Afirmaba Ralph Waldo Emerson, que el hombre no debe de abandonar este mundo sin haber logrado tres cosas que le den trascendencia a su vida; haber engendrado un hijo; haber sembrado un árbol, y haber escrito un libro. Los dos primeros los hice realidad hace ya mucho tiempo y solo me quedaba pendiente la escritura de un libro.
Con satisfacción notifico que Unión Editorial, una prestigiada organización editorial española, ha decidido publicar un libro en el cual he estado trabajando los últimos años titulado, “El Vaquero Libertario”. En este trabajo he tratado de mezclar la historia de una región del mundo que, en mi opinión, fue la manifestación global más importante de la emergencia de una clase de hombres que, habiendo nacido en la libertad natural del Suroeste de Estados Unidos y el Noroeste de México durante el siglo 19, al ver como los gobiernos de los dos países iniciaban sus agresiones para acotarla, decidieron llevar a cabo una lucha para defenderla y preservarla.
Es la historia de un hombre de ideas firmes, claras y no negociables que, amando los dos países en los que sus raíces se hubieren plantado, luchó toda su vida para evitar que las acciones de los gobiernos ignoraran su mandato y permanecieran dentro de los límites que constitucionalmente se les hubieran fijado, la protección de los derechos individuales de vida, libertad, y propiedad de la gente. Un hombre que tuviera que luchar contra apaches, comanches, yaquis y, sobre todo, contra gobiernos más destructivos que esas tribus consideradas las más feroces del continente.
Un hombre que vivió a través de la guerra civil de EEUU, la revolución mexicana, la primera guerra mundial y, a pesar de todos esos obstáculos, pudo construir un imperio que incluía sus grandes extensiones ganaderas en los dos países, dos bancos, una empresa de exportaciones de productos agropecuarios a todo el mundo y, consciente del avance monopólico del gobierno en la educación, fundaría una universidad de pensamiento libre. Lucharía todavía con más vigor contra esa sociedad, gobierno-grandes corporaciones, porque pensaba que eso era contaminar el agua pura de los mercados libres y, a futuro, destruirían las economías.
También, tratando de ampliar la libertad, establecería una zona libre en una porción de sus ranchos ubicados y comunicados entre los dos países, con su propio sistema legal amparado en la Common Law de Inglaterra. Cómo una relación familiar lo ligara con uno de los miembros más prominentes de la cabal financiera global, lo cual provocaría un grave enfrentamiento con ellos cuando lo invitaran a participar en ese fraude llamado, Fondo de la Reserva Federal.
Es también la historia de un gran potencial desaprovechado que representa este conjunto geográfico de los estados de Texas, Nuevo México, Arizona en EEUU, Sonora y Chihuahua en México, y de una frontera que no solo perdiera su potencial, se convertía en una zona de guerra descrita como uno de los lugares más peligrosos del mundo y en punto de gran fricción entre los dos países.
Pero, sobre todo, es la historia de una familia de valores admirables, libres, independientes, morales. De sus hijos que, habiendo nacido en la abundancia, se convertirían en seres humanos nobles, humildes, generosos, pero también de carácter recio, de un indomable valor y que se atrevieran a retar a los gobiernos de los dos países desde todas las trincheras de su lucha. Esa rebeldía ante los gobiernos les costaría mucho, pero el valor de sus ideales de libertad y justicia eran mucho más grandes, no estaban de venta, y jamás abandonarían su lucha.
Mi editora Dra. Betty Lobos Bollat, a quien le agradezco profundamente su participación en esta aventura, les estará informando de los avances del proyecto.
Ricardo Valenzuela Torres
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