sábado, 9 de marzo de 2019

ROMÁN IBARRA, EL AVION

El avión que trajo de vuelta a casa al Presidente (e) Juan Guaidó, fue el equivalente a lo que en el futbol se conoce como  ̈Gol Olímpico ̈, esto es, un certero disparo a gol desde el punto de corner; o un grand slam en el beisbol, es decir, un jonrón con las bases llenas, o en el lenguaje del boxeo, un knock out fulminante.

La llegada al país, luego de una intensa gira internacional latinoamericana, disipó inmediatamente la amarga jornada del 23 de febrero, en la cual, los criminales del régimen de Maduro impidieron –como es su costumbre- la entrada a nuestro territorio de la ayuda humanitaria, literalmente a sangre y fuego, habida cuenta de los asesinatos de los aborígenes de la etnia Pemón, entre otros.

Asesinatos que llenan de sangre –otra vez- a Maduro, y su corte criminal compuesta por el alto mando militar, paramilitares mal llamados colectivos, la dirigencia de su partido, y sus amos de la dictadura cubana.

Luego de la jornada sangrienta y cruel del 23/F, el régimen sorprendido y molesto con la salida del Presidente Guaidó hacia tierras colombianas, a pesar de la  ̈prohibición ̈, juraron que lo detendrían a su regreso, si acaso lo hacía. Lo tildaron de cobarde, y traidor como es común en su lenguaje extremista y despreciable, tal como han hecho con toda la disidencia a lo largo de estos 20 años. Lo cierto es que quedaron locos, sorprendidos, y molestos porque sus  ̈órdenes ̈ no se cumplieron. Llegó en un vuelo comercial procedente de Panamá y recibido por una entusiasta multitud de compatriotas y diplomáticos de países aliados, no solo en el aeropuerto, sino en el camino hacia Caracas donde le esperaba una concentración también muy numerosa en la plaza Alfredo Sadel de Las Mercedes.

Otro momento emocionante fue en el desarrollo del vuelo, cuando –cual capitán de la aeronave- le habló a los pasajeros quienes generosamente le aclamaron, y le ayudaron a
guardar el secreto de su regreso hasta pisar tierra venezolana.

En su discurso resaltó el papel cumplido en la gira, y rindió cuenta de ello a todos los venezolanos; anunció los próximos pasos en la lucha por la reconquista de la democracia y el cese de la tiranía. Insistió en la necesidad de que la alta comisionada de las Naciones Unidas para los DDHH, la señora Bachelet viniera a Venezuela para constatar las violaciones del régimen en ese sentido. Al respecto, quiero hacer un inciso para resaltar la respuesta miserable de la Bachelet, según la cual, la comisión reconoce la violación sistemática de los DDHH en Venezuela, pero estos se ven exacerbados por las  ̈sanciones impuestas a Venezuela ̈.

No era para menos, pues esta señora responde solidariamente al servicio del comunismo internacional del que forma parte, y no al servicio de los DDHH. Le recuerdo que las sanciones impuestas por diversos países han ocurrido contra funcionarios específicos del régimen, y no contra el país. Pésimo servicio ha hecho el Secretario General de la ONU, el portugués Guterres designándola en ese cargo. Pena ajena!

Volviendo a lo nuestro, sigue actuando con inteligencia y coraje el Presidente Guaidó al reunirse con toda la dirigencia sindical del país para escuchar sus demandas y ofrecer la
búsqueda conjunta de posibles soluciones a los terribles males que destruyen las condiciones de los trabajadores –dependientes, y no dependientes- de Venezuela.Cada día se suman más y más voluntades para allanar el camino hacia el reencuentro de todos los compatriotas en democracia: cese de la usurpación; gobierno de transición, y elecciones libres son los puntos de nuestra agenda. Vamos muy bien!

Román Ibarra
@romanibarra

No hay comentarios:

Publicar un comentario