viernes, 17 de marzo de 2017

ALFREDO MICHELENA, FORO DE SAN PABLO Y CASTROCHAVISMO

BITÁCORA INTERNACIONAL

Hace falta una organización de las fuerzas democráticas continentales que le haga contrapeso al régimen de Maduro y al castrochavismo.

Con la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS  a los Castro se les puso el futuro muy chiquito. Pero ni tontos ni perezosos, que no son, redefinieron una nueva estrategia.  Desecharon la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), que planteaba la lucha armada y la guerra de guerrillas para extender su revolución a toda la región. Por falta del apoyo ruso y por la vuelta de las democracias en el continente, OLAS moría y con ella la excusa de los movimientos de libración nacional (guerrillas) para tomar el poder frente a gobiernos gorilas de la región. Ahora era la vía electoral para acceder al con el fin de buscar luego la manera de perpetuarse.

Por esto el “gran embaucador de la comarca”, Fidel Castro, propició con el líder obrero más importante de la región, Lula da Silva, la creación del Foro de San Pablo, hace un cuarto de siglo.  Raúl Castro, “dorando la píldora”, nos dice: “Fue importante que en el Foro de San Paulo las ideas de Fidel y Lula convergieran para recibir y apoyar a Chávez”. Léase: embaucaron al “arañero de Barinas”, quien a costa de masajearle el ego fue el gran financista del proyecto continental castrista.

No bastaba con la reunión en el Foro de todos los partidos de izquierda del continente, desde las guerrillas hasta los democráticos. El punto clave fue la llegada  de Chávez al poder y su embelesamiento con Fidel. Este cumplía dos de sus más preciados deseos: le puso la mano al petróleo venezolano -aquel que le negó Rómulo Betancourt- y a los petrodólares venezolanos para el proyecto de expansión de su poder enmascarado de revolución.

Los petrodólares comenzaron a financiar al Foro y sus miembros. Se prepararon, y frente a las diferentes crisis por las que pasaron los gobiernos de la región, tenían una propuesta unitaria: el socialismo del siglo XXI. Tomar el poder, cambiar la Constitución, permitir la reelección indefinida y perpetuarse en el poder -lo de socialismo… depende.

Entonces llegaron al poder Lula, Rafael Correa, Evo Morales y Daniel Ortega, además de Tabaré Vázquez, el cura Fernado Lugo y los esposos Kirchner. Todos, de una manera u otra relacionados con Foro, construyeron una urdimbre de relaciones e instituciones internacionales como CELAC, Unasur, Petrocaribe y ALBA, que les permitió reinar en la región casi tres lustros. Pero el precio de las materias primas que los llevó al poder, al caer, mostró el desastre que en mayor o menor medida eran sus administraciones.

Raúl Castro (durante XIV Cumbre Extraordinaria del ALBA) reconoce la centralidad del Foro en esa urdimbre al afirmar que “hoy continúa siendo decisivo el vínculo entre el ALBA y el Foro de Sao Paulo y la relación entre los gobiernos revolucionarios y progresistas con las fuerzas políticas, los movimientos populares, las organizaciones sindicales, campesinas, estudiantiles, académicas y con la intelectualidad de nuestros pueblos”.

Los demócratas venezolanos no solo enfrentamos a Maduro sino a todo ese andamiaje castrochavista internacional que organizó el Foro de San Pablo. ¡Cómo hace falta una organización de las fuerzas democráticas continentales que le haga contrapeso al castrochavismo!


Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena
Internacionalista
Canada
Caracas - Venezuela

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