En días pasados se hizo viral en las redes sociales la
caída de unas columnas en una de las obras prioritarias para el ciudadano
gobernador de Vargas, ubicada entre Punta de Mulatos en La Guayra y la entrada
de Macuto, conocida como La Cinta Costera.
Dichas columnas, consideramos que forman parte de
algún esperpento diseñado por quienes idearon ese boulevard, como la muestra
más espectacular de avanzada de la nueva arquitectura robolucionaria, para
significar la creatividad que tiene este gobernador en aras de proveer al
litoral Vargas de una estructura recreacional, que sirva de atractivo para
quienes pretendan caminar y disfrutar de la brisa marina en algún momento de
solaz.
Obviamente que, todo lo que se construya para mejorar
y embellecer el entorno litoralense debe ser aplaudido y recibido con
satisfacción por quienes ansiamos que nuestro litoral Vargas, cada día que
transcurre, presente y tenga mejores condiciones para hacerle la vida más grata
a sus habitantes, eso no lo podemos negar, porque nosotros tenemos sembrado
nuestro ombligo en esta franja costera y en ella compartimos las alegrías,
penas y sinsabores, con nuestros paisanos y coterráneos.
El quid de la cuestión, con relación a la construcción
de La Cinta Costera del Mar, es que ante tantas necesidades y problemas que
confrontamos quienes vivimos en Vargas, observamos que esa obra, a nuestro
juicio no representa una prioridad para mejorar la calidad de vida de los
varguenses, ya que ante las penurias que estamos padeciendo en materia de
servicios, salud, alimentación, seguridad, palpamos que el ciudadano gobernador
de Vargas, no le pone la misma pasión ni le presta ni pone el mismo interés,
como se lo ha puesto a sus obras monumentales y recreativas.
La Cinta Costera tiene una longitud de varios
kilómetros y comprende varias estructuras ornamentales como la pirámide de
agua, ubicada frente a Guanape, a la altura de la pasarela y la parte aledaña a
Macuto, en la cual exhibe portentosamente un avión, que en algún tiempo sirvió
para unir los pueblos venezolanos, lo cual genera ahora, reminiscencias y
añoranzas, por lo caótico que está el servicio de transporte aéreo, como todo
en el país, prácticamente esta cruda, sin terminar y ya está anunciada su
inauguración para los primeros días diciembre, lo que demuestra, tal como me
expresó un patriota cooperante de la gobernación, que esa cinta costera era una
obsesión del ciudadano gobernador.
Una pregunta, entre tantas que nos hacemos quienes
transitamos por esa vía a diario y observamos los trabajos de dicha obra, es
cuánto cuesta esa obra, quien la financia, ya que ante la hegemonía
comunicacional que practica este gobierno, en todos sus niveles, parece que es
secreto de estado, para el ciudadano común, el saber o conocer el origen de los
fondos que se utilizan, tanto en las obras públicas, así como en el gasto
público. No tiene dicha obra ninguna valla que oriente y señale quien la
construye, ni organismo responsable, los ingenieros residentes e inspector, lo
que nos tienta a decir, que posiblemente a lo mejor ni maestro de obras tiene,
ya que si están haciendo unas columnas de ornamento y se caen por una corriente
de aire, eso deja mala espina es decir, correrá la cinta costera la misma
suerte que el puente de Macuto en El Pavero, que tuvieron que demolerlo por lo
mal hecho, o como el puente de la urbanización de La Llanada, que lo
inauguraron con los estribos rotos.
Son tantas las interrogantes que despierta esa obra,
que nos lleva a conjeturar que algo significa para el ciudadano gobernador, a
quien no le vemos el mismo interés por poner a funcionar los cientos de
autobuses Yutong a la intemperie en Camurí Chico, perdiéndose ante la indolencia
de los organismos contralores de la res pública, así como tampoco en solucionar
los problemas que presentan los centros dispensadores de salud como la
maternidad de Macuto o El Periférico de Pariata, por señalar solo dos; o el
problema que confrontamos a diario por la carencia de agua potable. Pero como
el pueblo es sabio, un patriota cooperante nos indicó, que las comisiones
crematísticas que dejaban tanto el movimiento de tierra, como la compra de
cemento y de mosaicos, eran inconmensurables que permitían comprar varios
pasajes ida y vuelta para Dubái.
Otra interrogante que nos hacemos es que servicios va
a tener dicha cinta costera, como va a hacer el ciudadano común para
disfrutarlos. Tendrá los servicios básicos sanitarios para atender las
necesidades fisiológicas de los visitantes, así como como conchas acústicas
para la presentación de espectáculos, restaurantes al aire libre, y habrá
vehículos de transporte para que los ciudadanos puedan llegar a dicha cinta
costera y tendrá iluminación permanente no sabemos, es una incógnita, porque
hasta ahora no se aprecia nada de eso.
Ante eso, viendo la aceleración de las obras, solo nos
queda recordar a nuestro amigo cooperante, quien nos manifestó que esa obra era
una obsesión del gobernador, ante lo cual podemos decir que dicha obra a
nuestro juicio, demuestra la banalidad narcisista del ciudadano gobernador por
satisfacer un ego personal, ya que ningún varguense ante la falta de agua
potable podrá bañarse en la pirámide de agua que esta pronta a concluirse, pero
el susodicho funcionario sentirá el glamour de verse en el espejo de agua y
decir, esto lo hice yo para que los varguenses vean el agua que no les puede
llegar por la tubería de sus casa.
Rubén Contreras G.
@RubenContreras
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