
La emergencia económica comenzó cuando se empeñaron
en imponer un modelo económico que ya había demostrado su inviabilidad y las
consecuencias son las que hoy se observan. Las palabras de Maduro: revolcón,
sacudón y hasta revolucionar la revolución, si acaso esto último lo dijo, no
importa mucho para la significación que tienen las palabras en boca del
presidente.
La revolución chavista, cosa que nunca fue, llegó a
su final de la misma manera que llegaron los sistemas económicos de Alemania,
la URSS y demás países del este europeo. Llega a su ocaso fracasando
estrepitosamente luego de arruinar la
economía: expropiaron tierras que ahora se encuentran improductivas,
acabaron con las empresas privadas; Venezuela a lo sumo sobrevivió producto de
los altos precios petroleros y aun hoy se espera el rebote los
precios de los hidrocarburos anunciado por Maduro, que viniendo de donde viene
no ocurrirá sino que por el contrario se acerca a los 20 dólares.
La revolución populista chavo-madurista busca a
quien asirse para no hundirse solos buscando el respaldo de la oposición para
intentar aprobar un plan de emergencia que seguramente no incluye la devolución
de las tierras a quienes les fueron despojadas cuando aún eran productivas, así
como de las empresas privatizadas ahora improductivas. Cómo compartir un plan
económico que seguramente insistirá en la imposición de controles sobre la
economía cuyos efectos ya se conocen;
será posible compartir un plan económico con un gobierno que no respeta la
propiedad privada y que se enerva cuando la oposición lleva a la AN una ley
para hacer propietarios a aquellos venezolanos que han sido beneficiados con
una vivienda. ¿Cómo compartir con el gobierno un plan económico que incita a
los ciudadanos a creer que la inflación no existe o que invita a los
venezolanos al milagro agrícola sembrando en porrones y macetas?
Entre los dislates de la AN anterior estuvo el
entregar a Maduro una Ley Habilitante en materia económica, por lo que, por lo
pronto, no necesita del apoyo opositor para seguir en un camino que arruina al
país. La oposición está en la obligación de oírlo y discutirlo y, además, hacer
las recomendaciones que crea conveniente, pero jamás podrá ser obligado a
apoyar medidas que contribuyan a la debacle del país.
Leonardo Morales
leonardomorale@gmail.com
@leomoralesP
Caracas - Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario