Ninguna persona de
mediana inteligencia y mayor de 30 años de edad, puede en su sano juicio
afirmar que con este socialismo arcaico se vive mejor que antes. ¿Entonces, cómo
pueden existir tantos profesionales, intelectuales y conocedores del mundo,
que nieguen públicamente la falta de alimentos, de medicamento, el colapso
del sistema de salud, la quiebra sistemática de la producción nacional, la
horrible corrupción a todos los niveles y la inseguridad reinante?
O son brutos o
mentirosos compulsivos que hacen creer que la culpa es del traqueado imperio, de la
estúpida guerra económica, del insufrible y reciente bloqueo gringo o de los
perversos empresarios. De cualquier manera, son unos vulgares enchufados
desprovistos de ideología y cuyo único fin es mantenerse en el poder. Cuando ya
están forrados en billetes y no resisten a sus cómplices, piden asilo, se retiran
millonarios y quedan bien con dios y con el diablo.
¿Cómo pudo la fiscal
Ortega Díaz actuar durante tantos años como marioneta del Gobierno y
de repente despotricar del sistema que ella misma presidió? Ni hablar del
ex ministro de petróleo y presidente de PDVSA Rafael Ramírez, quien fue el
motor que destruyó nuestra principal industria y ahora resulta que tiene
pruebas de todos los ladrones que se robaron millones durante su gestión.
Alejandro Andrade,
militar que participó en el golpe de 1992, guardaespaldas del
intergaláctico y tesorero de la nación, se declaró culpable del lavado de sobornos por
la bicoca de US$1.000 millones. Ahora viene Elías Jaua,el chavistas con más
puestos oficiales disfrutados y hoy regañado, a marearnos con la explicación: “el
sector privado de la oposición corrompió a funcionarios débiles dentro del
Estado”. O sea, si no es el chingo es el sin nariz.
¿Por qué el antojo de
destruir adrede al país? Porque según la ideología de estos trogloditas, todo
lo que genere riquezas es capitalista y por lo tanto hay que destruirlo y la mejor
forma de hacerlo es robándose el dinero, así satisfacen a la patria y sobre todo a
ellos mismos. A estos desalmados lo único que les interesa es que siga la
revolución bonita para continuar en la guanábana y en el pillaje del país. Que oiga quien
tiene oídos…
Ernesto García Mac
@GarciaMacGregor
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