viernes, 22 de febrero de 2019

CARLOS PADILLA, VENEZUELA ENCARCELADA


Bajo este título escribió, en agosto de 2017, Javier Contreras. En su primer párrafo afirmaba: “Desde hace varios años nuestro país vive, o intenta sobrevivir, en una atmósfera de prisión colectiva, teniendo como carcelero al gobierno nacional, quien ha ido designando gendarmes cuya única misión es la de multiplicar el miedo, la violencia y hasta la muerte, de ser “necesaria”, para que los reos (todos los ciudadanos) no olviden su condición, y mucho menos tengan la osadía de exigir sus derechos.” (http://revistasic.gumilla.org/2017/venezuela-encarcelada/)

Esa verdad expresada en el texto citado se hace más patente ahora que el régimen de la oligarquía madurista ha cerrado todas las fronteras, - marítimas, aéreas y terrestres – para impedir el ingreso y/o salida de seres humanos de la gran prisión en la que han venido convirtiendo a Venezuela para tratar de mantener un poder omnímodo ilegítimamente usurpado y tratando de impedir la entrada de una ayuda humanitaria que está siendo necesitada por toda la población venezolana.

Hoy, más que nunca, se hace necesario demoler los muros en que nos han encerrado mediante una acción colectiva, a lo Fuente Ovejuna, que nos permita tener una patria abierta a los demás países del planeta, sean estos de la ideología que quieran tener sus pobladores, para pertenecer realmente a la colectividad terráquea a la cual por nacimiento nos incumbe y disfrutar de la libertad de vivir con bienestar y libertad en una patria en comunicación con nuestros semejantes. 

Lo venimos diciendo insistentemente necesitamos habitar en una auténtica república en la cual se respeten los derechos humanos, la libertad individual y en un Estado regido por la ley en el cual tengamos acceso a los bienes y servicios que se precisan para una vida sana y fructífera de acuerdo con nuestras posibilidades de productividad.

Carlos Padilla
@carpa1301

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