Cada vez que
repasamos el recuerdo del “difunto”, nos acercamos más al perdido mundo del
encelado por la estupidez. Algo así, como congraciarse con un despiste o un
puede ser, aunque oigamos una música desentonada por un imberbe aprendiz de
pentagrama. No otra cosa fue Chávez, un enjambre o ensalce de galimatías, que
por su curiosidad emotiva, les parecía a muchos, algo granado y embelesador,
quien, ante la mentalidad estúpida de los intelectuales chavistas, era un
devenir emocionante, digno de elogio y riesgo.
Así pasó, se
descubrió el agua tibia y hoy tenemos un país tan miserable, que nada ni nadie
quiere arriesgar su futuro, ante la expectativa que ofrece la Oposición
crecida, que prefirió el riesgo de una andanada más, a sabiendas de que la
locura pasó y solo quedan los loqueros.
Lo que ocurrió con Maduro,
es inexplicable. Muchos pensaron que fue un momento de ofuscación, cuando
amenazó su poderdante, en convertir al susodicho, en la presa de la
desfachatez, como está ocurriendo. Hoy, en el proceso electoral, la figura y
los ojos de Chávez irrumpen en la palestra e invaden la suerte de una derrota
cantada, con su siempre vistoso escenario de la mentira. Olvidan los
intelectuales chavistas las locuras del ”eterno”, cuando asomaba a cada momento
sus habilidades políticas, para enfrentar a todos sus mandatarios amigos con el
“imperio”; la creación de fuerzas y grupos armados, para definir y atemorizar
su disidencia, a la que creyó enfrentar y hundir, como la barra en el fango.
Fueron tantos sus dislates, que en la guerra cantada hoy, pudiéramos decir que
aportó mucho a su favor. Mientras los gobernantes buscaban soluciones a las
crisis que surgieron en sus tres quinquenios, el “difunto”, acosado por sus memos mostrencos, que creyeron
obtener el premio de la lotería, avalaron sus estupideces, como grandes obras
de gobierno. Fueron zonzos con los actores en la OPEP, quienes aprovecharon el
alza de los precios del petróleo para abultar su seguridad económica y llenar
sus arcas soberanas, que siempre han manejado con tintes religiosos, cual
desquite contra la osadía del “Redentor de Nazaret”. Nunca miraron a los lados,
porque estaban convencidos de las sabias decisiones de su mentor, creyendo en
las arrogancias de los babalaos. Aquí tenemos que decir, que ¡Dios es Grande! y
su tiempo es perfecto.
Pero, ¿Es que acaso lo que ocurre en la Unión
Europea con la invasión del Medio Oriente, es una novedad? Pensar así, como
piensan los intelectuales chavistas, es amojonarse con su “marea socialista”.
Seguir el cuento de qué: ¿Chávez vive y la lucha sigue? ¡No!. Retumban en
nuestros oídos estas frases de un teólogo del presente, que pareciera no
sentir, y mucho menos sufrir el mal de esta furia que vivimos con el
“socialismo del siglo xxi”, esa paradoja que nos atosiga, desde que en febrero
de 1992, sintiéramos la furia del sátrapa acogido por los intelectuales, que
creyeron haber descubierto al “salvador de la antipolítica”. Ese, que
destartaló a las FAN, descabezó los mandos, prostituyó a los subalternos y
forjó nuevos mandos militares que denotan deficiencia intelectual y escases de
neuronas. Dice así el teólogo: “Occidente se ha estremecido ante los recientes
acontecimientos de París, que han develado a nuestros ojos la gran bestia de la
exclusión y el fanatismo. Ciertamente, lo ocurrido lejos de nuestra frontera
muestra la globalización de los fundamentalismos y de la intolerancia
religiosa. La era del miedo ha quedado claramente expuesta ante nuestros ojos”.
Hoy, cuando Francia
ha declarado la guerra al ISIS, organización islamista supranacional que ya
había declarado la guerra a Francia y a toda Europa, triste es recordar la
política del chavismo: “excluir para incluir”, “expropiar y quitar al que tenía
parar dar al ‘pobre’”, “eliminar al oligarca trabajador para evitar la
explotación del pobre”. Pero erró en su estrategia: “dejar robar al corrupto
para amarrar fieles y dar pescados a los incluidos, sin enseñarlos a pescar”.
Como dijo un ministro: “no vamos a sacar a los pobres de la pobreza para que se
conviertan en escuálidos”.
Por fortuna para
nosotros, el discurso de la exclusión no tiene futuro, ya que depende de la
capacidad de poseer los medios de poder que lo impongan; y ese es el problema
de Maduro, mataron las vacas gordas y ahora las flacas se mueren por la ley de
precios justos. No saben qué hacer y dan bandadas como bolas de billar,
esperando al nuevo mesías. Pero hay dos elementos que debemos considerar y el
mundo religioso suma coincidencias, según las investigaciones: se dice que en
Venezuela, mediante su imaginario social e histórico, dio paso a la instalación
de una lógica militar, por cuanto existía la idea de que solo un caudillo
militar podía colocar orden en la sociedad y acabar con sus males (lo que será
nuestro próximo tema).
Pero el de hoy es la coincidencia religiosa que asoman
curiosos teólogos, sobre que, Yihad Islámica, ISIS, Al-Qaeda, Talibán, Hamas,
Hezbollah, Boko Haram, Al-Nusra, Abu Sayyaf, Al-Badr, Hermanos Musulmanes,
Lashkar-e-Taiba, Frente de Liberación de Palestina, Ansaru, Jemaah Islamiyah,
Abdullah Azzam Brigadas, Nassr Al Din Al Khazzam Brigadas, todas son
organizaciones islámicas de terrorismo.
Algunas de ellas defendidas por el “socialismo del siglo xxi”
Enrique Prieto Silva,
eprieto@cantv.net
@Enriqueprietos
Caracas - Venezuela
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