la expresión de factores ligados al ¨imperio¨, a sabiendas de que fueron ellos, Chávez y Maduro los que crearon las ¨zonas de paz¨, cediendo territorio para el control social, y económico a cargo de sus pranes, obviamente merecen la eutanasia política.

Así mismo, cuando se permite la celebración de fiestas ¨chic¨ en una zona ecológicamente vulnerable como un Tepuy; o se devasta territorio sensible con ánimo de explotación salvaje en el Arco Minero; cuando se responde de manera tímida frente a un acto salvaje, como el homicidio de un menor que huía en brazos de su madre hacia Trinidad y Tobago, o cuando se permite que los militares venezolanos, y otros funcionarios trafiquen con gasolina y comida para beneficio propio, queda claro que los responsables merecen la eutanasia política.

Pero esa eutanasia política solo puede ser administrada por una sociedad organizada y dispuesta a alcanzar estadios de desarrollo dentro de la Constitución, cívicamente, en paz, y por la vía electoral, dejando a un lado a sus opresores, y estafadores. Eutanasia política para ambos, son incurables!

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

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