lunes, 7 de octubre de 2019

REINALDO J. AGUILERA R.: GASOLINA GRATIS

Hace pocos días, un gran amigo de los días universitarios el Dr. Danilo Ríos, me hizo referencia a un hecho que no deja de sorprendernos aun estando como en efecto está la situación petrolera a lo interno de nuestro país; me señalaba mi estimado colega que al pasar por el complejo de refinación de petrolero conocido como la Refinería “El Palito”, ubicada en Puerto Cabello estado Carabobo, le llamó poderosamente la atención que resalta una frase en grandes letras con el siguiente lema o advertencia: “PDVSA ES ROJA ROJITA, GÚSTELE A QUIEN LE GUSTE Y AL QUE NO, QUE SE RETIRE Y ABANDONE LA EMPRESA”.

El lema y con toda seguridad las consecuencias de la aplicación de la misma, al igual que muchas acciones en detrimento de la que es prácticamente la única fuente cierta de ingresos del país, fue ideada por Rafael Ramírez cuando ejerció la presidencia de Petróleos de Venezuela (PDVSA), cabe destacar que no fue algo efímero pues fue designado primero por Hugo Chávez con lo cual cumplió un período comprendido entre 2004-2013 y posteriormente ratificado por Nicolás Maduro para culminar sus funciones en 2014 y pasar a desempeñar diversos cargos de orden diplomático hasta el 2017; es decir que mientras estuvo en PDVSA actuó durante 10 largos años en los cuales a pesar de lo que se pretendía transmitir la empresa iba deteriorándose progresivamente.

Bajo la presidencia del ingeniero Ramírez se adelantó la eliminación las llamadas asociaciones estratégicas FAO (Faja Petrolífera del Orinoco) y se formaron las empresas mixtas (PDVSA – Empresas Privadas o Estatales) con la promesa de que la industria iba a prosperar mucho más que para el momento del cambio, lo que realmente ha ocurrido y según los resultados es un desastre para Venezuela, pues aunque se pretenda culpar a las sanciones internacionales de la situación actual de la estatal petrolera, lo cierto es que la debacle ya tiene muchos más años y con el paso de las horas se pierden mercados y se deteriora la infraestructura.

Para referirnos a unos pequeños aspectos de lo que ocurre, solamente hay que hacer un pequeño ejercicio de memoria para recordar por ejemplo: el plan de colocación de chips sobre todo en zonas fronterizas para evitar el contrabando de extracción en vehículos particulares, resulta que ahora hasta gandolas enteras pasan a Colombia por ante la mirada cómplice de muchos.

En el mismo orden de ideas esta aquel famoso plan mediante el cual la totalidad de las estaciones de servicio expendedoras de gasolina de Venezuela, mediante un equipo procederían a vender el producto a través del sistema automatizado del carnet de la patria, los equipos que deben haber costado sus buenos dólares ni se ven y la gasolina en éste momento es prácticamente gratis, pues no existe ningún tipo de control luego del desbarajuste económico resultante de la reconversión monetaria que no arregló absolutamente nada.

El desorden es de tal magnitud, que mientras el régimen pretende hacer ver que todo está muy normal y el país está en sus mejores tiempos, vemos ya sin sorprendernos no solamente en el interior del país, por el contrario en la propia capital, bombas de gasolina cerradas con letreros de que “No hay” producto y en ciudades como Maracaibo o Mérida colas kilométricas de vehículos tratando de surtirse con lo poco que llega, es simplemente increíble por decir lo menos.

El asunto no es solamente palpar todo lo que influye el aspecto del combustible en la vida diaria de millones de ciudadanos, la cosa va más allá, ya que lo que se observa en PDVSA ocurre en toda la administración, en todos los niveles, en el medico asistencial, el educativo, lo pésimo que funciona cualquier servicio público y para usted de contar.

Finalmente y por el momento quisiera dejarles un pensamiento de la filósofa y política Hannah Arendt, quien en su libro “Los Orígenes del Totalitarismo” publicado en el año de 1951, señalaba lo siguiente: “El hecho es que, tanto Hitler como Stalin, formularon promesas de estabilidad para ocultar su intención de crear un estado de inestabilidad permanente”; es el deseo de muchos que esa inestabilidad que existe y que parece no acabar en nuestro país, definitivamente termine y podamos enrumbarnos por un camino de luz y progreso, así de simple y sencillo.

Reinaldo J. Aguilera R.
@raguilera68/@AnalisisPE

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