Salimos de la apatía
cívica, ¿habremos dejamos atrás el sentimiento del miedo o se presentará una
vez más bajo nuevos ropajes de violencia social?; ¿Volverá la abulia, la
pachorra, la estulticia, la complicidad política y la insolidaridad social?
Quienes debían resguardar la Constitución la
burlaron sin pudor alguno durante estos años a través de una conducta
transgresora permanente
En un escenario en donde el hartazgo popular al
modo prepotente y demagógico de practicar la política por parte de Cristina,
gestión que nos llevó a padecer el actual e insoportable proceso de
decadencia económica, social y política,
no resulta para nada extraño que mayoritariamente el pueblo, en estas últimas
elecciones, brindara su confianza y apoyo a Mauricio Macri.
Salimos de la apatía cívica, ¿habremos dejamos
atrás el sentimiento del miedo o se presentará una vez más bajo nuevos ropajes
de violencia social?; ¿Volverá la abulia, la pachorra, la estulticia, la
complicidad política y la insolidaridad social?
Bueno sería ahora que el interés popular se
orientara hacia la observación y control
de las distintas actividades legislativas en el Congreso Nacional, en las
distintas legislaturas provinciales y en los Honorables Concejos Deliberantes
municipales, porque allí deberán estar,
si no nos engañaron una vez más, las
grandes promesas de los distintos candidatos y la clave del porvenir del país
representadas en los representantes del pueblo
y los de las distintas provincias.
Controlando a nuestros legisladores lograremos
recuperar no solo la calidad institucional y la verdadera y auténtica justicia
social, sino que desbarataremos rápidamente el miedo, el prejuicio, la
corrupción, la confrontación y la
intolerancia.
Juntos podremos lograr si mancomunamos esfuerzos:
. Que calle escepticismo y replique la esperanza.
. Que los políticos se reencuentren con la
honorabilidad.
. Que la “cultura del reencuentro permita encontrar
espacios de entendimiento”.
. Que la justicia augusta ejerza su misión sagrada
y libere a tanta gente mal juzgada.
. Que todo ingenuo corazón pueda realizar tras el
afán sufrido, su esperanza.
. Que brille el fruto en el árbol de la ciencia
argentina.
. Que madure al sol en nuestros campos el trigal de
las espigas.
. Que crezca el ganado en nuestra llanura inmensa.
. Que la libertad se afirme en Argentina.
. Que podamos deponer los lauros del combate ante
el altar de la virtud sin mancha y podamos luego, refugiados en nuestras
familias y cuando las fuerzas de algunos por la edad decaiga, descansar
tranquilamente en la cumbre o al pié de la montaña.
En azul y blanco,
Hugo Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942
Argentina
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