jueves, 11 de febrero de 2016

IVÁN OLAIZOLA D’ALESSANDRO, ADIÓS AL RECTOR AMIGO, PARNINFO DE LA SEMANA

El lunes pasado recibimos la infausta noticia de la muerte de Pablo Bolaños Scarton. Claro que era previsible que en cualquier momento nos avisaran su deceso ya que tenía varios años padeciendo una enfermedad que deteriora lentamente y sin piedad, pero uno se resiste a aceptar ese seguro desenlace. Mi amistad con Pablo data de muchos años, desde la temprana juventud. Ingresó a la Facultad de Ingeniería cuando ya yo estaba cursando el segundo año. Creo que el haberse abierto la escuela de economía, dirigida por su cañado, Luís Delgado Filardo, debe haber influido en su cambio de carrera. Integramos el equipo de básquetbol de la universidad y eso hizo que aumentara nuestra amistad. Viajamos por muchos sitios del país en giras deportivas: Caracas, Mérida, San Cristóbal, Barinas, Maracaibo. La política igualmente nos unió. Integramos un comando de profesionales en Carabobo en la primera campaña de Carlos Andrés Pérez. El triunfo de éste nos catapultó a la capital.       

Vivas Casanova, también fallecido, fue a la presidencia de CADAFE y luego al ministerio de Transporte, yo a la Secretaría Permanente del CNU y luego a la OPSU, Blas López a la Dirección de Planificación del MT y Pablo a la Gerencia de la CVF. El destino dispuso que a Pablo se le postulara para el rectorado de la UC. Tremenda responsabilidad. Una nueva generación tendría la oportunidad de dirigir nuestra Alma Mater. No había espacio para fallar. Ganó las elecciones, asumió el rectorado y se convirtió en el primer egresado de la UC en dirigirla. Y lo hizo bien. Nos acercó más el hecho de yo estar en la dirección de la OPSU y entre él y yo llevamos a la UC al tercer lugar entre las universidades nacionales desde el punto de vista presupuestario. Fue un rector amplio, amigo de todos, tolerante, abierto a las críticas y presto a oír consejos. Por cierto que nunca oí a Pablo hablar mal de alguien o que tuviera algún enemigo. Fue amigo de los amigos. Un gran negociador. Hablaba con ñángaras, con extremistas de cualquier signo y siempre lograba algún acuerdo.

Me acompañó en la lucha para que se corrigiera el atropello del gobierno de Herrera Campíns en contra de la UNEXPO, universidad de la cual yo era su rector. Juntos en Londres, me abrió la oportunidad de ser conferencista en la Universidad de Oxford. Durante la campaña de Lusinchi nos tocó trabajar nuevamente por el triunfo de nuestro candidato. Acompañamos a Jaime Lusinchi a Guadalajara, México, en donde se le otorgó un doctorado Honoris Causa. Al ganar la elecciones regresamos al gobierno, yo al viceministerio de Educación y él a la presidencia del IPASME. Pero siempre, como buen valenciano, lo llamaba la patria chica. Con su esposa Lourdes, en una unión conyugal que tramontó el medio siglo, procrearon un pentágono de hermosas rosas que les dieron muchos nietos.

Muchos son los buenos recuerdos y anécdotas que vivimos juntos, que no caben en esta cuartilla. Solo he querido dejar constancia pública, como tributo póstumo al amigo, a Pablo, de que fue, hasta donde uno puedo conocer, un buen hijo esposo y padre, además de buen amigo, deportista excepcional,  profesional idóneo y buen rector, buen político y adeco siempre, buen venezolano y ciudadano cabal. Pajarillo que este último vuelo te lleve al regazo del Creador. Paz a tu alma amigo y fortaleza a los tuyos.       

Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com
@iolaizola1
Miranda – Venezuela

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