miércoles, 27 de febrero de 2019

ORLANDO VIERA-BLANCO, EL ÚLTIMO VALS DE MADURO…


“Con el Sr. Maduro y sus violentos no queda más. Se han agotado todas las formas, diálogos y protocolos. Todos las oportunidades. Todas las advertencias. Toda la paciencia.”


Cero decepción. Nada de frustración. Lo hemos dicho y la gente lo asimila. Lo entiende. La salida de este gobierno-en cuya fase nos encontramos-no se agota en un sólo acto. Recién entramos en el careo. Maduro y sus violentos tomaron la vía de la confrontación. Pues nada. La tendrán, pero en el marco del Derecho Internacional Público y del sistema de Tratados Internacionales del Derecho Humanitario, de los Delitos Trasnacionales, de Los Estados Frágiles y de los Derechos Humanos.

QUEMANDO LAS NAVES…

No es que Maduro y sus colectivos sólo quemaron un camión con insumos humanitarios. Lo que realmente sucedió con ese acto ruin y salvaje fue que Maduro quemó sus propias naves. Sí, un desliz hostil que prende las alarmas de la coalición internacional humanitaria y la habilita a adentrarse a la doctrina de la Responsabilidad de Proteger. Maduro ha preferido una reacción primitiva, transgresora y agresiva como la sucedida en el puente Las Tienditas frontera Colombo-Venezolana, que lo convierte en un criminal confeso del delito de lesa humanidad de genocidio.

Con el Sr. Maduro y sus violentos no queda más. Se han agotado todas las formas, diálogos y protocolos. Todas las oportunidades. Todas las advertencias.  Toda la paciencia. Rechazar la ayuda humanitaria con plomo y candela activa ipso iure el postulado superior que enmarca la Cláusula Séptima de la Carta de la Naciones Unidas sobre la legítima defensa de los pueblos indefensos, esto es, activar ante la tiranía y el exterminio el deber de la comunidad internacional de intervenir.

Estados Unidos y Canadá han liderado la ayuda humanitaria y han sido los más fervientes denunciantes de los latrocinios y abusos de DDHH del régimen de Caracas. Y no es para menos. Por su patio han viajado desafiante y audazmente fortunas provenientes de narcotráfico y blanqueo de capitales sucios. En sus territorios y Europa han burlado sistemáticamente las regulaciones y controles en materia financiera y de legitimación de capitales. Y en la propia sede del Eurocentrismo, desde Washington, NY y Vancouver a Paris, Bruselas y Andorra se han forjado delitos trasnacionales y hasta campañas de propaganda en contra del “imperialismo” que han burlado todas las fronteras. Ahí pase el dinero que hoy hambrea al pueblo venezolano. Y en las narices del mundo le echan fuego al mandato humanitario de una coalición internacional. Basta de protocolos. No hay Tratado Internacional ni petróleo [conveniencia] que tolere, compre ni compense la barbarie que representa Maduro para el Mundo.

CESE DE LA USURPACIÓN

No hemos terminado esta ruta. Una de las fases necesarias era el ingreso de la ayuda humanitaria. Podían ocurrir dos cosas. Que Maduro tuviese el último vestigio de inteligencia y dejase entrar los cargamentos de medicinas y comida para el pueblo [con lo cual ganaba algo de tiempo] o la bloqueaba. En el primer caso prolongaba y complicaba el cese de su gobierno de facto porque “el muchacho no se portó tan mal”.  Esto obligaba a mantener la dinámica de mensajería y micrófonos mientras se construyen otros escenarios. Pero Maduro decidió no sólo bloquear la ayuda humanitaria sino profanarla. Incurrió en delito de lesa humanidad.  Atacó y destruyó material humanitario y además acabó con la vida de manifestantes que exigían su derecho a sobrevivir.  En este escenario la mesa está servida para injerencia forzosa, la injerencia legítima. La entrada vigilada de la ayuda humanitaria. La legítima defensa del pueblo venezolano sobre la base de la Convención para la Prevención y Represión de Genocidio (1948) de la Convención Europea sobre los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales; Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana de DDHH y Fundamentales. En este orden comienzan otros actos preparativos. El de la coalición humanitaria preventiva y asistida de custodia contra la cual otro acto de hostilidad justificará el derecho humanitario internacional en término de defensa armada. Así de fácil, así de claro, así de sencillo…

TODAVÍA SE LA PUEDE PENSAR

El intento de ingresar la ayuda humanitaria no cesará. La coalición internacional volverá por ello.  Maduro podría tener una “segunda oportunidad” pero de proceder con violencia, la coalición podrá reaccionar bajo esquemas de legítima defensa. Además, si opta por seguir generando resistencia, opresión y muerte, el caos es previsible en dos direcciones: 1.- La desobediencia de tropas crecerá a ritmo de efecto cascada o dominó. 2.- La anarquía incontrolada obligará la intervención de las fuerzas del orden público internacional.

Como decía al inicio, aquí nada es improviso ni nadie anda al decir de Homero “con una mirada perdida hacia el mar”.  Vamos bien. Vamos siguiendo una bitácora en la cual está prevista encontrarse con corsarios en alta mar. Y se librará la batalla, con mayor fuerza y determinación como quien lo tiene todo previsto cuando sabe muy bien que “el capitán” del buque pirata tiene pierna de palo, garfio y es tuerto.

Cero desanimo. Cero dejarse amilanar por Maduro bailando salsa o desmoralizando la dignidad del pueblo. Maduro resbaló. Y sin dudas esa decisión de patear la lámpara fue el anuncio de su último vals. ¡Vamos bien!

Orlando Viera-Blanco
@ovierablanco

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