Estamos todavía empezando a aprender cómo sacarle todo el provecho a esta oferta de las TIC. La escuela debe ayudar mucho más en tal sentido, y para ello hace falta dotarla de los recursos necesarios y formar a las y los docentes. Porque no debemos quedarnos en el uso superficial de estas poderosas herramientas. No es que esté mal distraerse un rato viendo ocurrencias en tik tok o compartiendo aventuras de las mascotas por twitter, pero resulta negativo que especialmente las niñas y los niños pasan horas sentados frente a la televisión o enfrascados en videojuegos. Ya diversas investigaciones están alertando sobre ello.
Las pequeñas y los pequeños necesitan accionar en un mundo tridimensional: lanzar pelotas, correr, saltar, volar papagayos… El ejercicio contribuye a su salud y desarrollo físico y mental, y en ese sentido son beneficiosas las coordinaciones entre manos, piernas y ojos.
Por otra parte, estar “hipnotizados” largo tiempo frente a una pantalla baja la cantidad y la calidad del sueño. Al respecto, la luz azul de los aparatos digitales parece ser particularmente dañina. Muchos videojuegos y películas abusan de la violencia: consumir horas destruyendo “enemigos” no estimula el pensamiento. Sí lo estimulan la buena lectura, en soporte digital o papel, la conversación, el dibujo, cantar, tocar un instrumento musical, participar en simulaciones computarizadas bien hechas, o en experiencias científicas y construcciones tecnológicas adaptadas a cada edad, programar con apoyo técnico, hacer videos creativos, sacar y compartir fotografías de índole artística o científica…
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