domingo, 23 de diciembre de 2018

FRANCISCO OLIVARES, LA DISIDENCIA NO ES SOLO POR EL PERNIL


Durante esta semana se percibía cierta calma en las ciudades del país, o más bien un ambiente de velorio luego que el oficialismo se apoderara de casi todos los Concejos Legislativos tras la ausencia de la oposición.

Pero esa tranquilidad resultó algo alterada por protestas que se producen desde los seguidores de la revolución y su clientela electoral. Un ejemplo de ello lo vimos cuando los perniles, ofrecidos y destinados a los sectores populares, no llegaron en su totalidad, reducidos a la mitad o “desviados” en el camino para ser vendidos en el mercado negro.

Algunos analizaron esos episodios como un símbolo de la degradación social en la que el Gobierno ha reducido a gran parte de la población para su sometimiento, mientras otros lo asumen como una manifestación más del descontento de un pueblo hambriento.

En todo caso, un país sometido a una extrema hiperinflación que cerrará por encima del millón por ciento, una industria y producción de alimentos casi paralizada y una corrupción en las cúpulas de poder que se pierde de vista, manifiesta su drama por diversas vías, aunque dada la enorme represión ante ellas, éstas sean discretas y atomizadas.

De allí que desde el mismo chavismo, vimos, ya no solo a los que protestan por el pernil o por la caja CLAP de alimentos que se pierden en el camino sino que también el efecto crisis se manifestó también desde personajes de la élite política, que aún ostentando privilegios por su cercanía al poder, comienzan a expresar su desencanto por lo que está haciendo Nicolás Maduro con Venezuela.

Uno de ellos fue el destacado miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, Julio Escalona, quien, en una sesión de la ANC en la que se aprobaba, ilegítimamente, el presupuesto de la Nación, expresó: “los que andamos en la calle llegamos al borde del insulto. La gente está molesta con nosotros porque considera que no estamos haciendo nuestro trabajo″. Una afirmación como esa es algo normal en un parlamento democrático, en un país democrático, expresado por un político del partido de Gobierno, pero no es así en Venezuela y menos desde un organismo monolítico creado por el Gobierno de Maduro para sustituir a la legítima Asamblea Nacional, establecida por el voto popular.

Pero lo más curioso de su alocución que era transmitida en vivo y directo por los canales del Gobierno es que inmediatamente el ex comandante guerrillero fue sacado del aire. Es así que otra importante personalidad del chavismo, Maripili Hernández, ex ministra de la juventud, comentó en su twitter que la Asamblea Nacional Constituyente como que no es tan plenipotenciaria, señalando el episodio en el cual el emblemático dirigente fue sacado del aire “por hacer críticas” agregando que “por fin había debate en la ANC y no discursos pre elaborados en oficinas”.

Desde Roma también saltó la voz disidente de uno de los más férreos defensores de la revolución y pieza clave del chavismo en los 15 primeros años de la revolución, Isaías Rodríguez, ex fiscal general y ex vicepresidente y miembro de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

Desde su posición como embajador declaró al portal “Supuesto Negado” que la ANC “de ser una institución extraordinaria y emergente, ha pasado a ser un Poder Constituyente centralizado, dirigido por el poder constituido”. Señaló Rodríguez que “cuando se eligió el camino de la ANC el país votó por la paz y la solución del problema alimentario; contra el acaparamiento, la inflación, el contrabando, el acceso a la cesta diaria y la posibilidad de vivir dignamente con sus salarios y su remuneración y esto muy poco se ha conseguido, y para algunos, la situación no solo es peor sino que tiende a agravarse”.

Pero lo más destacado fue el editorial de José Vicente Rangel, quien a pesar de que disfruta de un extraordinario nivel económico sentenció: “Insoportable el costo de vida. Imposible callar ante el fenómeno que azota por igual a todos los habitantes de este país, sin excepción, sin distingos sociales y políticos. Los venezolanos y las venezolanas estamos contra la pared. No hay ingresos, sueldos o salarios que soporten los obscenos incrementos de los precios de los artículos de primera necesidad o la dramática situación que se presenta con los precios de los medicamentos (…) lo que sucede en el país no tiene explicación y lo confirma el silencio a la hora de ensayar algunas cada vez más retorcidas y forjadas en el universo de la fábula. Ninguna convence. Ni las que dan los voceros del Gobierno ni las que dan los empresarios y menos aún motivadas por la reacción de los consumidores abandonados a su suerte, sumergidos en una suerte de desesperación sin salida. (…) a estas alturas de la crisis resulta imposible vivir de ilusiones provenientes de promesas reiteradamente frustradas.”

Desde luego no esperamos que desde estos voceros se produzcan propuestas sensatas que sean escuchadas por Maduro, pero sin duda, es de destacar que la crisis y el cuestionamiento a lo que ha hecho el gobierno está llegando también a las élites que han sido factores privilegiados en el chavismo.

Francisco Olivares
@folivares10

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