domingo, 27 de marzo de 2022

LUIS FUENMAYOR TORO: LA MANIPULACIÓN PROPAGANDÍSTICA Y LA DESESPERANZA

El gobierno tiene una propaganda televisiva, no sé si también radial, en la que el teniente coronel retirado Francisco Arias Cárdenas, uno de los principales líderes del golpe militar del 4 de febrero de 1992, nos expone la diferencia entre las movilizaciones y protestas de la izquierda y las de la derecha. Aunque podría hacerle muchas observaciones, me limitaré sólo a comentar el aspecto central de su mensaje, que como todos los provenientes del gobierno contienen sólo medias verdades y mentiras, y están hechos para continuar la manipulación de voluntades de sus seguidores. Esto es algo que Arias Cárdenas sabe, pues sus diferencias con quienes terminaron haciéndose hegemónicos, Chávez incluido, son muy viejas, ya que datan desde cuando existía el hoy desaparecido Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), el del “juramento” del Samán de Güere.

Nos “ilustra” Arias Cárdenas que las movilizaciones de la izquierda, las de ellos los chavecistas pseudorrevolucionarios, son producto de las convicciones de sus actores, de sus profundos sentimientos nacionales y de su compromiso con la justicia social, que los llevan a movilizarse sin necesidad de ningún estímulo de carácter material. Mientras que las movilizaciones de la derecha, la de sus adversarios, no están impregnadas de ese romanticismo desprendido y sólo tienen carácter mercenario. El mensaje asume que la izquierda son ellos, los del gobierno, y quienes se les oponen son la derecha, una manipulación grosera de la verdad, incluso contraria de lo que realmente ocurre. Oculta, además, que las manifestaciones de la derecha, por lo menos las del pasado, también eran impulsadas por motivaciones ideológicas fuertes. Que hoy la pudrición actual haya envuelto a los dirigentes y activistas de ambas, es otra cosa.

Me inicié en la política en tiempos en que las fuerzas de izquierda y de derecha se enfrentaban en forma vehemente pero pacífica y democrática, en liceos y universidades, en sindicatos y gremios, en procesos electorales nacionales y en manifestaciones de calle. Estaba terminado aquel período nefasto del enfrentamiento militar, con sus muertos, heridos, encarcelados, torturados y desaparecidos, durante la lucha guerrillera venezolana. Ésta incorporó al Partido Comunista de Venezuela y el MIR, por un lado, y a los partidos AD y COPEI, por el otro. En menos de tres años la guerrilla fue derrotada, aunque las hostilidades, ya de muy baja intensidad y de muy poca frecuencia, se hayan prolongado por varios años más. El programa de la insurgencia armada no difería del llevado adelante, por la vía democrática, por los gobiernos de entonces, de allí su derrota.

Otra gran falsedad del mensaje de Arias Cárdenas radica en afirmar que las movilizaciones actuales de su izquierda, es decir del PSUV y los seguidores de Maduro, tienen una motivación ideológica, cuando es más que claro y evidente para todos, que se trata de un reclutamiento de gente contratada para ello, que si no reciben su pago no se movilizan. Como hoy no tienen capacidad, en ninguna ciudad grande de Venezuela, de convocar contingentes importantes de la localidad, deben trasladar gente de varias partes del país para nutrir sus escuálidas movilizaciones. Los autobuses que los transportan no pueden ser ocultados y en Caracas se cuentan por varios cientos en cada convocatoria. En las últimas, incluso, han tenido el desparpajo de incorporar soldados a las manifestaciones, a quienes simplemente se les ordena asistir sin siquiera tomarse el trabajo de quitarles los uniformes.

Pero lo peor del manipulador mensaje es que sus autores, su supuesta izquierda dirigente, hoy sólo pretenden eternizarse en el poder para usufructuarlo como grupo y como individuos, y no sólo sin modificar las condiciones de vida de los venezolanos, sino empeorándolas al máximo y reduciendo al país y a la nación a ser mucho más dependiente y miserable, que lo que llegó a ser en el pasado. Mantenerse implica, entre otras cosas, engañar a sus militantes y seguidores fanatizados. Están muy lejos de tener el respaldo popular que tuvieron, aunque tienen lamentablemente a su favor la existencia de una oposición sin programa, sin liderazgo creíble, desconectada de la sociedad, desorganizada, atomizada y corrompida.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela

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