miércoles, 21 de noviembre de 2018

CARDENAL JORGE UROSA SAVINO, CON RESPECTO A UN NUEVO PROCESO DE DIÁLOGO O NEGOCIACIÓN


La Iglesia, como ya lo ha dicho con claridad el Nuncio Apostólico,Mons Aldo Giordano, está siempre dispuesta a ayudar a solucionar los problemas graves de los pueblos. Me encantaría que se diera una verdadera y auténtica negociación para solucionar esta dolorosa grave crisis global que sufrimos hoy los venezolanos. La Iglesia podría ayudar, sin duda. Habría que ver cual sería su función, su papel en ese nuevo proceso.

Ahora bien: para que se de algo realmente serio,creíble, es preciso que el Gobierno primero cumpla las condiciones o exigencias a las que se había comprometido a fines de octubre del año 2016.

Es bueno recordarlas: reconocimiento de la Asamblea Nacional y respeto de sus facultades constitucionales; solucionar la crisis social por escasez y carestía de los alimentos y las medicinas; libertad de los presos políticos, y promover elecciones en condiciones de transparencia y equidad política.

Esas condiciones no se han cumplido. Más aún , la situación ha empeorado, pues el costo de la vida es cada vez más alto,y la situación social es cada vez más grave y dolorosa para el pueblo, especialmente para los más pobres.

La Asamblea Nacional sigue estando bloqueada; sigue habiendo presos políticos y, peor aún: no se ha aclarado la extraña,trágica e inesperada muerte del Concejal Fernando Albán detenido sin el debido proceso, ocurrida en circunstancias muy oscuras y que suscitan mucha suspicacia. Por último, en cuanto a elecciones, han inhabilitado de varias formas e ilegalmente a los principales partidos políticos de la oposición.

En esta situación: ¿qué credibilidad puede tener el llamado del Gobierno a un diálogo político? Así no se puede dar una negociación seria o creíble.Que primero cumplan sus deberes constitucionales de respetar a los otros poderes, y de garantizar la salud y la alimentación del pueblo, y que respeten los derechos humanos , civiles, sociales y políticos de los venezolanos.

Cardenal Jorge Urosa Savino

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